You must be a loged user to know your affinity with El Criticón
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred
7
5 de junio de 2014
5 de junio de 2014
17 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
"The Angriest Man In Brooklyn" es de ese tipo de películas que, si no sabes a lo que te enfrentas, te regalan una magnifica sorpresa por entretenida y original. Lo mejor de este melodrama sobre un abogado cascarrabias al que le diagnostican 90 minutos de vida, eses su buscada virtud de pretender entretener por encima de la reflexión y servirnos después esa reflexión desde la simpleza de los detalles (y no la grandeza de un falso conjunto). Es algo así como un manual de autoayuda para indies que se beneficia de un buen guión (magníficos diálogos) y ese maravilloso señor que se llama Robin Williams cuyos registros (cada vez más amplios) se ajustan a la perfección a una película de este estilo. En realidad todos los actores están perfectos, incluso esa enervante Mila Kunis quien aquí borda su papel o el siempre solvente Peter Dinklage pasando por dos escenas desternillantes con un brillante (y tartamudo) James Earl Jones y un enorme Richard Kind (en todos los aspectos), porque, al fin y al cabo, ese es el valor de esta película: sus actores. ¿Tiene defectos la película? Por supuesto, ese tópico final enturbia la originalidad de la propuesta y sobre todo, esa molesta característica de las películas independientes de arriesgar menos de lo que debieran, temerosas de perder parte de su potencial público. En cierta manera el desenlace de esta película no deja de ser una concesión al melodrama más convencional aunque, para ser honestos, cuesta imaginar cualquier otro final para una historia así sobre todo de la mano de un director tan convencional como Phil Alden Robinson. "The Angriest Man In Brooklyn" me ha recordado mucho a esa otra joya también interpretada por Robin Williams que es "Father of the year". Películas modestas, inteligentes y sorprendentes. No pretenden cambiar el mundo del cine y eso, se agradece, sobre todo cuando el guión es sólido y los actores son excelentes.

5,3
2.801
7
29 de mayo de 2014
29 de mayo de 2014
15 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchos rechazarán esta película de pleno por excesiva, tópica o manipuladora. Pero todo eso, en esta joya del más puro cine británico, acaba convirtiéndose en virtudes. Aunque son unas virtudes que pueden alejar a cierto público no habituado a que le expliquen las cosas a puñetazos. “Dom Hemingway” está estructurada en base a pequeñas historias dentro de un conjunto, historias que no conforman una gran historia pero si grandes momentos aislados, algunas de estas historias son memorables (como la de la caja fuerte o el mafioso ruso) pero otras chirrían (como la historia familiar alargada en exceso). A pesar de todo esto, “Don Hemingway” es un fantástico exceso en todos y cada uno de sus planos, desde ese prodigioso monologo sobre el pene que abre la película hasta esa escena en el cementerio, pasando por decenas de imágenes bien escritas y mejor interpretadas. Otro mérito de la película son sus actores, Richard E. Grant y Demian Bichir están excepcionales pero es imposible imaginar esta película sin Jude Law que aquí se despoja de todo el glamour y nos ofrece una poderosa interpretación repleta de momentos memorables. El único problema de “Dom Hemingway” es que flaquea a medida que avanza y lo que en principio resulta novedoso (la historias, los excesos, los personajes), acaba convirtiéndose en una vergonzosa fábula moral que no ayuda al conjunto. Vaya por delante decir que en “Dom Hemingway” todo es artificio y exceso (incluso en la forma en que está rodada) pero si el espectador consigue conectar recibirá hora y media de entretenimiento y un Jude Law irrepetible.
4
20 de julio de 2020
20 de julio de 2020
14 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ojalá me hubiese gustado “El hombre del laberinto” porque tiene todo cuanto, a priori, me interesa en una película. Por desgracia, la decepción ha llegado pronto en forma de caos narrativo, desinterés por cuanto se cuenta y una burda pretenciosidad visual.
Su director, Donato Carrisi, en vez de poner el oficio en función de la historia (como hizo con su anterior película “La chica en la niebla”) ahora pone la historia en función de la cinematografía, más pendiente en crear imágenes supuestamente bellas o inquietantes a contarnos una historia. Si a esto le sumas un guion plagado de tópicos, el desastre es inevitable. Incluso un esforzado Toni Servillo apenas puede hacer nada por construir su personaje de detective privado que está escrito basándose en cientos de tópicos sobre los detectives privados y rodeado de personajes imposibles interpretados por actores que creen estar en los años 40. Todo en “El hombre del laberinto” pretende ser original, aunque todo lo hemos visto antes, pequeños flashes que nos vienen de otras películas, como un burdo corta/pega hecho de trozos de otros autores donde la narrativa se convierte en un caos a medida que pasan los minutos. La pretenciosidad impregna todos y cada uno de sus fotogramas que intentan hacer avanzar una historia que basa su único encanto en que el espectador descubra que ha sucedido durante el secuestro de la muchacha. Hay escenarios imposibles, ubicando la película en un entorno casi de sueño (o pesadilla) donde unos actores hablan italiano, otros (como Dustin Hoffman), hablan inglés. Nada está suficientemente explicado porque su director parece empeñarse en empujarnos a una fantasía que no está en la misma sintonía que la historia que cuenta.
Hay una grave desconexión entre lo que cuenta y como lo cuenta. Si quieres hacer un thriller fantástico y cercano a “Alicia en el país de las maravillas” entonces has de echar toda la carne en el asador y escribir una historia imposible. Si quieres hacer un thriller realista entonces has de mostrarlo de la manera más simple y eficaz. No parece una buena idea pretender rodar un thriller convencional como si fuese una versión de “El silencio de los corderos” dirigida por David Lynch.
Hay momentos de la película en que no sabía si echarme a reír del ridículo de algunos de sus personajes secundarios o echarme a llorar por el desastre de cuanto sucedía frente a mis ojos.
“El hombre del laberinto” es como una de esas máquinas de humo que vemos en el teatro, puede impresionar en un primer momento pero pronto te das cuenta de que es solo eso, humo. Y que, además, se desvanece rápidamente en el aire.
¿Es entretenida? Si uno consigue abstraerse de sus trampas y errores, si uno se deja seducir por lo absurdo de la propuesta, entonces funciona razonablemente bien y puede llegar a ser un buen entretenimiento que gustará a los amantes del thriller y del misterio.
Pero una buena película es mucho más que eso.
Su director, Donato Carrisi, en vez de poner el oficio en función de la historia (como hizo con su anterior película “La chica en la niebla”) ahora pone la historia en función de la cinematografía, más pendiente en crear imágenes supuestamente bellas o inquietantes a contarnos una historia. Si a esto le sumas un guion plagado de tópicos, el desastre es inevitable. Incluso un esforzado Toni Servillo apenas puede hacer nada por construir su personaje de detective privado que está escrito basándose en cientos de tópicos sobre los detectives privados y rodeado de personajes imposibles interpretados por actores que creen estar en los años 40. Todo en “El hombre del laberinto” pretende ser original, aunque todo lo hemos visto antes, pequeños flashes que nos vienen de otras películas, como un burdo corta/pega hecho de trozos de otros autores donde la narrativa se convierte en un caos a medida que pasan los minutos. La pretenciosidad impregna todos y cada uno de sus fotogramas que intentan hacer avanzar una historia que basa su único encanto en que el espectador descubra que ha sucedido durante el secuestro de la muchacha. Hay escenarios imposibles, ubicando la película en un entorno casi de sueño (o pesadilla) donde unos actores hablan italiano, otros (como Dustin Hoffman), hablan inglés. Nada está suficientemente explicado porque su director parece empeñarse en empujarnos a una fantasía que no está en la misma sintonía que la historia que cuenta.
Hay una grave desconexión entre lo que cuenta y como lo cuenta. Si quieres hacer un thriller fantástico y cercano a “Alicia en el país de las maravillas” entonces has de echar toda la carne en el asador y escribir una historia imposible. Si quieres hacer un thriller realista entonces has de mostrarlo de la manera más simple y eficaz. No parece una buena idea pretender rodar un thriller convencional como si fuese una versión de “El silencio de los corderos” dirigida por David Lynch.
Hay momentos de la película en que no sabía si echarme a reír del ridículo de algunos de sus personajes secundarios o echarme a llorar por el desastre de cuanto sucedía frente a mis ojos.
“El hombre del laberinto” es como una de esas máquinas de humo que vemos en el teatro, puede impresionar en un primer momento pero pronto te das cuenta de que es solo eso, humo. Y que, además, se desvanece rápidamente en el aire.
¿Es entretenida? Si uno consigue abstraerse de sus trampas y errores, si uno se deja seducir por lo absurdo de la propuesta, entonces funciona razonablemente bien y puede llegar a ser un buen entretenimiento que gustará a los amantes del thriller y del misterio.
Pero una buena película es mucho más que eso.

5,4
5.380
7
14 de octubre de 2014
14 de octubre de 2014
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Ahí os quedáis" se sustenta en un guión lo suficientemente tramposo para parecer el típico melodrama coral que hemos visto antes cientos de veces. Si a eso le sumamos unos actores escogidos inteligentemente y una dirección sobria que no entorpece la historia entonces estamos ante uno de esos milagros cinematográficos donde el entretenimiento y calidad van casi de la mano.
"Ahí os quedáis" comienza como una especie de comedia sobre una familia disfuncional que se reúne como consecuencia de la muerte del padre, hasta ahí nada nuevo, hemos visto esa historia cientos de veces antes, pero poco a poco la película gira hacia el interior de unos personajes que se han resistido a crecer, cuatro hermanos con todos los defectos del mundo que apenas sienten empatia y viven sus vidas unos alejados de otros hasta que la muerte crea a su vez vida (también en esas historias paralelas sobre la infertilidad). Un melodrama plagado de buenos momentos que discurre de manera tranquila pero entretenida, no pretende ser un ejercicio de psicología a lo Bergman pero consigue interesantes momentos de comedia y reflexión. Los actores están todos magníficos, la dirección es imperceptible (lo que en una película así se agradece) y todo encaja bien.
De acuerdo, se podría haber pedido mucho mas, incluso un guion, en conjunto, mas solido (solo brilla de manera intermitente) pero eso no es excusa para que esta película sea disfrutable, todo lo contrario. Cierta ligereza ayuda y empuja la historia hacia terrenos comunes (y quizás cursis) donde el espectador se siente cómodo.
"Ahí os quedáis" comienza como una especie de comedia sobre una familia disfuncional que se reúne como consecuencia de la muerte del padre, hasta ahí nada nuevo, hemos visto esa historia cientos de veces antes, pero poco a poco la película gira hacia el interior de unos personajes que se han resistido a crecer, cuatro hermanos con todos los defectos del mundo que apenas sienten empatia y viven sus vidas unos alejados de otros hasta que la muerte crea a su vez vida (también en esas historias paralelas sobre la infertilidad). Un melodrama plagado de buenos momentos que discurre de manera tranquila pero entretenida, no pretende ser un ejercicio de psicología a lo Bergman pero consigue interesantes momentos de comedia y reflexión. Los actores están todos magníficos, la dirección es imperceptible (lo que en una película así se agradece) y todo encaja bien.
De acuerdo, se podría haber pedido mucho mas, incluso un guion, en conjunto, mas solido (solo brilla de manera intermitente) pero eso no es excusa para que esta película sea disfrutable, todo lo contrario. Cierta ligereza ayuda y empuja la historia hacia terrenos comunes (y quizás cursis) donde el espectador se siente cómodo.
6
18 de enero de 2014
18 de enero de 2014
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cruce entre comedia adolescente y la épica propia del cine de fantasmas, dirigida con habilidad por Stephen Sommers. Y es que aunque “Odd Thomas, cazador de fantasmas” no tenga acción a raudales, el ritmo que impone Sommers es el adecuado y la película nunca decae. No hay nada especialmente malo en esta película: sus actores principales están excelentes Anton Yelchin y Willem Dafoe (sobre todo el primero), respecto al guión, intenta desmarcarse de lo paródico de este tipo de fantasía juvenil e imprime cierta dosis de verosimilitud a los personajes aunque al final acaba cayendo en el campo de lo cursi lo cual tampoco es una ventaja. No todo vale para conseguir llegar al potencial público juvenil. Siempre he creído que la mejor manera de llegar a un adolescente es tratarle como un adulto y eso es lo que intenta hacer “Odd Thomas, cazador de fantasmas” aunque finalmente traiciona sus principios para ofrecer un falso “happy end” que haga feliz a todos. A pesar ello, la película es entretenida, es original y mantiene el ritmo de principio a fin con firmeza. Recomendable para los fans de “Buffy cazavampiros” o “Kick Ass” y cualquier otro espectador con ganas de pasar un buen rato.
Más sobre El Criticón
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here