La peor película del maestro Huston con mucha diferencia. Un bodrio infumable hasta donde pude soportar, que no fue mucho, para que engañarnos.

Seguro que la vi en algún momento de un pasado lejano, a una edad más manipulable, y seguro que hasta me gustó; pero la película no tiene un pase, es una sarta de memeces sin fundamento destinadas a descerebrados futboleros, lo que explica el éxito que, según parece, obtuvo en su momento.

Abstenerse personas inteligentes. Si tú, amigo lector, tienes dudas al respecto, quizás deberías verla y después replantearte esas dudas. Si la encuentras interesante adelante, no te cortes, ingresa en el mayor club del mundo, donde estarás arropado por millones de amiguitos muy parecidos a ti.

Basurilla infame para adolescentes con sarpullidos y pajilleros descerebrados que disfrutan sobremanera con el chiste guarrete y el cuerpazo de la Díaz (aunque para esto último no hace falta tener sarpullidos ni ser un pajillero), lo que explica el enorme éxito que tuvo en su momento.

Los hermanos Farrelly (primos o lo que sean, imagino que parientes en cualquier caso) firman el enésimo bodrio de su patética y altamente exitosa filmografía; un bodrio que al parecer hizo reír a millones de espectadores a lo largo del mundo, lo que pone en tela de juicio la existencia de vida inteligente en el planeta.

He de reconocer que durante los primeros 10 ó 15 minutos la película se deja ver y tiene hasta cierta gracia, pero al encargado de los chistes le faltan las ideas y comienza a repetir la mismas paridas sin tregua. Las frecuentes apariciones de la bella Cameron hacen replantearse la retirada, pero al final ésta se hace inevitable.

A disfrutarla amiguitos.

Comienzo a sospechar que los chicos del cambio climático, las invasiones migratorias, los distribuidores de virus, el puto coche eléctrico, el mariconeo masivo, el feminismo radical, la resiliencia, las guerra de Ucrania, el aborto, el adoctrinamiento infantil, la censura, los molinitos de viento, las hipotecas a 100 años ............... son unos inútiles, gente muy limitada. Y no me estoy refiriendo a sus mamadores oficiales (en el caso de España los traidores que llevan destrozando el país 50 años: sociatas, peperos y la escoria habitual de nazionalistas vascorros y catalanes), me estoy refiriendo a los amos de cotarro.

Quiero decir, primero dan un golpe de estado en forma de robo de elecciones, tan chapucero y evidente que resulta hasta sonrojante para cualquiera con dos dedos de frente; después intentan asesinar al candidato y más que posible vencedor desde la azotea de un edificio y la cagan (¡¡¡esto no pasaba antes!!!); y, en un último intento desesperado, sacan este bodrio de película claramente difamatoria y querellable.

Se nos presenta a un auténtico depravado moral, un tipo desleal y paranoico, que humilla a su mujer, a su familia y a su valedor. Trata a todo el mundo con desprecio, es un hipócrita y carece de cualquier virtud reseñable.
El comienzo es correcto, pero después de media hora comienza un sesgo claramente difamatorio, y la última hora puede calificarse de delirante, sucediéndose una retahíla de escenas en las que Donnie se ha convertido en un monstruo que come niños crudos y fornica con muertos y animales.
La película técnicamente no está mal, pero su contenido es zafio, grosero, vulgar, paleto. Si quieres denigrar a alguien hay que tener más clase, porque de lo contrario puedes provocar el efecto contrario de lo que buscas Ali, como por ejemplo que lo musulmanes voten masivamente al ultrajado.

No conozco a Trump ni sé qué va a hacer. Solo sé lo que dice que va a hacer, y parece ser que eso que dice molesta a mucha gente, hasta tal punto molesta que han intentado liquidarle.
De todas formas yo no me preocuparía mucho amiguitos, porque si los amos no parecen ser muy listos la mayor parte de sus vasallos son muy muy limitados y manipulables, por decirlo suavemente. Pronto volveréis.

Dios sabe que me he esforzado por ver la película, por descubrir ese misterio revelado a casi todo el mundo excepto a un servidor. Al principio, de joven, cuando la intentaba ver e irremediablemente acababa profundamente dormido, me sentía sucio, como si acabara de hacer algo prohibido otra vez.
¿Por qué mi cerebro se niega a asimilar tal excelsa obra?, ¿soy idiota?, ¿por qué gente que tiene auténticos problemas por realizar operaciones aritméticas básicas, o que le cuesta comprender las reglas de acentuación de las palabras esdrújulas, habla con tanto entusiasmo de la película y analiza hasta el más mínimo detalle?
Utilizada ocasionalmente en años venideros como somnífero vespertino imbatible, me decidí hace poco a darme una oportunidad en serio, y aunque no conseguí ver el DVD del tirón, sí que pude terminarlo en tres sesiones, cada una de ellas interrumpida por las inevitables cabezadas.
Despojado de casi todos los prejuicios que me atormentaban en el pasado, y antes de que mi cerebro olvide buena parte de lo visionado, pues él tiene la fea costumbre de deshacerse de las cosas desagradables, creo que ha llegado el momento de dar un veredicto claro: esta película es una puñetera mierda.

Sé que no voy a ser aceptado en el círculo de intelectuales y sesudos cinéfilos del mundo, pero me la suda. La seguiré utilizando como inestimable introducción al sueño.
También sé que hay mucha gente ahí fuera que aun no se atreve a dar el paso definitivo y confesar abiertamente su opinión por miedo a ser vilipendiada. Animarles, decirles que esto no es como las Vascongadas, que aquí puedes expresar una opinión contraria a la de la borregada sin que te agredan.

Y no, no odio al señor Kubrick. De hecho varias de sus películas me gustan bastante.

La naranja mecánica básicamente es una película mala, pero no tan mala como otras obras del mismo director, incluso si alguien la pilla con un buen día puede verla hasta con cierta curiosidad.
Hay que reconocer que Kubrick no busca la taquilla fácil ni hace películas para satisfacer a aquellos que siguen las modas por encima de todo, su cine es provocador y lleva hasta el límite sus propias paranoias, con resultados finales muy desiguales.

Su caterva de inquebrantables seguidores son friquis fanáticos similares a los que pueden encontrarse en las pelis de superhéroes, en sagas tan vomitivas como 'La Guerra de las Galaxias', o en directores de culto como el ínclito Akira Kurosawa, por poner tres ejemplos de los muchos que existen. No hay que dejarse llevar por sus opiniones, están alteradas por la ceguera de amor al líder por encima de todo, y sus capacidad de razonar de forma objetiva desaparece nada más ver el nombre del director en los títulos de inicio.

Volviendo a la película, ésta contiene los típicos errores que el director comete con tanta asiduidad en buena parte de sus filmografía, y que llevan sin remedio al aburrimiento del espectador, exceptuando, por supuesto, los friquis con inclinaciones masoquistas. De las tres partes en que Kubrick planteó la obra, a saber: el delito, la cárcel y la reinserción, es difícil quedarse con una en concreto, pues todas resultan bastante planas y anodinas; aunque las escenas de violencia y toda la liturgia que las rodea están muy bien logradas. Tampoco faltan los manidos desnudos femeninos de mal gusto, a los que el guarrete de Stan es tan aficionado.