Espléndida recreación de los momentos de la represión argentina, con unos actores que cumplen con creces sus respectivos roles.
Dura y directa a la conciencia.

Dicen mis amigos( alguno de ellos megaletrado del mundo y docto en varias disciplinas) que la película es tediosa de principio a fin y además de tediosa, incomprensible y en muchas de las escenas imposible de seguir por la cantidad de ruidos ensordecedores que la pueblan. Yo, que soy menos docto concluyo, una vez vista, que me parece una obra muy válida, totalmente clarificadora del presente que todos compartimos, un presente plagado de incomprensiones diversas, incomprensiones con los de nuestro propio mundo e incomprensiones con el de fuera. Tan sólo la maravillosa banda sonora ya merece no salirse del cine e incluso volver a verla. Lo siento por mis amigos pero mi puntuación es bastante alta.

Divertida, llena de sorpresas, con buenos números musicales( aunque españoles, eso sí) y genial interpretación del elenco de actores. Imprescindible si quieres una sonrisa.

Una cinta muy floja en todos los sentidos. Un argumento que para el que no ha visto aún la película puede ser interesante pero que en el momento del visionado se convierte en confuso y poco original. Destacar sólo y exclusivamente el primer plano de Nicole Kidman en la ópera, genial.

No sé quién convenció a Jon Voight para hacer este ¿bodrio? Él es lo mejor sin duda de la película, un actor sobrio que muestra perfectamente su frustración ante el enigma de la trama: ¿Qué hago yo para que esto funcione? No se trata de resolver un delito, creo que su cara de asombro, su búsqueda constante y apresurada de pistas está promovida por su afán para darle un sentido a este pobre experimento de thriller ¿sobrenatural? Sin duda alguna, un despropósito total y mayúsculo.