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Críticas 205
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
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26 de diciembre de 2018 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Zhang Yimou debutó como director de cine en 1988 con la película “Sorgo Rojo”. Inicia en ese año una andadura de 7 años y 7 películas con la actriz Gong Li como protagonista principal. De esta época, “La linterna roja” (1991), “Quiu Ju, una mujer china” (1992) y, sobre todo, ¡Vivir! (1994) son películas extraordinarias. Después Yimou siguió haciendo buenas películas, otras muy buenas como “Ni uno menos “(1999) y una obra maestra como es “El camino a casa” (1999). También se decantó por hacer películas de corte fantástico, interesantes desde luego, con un tratamiento del color que es sello de la casa. Incluso hay alguna comedia, pero,… es cuando Yimou deja la leyenda o la fantasía y se viene al mundo real, a la historia minimalista, cuando podemos ver sus mejores películas, “Amor bajo el espino blanco” (2010) es claro ejemplo de ello. En “Regreso a casa” también ocurre aunque aquí le cuesta un poco llegar.

Con Gong Li volvió a trabajar con Yimou en el año 2006 con “La maldición de la flor dorada”, un espectáculo visual que, en mi opinión, solo es interesante. Con “Regreso a casa” vuelve Gong Li al drama realista y es la principal culpable de mantener el interés en una película donde Yimou vuelve a conseguir (esta vez solo en parte) algo que muy pocos saben, eliminar lo superfluo y lo artificial, nada de efectismos, dejar a un lado lo melodramático y conseguir hacer llegar plenamente al espectador la esencia, el aspecto humano de la historia.

En “Regreso a casa” la historia se sitúa al principio en plena Revolución Cultural China, sobre el año 1973. Después da un salto al año 1978, donde realmente la película arranca y coge sentido. Muchos podrán pensar lo contrario, sobre todo por querer buscar metáforas o alegorías entre lo que ocurre a esta familia y lo que ocurría en China en aquellos años. No es mi caso y por este motivo la primera media hora de película no me enlaza del todo bien con el resto, aun siendo necesaria a modo de presentación y para introducir el trauma de la madre/esposa. Pero solo por introducir, porque el trauma tiene más raíces y son diferentes. Se pierde, en mi opinión, un tiempo precioso cuando solo quieres enfocar la película a partir de su media hora, si solo te interesas por ver como se plasma la humanidad de la lucha de un esposo y de una hija contra el olvido de una madre. Si solo se hubiera centrado en este aspecto, con lo bien que lo hace el maestro Yimou, la película hubiera sido otra película extraordinaria. A modo de ejemplo la mejor escena, un piano, una melodía y Gong Li que con la mirada muestra que regresa a casa por un momento, está impresionante.
25 de noviembre de 2018 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la filmografía del director japonés Takashi Yamazaki, de la que hay accesible por estos lares, es posible encontrar desde auténticas maravillas como son las dos partes de “Always: Sunset on Third Street” (2005, 2007) hasta productos solamente pasables como son, en mi opinión, sus dos películas “Parásito” (2014, 2015). Una filmografía con altibajos. Ya sea en el terreno de la animación como en el de la imagen real, hasta ahora, Takashi Yamazaki ha dirigido más proyectos adscritos al género de la ciencia ficción o al de la fantasía. Sin embargo, es cuando se ha centrado en contar historias del mundo real cuando ha conseguido sus mejores películas. Y “Eien no 0” (The Eternal Zero, 2013) es una de ellas. Es una pena que la distribución de sus trabajos sea tan mala porque Takashi Yamazaki es un director que hay que tener en cuenta allá por donde trabaje. De su última película, “Destiny: The Tale of Kamakura” (2017), por aquí casi no había noticias hasta hace bastante poco, y las noticias que hay no han venido precisamente por los canales comerciales.

“Eternal Zero” es una película muy notable aunque, quizás, su título resulta engañoso. Cierto es que veremos modelos del legendario Mitsubishi A6M "Zero" en acción pues la película va sobre un piloto de dichos aviones y sobre sus actividades durante la guerra. Pero la aviación es, en cierto modo, parte del envoltorio de la verdadera historia que se quiere narrar. Y es una buena historia, sobre todo por lo bien contada y estructurada que está basándose en una buena colección de flashbacks estructurados como deben estar dentro del avance de la investigación en la actualidad (primeros años del siglo XXI) de estos dos nietos, Kentaro y Keiko, sobre las actividades de su abuelo, Kyuzo Miyabe, durante la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico. Así que lo cierto es que “Eternal Zero” es una película bélica, y también un drama familiar. Takashi Yamazaki consigue finalmente que la emotividad del drama impere aunque la parte bélica, con un inusitado punto de vista japonés al que no estamos nada acostumbrados, también es más que interesante. Más concretamente: el punto de vista que se da en este film sobre lo que por aquí siempre hemos venido llamando pilotos kamikazes japoneses en la Segunda Guerra Mundial, que en el film se llaman “Unidad de Ataque Especial”. Es una parte importante en torno a la que gira el aspecto bélico de una película que conjunta muy bien dicha parte con la historia personal y las motivaciones del abuelo de Kentaro y Keiko. Bien es cierto que la parte final, aparte de pretendidamente emotiva, es un alegato al recuerdo de todos aquellos que sobrevivieron a la guerra y de las historias que se guardaron, que no contaron, porque, en definitiva, ante la guerra y la derrota ya solo quedaba sobrevivir.

Desde el punto de vista técnico la película es excelente. Los efectos especiales, las recreaciones digitales de los combates aéreos son muy buenas y están muy bien integradas, no te sacan de la película en ningún momento. No en vano el propio director procede, desde sus inicios, del mundo de los efectos especiales y aún sigue trabajando en ellos en la animación a través de la productora Shirogumi. Si se investiga un poco y se detiene la película en los momentos justos, se puede comprobar que han tenido mucho cuidado en la reproducción fiel de los modelos de aviones y barcos.

Como curiosidad mencionar que Hayao Miyazaqui, que también en 2013 estrenó su película “Kaze tachinu” (El viento se levanta, 2013) sobre la vida del ingeniero Jiro Horikoshi diseñador del A6M "Zero", mostró su disconformidad con la visión que esta película da sobre la guerra, especialmente sobre la Unidad de Ataque Especial. De hecho, en su momento, la película fue bastante controvertida en Japón. También resulta curioso que las últimas películas japonesas que cuentan una historia inmersa en la segunda guerra mundial (que particularmente haya podido ver) plantean una idea final muy parecida, la supervivencia del individuo frente al desastre, vivir a pesar de todo. En este sentido resulta también muy, muy recomendable Kono Sekai no Katasumi ni (En este rincón del mundo, 2016), de Sunao Katabuchi, director que nos regaló una película extraordinaria.
11 de noviembre de 2018 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película, basada en un libro de poemas de Tahi Saihate con el mismo título, cuenta el inicio de la relación entre dos jóvenes inadaptados en el Tokio actual. Sôsuke Ikematsu interpreta a Shinji, un obrero de la construcción ciego de uno de sus ojos y Shizuka Ishibashi a Mika, una enfermera que necesita complementar su sueldo ejerciendo de camarera en una especie de hostess club para hombres (o, como ellos lo llaman, un bar de chicas). Ambos protagonistas son seres muy solitarios que arrastran, sobre todo Mika, pesadumbres del pasado.

Poco a poco iremos conociendo la historia de cada uno, excesivamente alargada cuando la película en realidad carece de una línea de seguimiento clara sino que es más bien una colección de escenas o momentos. Al principio, que es donde la película está bastante mejor, oímos la voz en off de Mika, no contando algo sobre la trama, sino, parece, recitando algunos poemas en los que se basa el film. Resulta la parte más interesante porque la película en general, y más concretamente en esta parte, es bastante triste, abúlica. Y lo sabe transmitir. Además, vamos conociendo otros personajes, los compañeros de trabajo de Shinji, que contribuyen en buena manera al tono altamente pesimista que tiene todo. La relación que se establece entre los compañeros de trabajo ayuda mucho a no caer del lado de lo excesivamente aburrido.

El problema es que todo se hace demasiado repetitivo y excesivamente alargado para seguir siempre con lo mismo. Porque, excepto por la vida familiar de Mika y el gran motivo de su desesperanza, se ve claramente hacia dónde va a terminar todo respecto de los dos protagonistas. En cualquier caso “Tokyo Night Sky Is Always the Densest Shade of Blue” resulta ser una película bastante pesimista. Y también muy crítica con la alienación de los habitantes de la gran ciudad, con la soledad del individuo rodeado de gente, con la indiferencia.

La película ha sido rodada en su mayor parte en Tokio, en Shibuya y Shinjuku. Al margen de la historia, las escenas urbanas son un aliciente más.
29 de septiembre de 2018 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Andoromeda Sutoriizu (Andromeda Stories, 1982)
Dir. Masamitsu Sasaki

En el mundo del manga viejuno, y de su correspondiente anime, siempre es bueno encontrarse de pronto con algún producto estimable e interesante que ha pasado desapercibido con el transcurso del tiempo (al menos en mi caso). Eso sí, siempre visto con la perspectiva temporal porque este tipo de animes sí que son hijos de su tiempo.

Andromeda Stories fue un manga publicado entre 1980 y 1982 y escrito por Ryu Mitsuse, novelista y escritor de ciencia ficción. Está dibujado por Keiko Takemiya. Fueron tres tomos que se resumieron bastante en este anime de 84 minutos dirigido por Masamitsu Sasaki. Se trata de un Shōnen de ciencia ficción con muchos robots, seres biónicos y rebelión de las máquinas. Una historia que fue primero en estos productos, pero que luego se ha visto, salvando las distancias, en muchos otros como la asimilación Borg en Star Trek, o el predominio de las máquinas en Matrix, por poner unos ejemplos.

El estilo de animación es el que corresponde a estos años, no se le puede pedir mucho, ni tampoco es necesario. Los estilos y diseños son muy parecidos a otros productos de por entonces, como el Cobra de Osamu Dezaki o a la serie Ulises 31. Por otra parte, la historia básica está está bastante bien no siendo nada infantil por un extremo, ni tampoco, por el otro extremo, nada profunda. Se ven muertes y desmembramientos sin problema, también un semidesnudo que debía ser, en la época, parte de la atracción (mucho más marcado esto en Cobra) y que hoy queda como muy blanco, puramente naif. Más raro es el final, como contaré en la parte de spoiler. Eso sí, aquí todo va como un tiro y la cantidad de cosas que ocurren en ochenta minutos es ingente, a veces agotadora. El resultado es que hay poca profundidad, siendo una historia que daba más para una serie.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Todo lo que diré a partir de ahora puede ser solo fruto de mi imaginación enfermiza.

Juega bastante la película con la insinuación del amor materno-filial. Y no solo eso, al final de la película los dos hermanos gemelos, hermano y hermana, huyen solos del planeta y de la galaxia acabando finalmente en la Tierra cuando no había vida en ella. Y son ellos los que van a sembrar la vida en la Tierra, hermano y hermana, gemelos, Adán y Eva.... no digo más.... Menos mal que en los títulos de crédito "parece" que se nos indica que son los restos de sus cuerpos los que dan lugar a la vida en la Tierra al surgir de ellos las primeras células.
27 de agosto de 2018 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando en tiempos de juventud leía algunos relatos de Lovecraft, como aquel en el que algún ser Primigenio vaga por los bosques en las montañas a medio camino entre su dimensión y la nuestra, desde luego imaginaba un escenario mucho más frondoso, verde y oscuro del que se ve en este desierto de los alrededores de Los Ángeles. No obstante, en la primera mitad de esta película, que es la parte que se mantiene interesante, parecía que el Primigenio hacía de las suyas. No estoy desvelando nada, la película empieza con una cita de Lovecraft, así que la sugestión está desde el principio.

El caso es que luego el asunto se tuerce, aunque sigue manteniendo cierto interés porque la temática hacia la que gira siempre entretiene por muy trillada que esté. Quizás sea que la historia quiere abarcar demasiados temas y termina decantándose por donde, particularmente, me interesa menos dadas las expectativas iniciales. La falta de presupuesto hace el resto.

Ciertamente, en el terreno de la ciencia ficción es de agradecer la aparición de historias nuevas. En este sentido la película es parecida a Coherence (2013) o a Predestination (2014), plantea una buena y nueva historia que no sabes bien por dónde te va a salir, al menos en su primera mitad. En la novedad está lo bueno y, desde luego, la película hubiera ido bastante mejor si hubiera dispuesto de medios suficientes. Pero aquí los dos directores son además los dos protagonistas, aunque como actores dejan bastante que desear. También son productores, uno de ellos es el guionista y el otro lleva la fotografía,... la verdad es que para los pocos medios que tienen, bastante han conseguido.

¡¡Lo que pasa es que yo quería más Lovecraft!!
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