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Críticas 140
Críticas ordenadas por utilidad
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8
14 de agosto de 2015 Sé el primero en valorar esta crítica
En muchas ocasiones hemos escuchado que las segundas partes nunca fueron buenas, y cuando en el mundo de la animación se atreven a hacer una segunda entrega de uno de los grandes éxitos, el espectador se queda muy frío al ver el resultado, que suele ser por normal general bastante soso, repetitivo y carente de imaginación. Eso no ocurre en esta parte dos de ‘Toy Story’, y gran parte de la culpa de que eso no ocurra es la frescura de sus personajes, que no dejan de ser en ningún momento juguetes animados, y solo por eso, nos sentaremos a ver cada una de las entregas posteriores que salgan, ¿Quien no ha imaginado alguna vez que hacen sus muñecos o peluches favoritos cuando no miramos? La imaginación desbordante del niño que una vez fuimos queda latente en nosotros, y despierta sacándonos una sonrisa cuando Toy Story cobra vida en nuestras pantallas.

En esta ocasión la aventura nos llevará a disfrutar de un recorrido por la ciudad más que fascinante poniéndonos de nuevo a ras de suelo, aunque la ventaja que tiene esta cinta frente a la previa es la variedad y juegos de escenas al dividirse los dos principales protagonistas en la acción, encontrándonos ante dos tramas unidas pero completamente diferentes. Para que esto ocurriese había que introducir nuevos personajes, y eso en esta película es algo que está logrado de forma magistral, pues los personajes se van haciendo un hueco en nuestros corazones hasta quedar empatados con los alien o el señor patata, a pesar de estar recién llegados.
Como toda buena cinta de aventuras que se precie, nuestros protagonistas necesitaban un malo que desatase el caos en el mundo de estos seres en miniatura creando esos hilos de acción de los que hablábamos, ¿Y qué mejor “villano” que un coleccionista de juguetes para Toy Story? La idea es acertadísima, se trata de un coleccionista ansioso por conseguir lo que para el es una pieza única que completará su búsqueda, mientras que para nosotros, sobre todo para los más pequeños, es únicamente una persona que quiere quedarse con nuestro juguete favorito. En esta ocasión la sensación de desasosiego que experimentamos no viene dada por el sentimiento de abandono que sufren los juguetes al marcharse Andy, viene dada por el secuestro de Woody.

Ese secuestro lleva a Woody a una tienda de juguetes donde conoce a Jessie y Perdigón, el caballo de esta. Es aquí donde el vaquero se da cuenta de que pertenece a algo más, su mundo se expande por completo, no se trata de la incoporación de un nuevo juguete a la colección de su niño, se trata de tener familia por así llamarlo o un lugar del que venir. Eso es lo que encuentra cuando en la tienda se “despierta” y se encuentra en pleno oeste, con caballo y amazona al lado, por no mencionar toda una decoración escenográfica dedicada exclusivamente a él. Ese pertenecer, formar parte de algo más y disfrutar durante el descubrimiento es lo que nos presentan Woody y Jessie, y es una de las muchas cosas que hace memorable esta película.
Por otro lado nos encontramos con la acción que se desarrolla por parte del resto de juguetes, con Buzz a la cabeza, que preparan una misión de rescate para traer a Woody de regreso a casa antes de que Andy se de cuenta siquiera que han salido del dormitorio. El sentido por el deber y la amistad se muestran con las escenas más graciosas de toda la cinta, cuando el astronauta llama a filas al resto de juguetes para dar forma y ejecutar el rescate.

Los juguetes volverán a salir de su zona de confort y se adentrarán en una jungla de asfalto para llegar hasta la tienda del coleccionista. Durante el recorrido se encontrarán con innumerables riesgos, pero la lealtad, la valentía y la aportación individual de cada uno de ellos nos ofrecerán una misión “rodada”.
Toy Story es de nuevo, una mezcla de valores enormes, una película de la que todos podemos disfrutar, aprender y poner en valor, porque da igual la edad que tengas, Toy Story puede extrapolarse a muchos aspectos de nuestra vida diaria, y es ahí donde reside su verdadera genialidad. Nunca una segunda parte nos había gustado tanto.

Crítica para MagaZinema.es
http://www.magazinema.es/toy-story-2-john-lasseter-1999/
3 de febrero de 2022
4 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
‘Midnight’ es una de esas cintas que empieza mostrando todas sus cartas. Desde que arranca sabes quien es quien y eres consciente de sus roles a lo largo de toda la película. Esto bien podría parecer una debilidad, pero el recién llegado Kwon Oh-Seung juega magistralmente con ello, pues nos pone al mismo nivel que a las protagonistas femeninas. Como ellas, nosotros también sabemos la verdadera cara del asesino, pero no tenemos nadie a quien contarlo.

Una cinta frenética de principio a fin. Desesperante por la situación de desamparo que viven sus protagonistas y por la intensidad del personaje protagonizado por Wi Ha Joon, a quien te crees de principio a fin. ‘Midnight’ es un thriller de esos que recuerdas durante algún tiempo porque cuenta con muchas particularidades que la hacen destacar dentro del género, aunque, por supuesto, no es perfecta. Vayamos por partes.

Si nos centramos en la trama pronto vemos que es de un planteamiento muy sencillo. Un asesino que encuentra truncado su siguiente asesinato cuando una joven se tropieza con él en pleno ataque. Hasta aquí nada nuevo bajo el sol. En el momento en que se añade a esa trama una protagonista con rasgos particulares como es sufrir de pérdida auditiva total, todo cambia, porque las reglas del juego no son las mismas. ‘Midnight’ juega con ello a la perfección, creando una atmósfera que no esperábamos encontrar.

Ciertamente no es la primera película que juega con connotaciones similares. Si has visto ‘Hush’ de 2016, donde una escritora sorda se va a una casa en la montaña a terminar su libro y allí aparece un asesino, o ‘A ciegas‘ de Sandra Bullock donde el sentido de la vista debe ser bloqueado para sobrevivir, quizá te hagas una idea de la frustración y agonía de las protagonistas de ‘Midnight’, pero aún no hablaremos de ello. Lo fantástico de esta cinta es como juega con las ausencias de sonido, con el silencio sepulcral que se planta delante nuestra y que ni siquiera percibimos por lo metidos que estamos en la película.

Estamos tan acostumbrados al ruido base de nuestras vidas que no lo contamos como tal. Estar en silencio no implica ruido cero para nosotros, y eso lo descubrimos en esta película mientras vivimos a través de sus personajes. Técnicamente la edición de sonido es de diez, porque te introduce en una realidad imposible de recrear en condiciones normales en nuestro día a día. A través de ‘Midnight’ vivirás la realidad de sus personajes y notarás el peso del silencio como nunca antes.

Rara vez nos planteamos las dificultades diarias a las que se enfrentan otras personas, el bullicio y caos de nuestras vidas no nos dejan tiempo para ello, pero aquí la inmersión es tal que a partir de su visionado, tu percepción del mundo que te rodea cambiará. ¿Te imaginas intentar comunicarte y ser obviado? ¿Querer gritar o pedir ayuda y no poder? ‘Midnight’ te tira a la cara todas estas situaciones y te hace recapacitar sobre el privilegio con el que cuentas sin crear víctimas en el camino. La sordera de la protagonista no es para ella una forma de infelicidad pero sí algo con lo que vivir cada día, siendo muchos los retos y variables a tener en cuenta en un mundo que fluye a la velocidad de la luz y no espera a nadie.

Mientras corren los minutos, socialmente, ‘Midnight’ expone como los prejuicios y el machismo de una sociedad patriarcal están muy presentes aún. Todos los grandes asesinos en serie han pasado ampliamente desapercibidos por su capacidad camaleónica y por contar a su favor con una sociedad que cree mucho antes la realidad que ellos presentan a la que cuentan sus víctimas. Formar parte de una minoría hace que a Kyung Mi y a su madre no se le tengan tan en cuenta como debería. Es incómodo comunicarse con ellas, de hecho requiere más trabajo y dedicación que hacerlo con otras personas que si pueden hablar y oír bien, y en ese esfuerzo es donde hace hincapié la película.

La puesta en escena global crea momentos culmen y nos mantiene en vilo durante todo el metraje, pero falla el guion en el verismo, en el intentar hacernos creer que nadie, ni un solo alma es capaz de ser un profesional competente o un humano decente que socorrería a alguien en apuros.

Ciertamente necesitamos este tipo de actitud para que la película pueda tornar de la forma en la que lo hace. No es muy original en su idea base, ni en como presenta a los personajes, pero si en su puesta en escena. Además de una muy buena edición de sonido, debemos aplaudir la estética y sobre todo el montaje, que es fluido, atractivo y enérgico. A pesar de ser un novato, su director aquí demuestra muy buena escuela. Nunca es fácil acertar con persecuciones de alta intensidad en calles sinuosas y oscuras y, en ‘Midnight’, son parte fundamental de la historia que se cuenta, porque en este tipo de cintas, es en el huir del asesino donde está la verdadera esencia.

Así, la intensidad se va in crescendo, porque al ser conscientes de quien es el asesino, le vamos añadiendo minuto tras minuto un sentimiento de desesperanza que no hace más que crecer y asentarse en nosotros. ¿Por qué nadie las escucha? ¿Por qué la policía no actúa? ¿De verdad nadie se da cuenta de lo que nosotros de forma tan clara y patente vemos? Gracias a unas interpretaciones sólidas en todos los participantes la película atrapa de principio a fin. A Wi Ha Joon lo hemos mencionado al principio, tal es su transformación en ‘Midnight’ con respecto a sus trabajos previos que quedamos doblemente sorprendidos y complacidos con su actuación. Nunca lo has visto así, este papel queda en una dirección totalmente opuesta a ‘18 again‘ o ‘Romance is a Bonus Book‘...

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Nota - 3.5/5
30 de marzo de 2021
4 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
‘Una joven prometedora’ es la película del 2020 que necesita ser vista, pero sobre todo ser trabajada a nivel social. Una cinta que presenta de la forma más espectacular y realista la cultura de la violación y el silencio que flota entorno a ella. Su directora, Emerald Fennell, pone los puntos sobre las íes en cada fotograma, línea de diálogo y minuto de metraje ofreciéndonos una obra maestra que no se deja nada en el tintero.

No hay espacio para la redención, solo para la venganza y con ello trabaja en todo momento esta cinta que solo a veces perdona, nunca olvida y siempre tiene claro su objetivo final. Ese objetivo final es remover conciencias a base de golpes de realidad, conversaciones directas, sin tapujos y muy alejadas del que dirán. Nuestra protagonista es un personaje dañado profundamente por una sociedad patriarcal, machista y prepotente que pone a una parte de la población por delante y encima del resto. El personaje de Cassie se presenta mordaz, altamente inteligente y preparada para sacrificarlo todo. Una fortaleza, resilencia y empuje que no siempre se muestra tan claramente en pantalla, y mucho menos en un papel protagónico femenino. Hay muchas sombras y alguna luz en ella, y por eso te atrapa.




De eso se encarga Carey Mulligan, que siempre nos tiene acostumbrados a una calidad interpretativa mayúscula, pero que aquí se come la pantalla. No importa cual sea el enfoque, perspectiva o ángulo de la cámara, ella siempre está presente, con fuerza arrolladora. Incluso cuando su personaje se muestra más inocente, calmado o abatido somos capaces de ver el fuego en sus ojos y casi escuchamos los engranajes de su cerebro montar el siguiente paso de su perfecto plan de venganza.

Un guion afilado y realista.
Cada diálogo es un puñetazo en la boca del estómago, y cuánto lo necesitamos. A duras penas podrás contener la rabia mientras ves ‘Una joven prometedora’. Rápidamente caerás rendida a los pies de su protagonista, porque será esa calma retenida que tu no serías en las situaciones a las que ella se enfrenta. Con rasgos que rozan la psicopatía, Cassie intenta buscar una justicia que le permita pasar página, pero no será fácil. Su vida se verá paralizada, caerá por las grietas y no tendrá consuelo hasta que consiga llevar a la luz la verdad que le arrebató lo más querido en su vida.

Imbuida en una sociedad que no quiere enfrentarse a la triste y horrenda realidad que suponen el abuso, violación y las agresiones sexuales de toda índole que se llevan a cabo casi de forma sistemática e impune en cualquier parte del globo contra mujeres, Cassie encontrará algo de consuelo en acciones de dudosa moral, que como espectadores nos dejan debatiéndonos moralmente a lo largo de todo el metraje. La cultura de la violación está aquí, no hemos mejorado en absoluto en su erradicación, queda mucho trabajo por hacer y las palabras que resuenan en los diálogos de ‘Una joven prometedora’, nos hacen más conscientes aún de ello.


La rabia contenida de una mujer al borde de un ataque de nervios que nos representa a muchas de nosotras. Una mujer que está sola, que es incomprendida o mejor dicho, que quiere ser obviada e incomprendida porque esa realidad es más fácil de digerir que la cruel verdad. Son unos diálogos ágiles, que perforan el alma y dan bofetadas directas y sordas a todos aquellos que se atreven con ella. ‘Una joven prometedora’ necesita ser analizada y trabajada a titulo personal. Busca despertar en nosotras la bestia adormecida por la cotidianeidad, busca a inconformistas que no callen nunca ante la agresión sexual, sea del tipo que sea.

Su metraje se llena de argumentos que enseñan como invalidar o blanquear algo que creíamos tener adquirido y aprendido como son el ‘No es no’ o ‘Solo si es si’ o todo lo derivado del movimiento #MeToo. ‘Una joven prometedora’ no se autocensura en mostrar que nada mas lejos de la realidad, todo lo contrario. Nos lo lanza como un guante en un duelo. Aquí está esta es la cultura de la violación, asi reaccionan la mayor parte de los seres humanos y estas son sus pésimas excusas. ¿Qué vas a hacer al respecto?

‘Una joven prometedora’ es la película más oscura que pudieras imaginar, por eso contrasta enormemente con su puesta en escena. Lo mismo te baña en dulces tonos pastel que siempre están presentes en las manos de la protagonista, en que reverberan una casa sacada de otra época que nos oprime y recuerda con sus clichés cual era el lugar de una mujer en el mundo. Todo ello en un bien engarzado juego de opuestos que te hace querer salir de tu piel con unos brillantes morados y rojos de discoteca y decadencia que necesitamos para generar ese ambiente sórdido en el que en realidad vivimos.

Son, o así pareciera, un reflejo de los infinitos estados emocionales en los que vive nuestra protagonista. Esa paleta de color cambiante representa quien es Cassie y que vida anhela. En la mezcla de tonalidades y brillos viven sus emociones y son los flashes de luz que bañan las escenas los que muestran sus verdaderos sentimientos.


Para completar, la que es una cinta redonda, debemos mencionar su banda sonora. Un trabajo acertado en todas las fases de la historia. Con ella ese vibrante color toma forma, nos tensiona y relaja, nos prepara para lo que está por venir pero a un mismo tiempo nos sorprende con la guardia baja. Está compuesta de clásicos que resuenan con una nueva y pegadiza forma en tu cabeza, así como de creaciones recientes escogidas a la perfección para ilustrar la carga dramática que en todo momento lleva sobre sus hombros la protagonista.

La historia base de venganza puede que la hayas visto antes, no pretenderemos que es novedosa en ese aspecto, pero si lo es en darle a un thriller con todas las de la ley un tono de urgencia que dice: ‘El problema es de todos’, dejando tras de si una obra magistral en edición, montaje y fotografía. No puedo esperar a ver lo siguiente que nos trae el atrevido genio de Emerald Fennell.
Para MagaZinema.es
4.4/5
20 de enero de 2020 2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Greta Gerwig lo ha conseguido. Ha puesto de moda y ha traído el tema a la mesa de debate a través de un clásico. Nadie podía pensar que ‘Mujercitas‘ pudiese ser actualizado y traído a la vida en pleno siglo XXI, pero la directora lo ha logrado. Gracias a un saber hacer buen cine, con un gran reparto en el que apoyarse y un cuidado trabajo en el guion. Acompañada de una banda sonora para el recuerdo, un vestuario, localizaciones y fotografía cuidadas hasta el último detalle ha hecho que Jo, Amy, Meg y Beth vuelvan a ser relevantes una vez más.

Era complejo traer de nuevo al frente a un grupo de mujeres que tanto han sido representadas y mostradas en sus papeles de féminas perfectas que hacen cómo deben. En esta actualización del clásico Jo, interpretada por Saoirse Ronan, alcanza unas cotas de grises que nunca antes se habían imaginado.

Jo se encuentra luchando por más que solo el sobrevivir en un mundo de hombres. Quiere ser recordada por todos los tiempos, no caer en el olvido. Hacer algo que sea importante, atemporal y que la ponga en el mapa por su habilidad como escritora no por ser la mujer de.

Con esta misma lucha interna reconocemos a Amy. La joven es llevada a la vida por Florence Pugh, con una actuación que de describirse como notable se quedaría corta. La mediana de las hermanas, con un temperamento irascible en su niñez y mucho más atemperada en su juventud es una apasionada de la pintura que tiene las cosas muy claras.

El matrimonio es una transacción económica, ya que a la mujer nada le pertenece, y ella no es un genio de la pintura como para ser aceptada como tal en los anales de la historia. El corte lo ponen otros, y como bien se dice en el film, si no se deja participar a las mujeres y se las denosta, la mitad de la competencia ni siquiera entra a juego.

Emma Watson se pone en la piel de Meg, la mayor de las hermanas. Una joven asentada, tranquila y afable que contrasta con el espíritu aventurero e inconformista de sus hermanas. Meg es capaz de apreciar la belleza de la vida en las pequeñas cosas, aunque lucha contra esa necesidad de ser notable socialmente. Tal y como ocurre con el resto de actrices del elenco, Emma Watson se encuentra en uno de los papeles más delicados y cuidados de su carrera. Su directora Greta Gerwig sabe sacar lo mejor de cada una de ellas. Hay escenas que se quedan contigo como la de la fiesta con el gran vestido.

Beth es la pequeña de las hermanas. Eliza Scanlen tiene quizá el papel que menos luce de todos pero que es clave en la historia de la familia March. Hay algunas escenas que protagoniza en la que brilla brutalmente, sus arrebatos de pasión y agradecimiento son claves para comprender que une a los personajes que se presentan. Su personaje es delicado, honesto y honrado.

Por supuesto no podemos dejar de hablar de Laura Dern o de Timothée Chalamet. Ambos son instrumentales en la trama. Laura Dern da vida a Marmee, la madre de las jóvenes. Su personaje se abre, se muestra vulnerable con Jo y esos momentos de la cinta son únicos. El personaje que se muestra ante todos perfecto, no lo es, es una persona trabajando por ser mejor a cada día, sabiendo que la perfección es un ideal inalcanzable e inexistente. Por su parte Timothée Chalamet se mantiene en su línea de ensueño interpretando a Laurie. Cada vez que aparece en pantalla se la come, esa es la realidad, hay veces que parece flotar en vez de andar. Un papel para el que no podrían haber hecho mejor casting.

Sin lugar a dudas es una película más que recomendable. Cuenta con una trama apasionante que te engancha en sus más de dos horas de cinta. Hay saltos temporales que nos ayudan a comprender la historia presente gracias a la pasada. Cuenta con tantas lágrimas como sonrisas, pero sobre todo habla de superación, del techo de cristal y de la necesidad que todos los seres humanos tenemos de reconocimiento. Todo ello lo logra trayendo a nuestra pantalla personajes que no visten o viven como nosotros, pero que sueñan y luchan con y por las mismas cosas por las que luchamos y soñamos a día de hoy.

Crítica para MagaZinema.es
17 de noviembre de 2021 0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La piedad, la misericordia, el perdón y el pasar página parecen ser términos algo desconocidos para algunos guionistas y directores surcoreanos. Por el contrario conocen bien la venganza, la rabia, el dolor, la paciencia y metodología para llevar a cabo un preciso ejercicio de devolver lo que se nos ha dado. ‘No mercy’ es un ejercicio de todo lo mencionado demasiado bien ejecutado. Habrá momentos en los que la angustia de la persecución te asfixie, en el que el dolor de los personajes te desgarre mientras los desagarra a ellos y en el que la impotencia te desborde. Probablemente todo esto ocurra y ni siquiera estés cerca del final de la cinta. Prepárate, ‘No Mercy’ es una bomba psicológica que muestra sin tapujos la inconmensurable crueldad del ser humano.

Una joven ha aparecido muerta cerca de un lago, desmembrada a falta de un brazo. Una investigadora parece tener pruebas que delatan a un sospecho, sin embargo todo se complica cuando el forense es chantajeado y comienza un juego contrarreloj que dificultará mucho la investigación.

Dirigida por Kim Hyeong-jun, la cinta nos lleva de viaje a un mundo sombrío que ya hemos visitado antes, pero que aun así siempre nos eriza el vello. En ‘No mercy’ se destruyen imágenes de forma continua. Lo que fuera un sitio pacífico, bello y casi santuario como son los bellos parajes entorno a un río, que es fuente de vida, pronto se desacraliza y se convierte en escenario de una crueldad sin precedente. Junto a este paraje se siguen destruyendo otras imágenes mientras se revela la trama. Lugares que una vez acogieron vida y calidez se muestran arrasados por la acción humana, y no conforme con ello, se presentan, conjuntamente, ubicaciones frías, tristes y casi inhumanas como son salas de autopsias, salas de interrogatorio y elementos industriales que muestran como lo estéril puede también arrebatarnos la poca empatía que nos queda. La fotografía y puesta en escena de la cinta te comenzará a oprimir el pecho desde el primer minuto y no te soltará ni siquiera cuando haya terminado de correr la cinta.

El trabajo estético y cinematográfico es pulcro en sus líneas y pronto entra en conflicto con lo sucio de la moralidad y acciones de sus personajes, creándose una contraposición que incomoda al espectador mientras crea un ambiente y tensión difíciles de olvidar. La escala de tonos grisáceos y azules nos mantienen anímicamente bajos, pero es más la falta de color la que nos arrebata la alegría. No hay alteraciones cromáticas, no hay vida en su tono, solo desesperación, que se transmite como en pocas ocasiones a quienes desde fuera intentamos olvidar que por desgracia la realidad siempre supera a la ficción, y que aquí solo se nos muestra un ápice de la maldad de la que somos capaces.

Para dar cuerpo a este thriller policíaco lleno de persecuciones, traición y desesperación tenemos a Sol Kyung-gu (‘1987: When the Day Comes‘) haciendo de forense que solo desea retirarse para poder pasar tiempo con su hija y a Ryoo Seung-bum en la piel de un de un activista medioambiental (‘The Berlin File’) que busca mucho más que destapar el crimen medioambiental sufrido en la zona donde su familia vivía.

Sol Kyung-gu como Kang Min-ho y Ryoo Seung-bum dando vida a Lee Sung-ho serán la pareja antagónica que se coma la pantalla y que nos mantenga en vilo durante todo el metraje. Ellos son la esencia, el cuerpo y el por qué de todo lo que ocurre, pero nosotros no seríamos sin Han Hye-jin interpretando a Min Seo-young, no podríamos comprender la trama en todo su concepto y el apartado empático y humano al que tanto necesitamos aferrarnos para sobrevivir a una película como esta se desvanecería, dejándonos huérfanos de un elemento crucial.

Min Seo-young es una joven investigadora intentando hacerse un hueco en su unidad. Hasta la fecha no se le ha tenido en consideración, ha sido denostada por sus compañeros, pero cuando el caso de jóvenes mutiladas llegue a su unidad y arrastre a Kang Min-ho, un antiguo mentor universitario, encontrará la forma de hacerse notar gracias a sus conocimientos y análisis del perfil psicológico del culpable.



Su presencia es un contrapunto necesario para equilibrar la cinta. Ella es honestidad, empatía, calidez y en definitiva humanidad entendida en el mejor de los sentidos. Es a ella a quien nos aferramos para sobrevivir a la crueldad que se muestra en pantalla, porque cuando menos lo esperamos, se nos hacen preguntas para las que muchos no tenemos respuesta. ¿Hasta dónde serías capaz de llegar dadas unas circunstancias concretas? ¿Serías capaz de perdonar u olvidar? ¿Traicionarías todo lo que conoces y eres por alguien a quien amas? Y quizá la más brutal y honesta de todas. ¿Dónde empieza el bien y donde el mal?

Con cada una de estas preguntas, con sus miles de respuestas y consecuencias juega ‘No mercy’, que nos lanza a un mundo de desesperación por salvar a un ser querido a través de Kang Min-ho mientras de fondo nos hace bucear en el dolor de quien ya lo ha perdido todo presentándonos a Lee Sung-ho bajo una luz cambiante cuyas acciones cobran sentido solo cuando llegamos al cierre de la cinta. En esa dicotomía radica la cinta. Unos personajes que están unidos solo por dolor que han sido capaces de infringirse el uno al otro. Personajes en los que solo queda desesperación, dolor y rabia.

‘No mercy’ es una película estremecedora en todos los aspectos. No te quedarás con un buen cuerpo una vez termines de verla, pero si quedarás encantado con sus giros de guion, su puesta en escena y trabajo actoral. Tiene todo lo que se necesita en un thriller y seguro pasará a lo alto de tu lista, pero debes estar preparado para lo que vas a ver, porque el camino para disfrutar de uno de los mejores cierres del género será emocionalmente arduo y requerirá mucha atención al detalle por tu parte. Merecerá la pena cada segundo de ella, eso puedo asegurarlo.

Nota 4/5
Crítica para www.magazinema.es
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