Los remakes me parecen parasitarios, pero los reboot, que eso es lo que es ésta película, en general me resultan absurdos, eso de tomar un concepto y cambiar todo, desde la psicología de los personajes hasta el conflicto central, hace que no entienda el sentido de realizarlos.
La película solo se parece a la original de Carpenter en que una comisaria será cerrada, y gente desde el exterior que busca hacerse con una persona y está dispuesta a masacrar a todos los que se encuentran dentro para que se la entreguen, nada más, el resto es completamente diferente, por lo que no tiene razón hacer comparaciones entre una y otra, sino juzgarla como una historia original.
Es decente, digo, cumple lo que se espera de ella, tiene mucha acción, los actores están correctos, personajes interesantes, diálogos ágiles, tal vez es más trágica de lo necesario, y exageradísima, pero bueno, lo último viene con el combo de thriller de acción, nadie espera otra cosa de los mismos.
Como dato curioso creo que su guionista, James DeMonaco, se inspiro en ésta adaptación para crear The Purge, gente sitiada que se tiene que defender de un montón de asesinos, de hecho es prácticamente la misma premisa, nada más que en versión distópica en The Purge.

El cine de Ariastarain, si bien no es complicado, al contrario es un cineasta que lo que quiere exponer lo hace con claridad meridiana, incluso a veces llega hasta a remarcarlo, pero no es para todos, su cine es de autor, donde hay una bajada de línea que puede hacerse molesta, al igual que el aire resabiado de sus personajes, siempre en la lucha por utopías, pero en los cuales también hay cierta soberbia de sentirse superiores a los que los rodean, que no luchan como ellos, y a quienes toman por unos ignorantes o peor, unos sumisos que no saben defenderse y se entregan a los malos, que siempre son los capitalistas, los patrones, los empresarios, Aristarain nunca niega su tendencioso izquierdismo, lo que hace que esas partes en sus películas molesten, porque son sectarias, aunque también autenticas, es su ideología, no lo hace por demagogia.
Lo mejor es la sutileza con la que muestra los sentimientos, que el personaje de Cecilia Rotyh y el de José Sacristán se mana, pero nunca se lo dicen tal cuál lo sienten, pero al espectador le queda clarísimo, al igual que a su marido, quien se lo aguanta.
Muy buenas interpretaciones, sobre todo de Sacristán y Leonor Benedetto.
La película podría ser más corta, privilegiar la acción por sobre los excesivos diálogos, y dejar de lado su parcialidad ideológica, pero entonces dejaría de ser un trabajo de Ariastarain.

Con una argumento que calca situaciones de comedias románticas hollywoodenses, pero con una narrativa de culebrón costumbrista, lo que provoca un hídrido fallido, los personajes secundarios que se suponen son la parte más cómica, que serían los padres de Verónica por su lado, y los de Carmelo por otros, son realmente grotescos, pero en el mal sentido, están demasiado exagerados como para ser reconocibles, también falla el personaje de Fabio Posca, insoportable, el único que logra ser gracioso, tal vez porque es el personaje más contenido y llano de todos, es el de Diego Pérez.
En lo demás, la historia por suerte ha envejecido mal, esa visión estereotipada que todavía en el año que se hizo ésta película se tenía en general de los gays, como seres amanerados, que tenían que hablar y moverse de forma femenina, es absolutamente discriminatoria, aunque no sea la intensión, es lo que genera verla hoy en día.
Luego la parte romántica, que es toda cliché, tampoco es que provoca mucho, más bien nada, porque entre Andrea Del Boca y Adrian Suar, no hay nada de química, ambos se esfuerzan para resolver lo mejor posible y que parezca que si, pero no hay caso, eso se tiene o no, y entre ellos no la hay.

La primera película de Héctor Olivera, quien hasta entonces se había dedicado solo a ser productor, es una comedia que aprovecha el éxito que estaba teniendo el psicoanálisis en Argentina, y también toda la movida hippie, sobre todo su estética ultra pop y sicodélica, quizás lo más destacado de la propuesta, que en lo demás es como siempre le reprocharon muchos críticos a Olivera, oportunista, coqueteando con temas en boga, y de paso mostrando mujeres con poca ropa, incluyendo a uno de los iconos sexuales del momento, Libertad Leblanc.
En cuanto a la trama, es básicamente lo mismo que Hotel Alojamiento y demás comedias picarescas de la época, un elenco coral y diferentes situaciones cómica alrededor del sexo, en este caso usando la terapia de grupo como excusa para narrarlas.
Vista con ojos actuales la película resulta terriblemente incorrecta, es machista, homofobica, tiene una visión ambigua sobre el estupro, pero sirve para conocer las costumbres y el pensamiento que tenía la mayoría de la sociedad hace 50 años atrás, sobre el matrimonio, la homosexualidad, etc.
Destacar a Elsa Daniel en uno de los pocos personajes cómicos que tuvo a lo largo de su carrera, la cuál general interpretaba a vírgenes burguesas con destino sombrío en los dramas de Torre Nilsson, aquí ya en sus 30, hace una especie de parodia de las mismas.

Entretenimiento clase B, donde sorprende ver a Jonathan Rhys Meyers, quien no hace tantos años fuera una de las jóvenes promesas de Hollywood, supongo que con mejor suerte habría llegado a donde hoy está Ryan Gosling, pero más bien sucedió todo lo contrario, y encima se suma el hecho de que los años le han pasado por encima, no sé si por droga o qué, pero el tipo se ve mucho mayor a los 40 años que tiene, pero con todo no merece estar en este tipo de propuestas, demás se lo ve mal incluso a nivel actoral, desganado, escupiendo sus diálogos, inexpresivo, no es que se lo reprocho realmente, porque su personaje es el cliché del científico loco, pero aunque sea podría haber hecho una parodia, pero ni eso, se ve que hacerlo no le dio ni gracia.
Otro hecho que sorprende de ésta propuesta, es su progresismo, la trama confirma todos los delirios paranoicos que pueda tener un izquierdista, de verdad la trama es muy absurda, pero compensa cuando privilegian el como sobre el porqué, o sea las escenas de persecuciones, de asesinatos, etc.
Lo peor, la escena inicial, creo que si no se tiene el presupuesto, no sirve meter efectos computarizados que tampoco son buenos, para simular explosiones y demás, queda pésimo.
Cuando la película trata de tomarse en serio a sí misma y apelar al drama, falla por completo, es un thriller de acción, el público espera escenas de peleas coreografiadas, persecuciones, tiroteos, etc, no que intentes darle un enfoque serio y de denuncia, porque sobra y queda ridículo.