Peli de suburbios. Nada nuevo que aportar salvo intentar añadir una visión más real sin intentos de transmitir esperanza o superación. Dogman lo logra.

Muy buena actuación de Macello Fonte con un físico que le ayuda sobremanera a transcurrir al personaje durante la historia. La dirección es muy buena. Al guion le faltan historias paralelas. Sin música es mucho más difícil transmitir.

El resultado es muy aceptable. Pero no tanto como vierten los críticos. Es una buena peli pero le falta algo de atractivo. Tal vez la falta de esperanza la haga dura pero el mensaje llega claramente y la realidad es su mejor virtud. Perfecta si piensas que la vida es una porquería y te apetece refrendarlo.

Sin caer en los tics propios de las pelis americanas que enganchan al estadounidense a su asiento, Moneyball cuenta una historia desde el punto de vista de una creencia. No es una peli que tire de barras y estrellas para mantener el ritmo. Al contrario, tira de su propio protagonista.

Brad Pitt vuelve a hacer de él mismo transformado en un manager deportivo. Lo hace muy bien porque el cine le quiere. No tiene un registro sobresaliente pero sí usa registros creíbles y adecuados, apoyándose en el contrapunto que le ofrece Jonah Hill. Y entre los dos se meriendan la película.

No es una peli para hacer ídolos, ni para disfrutar del deporte como espectáculo. Es una peli para ver lo que se genera detrás de una pelota y que hace que siga viva. Tiene un aliciente extra, incluye muy bien la cultura que se genera en un deporte.

La película es entretenida y cuenta cosas interesantes a través de personajes muy bien interpretados. Tiene ritmo y un toque oscuro que te puede llevar a una cierta sensación claustrofóbica, que por otra parte no hace más que trasladar la visión de su protagonista.

Puede parecer exagerada aunque considero que es conveniente ubicar la edad del protagonista para poder entender muchas de las actitudes que muestra.

Hipoteca la esperanza ante la realidad y ofrece diferentes versiones de lo acontecido en función del tipo de espectador que la visione. Tiene ese magnetismo de las películas bien hechas por encima de que te parezca bien o mal lo que estás mirando.

Moviéndose entre el género clásico de película universitaria americana y el esperpento me lo pasé muy bien, y hasta aplaudí en alguna ocasión por lo irreverente de sus gags.

Bien interpretada y algo desproporcionada a la hora de contar el meollo de la trama. Pero es que no es nada fácil querer enganchar a varios tipos de espectadores. Aunque se queda más cerca de Ben Stiller que de Sensación de Vivir. A los que le guste Ben, aguantarán el tirón y los de 90210 interrumpirán el visionado.

En mi opinión, enseña cómo son realmente los universitarios en su camino por tomarse la vida un poquito más en serio, cometiendo alguna que otra trastada e intentando responsabilizarse. Es un enfoque brillante, pero no para todos los públicos ya que sus gracias huyen despavoridas del humor blanco.

Sin desviarse de la situación social, esta película enseña una historia de amor pero no solo entre dos personas.

Tirando de humor irlandés la película recorre un buen puñado de situaciones que se dan en la adolescencia, reinando entre todas esas ganas por hacer lo que deseas, sin que nada parezca imposible. Muy bien recreado el ambiente juvenil sin que resulte artificialmente maduro como sucede en otras pelis.

Este tipo de películas a veces hacen reflexionar a los adultos sobre si la experiencia nos vuelve más miedosos que sabios.