Con una ambientación idónea, el segundo largo de David Victori, protagonizado por Mario Casas, es tenso, asfixiante, te envuelve en la espiral y te atrapa en esa especie de "¡Jo, qué noche!" en versión thriller en la que todo se va complicando pero en ningún momento desentona en el sentido de volverse inverosímil en exceso y en el que el protagonista, lejos de ser un héroe es casi su antítesis y se ve envuelto en situaciones que le sobrepasan por mucho. A pesar de su Goya y demás, sigo encontrando a Mario Casas bastante limitado y, aunque es cierto que está mejor que en otros papeles, no acabo de encontrar razón como para el galardón, aún reconociendo que cada vez va progresando y no se le pueden negar los esfuerzos incluso en la elección de los papeles a interpretar.

Siguiendo la línea que Disney se ha marcado de la nueva fase post Endgame, como hicieron con WandaVision, Falcon y el Soldado de Invierno narra las vicisitudes posteriores a todo aquello alrededor de Bucky (el Soldado de Invierno) y de Sam Wilson (Falcon), y lo que acontece con el futuro de Capitán América. Desde el punto de vista de la acción está bastante bien, con alguna escena a la altura de las cinematográficas del universo, y la línea argumental que toma el asunto del escudo del Capi es interesante. Lo que no acaba de cuajar es la historia de los supuestos terroristas y el desarrollo de esos personajes, así como lo poco aprovechado que está el personaje de Daniel Brühl... Aún así, para fans del Universo Marvel, es un entretenimiento interesante.

Con unos efectos especiales bastante llamativos y con una ambientación post-apocalíptica visualmente atractiva, la acción de De amor y monstruos es divertida y entretenida, con una mezcla de acción, ciencia-ficción, aventura y momentos de comicidad bien compensada y que te hace pasar un buen rato palomitero sin pretensiones pero a la vez lo suficientemente bien presentado para mantener el tipo.

Aventura Navideña con el personaje del Grinch como protagonista, encarnado por el genial e histriónico (en el buen sentido) Jim Carrey. Protagonista que odia la Navidad y que vive marginado en las montañas y es temido por la población de Villa Quién. Pero la curiosidad de una pequeña por él cambiará la historia de este curioso y ermitaño personaje.
Es un producto 100% navideño y sin mucho más, donde ni la dirección de Ron Howard ni Jim Carrey hacen que la película suba el nivel, siendo un film mucho más enfocado a l@s peques de la casa en fechas señaladas.

Miniserie sobre los inicios del deporte rey y cómo trasciende a las clases altas y se populariza entre la clase trabajadora a través de equipos surgidos de las plantillas de las fábricas. Creada por el responsable de la afamada Downtown Abbey, Un juego de caballeros está exquisitamente ambientada y aunque tiene algunos tópicos para dar cierto aire dramático, la verdad es que es bastante entretenida y esconde bajo su manto deportivo un mensaje político de lucha de clases que retrata muy bien los problemas de la época en cuestión.