Con una trama de lo más convencional sobre un veterano vaquero ex-marine que vive cerca de la frontera con México y se ve envuelto en un asunto de ajuste de cuentas de un cártel, Liam Neeson encarna el papel principal de una forma que podría recordar a los papeles más recientes de Clint Eastwood, y que dejan a las claras que el paso de los años no permiten a Neeson retomar roles de acción al estilo de Venganza y demás, puesto que los años no pasan en balde. El irlandés, siempre solvente, lleva el peso, pero a la película se le ven las costuras por todas partes, todo es previsible, hay secundarios que no pintan nada (Katheryn Winnick, por ejemplo, parece un "elemento decorativo", puesto que su personaje no aporta a la historia en absoluto y se desperdicia a la actriz) y hasta el final todo lo hemos visto mil veces.

Debido a la mala acogida que tuvo Escuadrón Suicida de David Ayer hace apenas 5 años, DC decidió hacer borrón y cuenta nueva con este reboot. De entrada es más salvaje y gamberra, como acostumbra el cine de James Gunn, manteniendo (aunque con otro estilo) ese aire de cómic que tanto le va a este curioso grupo de "villanos". Si bien las críticas se cebaron con la de Ayer y han ensalzado esta entrega, no encuentro tanta diferencia, siendo para mí ambas simplemente entretenidas y encontrándolas muy lejos de los "primeros espadas" del universo cinematográfico de DC. Como en la anterior, Margot Robbie sigue siendo de lo más destacable, e Idris Elba también lleva su personaje principal con solvencia.

Previsible y cargada de tópicos, "Como pez fuera del agua" cae constantemente en lo zafio (aunque en algún momento nos saque alguna sonrisa), y los personajes parecen excesivamente estereotipados. Tampoco le ayuda el hecho de que haya mucha actuación que resulta amateur, y las resoluciones de la trama se ven venir a la legua con la sucesión de clichés, por lo que no aporta nada ni deja ningún tipo de poso tras su visionado.

Esta historia muy relacionada con el ambiente de Aladdin (y su lámpara de los deseos) pero ambientada en China que nos trae Sony es bastante vistosa (aunque no espectacular en ese apartado), muy entretenida aunque bastante convencional y totalmente previsible en ciertos aspectos. Pero el cómo se describe la historia y, sobre todo, algunos personajes realmente entrañables, así como la química que se dibuja en la pareja protagonista, hacen de "El dragón de los deseos" una película de animación entrañable y con unos valores que creo que no está de más que se recalquen para los y las peques de la casa

Aunque en este subgénero del cine de catástrofes la mayoría de las películas tienen las mismas fallas y los mismos preceptos, esto es, guión prácticamente para salir del paso y efectos especiales a mansalva, en el caso de Greenland: El último refugio, es de destacar el hecho de que la acción se cueza más a fuego lento y de forma más creíble que en otros productos del estilo, y aunque Gerard Butler no es el actor más expresivo del mundo y suele estar últimamente más anclado a personajes de tipo duro, aquí encarna a un padre de familia creíble y real y la terrible situación por la que pasan en el caos que les toca vivir. Lo que para mí le resta a la película es ciertos detalles , que resultan acaramelados e innecesarios, porque no aportan nada, muy al contrario, y algunas típicas escenas de acción que parecen estereotipadas al máximo. Por lo demás, un entretenimiento más decente que la media en este subgénero.