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9
30 de octubre de 2011
30 de octubre de 2011
0 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me sorprende la baja puntuación de este film. La ví en su estreno, allá en 2005, y guardo el recuerdo de una de las mejores noches en el cine, de las películas que más risas me he pegado con los colegas, nosotros y toda la sala. Y no somos precisamente tipos que se rían muy a menudo. Y ahora, 6 años después, la vuelvo a ver y me vuelvo a reir a carcajada limpia. Es evidente que no es "Los siete samurais", pero es una peli perfecta para desconectar y pasar un buen rato: Buenas actuaciones, buena música, orgías lésbicas en la bañera y un Alberto San Juan pletórico, cada aparición suya en escena es para partirse el ojete.. La verdad que no sé qué queréis, para los tiempos que corren no está nada mal. Ya podéis fusilarme, pero tenía que decirlo.

6,2
11.505
4
10 de mayo de 2010
10 de mayo de 2010
17 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
- Tranquilo chico, no tengas miedo.
- No tengo miedo, he visto borrachos muchas veces.
- ¿Qué pinta tienen?
- No hay mucho que ver, bueno, no tanto como ellos parecen creer. ¿Cuánto es lo bastante borracho?
- Buena pregunta. Ven aquí y siéntate. Te diré cuánto es lo bastante borracho. (...). Bien, lo que aquí se ha planteado es cuánto es lo bastante borracho. Y la respuesta es que depende de las células del cerebro.
- ¿Del cerebro?
- Así es Harry. Con cada vaso de licor que tomas acabas con cientos de esas células. Pero eso no importa mucho porque tenemos millones. Primero mueren las de la tristeza, así que estás sonriente. Luego mueren las del silencio y todo lo dices en voz alta, aunque no haya ninguna razón, pero eso no importa... no importa, porque después mueren las de la estupidez y hablas con inteligencia. Y por último, las células de los recuerdos... esas son difíciles de matar...
- No tengo miedo, he visto borrachos muchas veces.
- ¿Qué pinta tienen?
- No hay mucho que ver, bueno, no tanto como ellos parecen creer. ¿Cuánto es lo bastante borracho?
- Buena pregunta. Ven aquí y siéntate. Te diré cuánto es lo bastante borracho. (...). Bien, lo que aquí se ha planteado es cuánto es lo bastante borracho. Y la respuesta es que depende de las células del cerebro.
- ¿Del cerebro?
- Así es Harry. Con cada vaso de licor que tomas acabas con cientos de esas células. Pero eso no importa mucho porque tenemos millones. Primero mueren las de la tristeza, así que estás sonriente. Luego mueren las del silencio y todo lo dices en voz alta, aunque no haya ninguna razón, pero eso no importa... no importa, porque después mueren las de la estupidez y hablas con inteligencia. Y por último, las células de los recuerdos... esas son difíciles de matar...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
"La leyenda de Bagger Vance" afortunadamente es una peli poco conocida en España. Arranca con un viejecete que mientras juega al golf le da un infarto y ya aprovecha para recordar un partido de exhibición organizado durante su niñez, que por cierto era un niño muy muy tonto, al comienzo de los años 30 para ayudar a su ciudad a salir de la Gran Depresión y para costear un lujoso campo de golf construido por el padre de la rubia (Charlize Theron). Logra reunir a los dos jugadores de golf más importantes del momento, y en un reunión de toda la ciudad, bastante absurda, se decide que el representante local en el torneo sea Junuh (Matt Damon), una joven promesa del golf que se vió obligado a abandonar el deporte para combatir en la guerra, donde murió todo su escuadrón... menos él, qué casualidad. Y desde entonces vive sumido en una depresión e intentado beber para olvidar. Militar y deportista venido a menos, el típico héroe americano.
Como es obvio, logran convencer a Junuh para que juegue. Y de la nada aparece un misterioso caddie, Bagger Vance (Will Smith), que aparenta ser un excelente sabelotodo y psicólogo deportivo, pero que para mí no es más que un juntapalabras chabacano. Al comenzar el partido, Junuh, como es lógico, no da una. Pero bastan unas cuantas palabras de Smith tan profundas y trascendentales como "Agarra el palo como te agarras a la vida" o "Piensa que en el campo estás sólo", para que a Damon se le quede una cara de atontao con la boca abierta y consiga meter todas las pelotitas en los hoyos. Por supuesto, al final del partido los 3 jugadores acaban empatados, Damon se queda con la rubia y el abuelete se despierta del infarto como si nada, como si lo que realmente le hubiera pasado no fuera un infarto, sino un picor de huevos. Y todos tan contentos.
Toda la historia está contada con voz en off, que nos suministra más información de la que necesitamos y encasilla demasiado a los personajes, son muy estereotipados. No hay lugar a que la imaginación del espectador pueda pensar por sí misma, nos considera más tontos de lo que en realidad somos. Bien rodada y los actores cumplen su papel, pero es aburrida, sosa, predecible y sin chicha. Si te gusta el golf, estás afiliado a Nuevas Generaciones, eres de Georgia o si tu sueño es ser como la Duquesa de Alba, quizá te guste. En España, el director de un film así debería exiliarse y pedir asilo a no menos de 2.000 kilómetros.
Como es obvio, logran convencer a Junuh para que juegue. Y de la nada aparece un misterioso caddie, Bagger Vance (Will Smith), que aparenta ser un excelente sabelotodo y psicólogo deportivo, pero que para mí no es más que un juntapalabras chabacano. Al comenzar el partido, Junuh, como es lógico, no da una. Pero bastan unas cuantas palabras de Smith tan profundas y trascendentales como "Agarra el palo como te agarras a la vida" o "Piensa que en el campo estás sólo", para que a Damon se le quede una cara de atontao con la boca abierta y consiga meter todas las pelotitas en los hoyos. Por supuesto, al final del partido los 3 jugadores acaban empatados, Damon se queda con la rubia y el abuelete se despierta del infarto como si nada, como si lo que realmente le hubiera pasado no fuera un infarto, sino un picor de huevos. Y todos tan contentos.
Toda la historia está contada con voz en off, que nos suministra más información de la que necesitamos y encasilla demasiado a los personajes, son muy estereotipados. No hay lugar a que la imaginación del espectador pueda pensar por sí misma, nos considera más tontos de lo que en realidad somos. Bien rodada y los actores cumplen su papel, pero es aburrida, sosa, predecible y sin chicha. Si te gusta el golf, estás afiliado a Nuevas Generaciones, eres de Georgia o si tu sueño es ser como la Duquesa de Alba, quizá te guste. En España, el director de un film así debería exiliarse y pedir asilo a no menos de 2.000 kilómetros.

6,5
9.411
8
10 de octubre de 2022
10 de octubre de 2022
9 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bueno, salgo de ver “EN LOS MÁRGENES”. Lo único que puedo hacer es darle las gracias a Juan Diego Botto por este regalo que nos ha hecho a todos los que alguna vez hemos pisado una asamblea. Cine social con MAYÚSCULAS. Que hace pupa. Que te revuelve las tripas. Que va a perdurar. Botto es nuestro nuevo Welles: escribe, actúa y dirige. Y espero que tenga mejor suerte que Welles a la hora de encontrar presupuestos. Además de esta peli, hay que recordar que lleva un año de ruta con su obra de teatro “Una noche sin luna” (Premio Nacional de Teatro 2021), donde se mete en la piel de un conmovedor Federico García Lorca. Sublime.
No me olvido de Olga Rodríguez y de ese guión donde todo va encajando, donde nada chirría y, sobre todo, donde no hay paternalismo ni se busca la lágrima fácil (aunque llores a mares). Y ese retrato del Madrid obrero, oscuro, angosto, asfixiante, sin grandes avenidas, el Madrid del ladrillo visto y los locutorios. La ciudad, hostil y laberíntica, es un personaje más ejerciendo presión sobre los protagonistas. Maestra. Titana.
Ayer leí a “nostálgicos” acusando a la peli de machista (van a la desesperada y a lo loco). Piruetas y triples saltos mortales que a duras penas enmascaran su propia mediocridad, que ladran rabiosos cuando se cuestiona, con calidad y éxito, la sacrosanta propiedad privada.
Sólo hay dos motivos por los que no te puede gustar este peli: o nunca has sido pobre o no has pisado una asamblea en tu p. vida. Así que elige tu motivo porque yo he hecho las dos cosas.
Diego Botto y Olga Rodríguez en modo Loach y Laverty es lo que necesitaba el cine de este país. Espero que sea el inicio de algo bonito y duradero. Ahora ya sólo nos queda fantasear con ellos escribiendo y haciendo una peli sobre la Guerra Civil. 'LA PELÍCULA' que seguimos esperando sobre el conflicto. Y no los truños equidistantes y 'espíritu de la Transición' que se han hecho, la verdad. Porque ni Berlanga tuvo huevos (con perdón) a romper el relato de la guerra fratricida entre hermanos.
Si acaso se salva “La voz dormida” de Zambrano, pero es más sobre la represión franquista post guerra y no una película de guerra propiamente dicha. Y Boyero la tildó de maniquea. Venga ya hombre.
No me olvido de Olga Rodríguez y de ese guión donde todo va encajando, donde nada chirría y, sobre todo, donde no hay paternalismo ni se busca la lágrima fácil (aunque llores a mares). Y ese retrato del Madrid obrero, oscuro, angosto, asfixiante, sin grandes avenidas, el Madrid del ladrillo visto y los locutorios. La ciudad, hostil y laberíntica, es un personaje más ejerciendo presión sobre los protagonistas. Maestra. Titana.
Ayer leí a “nostálgicos” acusando a la peli de machista (van a la desesperada y a lo loco). Piruetas y triples saltos mortales que a duras penas enmascaran su propia mediocridad, que ladran rabiosos cuando se cuestiona, con calidad y éxito, la sacrosanta propiedad privada.
Sólo hay dos motivos por los que no te puede gustar este peli: o nunca has sido pobre o no has pisado una asamblea en tu p. vida. Así que elige tu motivo porque yo he hecho las dos cosas.
Diego Botto y Olga Rodríguez en modo Loach y Laverty es lo que necesitaba el cine de este país. Espero que sea el inicio de algo bonito y duradero. Ahora ya sólo nos queda fantasear con ellos escribiendo y haciendo una peli sobre la Guerra Civil. 'LA PELÍCULA' que seguimos esperando sobre el conflicto. Y no los truños equidistantes y 'espíritu de la Transición' que se han hecho, la verdad. Porque ni Berlanga tuvo huevos (con perdón) a romper el relato de la guerra fratricida entre hermanos.
Si acaso se salva “La voz dormida” de Zambrano, pero es más sobre la represión franquista post guerra y no una película de guerra propiamente dicha. Y Boyero la tildó de maniquea. Venga ya hombre.

7,1
12.600
8
1 de febrero de 2011
1 de febrero de 2011
1 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buenas noches damas y caballeros. Me volveré a presentar: me llamo Rupert Pupkin. Nací en Clifton, Nueva Jersey... algo que hasta que yo nací no era un delito. Hay aquí alguien de Clifton? Bien, entonces estamos a salvo.
Bueno, empezaré por contarles que mis padres eran tan pobres que no pudieron darme una infancia. Aunque la verdad es que nadie puede permitirse el lujo de ser demasiado pobre en Clifton, porque cuando desciendes a cierto nivel te mandan a otro Estado. Eso sí, mis padres pagaron las primeras letras de mi infancia, a la fuerza ahorcan, pero me devolvieron a la clínica por defectuoso.
Como todo el mundo fui creciendo, en parte gracias a mi madre. Si ella se encontrase aquí ahora le diría: "Eh mamá, qué haces en la tele? llevas muerta 9 años!" No, en serio, ojalá la hubieran conocido, era maravillosa: rubia, guapa, inteligente... alcohólica. A veces nos tomábamos un vaso de leche juntos: la mía desnatada, la suya con vodka. Una vez la multaron por exceso de velocidad. Iba a 50 por hora. No es mucho... pero dentro del garaje? Le hicieron unos análisis, y su alcohol contenía un 2% de sangre.
Recuerdo que mi madre y yo lo pasábamos muy bien, pero la emoción siempre hacía que acabase igual: vomitando. Si, y quién lo limpiaba? Papá no. Él estaba ocupado en el bar vomitando lo suyo. Y hasta los 16 años creía que para hacerme más hombre tenía que vomitar. Mientras los otros chicos se dedicaban a fumar cigarrillos, yo me escondía detrás de casa y me metía los dedos en la garganta. Pero lo malo es que nunca conseguía mi propósito. Hasta que un día mi padre me pill. Cuando estaba dándome la última patada en la boca del estómago, sucedió: conseguí vomitar sobre sus zapatos. "Ya está", pensé, "lo conseguí, por fin soy un hombre!"
Bueno, empezaré por contarles que mis padres eran tan pobres que no pudieron darme una infancia. Aunque la verdad es que nadie puede permitirse el lujo de ser demasiado pobre en Clifton, porque cuando desciendes a cierto nivel te mandan a otro Estado. Eso sí, mis padres pagaron las primeras letras de mi infancia, a la fuerza ahorcan, pero me devolvieron a la clínica por defectuoso.
Como todo el mundo fui creciendo, en parte gracias a mi madre. Si ella se encontrase aquí ahora le diría: "Eh mamá, qué haces en la tele? llevas muerta 9 años!" No, en serio, ojalá la hubieran conocido, era maravillosa: rubia, guapa, inteligente... alcohólica. A veces nos tomábamos un vaso de leche juntos: la mía desnatada, la suya con vodka. Una vez la multaron por exceso de velocidad. Iba a 50 por hora. No es mucho... pero dentro del garaje? Le hicieron unos análisis, y su alcohol contenía un 2% de sangre.
Recuerdo que mi madre y yo lo pasábamos muy bien, pero la emoción siempre hacía que acabase igual: vomitando. Si, y quién lo limpiaba? Papá no. Él estaba ocupado en el bar vomitando lo suyo. Y hasta los 16 años creía que para hacerme más hombre tenía que vomitar. Mientras los otros chicos se dedicaban a fumar cigarrillos, yo me escondía detrás de casa y me metía los dedos en la garganta. Pero lo malo es que nunca conseguía mi propósito. Hasta que un día mi padre me pill. Cuando estaba dándome la última patada en la boca del estómago, sucedió: conseguí vomitar sobre sus zapatos. "Ya está", pensé, "lo conseguí, por fin soy un hombre!"
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Pero la verdad es que no sirvió de nada. Mi padre seguía sin hacerme ni puñetero caso. Siempre prefería irse al parque a jugar al béisbol con mi hermana Rose. Eso sí, debo decir que gracias a un duro entrenamiento, mi hermana Rose ha llegado a ser un pedazo de... hombre. A mí no me ha interesedo nunca mucho el deporte, sólo lograba hacer un poco de ejercicio cuando los otros niños me pegaban. Me daban una paliza a la semana, normalmente los martes. La escuela llegó a incluirlo en su plan de estudios. Si alguien me tumbaba le ponían un sobresaliente. Recuerdo que había un alumno, pobrecito, que me tenía miedo, y yo le decía: "Pégame, pégame! pero qué te pasa? es que no quieres aprobar?"
En cuanto a mí, fui el primero en graduarme como conejo de indias para primeros auxilios. Pero lo que a mí siempre me ha apasionado, desde muy pequeño, ha sido el espectáculo. Desde muy jovencito empecé desde arriba: coleccionando autógrafos.
En fin, supongo que muchos de ustedes se preguntarán por qué no está Jerry aquí esta noche. Pues verán, la verdad es que está muy liado. Soy yo quien le ha hecho el lío. Sé que piensan que es broma, pero creánme, la única forma de debutar aquí esta noche era raptando a Jerry Langford. En este momento Jerry está atado a una silla en algún lugar de la ciudad. Si, riánse, muchas gracias, pero el caso es que aquí estoy. Mañana descubrirán que hablo en serio y pensarán que estoy loco, pero en fin, yo lo veo así. Mejor rey una noche, que bufón toda la vida.
P.D.: Y tú, ¿qué harías para cumplir tu sueño?
En cuanto a mí, fui el primero en graduarme como conejo de indias para primeros auxilios. Pero lo que a mí siempre me ha apasionado, desde muy pequeño, ha sido el espectáculo. Desde muy jovencito empecé desde arriba: coleccionando autógrafos.
En fin, supongo que muchos de ustedes se preguntarán por qué no está Jerry aquí esta noche. Pues verán, la verdad es que está muy liado. Soy yo quien le ha hecho el lío. Sé que piensan que es broma, pero creánme, la única forma de debutar aquí esta noche era raptando a Jerry Langford. En este momento Jerry está atado a una silla en algún lugar de la ciudad. Si, riánse, muchas gracias, pero el caso es que aquí estoy. Mañana descubrirán que hablo en serio y pensarán que estoy loco, pero en fin, yo lo veo así. Mejor rey una noche, que bufón toda la vida.
P.D.: Y tú, ¿qué harías para cumplir tu sueño?
2
22 de febrero de 2022
22 de febrero de 2022
0 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Detrás de esta “simpática” comedia religiosa, se esconde el modus operandi de la Iglesia Católica durante el siglo XX y todavía en el XXI. Bajo el pretexto de una noble causa (un hospital infantil), dos monjitas no tendrán los menores escrúpulos en llegar a acuerdo con un jefe de la mafia para que les ceda el terreno a cambio de una ¿una vidriera para su hijo? (cuando en la realidad sabemos que el mafioso controlaría el negocio en la sombra). Además, aprovechan su “sagrada” posición para pedir todos tipos de favores, donativos y exenciones a las que estamos obligados todo hijo de vecino, pero que ellas se saltarán bajo la excusa de un “mandato divino”. Lo que tampoco cuenta la película, es que seguramente una vez levantado el hospital infantil, solo podrían acudir los niños previo cheque de sus pobres papás, mientras la Iglesia seguiría lucrándose y evadiendo sus obligaciones fiscales. Así pues, el film queda como un interesante documento histórico de lo dañinas, gravosas y fuera de lugar que están las religiones (todas ellas) en las sociedades modernas. Su lugar está en la Edad Media y allí deberían de haberse quedado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Una pena el cambio de actitud repentino e incomprensible del vecino músico, el único que me caía bien en esta absurda historia
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