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Críticas 140
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
7
10 de junio de 2021 Sé el primero en valorar esta crítica
Durante los días que van entre el 18 y el 27 de mayo de 1980, la población de Gwangju vivió uno de los momentos más horribles de la historia contemporánea de Corea del Sur. Las protestas estudiantiles y civiles en contra del nuevo estado militar acaecido tras el asesinato del dictador Park Chung-hee, (el 26 de octubre de 1979), fueron duramente reprimidas por el general del Ejército de la República de Corea Chun Doo-hwan, quien ya había tomado el poder del gobierno a través del golpe de Estado del 12 de diciembre de 1979.

Tras la declaración de la Ley Marcial se comenzó a arrestar a estudiantes y manifestantes. La situación no hizo más que escalar con la llega de la armada y de la aviación. La crispación social era amplia en toda Corea, pero Gwangju se erigió como bastión de esa lucha y así ha quedado en la memoria colectiva y en los anales de la historia. ‘May 18’ es escalofriante por detalles que muestran la calma antes de la tormenta. La cinta se inicia con la presentación de unos personajes corrientes, sin nada destacable salvo su juventud y ganas de vivir. Y así nos adentramos en la vida de una comunidad que no sospecha lo que está por llegar a pesar de dejarse ver en los televisores que funcionan de fondo imágenes de las noticias que sacuden a todo el país.

En esta tesitura se nos presenta a los hermanos protagonistas de nuestra historia. Kang Min Woo, interpretado por Kim Sang Kyung, es el mayor de los dos , y el cabeza de familia. Es el quien trabaja para mantener a Kang Jin Woo (Lee Joon Gi), que está estudiando para ser abogado. Su vida es tranquila y su mayor preocupación es conquistar a una hermosa joven llamada Park Shin Ae (Lee Yo Won) y sacar la carrera, respectivamente.

Comienza ‘May 18’ y nos encontramos en un momento de la historia global en el que la Guerra Fría está dando sus ‘últimos’ coletazos, si es que podemos creer que el conflicto entre naciones que solo buscan el poder puede terminar alguna vez. Esa necesidad de polarizar que tenemos los humanos y de elegir bando, se presenta una vez más ante nosotros en el cine. A lo largo del visionado de esta cinta nos vemos escuchando las palabras ‘rebeldes’, ‘comunistas’ y ‘enemigos’ sobre personas que nunca antes habían alzado la mirada y que mucho menos conocían o comulgaban con teorías comunistas que muy distantes quedaban. Eso eran cosas del norte y ellos eran patriotas y ciudadanos que acataban la ley y que vivían en paz, muy alejados de tumultuoso Seúl y sus juegos de poder.

Casi sin darnos cuenta comienza una batalla campal en la que los militares arrollan sin ton ni son. Lo cierto es que ‘May 18’ te pone los pelos de punta mientras nos hace testigos de la brutalidad de unos y la indefensión y persistencia de otros. Lo cierto es que muchas generaciones ya no hemos tenido que luchar así por nada y si es impactante vivirlo a través de la ficción, ni imaginar quiero como tiene que sentirse a pie de calle. En eso es muy buena esta cinta, en meterte de lleno en una situación que no eres capaz de imaginar por ti mismo, y que aquí te rodea y sumerge en una realidad no tan distante.

Con el corazón encogido se ve ‘May 18’, que nos recuerda que nunca debemos olvidar y que hay que aprender de los errores y las injusticias. Es una película que a través de sus protagonistas habla de amor por la familia y amor a una tierra que no es de solo unos pocos, sino que se comparte. El personaje interpretado por Ahn Sung Ki, a quien hemos visto y disfrutado en ‘The Divine Fury’, es Park Heung Soo, un militar retirado encargado de organizar la resistencia ciudadana y el personaje que el director utiliza para plantear el dilema moral y sobre todo la posibilidad de no tener que seguir órdenes, vengan de donde vengan, si éstas no son las correctas.

Con el se organiza un pequeño ejército de personas que nunca antes habían empuñado un arma y otras que lo habían hecho forzadas durante su servicio militar. Disfrutamos de las relaciones sociales y los lazos afecitvos de personas que no tienen nada en común salvo unas mismas calles por las que pasear camino al trabajo. El dolor y el horror de pronto gobierna sus vidas. Lo vemos en los médicos que son incapaces de salvar a los heridos, que se amontonan en las camillas, ya muertos. En las enfermeras cuyas manos se cubren con sangre, en más de un sentido. En estudiantes, de mentes idealizadas, llenas de sueños que se ven atacados por la sin razón y la fuerza bruta, y por trabajadores de todas las clases que se ven apaleados sin motivo y que con ello descubren que queda en ellos mucha más lucha de la que pensaban.

El guion es muy complejo, tanto como la historia que presenta pero peca de sentimentalismo en un intento por conmover a un espectador que no necesita de ningún extra para hacerlo. También hay un exceso de situaciones ‘cómicas’, que nos encontramos sobre todo en torno a la figura de dos secundarios, que no necesitan de todas esas partes para hacer notar su presencia.

La calidad interpretativa es impresionante, solo hay que leer los nombres del reparto ya mencionado para saber que en ese aspecto no va a defraudar, y ciertamente no lo hace. El papel más complejo y completo quizá sea el de una joven Lee Yo Won, quien a lo largo del metraje muestra una seriedad pasmosa mientras da vida a una enfermera que jamás habría creído encontrarse en semejante situación. Lee Joon Gi, sobre todo en la primera parte de la cinta, llena la escena con su vitalidad y sonrisa, quedando esas notas más dulces en el recuerdo una vez termina la película.

En definitiva, la masacre de Gwangju, es una historia que merece ser contada con la elegancia y presencia que lo hace ‘May 18’, que puede caer a ratos en un sentimentalismo excesivo teniendo en cuenta los eventos que narra, pero eso no la hace menos meritoria en otros muchos apartados tanto técnicos como creativos. Es muy difícil acertar con cintas históricas y mucho más si las heridas siguen tan frescas como las que aquí se presentan.
Para magazinema.es
5 de junio de 2021 Sé el primero en valorar esta crítica
Hacer añicos el maldito techo de cristal. Esto es lo que se propone nuestra protagonista en esta cinta, y como muchas otras mujeres antes que ella, la palabra «no» está lo mismo de interiorizada que el respirar en su día a día. Aún así, a pesar de ese nadar contra corriente continuo, nunca decaerá su deseo de perseguir su sueño, y ese mensaje, venga del sector que venga es siempre inspirador, esperanzador y cálido. Justo lo que necesitamos ver, escuchar y sentir en los tiempos que corren.

Joo Soo In (Lee Joo Young) es una jugadora del equipo de béisbol de la escuela secundaria. Es la única chica, y cuenta con el mismo o más talento que sus compañeros de equipo. Desde chica ha despuntado por ser la única niña en un equipo infantil con un talento sobresaliente, pero Joo Soo In no está dispuesta a empezar una vida nueva cuando acabe el instituto. Su sueño es unirse a un equipo de béisbol profesional, algo que nunca antes se ha hecho en Corea del Sur, necesitará, antes, aprender una valiosa lección: «Si no puedes vencer con la fuerza, lanza algo que los hombres no puedan golpear: una bola de nudillos».

La vida ya es lo suficientemente complicada. ¿Por qué intentar algo imposible? Si pensamos en estas palabras y en cuantas veces las hemos usado como excusa nos sorprendemos a nosotros mismos. ‘Baseball Girl’ se encarga de recordarnos que quizá, la nuestra, en alguna ocasión fue la salida más sensata, pero no la más honestas con nosotros mismos. La cultura del esfuerzo es algo realmente perdido estos días. Perseguir los sueños en un mundo en el que todo nos parece tan lejano, irreal y solo reservado para unos pocos afortunados hace que cejemos en nuestro empeño mucho antes de haberlo siquiera intentado.

Por ello, películas como ‘Quiero ser como Beckham’, ‘Un sueño posible’ y ‘Baseball Girl’ siempre llegan en el momento adecuado. Pueden no ser cintas técnicamente perfectas, cinematográficamente complejas o deslumbrantes en sus efectos especiales o mezcla de sonido, pero llegan y calan con su mensaje en una cantidad de espectadores tremenda, y eso las hace atemporales, bonitas y necesarias.

Yo seré profesional por ti, con eso bastará.
‘Baseball Girl’ es una cinta con un presupuesto muy reducido, lo que la llevó entre otras cosas a rodar en pleno invierno, cuando las temperaturas en Seúl son extremadamente frías. La dedicación de los protagonistas se deja ver, en detalles como el tiempo dedicado a entrenar para poder interpretar un papel adecuado, para lo cual, Lee Joo Young, estuvo un mes entrenando junto a un equipo profesional. Quizá aquellos más versados en el mundo del béisbol encuentren muchas carencias en este apartado técnico. Yo como simple espectadora, con conocimientos muy básicos del deporte, he disfrutado enormemente de ella.

Es una película que cuida los detalles. Muestra un hogar real, imperfecto y a humanos que se comportan como lo haríamos cualquiera de nosotros. Todos los personajes que aparecen tienen un fondo, no son una simple fachada o ente con el que interactuar. Cada uno tiene su momento y una personalidad que se desarrolla aunque sea de forma breve. Esto no es fácil de conseguir en un guion, y Choi Yun Tae lo hace realidad, dejando a cada uno de ellos errar, y aprender de sus acciones.

Así, ‘Baseball Girl’ es realmente una cinta sobre personas que aprenden de sus acciones y errores e intentan mejorar, presentando con ello un crecimiento interno que es siempre impresionante de ver. Cada una de las personas que giran en torno a la figura de Joo Soo In nos aportan una enseñanza distinta. Esto es lo que hace que la película siempre nos mantenga atentos a ella. Además, tiene un elenco de esos que no se olvidan, ya sea por la solidez y calidad de sus interpretaciones. Pongamos por ejemplo a la veterana Yum Hye Ran, a quien has visto en decenas de K-dramas o películas como ‘Chocolate‘, ‘The Uncanny Encounter’, ‘Life‘, ‘Always‘… y que aquí hace de madre de la joven jugadora, o a Lee Joon Hyuk, que es siempre un acierto, interprete el papel que interprete (‘Stranger’), aquí hace las veces de entrenador de la protagonista con mucho que aprender de su pupila.

Lee Joo Young, bastante más consolidada tras su paso por la popular ‘Itaewon Class’, ha llegado para quedarse, y es toda una suerte, porque su forma de dar vida a personajes que luchan por alcanzar sus sueños, no siempre se encuentra en pantalla con tanta entereza, honestidad y fiereza en la mirada.

3.3/5 para www.magazinema.es
27 de mayo de 2021 Sé el primero en valorar esta crítica
Ryu Hae-Kuk (Park Hae-Il) entra en una aldea rural solitaria para asistir al funeral de su padre. Durante su estancia investiga la causa de la muerte de su padre y descubre lo que parece ser una conspiración. ¿Por qué los aldeanos actúan de manera tan extraña? ¿Por qué siguen preguntándole cuándo regresará a Seúl? Así comenzarán a alimentarse sus sospechas, que le llevarán enfrentarse al líder de la aldea, Cheon Yong-Deok (Jung Jae-Young). Con el paso de los días secretos del pueblo comienzan a desvelarse… Comienza ‘Moss’.

‘Moss’ es una de esas cintas psicológicas o de terror ‘light’ que lo intentan tanto que se acaban liando. Las premisas sobre las que trabaja son muy buenas, todas las subtramas se ven interesantes, pero cómo no llega a mostrarlas y desarrollarlas de forma coherente, quedan relegadas a una amalgama de posibilidades por realizar. Toda una pena, porque de haber tenido Kang Woo-suk más claro lo que quería entregar al público probablemente ‘Moss’ sería una de esas cintas de las que todos los aficionados del género hablan.

El paraje escogido para la grabación de la cinta nos atrapa desde el primer momento. Hay un aire terrorífico en esa montaña en la que un grupo de hombres con mucho que esconder y más aún de lo que arrepentirse pasan sus días intentando redimir sus pecados, o esa es la idea, al menos. ‘Moss’ acierta en sus localizaciones, aunque no tanto en su maquillaje. La historia pasa por dos líneas temporales que nos muestran a los mismos protagonistas en una época mucho más joven y ya casi en la ‘recta final’ de sus vidas. Aquí ya chirría, porque la caracterización no es todo lo buena que debiera. Aún así, si somos capaces de obviar que ciertos detalles técnicos en este apartado, podemos bucear mucho más en la historia, que trae cola y mucho.


La tensión se construye de forma interesante en la primera parte de la cinta. Se nos dan a conocer los personajes en sus vidas pasadas y presentes, y se introducen las figuras actuales que nos acompañarán a lo largo de todo el misterio. Ryu Mok-Hyeong, interpretado por Heo Jun-Ho y Cheon Yong-Deok (Jung Jae-Young), son los protagonistas clave de la historia pasada. El primero de ellos es considerado una especie de predicador que busca expiar sus pecados llevando una vida asceta y lo más natural posible, mientras que el segundo es un detective corrupto que finalmente encuentra su vocación como ‘jefe’ del pueblo que mantiene bajo su yugo a esas almas descarriadas a las que salva de prisión, haciéndolas deudoras por su libertad.

Todos los personajes están ligados por eventos violentos ocurridos en su pasado. Así la muerte, la violación y el maltrato se reúnen bajo un mismo techo y muy diferente mirada en cada uno de los protagonistas. Con la llegada de Ryu Hae-Kuk, el hijo de Ryu Mok-Hyeong, a la aldea, se desata una espiral de muerte y destrucción. Su presencia pondrá en alerta máxima a los habitantes del pequeño poblado. La paranoia, alimentada por los secretos que guardan, hará que se despierte el lado salvaje de esas personas que perdieron su humanidad mucho tiempo atrás. Habían conseguido esconder sus acciones pasadas tras una fachada de normalidad, pero las bestias que un día fueron, y el hecho de que realmente no buscarán la redención, hará que sea demasiado fácil volver a las viejas formas.


Esta es quizá la parte más interesante del film. Ese desvelar, tirando poco a poco del hilo de quienes fueron y que se traen entre manos estos habitantes con los que el padre del protagonista se alejó de todo para vivir, supuestamente en armonía. El problema de la historia es que se introducen personajes, que quizá dispersan la atención al no estar bien desarrollados. Para empezar nunca sabemos por qué padre e hijo casi no mantenían contacto, viviendo alejados el uno del otro. Además, aparece un joven fiscal que ha sido destituido y que tiene lazos con Ryu Hae-Kuk, quien ayudará a investigar la muerte del padre del protagonista, no sabemos muy bien su historia común cual es, ni que motivaciones finales tiene para ayudar, pero ahí está, intentando dar cuerpo y sentido a la parte final de la historia, algo que ya pasarás a decirme si consigue o no desde tu punto de vista.

Ver ‘Moss’ es disfrutar de muchas cosas que nos encantan en los thrillers de terror. Miradas por encima del hombro, estrés brotando del protagonista a manta y personajes de los que no sabes que esperar o pensar, pero también es un cacao mental con un montaje que deja mucho que desear y una banda sonora tan intensa que agota e incluso prepara en demasía al espectador para lo que está por ocurrir. Llega a delatar los momentos de tensión en vez de a construirlos. Un fallo imperdonable en una cinta de este tipo.

En definitiva, ‘Moss’ no es una obra de arte del género, pero si tiene una primera parte muy interesante y un par de giros argumentales ya en la parte final, que no verás venir y que hacen que las dos horas largas de cintas no sean una total pérdida de tu tiempo. Ahora la pregunta es ¿Le darás una oportunidad? Si es así, pásate y déjanos un comentario con tu opinión.

Para magazinema.es
2.75/5
3 de mayo de 2021 Sé el primero en valorar esta crítica
No hay nada nuevo bajo el sol de ‘The Swindlers’, pero si lo que buscas es una película entretenida, con mucho hilo del que tirar, no encontrarás nada mejor. Con un reparto estelar, de esos que encandilan y que incluso le echa un pulso a ‘The Italian Job’ o ‘Ocean’s Eleven’, ‘The Swindlers’ entrega lo prometido y te deja con dos horas de diversión asegurada, que probablemente vuelvas a ponerte en alguna que otra ocasión.

Se rumorea que un estafador que ha sido declarado muerto después de cometer un gran caso de fraude está vivo. Un fiscal, Park (Yoo Ji Tae) que estaba en connivencia con el estafador necesita eliminarlo para evitar un escándalo de corrupción. Al rastrear al estafador, Park se encuentra con otro estafador llamado Ji Sung (Hyun Bin) que también está detrás del mismo hombre para una venganza personal. Al darse cuenta de sus objetivos comunes, deciden formar un equipo, pero con motivos ocultos.

Es cine coreano, por lo que ‘The Swindlers’ no podía estar carente de fondo social. La cinta comienza como otras muchas producciones del país, en torno a un tema demasiado candente y recurrente, las estafas piramidales que sacuden una y otra vez a las familias más desfavorecidas del país. Es así como se gesta una película más de venganza que añadir al repertorio coreano. Solo que esta vez, le vamos a agregar un ingrediente que nunca se hace viejo y este es un ladrón/estafador con más o menos escrúpulos, según a quien le preguntes con muchas ganas de resarcirse de un pasado doloroso.

‘The Swindlers’ es un paseo por territorio conocido, eso la hace muy cómoda de ver, y por supuesto muy atractiva, visualmente. Nos pasea por Seúl y nos lleva a localizaciones tan conocidas como la torre de Seúl o Incheon, combinando esas localizaciones más turísticas con otras mucho más ligadas al subterfugio que por supuesto aparecen repletas de todos los sistemas técnicos que son necesarios para llevar a cabo una estafa a buen nivel.

Lo verdaderamente sorprendente es el hecho de que nos coja con la guardia baja cada quince minutos y que con un giro brusco en la trama o con la inclusión de un peón más en el tablero todo lo que creíamos ocurría se vea sacudido. Entre las piezas más importantes del tablero de juego, además de Yoo Ji Tae o de Hyun Bin de quienes hablaremos más adelante, encontramos la fuerte presencia de Nana, una actriz que se ha consolidado a su manera y por méritos propios, no solo en su país natal sino en el extranjero gracias a trabajos como ‘The Good Wife’ o la actual ‘Oh! Master‘ y que en esta cinta hace las veces de estafadora bajo el nombre de Choon Ja.

Junto a ella no pasan tampoco desapercibidos en pantalla Park Sung Woong o Bae Sung Woo. El primero te arranca más de una sonrisa a lo largo de todo el metraje y que con su mera presencia ya hace más que necesario el visionado de ‘The Swindlers’ interpretando a Kwak Seung Gun, uno de los secuaces del malo malísimo de la película. (Sí, lo recuerdas, y mucho, en ‘La sonrisa se ha ido de tus ojos’). El segundo, si, también sale en ‘The Great Battle’, y en esta cinta aporta el toque de seriedad justo, solo en algunos casos, que lo hace imprescindible.

Ahn Se Ha como Kim (hacker estafador) y Choi Duk Moon como Lee Kang Suk (estafador cercano a Do Chil) completan ese reparto de infarto del que te veníamos hablando donde verdaderamente hay que destacar el trabajo exquisito que sobre todo hace Yoo Ji Tae, quien lo mismo es el personaje con mayor temple del mundo que uno que pierde los papeles de forma peligrosa con una facilidad pasmosa. Su interpretación es sin lugar a dudas de 10 a lo largo de las casi dos horas de metraje, llegando a ensombrecer incluso a Hyun Bin, lo cual no es tarea nunca fácil. Aquí nuestro protagonista entrega una interpretación más bien corriente, quizá solo alguna sonrisa socarrona y su mirada sean lo más destacable de un personaje al que podrían haberle sacado mucha más punta.

La acción transcurre veloz, no hay tiempo para el descanso, y no siempre es fácil seguir por donde van los tiros ya que quien verdaderamente está dentro de una enorme estafa piramidal al final eres tú. Si somos honestos podemos decir sin miedo que realmente ‘The Swindlers’ podía haber aportado algo más al cine coreano, pero no es así. Se atropella así misma con tanto giro, cambio de cámara e incluso con tanta perspectiva, ya que la mayoría de las veces no sabes de quien es la historia que estás siguiendo.

Pero, si te gusta el género de acción y las tramas de ladrones mezclada con serios tintes políticos por los que pasar de puntillas, apúntala, al menos sabes que vas a estar entretenido durante dos horas que van a pasar volando.

Nota 3 sobre 5
Para MagaZinema.es
13 de marzo de 2021 Sé el primero en valorar esta crítica
Los 10 episodios de este drama nos hacen bucear en las vivencias de su protagonista por partida doble. Eli Ben-David, el director y actor protagonista de ‘The Attaché’, nos cuenta la historia de Avshalom, un judío israelí de ascendencia marroquí que se muda a París debido al trabajo de su mujer que comienza una nueva etapa labora como agregada de la embajada israelí en París. Es esta historia una personal, ya que gran parte de las situaciones que aparecen reflejadas están basadas en la experiencia personal de Ben David.

Gracias a esto nos encontramos con un retrato honesto con unos carices privados muy marcados, que es lo que hace diferente a ‘The attaché’. Se ataca desde primer momento cómo el personaje masculino aprende a vivir poniéndose en un ‘segundo’ plano, ya que seguirá a su mujer a un nuevo lugar, donde el desarraigo y el ego le lleven a conflicto tanto interno como externo mientras aprende a desarrollar un papel de apoyo.


Aunque tras leer la sinopsis pensemos que vamos a ver una serie marcada de forma absoluta por el racismo y los prejuicios, y cómo la vida de la familia va a verse afectada por esos atentados, la realidad es que no deja de ser un fondo muy pasajero. Ciertamente habrá situaciones complejas y difíciles que partan de ese evento, pero tendrá más que ver con la paranoia que se crea en el protagonista que con hechos mucho más elaborados. Aún así, este cariz nos permite ver una serie más completa a nivel social y emocional, y con ello gana muchos puntos porque no se regodea en el tema, pero tampoco lo olvida.

‘The attaché’ habla de cambios, de crecimiento personal y sobre todo de adaptación. No es fácil para nadie el cambio, da miedo, vértigo, y cuando no es un cambio que te enloquezca de alegría, el proceso es mucho más complejo aún. Eso es lo que no falla en mostrar esta serie, ya que vemos como la pareja protagonizada por Anabelle y Avshalom lucha continuamente para seguir hacia delante, adaptándose a su nueva realidad. Ambos personajes lo hacen a su manera y sufren esas transformaciones personales con nosotros como testigos.

Las situaciones y diálogos que surgen en torno a este apartado son cándidos y muy realistas, vemos aquí esa experiencia personal del director. Ambos se hieren el uno al otro intentando encontrar su lugar y a sí mismos en una nueva realidad y nuevos roles, pero lo hacen desde una posición de amor por su relación. Las interpretaciones, sobre todo la de Héloise Godet es deslumbrante, si le añadimos que la actriz francesa no sabía nada de hebreo cuando se acercó por primera vez al proyecto rápidamente quedamos fascinados ante el trabajo y dedicación de la actriz. Héloise nos ofrece a una mujer que por vez primera es el centro de acción de su familia. Es por y para ella que los cambios llegan a su hogar, y la vemos luchar por su sueño a pesar de las trabas que se encuentra en casa y en la oficina.


El guion presenta seres reales, con infinidad de deslices, errores y palabras mal escogidas que se entremezclan con profundos momentos de decepción, pero también de felicidad. En ese verismo, en vernos reflejados en pantalla es donde destaca ‘The attaché’. Nos introduce en un momento muy particular de la vida de una familia que lo tiene todo, pero que aún así tiene que luchar, como hacemos todos, por la felicidad, la estabilidad y el entendimiento.

Cinematográficamente hablando la serie es bastante seria. Los juegos de escenarios y las transiciones entre ambientes es ideal, todo fluye como lo hace un día a día y nunca te encuentras fuera de lugar. No hay momentos para escenas grandilocuentes pero si para momentos bonitos fotográficamente hablando, claro, que París quizá tenga mucha culpa de ello. La intensidad de las escenas es la suficiente para no quedarte dormido, pero tampoco te mantendrá en vilo. Si te apetece una serie honesta, sin artificios y mucho diálogo, probablemente hayas encontrado una serie de la que disfrutar.

Para MagaZinema.es
Nota 2.67 sobre 5
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