Toca las fibras más profundas de la vida. La belleza de la vida a través del acercamiento a la muerte. Un jóven músico aprenderá a vivir mientras se adentra más y más en su noble profesión como Nokan, preparando a los muertos hacía su nuevo destino. Excelente ritmo, una bella muestra de amor hacía la vida y el respeto hacía la muerte.

Con una estética casi pictórica con paisajes cubiertos por una tenue veladura, Sokurov nos narra una historia de amor de un hijo hacía su madre enferma. Me parece que el fondo de la película (el amor a la madre) es muy bueno, sin embargo me parece una película demasiado lenta, y poco dinámica. Algo ínsipida.

Hay líneas que dividen, líneas que delimitan, la de esta historia es una línea de vida, que transforma, que vuelve a dar dirección en el camino. Cinco personajes de personalidades disimiles que realizan una odisea al trazar una delgada línea amarilla en una casi desolada carretera, irán mostrándose por dentro como solo se hace cuando existe la confianza con un amigo. Una historia de encuentros y desencuentros, de amor y fraternidad que surgen mientras se traza una línea que podría salvarle la vida a alguien y labor que ha de transformar a los personajes.

Danny Boyle y su equipo han logrado mostrarnos en esta secuela, una historia de reencuentro, venganza, oportunidades y elecciones. Con las decisiones tomadas en sus vidas por cada uno de los cuatro protagonistas y las consecuencias de estas, se verán envueltos en una vorágine de emociones que aluden a tiempos pretéritos de aventuras y desventuras junkies. Con una fotografía muy dinámica y un buen soundtrack (no tan bueno como el primero) algunas acciones irreverentes y una historia situada veinte años después de la primera parte, consiguen captar el interés y propiciar un tiempo agradable frente a la pantalla. ¡¡Elige verla!!

Estremecedora película que narra las desgracias progeresivas que un adolescente (Antoine) irá viviendo a consecuencia de la severidad de los adultos hacía él, más aún, de su madre y posteriormente de su padrastro. Podemos ver en esta historia que habilmente nos narra Truffaut, como Antoine es tratado ya no cómo un niño que comienza a hacerse hombre y peor aún, como un criminal. Con una excelente fotografía y convincentes actuaciones, una película bien dirigida que te hará reflexionar en cuanto el impacto de la educación y tutela de un joven que ha de desarrollarse algún día como un miembro activo de la sociedad. Padres y maestros deben verla.