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Críticas 152
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
8
19 de mayo de 2008
7 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
A mí el cine clásico me gusta mucho, pero a Casablanca siempre la vi sobrevalorada. Hay que reconocer que es una gran película, pero no una obra maestra, su sencillez la condena.
Creo que tiene aspectos positivos: como la ambientación que crea la niebla en grises níveos; la actuación de Bogart es creíble y adorable; la canción de Sam es alucinante, amigos, imaginaos que le habláis a vuestra chica...,mmm,... así..., y el negrón aparece por ahí, ninguno de vosotros se atrevería a no pedirle que la volviese a tocar, porque la melodía es perfecta y crea emociones donde antes sólo había un negrón.
Todas estas buenas características sí que es verdad que crean algo super especial en Casablanca, simple pero especial. La película al no ser muy larga no da para mucho más, vuelve a aparecer la condena.
Hay un problema muy serio con esta película, la tercera arista de la condena. Se ha hablado tanto de este película, o se la ha ridiculizado tanto, o alabado, o comparado, o emulado, o parodiado, etc que para los que tenemos menos de 80 años la historia ya no nos resulta fresca ni de coña, sabíamos antes de verla el final, el principio y el nudo, incluso hasta los finales alternativos, los problemas con Borgart,etc.
Casi desde que tragamos placenta por primera vez, las frases más memorables de la peli ya nos las sabemos. Intentando ser algo objetivos, un poco, niños, sé que podéis, es totalmente lógica la fama de las frases célebres de Casablanca. Todas tienen una verdadera estética semántica digna de quitarse el sombrero, como aquella de "No hago planes por anticipado" . Ninguna de las grandes es predecible, como la de "Louis, este es el comienzo de una gran amistad". También hay frases con redirección histórica, "el mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos", belleza inconmesurable.
Además, en esta peli no hay rastro ni de ranciedad ni de nada típico hollywodiense. Es una historia triste sin happy - ending(el 99% del cine clásico ya no entra aquí), aunque sí esperanzador.
Michel Curtiz ha sido creador de una obra maestra en la sombra ( Punto de Ruptura) y de una obra encumbrada sin ser la gran cumbre (Casablanca), pero lo que casi siempre demuestra este hombre es su capacidad para desmarcarse de su cine coetáneo y realizar películas que marcan algún tipo de punto de inflexión para quién las ve, como ocurre con Casablanca.
Yo cuando vi la peli pude abstraerme de todo lo que era y supuso la obra de Curtiz, Bogart y Bergman, me costó un poco pero pude abstraerme e intentar disfrutar. Condición inquebrantable para valorar cualquier propuesta artística: la abstracción. Creo que con Casablanca lo conseguí, pero muchos en este página parece ser que no lo han logrado, y posiblemente ya nunca puedan hacerlo.
Trekkies
Documental
Estados Unidos1997
6,5
61
Documental
6
8 de diciembre de 2008
4 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película testimonio de un fenómeno tan mundial como incomprensible, “Trekkies” trata sobre los fans de la longeva, interminable, repetitiva, intergeneracional y carismática Star Trek.
Reconozco que no me gusta tal serie, algo he visto, como todo el mundo, pero siempre hubo un muro entre mis emociones y las peripecias de los personajes galácticos (realmente no tengo ni puta idea si se les puede considerar también a ellos como galácticos, pero como me da igual, y sé que se me comprenderá, así lo dejo). Por tanto, yo, como espectador, no he visto los dos documentales de la saga “Trekkies” esperando verme reconocido en mi manía vital, esto creo que es importante señalarlo, sino por interés en la condición humana, incluso en la deformación antinatura de sí misma, que no deja de ser lo que he contemplado en estas películas.
La película está cargada de anécdotas increíbles, de personajillos 80 % extraterrestres que cuentan su American Way of life tan orgullosos, pese a que suponga un artificio ridículo para con un ser humano respetable. Este es el espíritu de la época (puto Zeitgeist de la mediocridad) en el que nos ha tocado vivir, con peña con tan poca autoestima que se disfraza para completarse a sí mismos, la excusa es el disfraz de los tipos de Star Wars, de Star Trek, de ESDLA, de Manga, de mongo o de hippy. La cosa es no ser uno mismo.
El ya mentado espíritu de la época está sumamente bien captado en la película, porque se representa desde la normalidad, sin casi dejar un cabo suelto a la reflexión crítica desde fuera, con distancia y seriedad, sino más bien parece un documental de un fan que homenajea a sus congéneres.
La razón por la que no le doy más nota es su intranscendencia, tampoco es un tema novedoso a día de hoy (quizás en el 97 ya no lo era en EEUU, pero en España sí) y ya hemos visto cien noticias o reportajes sobre este tipo de gente, aunque no siempre acompañados por los testimonios de los actores principales de la serie en cuestión, algo que pinta los últimos trazos del cuadro.
En definitiva, interesante cinta sobre la estupidez humana, la falta de amor propio, la vergüenza ajena y la pérdida del sentido de la vida en las sociedades postindustriales… ah!!, y también sobre Star Trek, que se me olvidaba.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Pido a los DIOSES de Filmaffinity que me den fuerzas para lograr la encomienda por la que he sido engendrado hace 24 años: mantener la constancia con algo en mi puta vida filmaffinitera. Si los DIOSES así lo disponen, tengo que escribir una crítica por cada documental que vea o haya visto, ¿por qué? Ni lo sé yo, sólo es mi cometido. Esta es la crítica 48 de 154.

“Yo tenia fe cuando comencé
ahora estoy triste y cansado,
mi camino de tres años
me parece que son treinta
¿Y qué más puede un hombre hacer?.

Si he de morir,
que se cumpla todo lo que tú quieres de mí,
deja que me odien, que me claven en su cruz.

¡Yo quiero ver, yo quiero ver, mi Dios!
¡Quiero saber, quiero saber, Señor!
si he de morir...”
19 de mayo de 2008
4 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo no soy fan de superman, lo reconozco, como tampoco adoro ningún cómic americano de Marvel o de quien sea, no sé quién creó superman, ni me interesa, porque en mi generación supertecnológica los usábamos cuando se acababa el papel higiénico en el trono y no teníamos la última novela de Isabel Allende a mano.
Este Superman de Bryan Singer es la última obra estrenada por el realizador, después de la saga X-MEN, y antes del estreno de su primera película seria con Tom Cruise, “Valkyrie”. Posiblemente, si la película tiene éxito, el director consiga la aureola que busca con tanta ilusión, ser artesano predilecto de la industria hollywoodiense, capaz de dirigir eficazmente a los hobbys de la tierra media en la mayor aventura épica desde que la historia es historia tolkiana; como dirigir a unos gatos narcisistas que buscan a su madre enferma, con un principio de Alzheimer, en las calles de nueva York; o dirigir a unos insectos palo que quieren engordar para no sentirse raros entre diversos insektum y que, como no, se sienten incomprendidos hasta que aprendan al final de la película la importancia de la individualidad, la belleza de la independencia y que los judíos son tan malos como parecen.
Hablando de judíos, aparecen también en esta ridícula película sobre un super hombre que ha vuelto desde un planeta lejano, con todas las características perfectas para ser un hombre de bien, un verdadero americano, que salva en medio mundo a todo el que lo necesite y a los que no también.
Posiblemente me asquea superman porque es el héroe más aburrido de la historia de la humanidad, pero no por error del guionista de turno, sino porque es así, su carácter es soso, el típico chico que nunca conseguiría una chica si no fuese superman y no tuviese superpoderes.
Hoy estoy desequilibrado, esperad que me ordeno…
“Superman” es aburrida, tampoco está demasiado bien hecha visualmente, las interpretaciones estereotipadas (no me refiero a que sigan el patrón del cómic, carajo, generalizo con la magna obra), el guión es flojo porque no existe, es una excusa para un par de bombas, ay! ¡¡Que se cae un edificio!!, ¡quién viene a salvarnos? un pájaro?, no, no, un avión?,, no, no, un OVNI?, no, no, que no existen, tío, es… es… un F-16?... puede ser, la verdad es que va rápido, es americano y nos salva de los malvados esos que quieren poner una isla amenazante cerca de la costa americana, donde vive gente ajena a nuestra ideología, son peligrosos, sí, buff… ¡ojito, ojito! ¿Pero cómo se llamará la isla? Mmm, mmm, mm no sé, quizás Cub.. no sé, creo que no lo han dicho.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La ideología subyacente apesta. La cristianización de Superman me provocó arcadas cuando la criptonita verde (anda, el color judío. ¿Quién mató a Jesús nuestro señor?) lo casi mató.
También me repugna esa aureola angelical de Superman, super casto, super puro, super capullo. ¡Tío, que te folles a la Lois, hostia, que la tienes muertita, macho! Pero qué eres, joder, un superhombre o qué. Propongo que la siguiente película esté contextualizada en el día del orgullo.
10 de enero de 2011
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esto de las redes sociales, nomenclatura pedante y temible, siempre me ha incordiado, porque, a diferencia del MSN-Skype-Myspace y otras caralladas, en estas nuevas formas de relacionarse existe un componente competitivo, exhibicionista y de una banalidad superficial inquietante.
La conversión de la sociedad en un conjunto de estadísticas, enlaces, trending topics, afinidades a golpes de números, sin analistas ni valedores, ha transformado la red en un duopolio aburridísimo entre Google y las redes sociales. En cada página web vemos múltiples enlaces que nos direccionan a ellas, focalizan el interés y lo hacen previsible. Las formas de comunicación que alimentamos durante los últimos 10 años han sido aniquiladas por ese afán de autobombo presente en las redes sociales. Una recomendación pasó de ser un intercambio sincero de impresiones a una masiva respuesta a la demanda de ellas por parte de la sociedad, que no aparece diferenciada ni selectiva, sino masificada y uniforme.
Por estas razones defequé sobre Filmaffinity cuando agregó los enlaces de Facebook y Twitter, por vulgar, para abreviar. Con parecidas pretensiones, descubrí el proyecto del bueno e irregular FIncher, lo consideré oportunista y me olvidé de todo lo que tenía que ver con él.
Sin saber muy bien porqué, en casa, comencé a ver la película con mi novia. Ambos buscábamos algo ligero antes de dormir, que no nos diese grandes quebraderos de cabeza, cine entretenido de Hollywood, fácilmente olvidable, pero que copa, normalmente, las necesidades primarias del espectador medio. Recibimos algo mucho más estimulante, se complicó la noche.
Ella y yo, nosotros, con nuestras diferencias culturales, pero con una visión similar del mundo en Internet, descubrimos una gran película, con un título que despista, puesto que el film obvia Facebook como sujeto reseñable, centrándose en el grupo que la crea y la sociedad que la demanda. “La Red social” explora cada una de las partes de la psique humana, con sus miserias y virtudes, pero analiza, sagazmente, la paradoja existente en la creación de esta “Red social”. En un principio, se creó Facebook como herramienta para facilitar las relaciones personales y como acelerador del flujo comunicativo. Viendo la cinta de Fincher, descubrimos que si hubo algo significativo entre los creadores y allegados de Mark Zuckerberg fue la tremenda falta de comunicación. Cuatro convencidos emprendedores, fundando dos diferentes redes sociales, son absolutamente incapaces de hablar entre ellos sobre temas básicos en su convivencia, lo dicho, paradójico desencadenante de un suceso importante en la historia empresarial contemporánea.

(Sigo en el spoiler por falta de espacio, no revelo nada)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Echo en falta un posicionamiento más claro en la cinta, a la que veo demasiado políticamente correcta. Quizás, perdonen las conjeturas, evita ser incisiva por miedo a posibles demandas de alguno de los implicados. Me irrita que no aparezca ese maravilloso narrador omnipresente, tan cinéfilo, que me cuente si los hechos son consecuencia de una terrible confabulación o de un despiadado mutismo por la pérdida de confianza. Veo el guión, por esta causa, algo deslavazado.
La imagen en el film recalca este aspecto inconexo del guión. La moderada y acertada visión de la historia es sorprendida por explosiones visuales fugaces que no sé cómo interpretar, sólo me apetece mencionarlo.
Los actores estuvieron geniales, aunque los personajes reales, per se, ya son llamativos y ciertamente estereotipados (recomiendo la entrevista en 60 Minutes), con lo que el proceso de mimetismo era factible. No molesta Justin Timberlake, un detalle frívolo reseñable para finalizar esta crítica.
10 de enero de 2011 1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuarta entrega de la saga más sobrevalorada y cursi de la historia de la animación. No va a ser la última, por desgracia, dado el éxito taquillero (incluso mayor que en la primera), nos espera nueva parte cada tres años. Es una tragedia, otra más, para el cine, puesto que todo el dinero que se invierte en este globo, deja de inflar otros.
Reconozco no haber disfrutado de ninguna de las cuatro partes por completo, todas suspensas y vistas a destiempo, sin gastar nada más que mi tiempo.
¿Por qué las sigo viendo, pues? Buscando el equilibrio, las considero un pasatiempo justo, de domingo mañanero entre churros, el Marca y las ofertas de empleo del periódico. Cuando mis neuronas requieren un pacto bajo mínimos intelectuales, les ofrezco una película de Shrek o de Michael Bay, porque su estupidez celular disfruta la espectacularidad. Soma eres, soma recibes, baby.
Si no fuesen todas las pelis tan moralistas y biempensantes, algo que me enerva sobremanera, quizás las habría valorado algo mejor, aprobando la segunda por ejemplo, por la aparición del chistoso y eficaz “Gato con botas”, que se va diluyendo lentamente con el tiempo.
Shrek Forever After posee lo bueno y lo malo de cada parte, perpetuando los chascarrillos de sus personajes principales, los creadores demuestran un déficit inventivo alarmante, aunque arranque tres sonrisas y alguna carcajada de vez en cuando. Engordar al gato no es suficiente para una superproducción de Hollywood de 160 millones de dólares, ni la historia debe ser el pretexto para repetir la fórmula de Ogro-malo perseguido y aislado de la primera. Nada es suficiente, siempre incompletas.
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