¿Esto es en serio? Porque la única explicación para este despropósito es que quiera tratar el principio de entropía de un modo "original", ya que lo único que transmite es desorden.
Por no tener no tiene ni trama, se limita a montar en paralelo escenas que tienen lugar en sitios diferentes. Con la falta de trama se toma la libertad de añadir todo tipo de escenas gratuitas y situaciones mal planteadas y peor desarrolladas.

Actores malos, lamentables en los primeros planos. Diálogos insulsos, algunos pura tontería. No se la recomiendo ni a mi peor enemigo.

Nada que contar ni, por lo visto, talento para contarlo. Resultado de aficionados sin ideas. Imposible tomársela en serio, se requiere un enorme esfuerzo de voluntad para tomársela en broma, así que lo más acertado es no tomársela de ninguna manera no viéndola.

Absoluta incapacidad narrativa. Deslavazada sucesión de escenas arbitrarias en la primera mitad, extenuante sucesión sin ritmo de mediocres escenas de luchas hasta el final. Ante esto, no merece la pena hablar de las muchas incoherencias. El par de intentos de jugar con la temporalidad de las situaciones quedan ingenuos e inútiles. Del criterio dramático mejor no
hablar, las pocas escenas en las que intenta desarrollar alguna idea quedan ridículas.

Acabado cutre. Por la pinta de la fotografía parece estar rodada en vídeo. Denota cierta ambición estilística por su esmero en ciertos encuadres pero sólo consigue un estilo visual ampuloso sin objeto ni resultados. Penoso el aspecto de supuestas escenas nocturnas rodadas de día con un filtro para oscurecerlas. Chorretones de salsa barbacoa a diestro y siniestro.

Actores pésimos, increíbles. Si la película hubiera tenido algún valor, las interpretaciones la habrían hundido. Los cangrejos resultan más expresivos.

Un día de estrés. La rutina de la vida quita tiempo para hacer otras actividades más interesantes. Éste es el principal problema de la arquetípica protagonista de clase media que, en su carrera contrarreloj, resulta más histérica que reflexiva, simpática o graciosa, lo mismo que la propia película.

Lo mejor es el plano secuencia de comienzo que ya contiene los temas que se van a tratar.
Del resto, llama la atención la falta de sutileza. Diálogos y monólogos con un discurso demasiado directo y evidente que resultan poco atractivos. En muchos momentos resulta demasiado reivindicativa (mensajes feministas incluidos) y poco fresca.
En el tramo final el histerismo se atenúa y se consigue tiempo para disfrutar del presente, tanto los personajes como el espectador.

El triunfo de la espontaneidad y la sencillez. No recuerdo una película que maneje tantos conflictos de una manera tan natural y ágil: prejuicios contra educación (prejuicios culturales), primer mundo contra tercer mundo (choque cultural), padres contra hijos, mayorías contra minorías, países contra países, idealismo contra pragmatismo, tradición contra modernidad, autoridad contra sentido común, el fuerte contra el débil, el individuo contra la realidad,...

Película inteligente, sabia, humilde, modesta, optimista. Está llena de momentos entrañables de comunión entre personas y de situaciones percibidas como muy reales que, sin tratamiento cómico, en ocasiones te sacan una sonrisa amarga. Resulta espectacular la comparación que se hace entre el muro de hormigón levantado en Palestina por los israelíes con la división que hace la hermana mayor de la habitación compartida con su hermana menor.

Entrañable personaje protagonista femenino gracias a la tremenda interpretación de la actriz y a sus rasgos humanos que la hacen vulnerable (como todos lo somos) y cercana: despistada, bienintencionada, gordita, manazas, sin suerte, simpática,... También las circunstancias de su entorno la hacen vulnerable: árabe en territorios ocupados por Israel, inmigrante árabe en
USA.

Preciosa música árabe utilizada con mucha medida: triste en Cisjordania, esperanzadora durante el viaje, agridulce en USA.

La vida está llena de conflictos y es injusta, incluso con gente que no lo merece, pero sólo por la gente que quieres y que te quiere merece la pena vivirla. Igual que merece la pena ver esta película tan humana.

Prólogo excesivamente largo de un estilo cargante y cargado de adornos gratuitos, debería haber ido más al grano porque, aunque desencadena el tema de la película, no aporta nada respecto a la superación de traumas. Además, posteriormente un monólogo genial de Neeson explica muy bien las circunstancias en que transcurre este prólogo. Este prólogo es lo peor de la película, acusa flojedad narrativa y contiene respuestas emocionales de difícil explicación de algunos personajes (la madre que culpabiliza al hijo menor).

Una elipsis un tanto burda enlaza el prólogo con la parte más interesante de la película; a su vez, ésta enlaza en ocasiones con el prólogo mediante bastos flashbacks (la madre martirizando al hijo menor).

En la parte interesante se trata la superación de traumas con acierto. Toda la secuencia de la preparación de la entrevista televisiva está llena de buenos momentos dramáticos y es lo mejor de la película. Pasada esta secuencia, la película decae hasta un desenlace que deja indiferente; entre medias, utiliza el fácil recurso de expresar los pensamientos y sentimientos de los personajes mediante la voz en off.

A pesar de tratar un asunto tan útil como la superación de traumas, he tenido suficiente con ver esta película una vez, no volveré a verla. ¿Me habrá traumatizado? Creo que una buena comedia como "Uno, dos, tres" es más eficaz contra los traumas.