You must be a loged user to know your affinity with Time Bandit
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred

6,9
82.990
6
16 de mayo de 2015
16 de mayo de 2015
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El género de Superhéroes no goza de buena fama en muchos sectores, especialmente dentro de los cinéfilos más puristas, donde es considerado como poco más que un burdo entretenimiento descerebrado. Pero lo cierto es que, primero en su forma original en el papel y ahora en la gran pantalla, las historias de estos personajes son lo más parecido que hay a la mitología en la era moderna. Si hay dos películas que marcaron un antes y un después dentro del género, serían sin duda alguna “Superman” de Richard Donner y “Batman” de Tim Burton. Pero tras ellas, las producciones basadas en las aventuras de estos personajes fueron decayendo hasta ofrecer abominaciones de la talla de “Daredevil” y “Batman y Robin”. En los últimos años se ha producido un resurgir del género gracias a la trilogía de Christopher Nolan sobre el hombre murciélago, e “Iron Man”. El éxito de ésta última dará punto de inicio a un universo en expansión a través de varias películas a modo de introducción de varios personajes, hasta llegar al punto de unión de todos ellos: Los Vengadores.
Una de las grandes bazas de la obra de Joss Whedon es el momento del primer contacto entre los Superhéroes del universo Marvel en la gran pantalla. Y el guión sabe sacarle provecho, remarcando las afinidades y diferencias entre todos ellos; viéndolos luchar juntos o entre ellos. Y, precisamente, las adrenalínicas secuencias de acción repartidas acertadamente a lo largo de toda la trama, es una de las mayores virtudes de la película; pues todas esas partes están realizadas y montadas con mucho cuidado, manteniendo el ritmo adecuado en todo el momento, y dejando al espectador instantes espectaculares; gracias también a unos efectos digitales que están a la altura de las circunstancias.
A diferencia de las anteriores obras de la saga, en las cuales (como bien indicaban sus respectivos títulos) cada una de ellas giraba alrededor de uno de los Superhéroes, aquí la importancia se divide entre todos los integrantes del grupo. Y aunque todos tengan, en menor o mayor medida, su importancia y sus momentos de gloria; todos ellos son eclipsados por el carisma arrollador de Robert Downey Jr con su Iron Man. Aunque si alguno podría llegar a hacerle sombra sería Tom Hiddleston dando vida a Loki, el que sin duda alguna esta siendo el mejor villano de todo este universo cinematográfico; y que cada vez que aparece junto su adversario/hermano Thor (al que interpreta Chris Hemsworth), al igual que sucedía en la película de éste último, se lo come con patatas interpretativamente hablando.
Este tipo de producciones suele encontrarse en una encrucijada, en la que corre el riesgo de tomarse demasiado en serio o que termine siendo una gran ridiculez. Afortunadamente, Whedon sale de ese problema con sobresaliente; gracias a un tono, por lo general, serio al que se añaden los recurrentes toques de humor en forma de chascarrillos con más o menos ingenio, pero que suelen funcionar. La historia puede que no sea precisamente revolucionaria, y que cojee en varios aspectos; pero el resto de sus aciertos consiguen minimizar estos defectos. Nos encontramos en otra película que marcará un antes y después, no en el cine con mayúsculas, pero sí en el género de Superhéroes; y en los blockbusters en general. Una frenética obra de casi dos horas y media de metraje; que, al igual quee sus protagonistas, pasará volando por delante de los ojos del espectador. Una de las mejores películas de entretenimiento puro y duro de los últimos años; aunque viendo el panorama general de este tipo de cine, tampoco es especialmente difícil.
Una de las grandes bazas de la obra de Joss Whedon es el momento del primer contacto entre los Superhéroes del universo Marvel en la gran pantalla. Y el guión sabe sacarle provecho, remarcando las afinidades y diferencias entre todos ellos; viéndolos luchar juntos o entre ellos. Y, precisamente, las adrenalínicas secuencias de acción repartidas acertadamente a lo largo de toda la trama, es una de las mayores virtudes de la película; pues todas esas partes están realizadas y montadas con mucho cuidado, manteniendo el ritmo adecuado en todo el momento, y dejando al espectador instantes espectaculares; gracias también a unos efectos digitales que están a la altura de las circunstancias.
A diferencia de las anteriores obras de la saga, en las cuales (como bien indicaban sus respectivos títulos) cada una de ellas giraba alrededor de uno de los Superhéroes, aquí la importancia se divide entre todos los integrantes del grupo. Y aunque todos tengan, en menor o mayor medida, su importancia y sus momentos de gloria; todos ellos son eclipsados por el carisma arrollador de Robert Downey Jr con su Iron Man. Aunque si alguno podría llegar a hacerle sombra sería Tom Hiddleston dando vida a Loki, el que sin duda alguna esta siendo el mejor villano de todo este universo cinematográfico; y que cada vez que aparece junto su adversario/hermano Thor (al que interpreta Chris Hemsworth), al igual que sucedía en la película de éste último, se lo come con patatas interpretativamente hablando.
Este tipo de producciones suele encontrarse en una encrucijada, en la que corre el riesgo de tomarse demasiado en serio o que termine siendo una gran ridiculez. Afortunadamente, Whedon sale de ese problema con sobresaliente; gracias a un tono, por lo general, serio al que se añaden los recurrentes toques de humor en forma de chascarrillos con más o menos ingenio, pero que suelen funcionar. La historia puede que no sea precisamente revolucionaria, y que cojee en varios aspectos; pero el resto de sus aciertos consiguen minimizar estos defectos. Nos encontramos en otra película que marcará un antes y después, no en el cine con mayúsculas, pero sí en el género de Superhéroes; y en los blockbusters en general. Una frenética obra de casi dos horas y media de metraje; que, al igual quee sus protagonistas, pasará volando por delante de los ojos del espectador. Una de las mejores películas de entretenimiento puro y duro de los últimos años; aunque viendo el panorama general de este tipo de cine, tampoco es especialmente difícil.
8
2 de noviembre de 2014
2 de noviembre de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El espacio de tiempo que da nombre al título es el que tendrá Sandra para tratar de convencer a varios a sus compañeros de trabajo para poder conservar su puesto. Ya que, después de estar un tiempo de baja, sus jefes consideran que pueden realizar el mismo trabajo con una persona menos, por lo tanto han dado a elegir a sus empleados si deciden aceptar la reincorporación de Sandra a su puesto, pero sólo si con ello renuncian a su paga extra. La mayoría de los trabajadores le dieron la espalda, optando por quedarse con el dinero. Pero gracias a la tozudez, el empeño y la valentía de una compañera, la votación se repetirá a la vuelta del fin de semana, con la esperanza de que el resultado sea diferente. Este es el punto de partida de la obra, a partir de aquí Sandra tratará de convencer a sus compañeros, con el público como testigo mudo.
En el terreno de las actuaciones, Marion Cotillard es la dueña absoluta de la función; demostrando una vez más por qué es sin duda alguna una de las mejores actrices francesas de su generación. Aparcando todo atisbo del glamour con el que podría lucir en cualquier otra película hasta poder resultar creíble como la vecina de al lado; pero aun así consigue brillar con luz propia en cada momento. La elección de la actriz principal ha sido uno de las piezas claves de esta obra, ya que si no conseguía despertar la empatía del público no habría nada que hacer, pero afortunadamente Cotillard está perfecta en su labor, consiguiendo abordar de forma certera a una mujer normal y corriente en los que, seguramente, sean los peores, pero más importantes, días de su vida.
Los hermanos Dardenne a la hora de contarnos la historia de esta pobre mujer optan, de una manera completamente afortunada, por un hiper-realismo cercano al documental; pero eso no quita que sus imágenes estén cargadas de simbolismo, a destacar el hecho que durante todos los encuentros de Sandra con sus compañeros, cuando esta trata de convencerlas, el encuadre siempre hace que haya alguna “barrera” entre ambos; como alusión al propio interés que les separa de la protagonista, pero que esta hará todo lo posible por derribar.
Otro aspecto técnico característico de la obra es que está compuesta mayoritariamente por planos estéticos y sostenidos durante largo tiempo, lo que acentúa el dramatismo de los acontecimientos. El austerismo formal es tanto visual como sonoro, ya que la obra carece de banda sonora lo que concede todo protagonismo a las palabras, al tiempo que acentúa su aspecto documental. Las únicas canciones que se escuchan durante todo el metraje son las que suenan en el coche de la protagonista y su marido. Pero eso no significa que la música no tenga importancia en la obra, más bien todo lo contrario: su ausencia durante el resto de la película acentúa su aparición. Además, estos momentos son los únicos en los que Sandra sonríe sinceramente, ya que la música le sirve de elixir para alejarse, aunque sea mientras ésta siga sonando, de todos sus problemas.
Una obra dura y fría, creada para remover conciencias y para combatir el egoísmo predominante en la sociedad. Algunos lo acusarán de propagandística, pero la protagonista en ningún momento se comporta de tal manera: no se dedica a dar sermones moralistas condenando a sus compañeros, más bien parece compartir su punto de vista de que les está intentando quitar su dinero; esto junto a su sensación constante de tener que rebajarse y mendigar por conseguir lo que debería pertenecerle, hace que su depresión vaya creciendo por momentos.
En resumen, la nueva obra de los hermanos Dardenne funciona perfectamente como reflejo de la crisis actual, especialmente en el efecto que ésta ha tenido para el mundo laboral. Debido a la globalización de la crisis, hace que cualquiera pueda identificarse con la historia de Sandra; ya sea porque se encuentra en situación similar, porque conoce a alguien que lo está, o simplemente por haber visto miles de noticias similares.
En el terreno de las actuaciones, Marion Cotillard es la dueña absoluta de la función; demostrando una vez más por qué es sin duda alguna una de las mejores actrices francesas de su generación. Aparcando todo atisbo del glamour con el que podría lucir en cualquier otra película hasta poder resultar creíble como la vecina de al lado; pero aun así consigue brillar con luz propia en cada momento. La elección de la actriz principal ha sido uno de las piezas claves de esta obra, ya que si no conseguía despertar la empatía del público no habría nada que hacer, pero afortunadamente Cotillard está perfecta en su labor, consiguiendo abordar de forma certera a una mujer normal y corriente en los que, seguramente, sean los peores, pero más importantes, días de su vida.
Los hermanos Dardenne a la hora de contarnos la historia de esta pobre mujer optan, de una manera completamente afortunada, por un hiper-realismo cercano al documental; pero eso no quita que sus imágenes estén cargadas de simbolismo, a destacar el hecho que durante todos los encuentros de Sandra con sus compañeros, cuando esta trata de convencerlas, el encuadre siempre hace que haya alguna “barrera” entre ambos; como alusión al propio interés que les separa de la protagonista, pero que esta hará todo lo posible por derribar.
Otro aspecto técnico característico de la obra es que está compuesta mayoritariamente por planos estéticos y sostenidos durante largo tiempo, lo que acentúa el dramatismo de los acontecimientos. El austerismo formal es tanto visual como sonoro, ya que la obra carece de banda sonora lo que concede todo protagonismo a las palabras, al tiempo que acentúa su aspecto documental. Las únicas canciones que se escuchan durante todo el metraje son las que suenan en el coche de la protagonista y su marido. Pero eso no significa que la música no tenga importancia en la obra, más bien todo lo contrario: su ausencia durante el resto de la película acentúa su aparición. Además, estos momentos son los únicos en los que Sandra sonríe sinceramente, ya que la música le sirve de elixir para alejarse, aunque sea mientras ésta siga sonando, de todos sus problemas.
Una obra dura y fría, creada para remover conciencias y para combatir el egoísmo predominante en la sociedad. Algunos lo acusarán de propagandística, pero la protagonista en ningún momento se comporta de tal manera: no se dedica a dar sermones moralistas condenando a sus compañeros, más bien parece compartir su punto de vista de que les está intentando quitar su dinero; esto junto a su sensación constante de tener que rebajarse y mendigar por conseguir lo que debería pertenecerle, hace que su depresión vaya creciendo por momentos.
En resumen, la nueva obra de los hermanos Dardenne funciona perfectamente como reflejo de la crisis actual, especialmente en el efecto que ésta ha tenido para el mundo laboral. Debido a la globalización de la crisis, hace que cualquiera pueda identificarse con la historia de Sandra; ya sea porque se encuentra en situación similar, porque conoce a alguien que lo está, o simplemente por haber visto miles de noticias similares.

4,6
583
5
24 de octubre de 2014
24 de octubre de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las críticas – ¿o prejuicios?- que más veces ha tenido que sufrir el cine español es la acusación de que se hacen demasiadas obras sobre la Guerra Civil, sin entrar en el debate de si son necesarias o no tantas películas sobre dicho acontecimiento bélico. Bien es cierto que el resto de capítulos de la historia nacional no tienen la importancia que se merecen dentro de nuestra filmografía. Y a priori, parecería que Lluis Miñarro quisiera ponerle remedio al asunto, retratando uno de los momentos fundamentales de la historia moderna de España, y lo hace mostrándonos al protagonista de dicho acontecimiento: Amadeo de Saboya. Un rey “fichado”con ideas progresistas y democráticas, con intención de modernizar el país, pero pese a ello – ¿o debido a ello?- careció completamente de apoyos y fue visto por el pueblo simplemente como un extranjero. Ante esa perspectiva, y rodeado en derecha e izquierda por carlistas y republicanos, que trataban de echarlo abajo, no tardó en dimitir y marcharse tranquilo. Entonces dio comienzo la Primera República Española, pero eso es ya otro capítulo también olvidado por el cine, por cierto.
Desde que me enteré de su existencia, sentí bastante curiosidad sobre este proyecto, y al verla mi mayor sensación fue la lástima al pensar lo que podría haber sido pero no fue. Es cierto que la obra tiene sus virtudes y sus logros pero no es que sean demasiado superiores a sus defectos. Bajo mi punto de vista el mayor de los problemas de la presente película es el tono de la misma: en la mayor parte del tiempo parece que estamos ante una obra que nos cuenta la historia de un personaje histórico de la forma clásica, esto es, de forma realista y sobria. Pero, de vez en cuando, nos encontramos con escenas de sexo explicito, nada sutil, y la mayoría de las veces, injustificado. Cuando menos te lo esperas, te sorprendes al escuchar alguna canción “un par de años” posterior a los hechos acarreados…. incluso con un rey bailarín -no, no me refiero a Elvis-. Y para finalizar, alguna que otra escena onírica. El problema no es la utilización de uno u otro camino; diciéndolo de forma resumida: el “formal” y el “informal”.
Pero el jugar con ambas vías, a parte de conseguir que ambas sean tratadas de forma superficial, las dos fracasen. Puede que la idea de mezclar lo serio con lo informal fue el propósito desde el inicio, y es cierto que si la formula hubiera sido diferente a lo mejor hubiera llegado a buen puerto, pero sea como fuere, aquí no ha logrado su objetivo. La obra no tiene la profundidad suficiente en ningún aspecto para satisfacer los instintos más “sesudos” de sus espectadores, ni lo suficientemente entretenida -es más, en algún momento llega a aburrir- para ser un divertimento ligero. ¿Todo esto es sinónimo de que nos encontremos ante una basura automáticamente desechable? Creo que merece que se le dé una oportunidad por la valentía que representa rescatar un episodio olvidado para la mayoría, y encima retratarlo de una forma tan peculiar -resultados a parte-. Y también es cierto que contiene momentos realmente interesantes e inspirados, y en lo que realmente falla la película es en el montaje. En otras palabras: en este caso, el todo es menos que la suma de sus partes.
Las actuaciones no pasan de lo correcto. La verdad, aunque no lo haya hecho nada mal, esperaba más del Amadeo I de Àlex Brendemühl. Uno de los puntos fuertes de la obra recae en el aspecto visual, lejos de la apariencia de telefilm al que caen gran parte de biopics sobre personajes históricos. Y también hay buen gusto tras la cámara a la hora de la composición de planos, llegando a ofrecernos varias imágenes cercanas a la pintura. Como ya dije, mi mayor sensación con esta obra es de oportunidad perdida, ya que podría haber salido algo realmente interesante. Pero, por desgracia, todo se ha quedado en lo anecdótico.
http://nosoyuncritico.com/criticas/ano/en-el-fondo-del-cajon-criticas/2014/10/stella-cadente/
Desde que me enteré de su existencia, sentí bastante curiosidad sobre este proyecto, y al verla mi mayor sensación fue la lástima al pensar lo que podría haber sido pero no fue. Es cierto que la obra tiene sus virtudes y sus logros pero no es que sean demasiado superiores a sus defectos. Bajo mi punto de vista el mayor de los problemas de la presente película es el tono de la misma: en la mayor parte del tiempo parece que estamos ante una obra que nos cuenta la historia de un personaje histórico de la forma clásica, esto es, de forma realista y sobria. Pero, de vez en cuando, nos encontramos con escenas de sexo explicito, nada sutil, y la mayoría de las veces, injustificado. Cuando menos te lo esperas, te sorprendes al escuchar alguna canción “un par de años” posterior a los hechos acarreados…. incluso con un rey bailarín -no, no me refiero a Elvis-. Y para finalizar, alguna que otra escena onírica. El problema no es la utilización de uno u otro camino; diciéndolo de forma resumida: el “formal” y el “informal”.
Pero el jugar con ambas vías, a parte de conseguir que ambas sean tratadas de forma superficial, las dos fracasen. Puede que la idea de mezclar lo serio con lo informal fue el propósito desde el inicio, y es cierto que si la formula hubiera sido diferente a lo mejor hubiera llegado a buen puerto, pero sea como fuere, aquí no ha logrado su objetivo. La obra no tiene la profundidad suficiente en ningún aspecto para satisfacer los instintos más “sesudos” de sus espectadores, ni lo suficientemente entretenida -es más, en algún momento llega a aburrir- para ser un divertimento ligero. ¿Todo esto es sinónimo de que nos encontremos ante una basura automáticamente desechable? Creo que merece que se le dé una oportunidad por la valentía que representa rescatar un episodio olvidado para la mayoría, y encima retratarlo de una forma tan peculiar -resultados a parte-. Y también es cierto que contiene momentos realmente interesantes e inspirados, y en lo que realmente falla la película es en el montaje. En otras palabras: en este caso, el todo es menos que la suma de sus partes.
Las actuaciones no pasan de lo correcto. La verdad, aunque no lo haya hecho nada mal, esperaba más del Amadeo I de Àlex Brendemühl. Uno de los puntos fuertes de la obra recae en el aspecto visual, lejos de la apariencia de telefilm al que caen gran parte de biopics sobre personajes históricos. Y también hay buen gusto tras la cámara a la hora de la composición de planos, llegando a ofrecernos varias imágenes cercanas a la pintura. Como ya dije, mi mayor sensación con esta obra es de oportunidad perdida, ya que podría haber salido algo realmente interesante. Pero, por desgracia, todo se ha quedado en lo anecdótico.
http://nosoyuncritico.com/criticas/ano/en-el-fondo-del-cajon-criticas/2014/10/stella-cadente/
25 de diciembre de 2013
25 de diciembre de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Slasher con sabor navideño, utiliza gran parte del metraje para contarnos la trágica historia del protagonista, dejando poco más de media hora para que se desarrollen los sangrientos asesinatos. La primera parte esta bastante bien hecha, teniendo en cuenta el tipo de película es, y consiga que mostremos interés por el personaje central. Cosa que no sucede cuando ya ha empezado la carnicería, a parte que las muertes son bastante cutres, nada originales y carentes de sentido; es imposible que sintamos la menor empatía o antipatía por la mayoría de victimas, ya que la escena de su muerte es en la primera que aparecen. Además, que la historia en este punto se vuelve simple, inconexa y con poca originalidad. Pero, aun así, en ningún momento logra a aburrir, siendo una película bastante interesante para ver en Navidad (sobre todo si se esta harto de los típicos “pastelones” que inundan la televisión en esta fechas) con pocas pretensiones.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Billy, un niño de cinco años va a visitar a su abuelo junto a su familia a asilo. Cuando el pequeño queda a solas con el anciano, este le asusta diciéndole que Santa Claus le castigara por ser un niño malo. Esa misma noche, de vuelta a casa, un atracador disfrazado de Santa Claus asesina a sus padres delante suya. El niño va a un orfanato de monjas, donde todos los años, acercándose las fechas navideñas; revivirá su peor pesadilla. La madre superiora piensa que mediante la disciplina y los duros castigos conseguirá solucionarlo; pero lo único que conseguirá es agravar el problema, al tiempo que aumentara la obsesión de Billy por el castigo. Al cumplir los 18 años sale del orfanato, y gracias a la única monja que confío realmente en él; encuentra trabajo en una juguetería. Al principio todo marcha perfecto, pero todo cambia al acercarse a fechas Navideñas… para rematar, le encargan el trabajo de disfrazarse de Papa Noel, y empieza a comportarse según cree que lo haría el real: castigando a todos los niños, que según él, han sido malos. Tratándose de un slasher, se supone que ahora empezaría lo mejor de la película, pero en lugar de eso todo se disuelve con gran rapidez, todo lo que queda son un puñado de muertes cutres sueltas, en una trama que ha perdido de golpe todo el interés creado con el relato de la historia del chico, ahora todo se vuelve más lineal, más simple, más convencional y más predicable.
Pero aun así, es en esta última parte donde se encuentran los mejores momentos de la película: Después de matar a su hermana y al novio de esta, el asesino se vuelve hacía una niña pequeña con clara intención de matarla con solo sospechar que ha sido una niña mala; después de despejar sus dudas, le “regala” un Cutter ensangrentado. Y sobre todo, el momento en el que el policía mata a balazos al Santa Claus delante de los niños del orfanato, la cara del niño que iba a estrecharle la cara… es sencillamente impagable!!! También me ha parecido curioso cuando, después de que se cargaran al asesino, la cámara pasa del cadáver a el hacha, y de esta al hermano del asesino con cara de loco, dejando a intuir que va a seguir en el mismo camino… vamos, el giro final típico de este tipo de películas, pero mucho más cutre. Pero eso si, parece que cumplieron la amenaza e hicieron una secuela con el hermano pequeño siguiendo los mismos pasos que el mayor; aunque según los votantes de filmaffinity el resultado es aun peor….
Pero aun así, es en esta última parte donde se encuentran los mejores momentos de la película: Después de matar a su hermana y al novio de esta, el asesino se vuelve hacía una niña pequeña con clara intención de matarla con solo sospechar que ha sido una niña mala; después de despejar sus dudas, le “regala” un Cutter ensangrentado. Y sobre todo, el momento en el que el policía mata a balazos al Santa Claus delante de los niños del orfanato, la cara del niño que iba a estrecharle la cara… es sencillamente impagable!!! También me ha parecido curioso cuando, después de que se cargaran al asesino, la cámara pasa del cadáver a el hacha, y de esta al hermano del asesino con cara de loco, dejando a intuir que va a seguir en el mismo camino… vamos, el giro final típico de este tipo de películas, pero mucho más cutre. Pero eso si, parece que cumplieron la amenaza e hicieron una secuela con el hermano pequeño siguiendo los mismos pasos que el mayor; aunque según los votantes de filmaffinity el resultado es aun peor….
Mediometraje

5,0
35
7
23 de diciembre de 2013
23 de diciembre de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cortometraje (o mediometraje) que narra los últimos días de la vida de Lorca antes de su fusilamiento, al tiempo que conecta la muerte del poeta con una representación de una obra de este; realizada por su compañero de celda en 1950 en un perdido pueblo de Castilla. Además, el añadido de toda la historia de la niña y el abuelo, a parte de añadir más profundidad al conjunto, consigue dar un aire a cuento de hadas con cierto aroma poético; que, teniendo en cuenta que todo gira en torno a un poeta, no podría estar más justificado.
El papel protagonista recae sobre el famoso cantante Miguel Bosé, que realiza una actuación más que correcta, consiguiendo que nos creamos la historia de un poeta apunto de ser fusilado con miedo a la muerte, pero en ningún momento consigue que nos creamos que ese poeta sea Federico García Lorca. Empezando por la inexistencia del parecido físico, que ni siquiera tratan de reducir con un mínimo de maquillaje; añadido a la actuación de Bosé (que, como ya he dicho, por todo lo demás es correcta), hace que cueste creer que se trate del poeta andaluz, y no cualquier otro. Del resto del reparto, destacaría a Juan Diego, que cumple perfectamente en todas sus intervenciones, y a la niña.
En resumen, merece la pena verlo. Se trata de una historia trágica, aunque con toques de cuento de hadas, que trata temas como el miedo a la muerte, el horror de las guerras, y la vida después de la muerte mediante el legado y el recuerdo.
El papel protagonista recae sobre el famoso cantante Miguel Bosé, que realiza una actuación más que correcta, consiguiendo que nos creamos la historia de un poeta apunto de ser fusilado con miedo a la muerte, pero en ningún momento consigue que nos creamos que ese poeta sea Federico García Lorca. Empezando por la inexistencia del parecido físico, que ni siquiera tratan de reducir con un mínimo de maquillaje; añadido a la actuación de Bosé (que, como ya he dicho, por todo lo demás es correcta), hace que cueste creer que se trate del poeta andaluz, y no cualquier otro. Del resto del reparto, destacaría a Juan Diego, que cumple perfectamente en todas sus intervenciones, y a la niña.
En resumen, merece la pena verlo. Se trata de una historia trágica, aunque con toques de cuento de hadas, que trata temas como el miedo a la muerte, el horror de las guerras, y la vida después de la muerte mediante el legado y el recuerdo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El clímax de la ejecución de Lorca, entrelazada con la interpretación de su obra años después de su muerte; es lo más destacable de este trabajo.
Más sobre Time Bandit
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here