La verdad es que nunca pensé que podían hacer una serie tan mala con la vida de Maradona. Una ficción muy bien hecha es la serie sobre la vida de Luis Miguel, donde todo es ficción, pero en esta serie sobre Maradona mezclan ficción con fotos y partes documentales que quedan horribles. Es tan mala esta serie que hasta los excelentes actores argentinos que trabajan en ella parecen malos actores. Los únicos personajes que se salvan son el de Guillermo Coppola, que el actor lo hace perfecto, y el de Menotti, que lo saca igual. Confunden con tantos actores que hacen de Maradona (el chico, el mediano, el viejo, el gordo, el flaco), de sus padres y de Claudia. Además, confunden las épocas y quieren hacer un Maradona comprometido políticamente cuando en realidad sólo se trató de un mercenario que iba donde le pagaran mejor. Nunca fue peronista ni chavista ni madurista. En resumen: mal actuada, mal dirigida, mal guionada, mal caracterizada, muy mala ideológicamente hablando y espantosamente aburrida. Le puse un tres pero bien vale un cero.

La película gira alrededor de un grupo de autoayuda de "adictos al sexo" y... primer error grave: no existe este invento de la "adicción al sexo". A partir de ahí, desde el vamos, el guión trastabilla de punta a punta forzando situaciones para empardar esta supuesta "adicción" con la de los alcohólicos o la de consumidores de estupefacientes. Yo vivo en una ciudad de 1.200.000 habitantes y viajo seguido a otra ciudad de 10.000.000 de habitantes y nunca escuché que exista algo llamado "adicción al sexo" y menos que existan grupos de autoayuda en ese sentido. Descartado el guión, ¿qué podemos decir de las actuaciones? Malas, muy malas, muy poco creíbles. Y muy mala también la fotografía. El casting ha sido horrible. Para ver algo así, les recomiendo mil veces "Don Jon", que es una verdadera joyita.

Hollywood nos sigue queriendo hacer creer que las personas más marginales son un ejemplo para la sociedad. En este caso se trata de una mediocre escritora fracasada, antisocial, obesa, alcohólica, mentirosa, compulsiva, narcisista, pedante, lesbiana, estafadora, ladrona, inmadura, manipuladora, con rasgos psicopáticos y con la que pretende que empaticemos o le tengamos lástima. Parece que Hollywood va por un carril y la sociedad va por otro. No tiene nada de rescatable ese personaje y sin embargo le dedican casi dos horas de película. Una tragicomedia para el olvido. La verdad es que no se merece perdón alguno.

En principio digamos que las actuaciones de Natalie Portman y Julianne Moore son muy profesionales y que la dirección es muy buena. Luego, detengámonos en el contenido del guión. Es llamativo cuando Hollywood quiere justificar la pedofilia, y éste es un claro ejemplo. Un niño de 13 años es atraído por una mujer adulta, casada y con hijos, con la que tiene sexo y entabla una relación que dura en el tiempo. Toda la comunidad que los rodea es cómplice de esta relación y no la cuestiona. Pensemos por un segundo si las cosas hubieran sido al revés, que una niña de 13 años hubiera sido seducida por un hombre mayor, ¿habrían sido igual de tolerantes? Hay algo siniestro en Hollywood respecto a la pedofilia, algo que se viene denunciando frecuentemente. Aquí, nuevamente, se busca naturalizar el abuso sexual infantil, algo que debería espeluznar a cualquier persona bien nacida.

Se trata de una película que se desarrolla en Suiza, un país donde la gente es desagradable, la policía no existe y el sentido del humor y la reflexión aún no se descubrieron. Así, cualquier cosa se transforma en un drama indisoluble entre gente inculta y sin formación humanística. Un film que demuestra que, aunque estemos en el siglo XXI, Suiza y Polonia siguen en la Edad Media. La misma escuela tiene docentes que son un desastre y que hacen bullying al muchacho que intenta insertarse en una sociedad que mejor perderla que encontrarla. Desde Argentina nunca podremos entender cómo hay gente tan cuadrada todavía viviendo en este planeta.