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5,7
2.724
6
9 de marzo de 2021
9 de marzo de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Thriller con interesante ambientación rural americana que basa su fuerza en una historia bien llevada a cabo y en la interpretación de sus actores más experimentados.
Dirige Matt Shakman (Bruja Escarlata y Visión) en su único acercamiento al largometraje tras una larga carrera dirigiendo episodios de diferentes series de gran calidad. Demuestra que tiene pulso y visión cinematográfica como para seguir en esto del cine, pero parece que está más volcado a su faceta como director episódico. Las buenas maneras que muestra se ven reflejadas en una obra convincente. No es redonda, pero aporta al thriller una película entretenida y bien realizada.
Por el lado de las actuaciones diré que quien flojea (y ya no sorprende) es Liam Hemsworth (Los Juegos del Hambre: En Llamas) que nos presenta un personaje lleno de matices pero que no es capaz de hacerlo más creíble por su falta de registros emocionales. Al joven de los Hemsworth le hace falta trabajar más el drama porque casi siempre le veo el mismo rostro en diferentes situaciones. Como contrapunto, y menos mal, están un estupendo John Malkovich (RED), el experimentado y crack Bruce Dern (Nebraska) o el camaleónico y perturbador Michael Stuhlbarg (La Llegada). Entre ellos anda el juego de una película que refleja los anhelos de la juventud de abandonar el pueblo perdido de Cut Bank, en algún lugar de Estados Unidos, y tratar de vivir una vida mejor en la gran ciudad. Con esta simple idea se inicia un thriller que termina como no esperaba el protagonista, mientras vemos cómo su plan se va desmoronando por una concatenación de sucesos la mar de fortuitos. Con esto, la historia demuestra que hasta el personaje menos importante, la pieza más insignificante, puede dar jaque mate a la reina. Así se demuestra que cualquier factor puede influir en el devenir de cualquier historia. Y esta historia pone en práctica esta tesis.
A pesar del uso de esa locura hasta el final, es un filme que cumple muy bien y cubre sus carencias con solvencia. Muestra la historia que queremos ver y la desarrolla con mucho interés para el espectador.
Dirige Matt Shakman (Bruja Escarlata y Visión) en su único acercamiento al largometraje tras una larga carrera dirigiendo episodios de diferentes series de gran calidad. Demuestra que tiene pulso y visión cinematográfica como para seguir en esto del cine, pero parece que está más volcado a su faceta como director episódico. Las buenas maneras que muestra se ven reflejadas en una obra convincente. No es redonda, pero aporta al thriller una película entretenida y bien realizada.
Por el lado de las actuaciones diré que quien flojea (y ya no sorprende) es Liam Hemsworth (Los Juegos del Hambre: En Llamas) que nos presenta un personaje lleno de matices pero que no es capaz de hacerlo más creíble por su falta de registros emocionales. Al joven de los Hemsworth le hace falta trabajar más el drama porque casi siempre le veo el mismo rostro en diferentes situaciones. Como contrapunto, y menos mal, están un estupendo John Malkovich (RED), el experimentado y crack Bruce Dern (Nebraska) o el camaleónico y perturbador Michael Stuhlbarg (La Llegada). Entre ellos anda el juego de una película que refleja los anhelos de la juventud de abandonar el pueblo perdido de Cut Bank, en algún lugar de Estados Unidos, y tratar de vivir una vida mejor en la gran ciudad. Con esta simple idea se inicia un thriller que termina como no esperaba el protagonista, mientras vemos cómo su plan se va desmoronando por una concatenación de sucesos la mar de fortuitos. Con esto, la historia demuestra que hasta el personaje menos importante, la pieza más insignificante, puede dar jaque mate a la reina. Así se demuestra que cualquier factor puede influir en el devenir de cualquier historia. Y esta historia pone en práctica esta tesis.
A pesar del uso de esa locura hasta el final, es un filme que cumple muy bien y cubre sus carencias con solvencia. Muestra la historia que queremos ver y la desarrolla con mucho interés para el espectador.

4,6
1.247
5
8 de febrero de 2021
8 de febrero de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vi cuando era un chaval, pero la emitieron hace poco en la TV y con la madurez se ve desde un cariz diferente. Aún así, no me disgustó cuando pequeño y ahora tampoco lo ha hecho, aunque se ven faltas en la producción y guión que antes no lograba ver.
John Irvin (La Colina de la Hamburguesa) dirige este thriller de acción que busca destacar más allá de la típica película de tiros de los 80 y se mete en una historia algo más compleja con la inclusión de varios puntos de vista a seguir: investigación, venganza familiar, un poco de drama y las escenas de acción justas intercaladas en el metraje. Busca no abusar de la violencia gratuita que tanto se estilaba en los 80 y principios de los 90 y se esfuerza en crear un guión decente para que la explosión de tiros final sea más o menos justificable. En este caso, todo gira en torno a una familia de montañeses de EE.UU. que reciben el mazazo de la muerte de un familiar en la gran ciudad. Buscando que no fue una muerte fortuita, hermanos de la víctima tratan de hallar salidas diferentes a la situación: por la ley de la justicia americana o por la ley del Talión. Así converge una disputa familiar personificada en dos hermanos e interpretados por Patrick Swayze (Ghost) y Liam Neeson (Rob Roy), dos hermanos que se buscan venganza de forma diferente y que, en el caso de estas películas, tiene un final predecible.
A pesar de esto y las típicas lagunillas del género, Irvin se esfuerza en hacer una película que de más que pensar y que no sea una consecución de tiros sin sentido, aunque el final ya sea de traca con fauna montañesa en medio de la ciudad. Destacar que el resto del cast aparecen unos jóvenes Helen Hunt (Mejor... Imposible) o Ben Stiller (Tropic Thunder).
John Irvin (La Colina de la Hamburguesa) dirige este thriller de acción que busca destacar más allá de la típica película de tiros de los 80 y se mete en una historia algo más compleja con la inclusión de varios puntos de vista a seguir: investigación, venganza familiar, un poco de drama y las escenas de acción justas intercaladas en el metraje. Busca no abusar de la violencia gratuita que tanto se estilaba en los 80 y principios de los 90 y se esfuerza en crear un guión decente para que la explosión de tiros final sea más o menos justificable. En este caso, todo gira en torno a una familia de montañeses de EE.UU. que reciben el mazazo de la muerte de un familiar en la gran ciudad. Buscando que no fue una muerte fortuita, hermanos de la víctima tratan de hallar salidas diferentes a la situación: por la ley de la justicia americana o por la ley del Talión. Así converge una disputa familiar personificada en dos hermanos e interpretados por Patrick Swayze (Ghost) y Liam Neeson (Rob Roy), dos hermanos que se buscan venganza de forma diferente y que, en el caso de estas películas, tiene un final predecible.
A pesar de esto y las típicas lagunillas del género, Irvin se esfuerza en hacer una película que de más que pensar y que no sea una consecución de tiros sin sentido, aunque el final ya sea de traca con fauna montañesa en medio de la ciudad. Destacar que el resto del cast aparecen unos jóvenes Helen Hunt (Mejor... Imposible) o Ben Stiller (Tropic Thunder).
5 de enero de 2021
5 de enero de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desinhibida comedia que va subiendo sus prestaciones cómicas según avanza como una montaña rusa, alcanzando su cénit a mitad de película y que va manteniendo el nivel hasta casi el desenlace, donde todo confluye como una pequeña explosión descontrolada. Tal y como dice el titulo, la fiesta es la protagonista de esta función, pero sus actores contribuyen a mejorar el cariz humorístico que toma la cinta.
Para ello, los directores Josh Gordon y Will Speck (Un Pequeño Cambio) se rodean de un cast cómico compuesto por nombres ya acostumbrados a estas lides cinematográficas: Jason Bateman (Cómo Acabar con tu Jefe), Jennifer Aniston (Somos los Miller), T.J. Miller (Deadpool), Kate McKinnon (Cazafantasmas -2016-), Olivia Munn (X-Men: Apocalipsis) o Karan Soni (Deadpool). Con este reparto habituado a la comedia, resulta fácil crear una cinta como esta, donde el gamberrismo está a la orden del día y el humor grueso es manejado con tiento por sus directores, alojándolo en el lugar más profundo de la fiesta y su desmadre. Pero también es capaz de darle un poco de racionalidad a tan descabellada historia y el trasfondo del motivo de la fiesta confiere de humanidad a la trama.
Y cierto es que tiene muchos errores, descabellada por momentos y con el humor grueso que suelen mostrar este tipo de producciones norteamericanas, pero es capaz de hacernos olvidar durante un buen rato los avatares de nuestro día a día. Y, nada mejor en esta época de pandemia, que disfrutar de una fiesta de empresa navideña en un año que han desaparecido por motivos de salud y seguridad. Señores, bienvenidas sean estas producciones en la dura época que nos ha tocado vivir.
Para ello, los directores Josh Gordon y Will Speck (Un Pequeño Cambio) se rodean de un cast cómico compuesto por nombres ya acostumbrados a estas lides cinematográficas: Jason Bateman (Cómo Acabar con tu Jefe), Jennifer Aniston (Somos los Miller), T.J. Miller (Deadpool), Kate McKinnon (Cazafantasmas -2016-), Olivia Munn (X-Men: Apocalipsis) o Karan Soni (Deadpool). Con este reparto habituado a la comedia, resulta fácil crear una cinta como esta, donde el gamberrismo está a la orden del día y el humor grueso es manejado con tiento por sus directores, alojándolo en el lugar más profundo de la fiesta y su desmadre. Pero también es capaz de darle un poco de racionalidad a tan descabellada historia y el trasfondo del motivo de la fiesta confiere de humanidad a la trama.
Y cierto es que tiene muchos errores, descabellada por momentos y con el humor grueso que suelen mostrar este tipo de producciones norteamericanas, pero es capaz de hacernos olvidar durante un buen rato los avatares de nuestro día a día. Y, nada mejor en esta época de pandemia, que disfrutar de una fiesta de empresa navideña en un año que han desaparecido por motivos de salud y seguridad. Señores, bienvenidas sean estas producciones en la dura época que nos ha tocado vivir.

5,6
2.119
6
4 de noviembre de 2020
4 de noviembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Loable intento de Jennifer Aniston (Somos los Miller) para el asalto a una posible nominación al Oscar que no fue correspondida por la Academia americana. Y personalmente creo que debería, al menos, haber obtenido la nominación. Sin lugar a dudas su interpretación en Cake es lo mejor de la película. Demuestra con este personaje la equilibrada mezcla entre una actuación física y una actuación psíquica. Un personaje complejo, atormentado, pero a la vez capaz de ofrecer síntomas de positivismo y recuperación. Es ambivalente en sus motivaciones, con la mezcla de la depresión y el dolor físico que la atormentan, pero que a la vez es capaz de mirar a la vida y sentirse útil para la sociedad. Y, en definitiva, ser valiente.
Este esfuerzo para dar lo mejor de su interpretación se reconoce al saber que también es productora de Cake, lo que provoca que se inmiscuya más en la representación del personaje principal de la película. En la dirección se sitúa Daniel Barnz (Phoebe en el País de las Maravillas), que no aporta mucho más allá de un trabajo sencillo y rutinaria, dejando todo el peso en Jennifer Aniston. Quizás esta falta de ambición por parte del director lastre el desarrollo principal de la película, que la hace por momentos monótona (que no aburrida) y que apenas aporta sorpresas destacables. Como secundarios están la interesante Adriana Barraza (Dora la Exploradora) y el reconocido Sam Worthington (Avatar). Ambos cumplen bien con su trabajo aunque se vean absorbidos por el huracán que es Aniston en esta película.
Resumiendo: meritoria película que no encuentra el tono narrativo correcto para cada momento, pero que cuenta con la gran interpretación de su protagonista, muy alejada de lo que nos tiene acostumbrados habitualmente.
Este esfuerzo para dar lo mejor de su interpretación se reconoce al saber que también es productora de Cake, lo que provoca que se inmiscuya más en la representación del personaje principal de la película. En la dirección se sitúa Daniel Barnz (Phoebe en el País de las Maravillas), que no aporta mucho más allá de un trabajo sencillo y rutinaria, dejando todo el peso en Jennifer Aniston. Quizás esta falta de ambición por parte del director lastre el desarrollo principal de la película, que la hace por momentos monótona (que no aburrida) y que apenas aporta sorpresas destacables. Como secundarios están la interesante Adriana Barraza (Dora la Exploradora) y el reconocido Sam Worthington (Avatar). Ambos cumplen bien con su trabajo aunque se vean absorbidos por el huracán que es Aniston en esta película.
Resumiendo: meritoria película que no encuentra el tono narrativo correcto para cada momento, pero que cuenta con la gran interpretación de su protagonista, muy alejada de lo que nos tiene acostumbrados habitualmente.

6,1
18.401
6
16 de octubre de 2020
16 de octubre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película de Tim Burton (Big Fish) que es muy poco Burtoniana. Este es el resumen que se puede hacer de esta historia basada en un hecho real que en su época dio mucho que hablar por el contexto en que se movía.
La película es un ejemplo de cómo se puede ambientar a la perfección la década de los 50 y los 60. Un trabajo de producción digno de un clásico, de una película de aquella época, que se mueve con un buen gusto estético, fotografía similar a la de antaño y unos diálogos conformes a lo que se estilaba en aquellas míticas producciones. Todo esto aderezado por la fantástica BSO del compositor fetiche de Tim Burton, Danny Elfman. A toda esta buena composición de elementos, se añaden las interpretaciones de sus actores: una siempre estupenda Amy Adams (La Llegada) y un ambiguo Christoph Waltz (Malditos Bastardos) serán los que lleven las riendas del proyecto como la pareja protagonista y creadores del imperio de las ilustraciones de niños con ojos grandes que tanto vendió entre finales de los 50 y toda la década de los 60. Como secundarios encontramos a Krysten Ritter (Jessica Jones), Danny Huston (Wonder Woman) que no hace de malo o Jason Schwartzman (Academia Rushmore).
Una producción que a pesar de ser entretenida, peca de todo lo que conlleva recrear una historia basada en hechos reales, para no alejarse de esa realidad que es necesario contar. Por eso, entra los clichés del género con la consiguiente aparición del conflicto central de la película que es la más que anunciada separación de la pareja y la búsqueda del apoyo moral por parte del personaje de Amy Adams, que curiosamente, y según afirman, se produce por la aparición de unos testigos de Jehová. Así, y gracias al "impulso divino", esta fantástica y original artista se envalentona para luchar por todo su trabajo. Tampoco cuadran mucho algunos momentos de Christoph Waltz, que a veces torna la película en un thriller que puede ser innecesario, aunque de cara a la galería es una forma de crear tensión en un desarrollo sin sobresaltos.
Entretenida película de Burton sin ser Burton (bueno, hay pequeños toques que se notan) que es una magnífica fuente pare conocer todos los entresijos de las pinturas del matrimonio Keane, su desarrollo y su justo desenlace. Y una buena manera de conocer un estilo artístico singular.
La película es un ejemplo de cómo se puede ambientar a la perfección la década de los 50 y los 60. Un trabajo de producción digno de un clásico, de una película de aquella época, que se mueve con un buen gusto estético, fotografía similar a la de antaño y unos diálogos conformes a lo que se estilaba en aquellas míticas producciones. Todo esto aderezado por la fantástica BSO del compositor fetiche de Tim Burton, Danny Elfman. A toda esta buena composición de elementos, se añaden las interpretaciones de sus actores: una siempre estupenda Amy Adams (La Llegada) y un ambiguo Christoph Waltz (Malditos Bastardos) serán los que lleven las riendas del proyecto como la pareja protagonista y creadores del imperio de las ilustraciones de niños con ojos grandes que tanto vendió entre finales de los 50 y toda la década de los 60. Como secundarios encontramos a Krysten Ritter (Jessica Jones), Danny Huston (Wonder Woman) que no hace de malo o Jason Schwartzman (Academia Rushmore).
Una producción que a pesar de ser entretenida, peca de todo lo que conlleva recrear una historia basada en hechos reales, para no alejarse de esa realidad que es necesario contar. Por eso, entra los clichés del género con la consiguiente aparición del conflicto central de la película que es la más que anunciada separación de la pareja y la búsqueda del apoyo moral por parte del personaje de Amy Adams, que curiosamente, y según afirman, se produce por la aparición de unos testigos de Jehová. Así, y gracias al "impulso divino", esta fantástica y original artista se envalentona para luchar por todo su trabajo. Tampoco cuadran mucho algunos momentos de Christoph Waltz, que a veces torna la película en un thriller que puede ser innecesario, aunque de cara a la galería es una forma de crear tensión en un desarrollo sin sobresaltos.
Entretenida película de Burton sin ser Burton (bueno, hay pequeños toques que se notan) que es una magnífica fuente pare conocer todos los entresijos de las pinturas del matrimonio Keane, su desarrollo y su justo desenlace. Y una buena manera de conocer un estilo artístico singular.
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