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Críticas 140
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
9
16 de marzo de 2025 Sé el primero en valorar esta crítica
Fui a ver esta película al cine y me dejó muy impactada. Estoy acostumbrada a ver películas de terror, pero no sé por qué, justo hacia la mitad, empecé a sentirme muy incómoda y con miedo. Incluso tuve que cerrar los ojos y taparme los oídos sin ver bien el final. Me marcó tanto que, años después, leí el libro para entender más a fondo toda la historia. La he visto más veces y a nunca me ocurrió lo mismo, pero por eso mismo me marcó tanto. Hoy la he vuelto a ver y quería escribir una crítica sobre ella.

En mi opinión, entre todas las adaptaciones de la novela de Richard Matheson, esta es la que más ha impactado en el cine moderno. No es solo una película de supervivencia postapocalíptica, sino también un retrato íntimo de la soledad, la desesperación y la culpa.

Will Smith lleva todo el peso de la película y lo hace increíblemente bien. Su interpretación de Robert Neville es intensa y transmite perfectamente el desgaste psicológico de alguien que ha pasado años sin contacto humano real. Sam, la otra protagonista, es la joya de la película; su relación es el corazón de la historia, dándonos los momentos más emocionales y desgarradores. El sacrificio de Sam es de esos momentos que se quedan contigo para siempre. Siempre lloro cuando llego a ese punto; su ancla en la cordura se va con ella.

El diseño de los infectados es donde la película flojea un poco. Optaron por un CGI que incluso en su momento se sentía bastante falso y hoy ha envejecido mal. No llegan a transmitir el mismo nivel de amenaza que hubiesen logrado con efectos prácticos o maquillaje. Aún así, la tensión en las escenas nocturnas está muy bien lograda, con una sensación de peligro constante.

Lo que realmente divide opiniones es el final. La versión para cines apuesta por un cierre más convencional, sacrificando profundidad por un desenlace heroico. Pero la versión alternativa, mucho más fiel al espíritu del libro, cambia completamente la perspectiva sobre Neville y su papel en la nueva realidad.

Es una película que mezcla acción, terror y drama de forma efectiva. Tiene sus fallos, pero el impacto emocional y la interpretación de Smith la elevan por encima de otras películas de su género
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Diferentes finales

Final de cines:
Neville se sacrifica heroicamente con un granada para destruir los infectados dentro de su casa para salvar a Anna y Ethan para que escapen con la cura. Es el clásico final de "el héroe" , pero se percibe un poco simplista, dejando de lado los matices de la historia original (el libro)

Final alternativo 2:
Este es el más fiel del libro y peo viendo todos sus finales se entiende todo mejor. Cómo las señales de la mariposas, que su hija siempre le decía "Mira la mariposa" Aquí da entender que hay un propósito o un destino, que finalmente cree. Aquí Neville se da cuenta que los infectados no son simples monstruos sin mente, sino inteligentes, con su propia comunidad y emociones (han evolucionado). El líder de los infectados solo quiere recuperar a su pareja, a quien Neville capturó para sus experimentos. En este final, Neville comprende que él ha sido el verdadero monstruo para ellos, rompiendo la imagen de héroe que la versión de los cines querian imponer. Así que decide abrir la puerta, y pedir perdón al líder de los infectados. El líder le chilla como advertencia, y los infectados deciden irse en paz. Decide que la ciudad , Nueva York, ya es de los infectados y se va con Anna y Ethan al lugar seguro.

Este final cambia completamente la perspectiva: Neville no es el héroe, sino la leyenda del terror para la nuevos habitantes el mundo.


Diferencias entre la película y el libro de Richard Matheson.

1.Los infectados
En el libro, los infectados son vampiros con consciencia y no simples criaturas rabiosas. Tienen su propia sociedad y lógica.

En la película, son más parecidos a zombies agresivos sin rastro de humanidad (excepto en el final alternativo)

2.La verdadera "leyenda"
En la novela, Neville es visto como un monstruo por los nuevos seres que han heredado la Tierra. Para ellos, él es el villano, una figura aterradora que secuestra, experimenta y mata a los suyos. De ahí el título "Soy Leyenda" : él es el mito del horror en esta nueva "humanidad".

En la película, el título se usa de forma más convencional, haciendo referencia a su sacrificio como héroe que encontró la cura.

3. Destino de Neville
En el libro, Neville es capturado por los infectados, juzgado y ejecutado, comprendiendo en sus últimos momentos que el mundo ha cambiado y él es el verdadero monstruo. Sus ultimas palabras son "Soy Leyenda"

En la película, en la versión de cines muere en un explosión, mientras que en el final alternativo se redime y escapa.

4.La perspectiva sobre la "cura"
En la novela, no hay cura, porque el mundo y no necesita ser "salvado". Los nuevos infectados han evolucionado en una nueva sociedad.

En la película, la cura es el gran objetivo, manteniendo la típica historia "humanidad vs. Infección"

La conclusión es que la película se toma mucha libertades respecto a la novela adaptándola a una historia más hollywoodiense. Pero logra captar la esencia de la libertad y la lucha interna de Neville, aunque su versión de infectados es más genérica. El final de los cines traiciona un poco el mensaje original del libro, pero el alternativo se acerca más a esa idea.

Si la hubieran hecho con un diseño de infectados más logrado y mantenido el final del libro, podría haber sido una verdadera joya. Pero para mí aun con sus fallos, sigue siendo una película potente y con un Will Smith en uno de una mejores papeles.
14 de marzo de 2025 Sé el primero en valorar esta crítica
Hace unos días me apareció en sugerencias esta película y, la verdad, me picó la curiosidad. Tiene ese tipo de reparto que te hace pensar: '¿Cómo puede esto no ser bueno?' De Niro y Duvall juntos suenan a apuesta segura, ¿no? Pero, bueno, la cosa no fue tan clara. La idea prometía: un thriller, un asesinato, dos hermanos con vidas diametralmente opuestas—uno sacerdote, el otro detective—y un caso que los une. Sin embargo, lo que encontré fue algo bastante distinto.

La película se centra más en la relación entre los hermanos que en el caso policial en sí. Y, aunque eso podría haber sido interesante, para mí terminó siendo un desvío. El guion no aprovecha el material que tenía en las manos. La investigación, que era lo que más me atraía, queda completamente relegada a un segundo plano. En su lugar, me vi metida en un drama introspectivo lleno de dilemas morales que, en lugar de profundizar, terminó desorientándome.

El ritmo es lento, demasiado lento. Sí, la atmósfera está bien construida: hay algo opresivo, agobiante, que se siente en cada escena. Pero eso no compensa lo que para mí fue una narrativa que se pierde en el camino. De Niro y Duvall, eso sí, son sólidos. Son ellos, al fin y al cabo, y es un placer verlos en pantalla, pero incluso ellos parecen arrastrarse por un guion que no los deja brillar como deberían.

No es que sea una película mala, pero tampoco es memorable. Me dejó con esa sensación de que algo faltó, como si hubiera tenido todos los ingredientes para ser más, pero se quedó a medio gas. No es un thriller completo ni un drama profundo, y esa indecisión es su mayor problema. Al final, como espectador, me quedé con ganas de más. O de menos. No lo sé, pero algo no encajó."
12 de marzo de 2025 Sé el primero en valorar esta crítica
Me llamó la atención esta película por su director, Brad Anderson, el mismo que nos entregó la magnética y perturbadora El maquinista (2004). Por eso, cuando supe de esta película ambientada en el gélido paisaje de la Rusia profunda, no dudé en verla. La premisa es sencilla pero atractiva: una pareja estadounidense (Woody Harrelson y Emily Mortimer) decide tomar el legendario tren Transiberiano para unas vacaciones diferentes, sin saber que terminarían envueltos en un juego de engaños, drogas y supervivencia.

La película comienza lentamente, como un viaje real en tren, mostrando la belleza y la hostilidad del entorno con una fotografía que te envuelve. Todo parece tranquilo hasta que aparecen los misteriosos Carlos (Eduardo Noriega) y Abby (Kate Mara). Ahí es donde el viaje deriva hacia un thriller psicológico que recuerda a los clásicos del género, pero con un tono más crudo y realista. Ben Kingsley, como agente de policía ruso, añade esa cuota de tensión necesaria.

Lo que más me cautivó fue la atmósfera. El tren se convierte en un personaje más: claustrofóbico, opresivo, un espacio sin escapatoria donde las máscaras caen y los secretos se filtran como el vapor en las ventanillas congeladas. Emily Mortimer tiene un papel más complejo de lo que parece al inicio y logra transmitir la angustia de alguien atrapado en sus propias decisiones. Harrelson, en cambio, encarna al típico turista americano ingenuo, lo que al principio me pareció un cliché, pero luego cobra sentido.

La trama tiene altibajos. Hay momentos en los que la tensión se desvanece y algunas situaciones parecen un poco forzadas. No es un thriller perfecto, pero sí funciona, con escenas que mantienen al espectador pegado al asiento. La dirección y la fotografía hacen justicia a un escenario tan poderoso como el Transiberiano.

En resumen, es una película que te lleva de viaje, aunque no siempre conecte todas las paradas. No alcanza la obsesiva perfección de El maquinista, pero es una opción más que recomendable para los amantes del thriller psicológico con un toque de cine de autor.
12 de marzo de 2025 Sé el primero en valorar esta crítica
Cuando Charles Chaplin entra en escena, ya sé que me espera algo especial. No importa cuántos años pasen, su capacidad para mezclar humor, emoción y crítica social sigue funcionando como el primer día. Siempre deja un mensaje final para reflexionar. Y en ¡Armas al hombro!, no nos decepciona.

Esta película, ambientada en la Primera Guerra Mundial, es puro Chaplin: un soldado torpe, que saca el número 13 y cree que tiene mala suerte, situaciones absurdas y esa mezcla de comedia y ternura que él sabía compaginar muy bien. Desde el entrenamiento hasta las misiones en territorio enemigo, Chaplin convierte la guerra en un escenario para el humor más físico y genuino, y todo sin necesidad de palabras para hacerte reír o entender el contexto. Y yo siempre me río con él.

Además, era una película que no había visto, y cuando anunciaron que era su primera película, eso me animó aún más a verla.

Eso sí, no es de las más conocidas que tiene. Se siente un poco separada por capítulos más que como una historia continua, y algunos momentos funcionan mejor que otros. Pero tiene escenas inolvidables, como la del disfraz de árbol (sencillamente genial) o los intentos desesperados de sobrevivir en las trincheras. No es Tiempos modernos o La quimera del oro —se nota que en esas ya tenía más experiencia y sabía lo que buscaba—, pero tiene ese sello inconfundible de Chaplin que siempre me gana.

Para resumir, es una película que, aunque no está entre mis favoritas de él, sigue demostrando por qué Charles Chaplin es uno de los grandes. Con él, hasta la guerra se convierte en una comedia.
11 de marzo de 2025 Sé el primero en valorar esta crítica
Si hay una comedia que ha sobrevivido al paso del tiempo con una gracia envidiable, es Con faldas y a lo loco. Billy Wilder firma aquí una de sus obras más icónicas, combinando humor, enredos y un trío protagonista absolutamente brillante: Tony Curtis, Jack Lemmon y la inigualable Marilyn Monroe.

Me reí mucho con sus enredos y las actuaciones.

La historia, ambientada en la época de la Ley Seca, es una verdadera locura desde el primer minuto. Dos músicos que están al borde de la indigencia presencian una matanza entre mafiosos y, para no ser asesinados, se disfrazan de mujeres y se esconden en una orquesta femenina. Y sí, ya la idea suena a desastre, pero Wilder convierte el caos en oro. El ritmo es impecable, ni lento ni frenético, con diálogos afilados y situaciones cada vez más disparatadas. Curtis y Lemmon están en su mejor momento, y Marilyn… simplemente brilla. Su Sugar Kane es pura luz en pantalla, con una mezcla de ingenuidad, picardía, rebeldía y tristeza que la hace inolvidable.

Poca gente sabe que Con faldas y a lo loco no fue la primera versión de esta historia. Existen dos remakes anteriores: Fantômas d’amour (1935), una comedia francesa prácticamente desconocida, y Fanfaren der Liebe (1951), un remake alemán que pasó sin pena ni gloria. Me encantaría poder verlas para compararlas, pero son difíciles de conseguir por su antigüedad y su escaso impacto en la historia del cine. Wilder, de hecho, tomó la última como base para su película, pero la llevó a otro nivel con su estilo inconfundible.

Más allá del humor, si hay algo que hace que esta película sea inolvidable, es su final. Esa última frase, tan sencilla y tan genial, resume a la perfección el espíritu de la historia: desenfadado, atrevido y adelantado a su tiempo.

Una joya del cine que sigue funcionando a la perfección. No importa cuántas veces la veas, siempre te sacará una sonrisa y alguna carcajada.
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