No sabría decir qué tiene esta película para no conseguir entrar en mi lista de favoritas, pero sin duda, la reconozco como una buena película. Un interesante guión bien interpretado por el que considero uno de los actores más atractivos (que no guapo) del cine actual. Oscar borda estos papeles en donde la culpa, el destino o en general las circunstancias conducen las vidas de sus personajes de una forma dramática. Una fría tensión que lo invade todo nos guía y a la vez nos agobia casi a partes iguales. Muy buena, aunque me falte o me sobre un no sé qué para emocionarme.

Si hubiera que ponerle un adjetivo sería divertida.
Pero no es solo divertida desde el punto de vista humorístico, de hecho no es una peli de carcajadas ni de gags, afortunadamente. Es un divertimento perfectamente construido para entretener de forma moderna, irónica y cinematográficamente eficaz.
No se puede evitar comparar sus perfectas y sangrientas coreografías con Tarantino pero también es lógico que todo el mundo tarantinesco tenga alumnos... en este caso aventajados.
En un páramo cinematográfico donde todo parece inventado. Bullet Train sabe lo que quiere recuperar, lo que quiere contar y cómo. Sobre Brad Pitt no hablo porque carezco de objetividad alguna, pero cuando hace humor se ríe como nadie de si mismo.
Pese a algún diálogo farragoso que se podría haber evitado recortando media horita... muy recomendable.

Cuando una serie nos conduce de menos a más y consigue mantener nuestro interés hasta el último minuto... comprendemos que el producto es bueno. El elogio de Tennant es, sin duda, merecido pero yo me quedo con la actuación elegante e irónica de Stanley Tucci.

Me encanta el juego de historias cruzadas, la construcción de personajes creíbles, la sorna que destila toda la historia y el ritmo pausado, pero constante, de la trama

Netflix puede, solo puede, que haya tomado al decisión de recuperar al público adulto... o al menos a ese que necesita un poco de inteligencia televisiva. Queremos más.

Rara porque musicales realmente dramáticos no hay muchos y este lo es... quien califique esto de comedia está tan equivocado como quien califica "La sustancia" como comedia... y ahí empezamos a ver la dificultad de la sociedad actual en identificar donde está la gracia en según qué cosas...

"Emilia..." es bastante confusa en casi todo pero por encima de sus errores y sobre todo en su primera parte tiene buen ritmo, engancha y cuando crees que lo pierde recupera el pulso dejando buena impresión sobre lo visto. Ahora bien... no es una película brillante ni creo que merezca 13 óscar... si acaso reconozco interesante nominar algo diferente y cargado de intenciones... no todas esencialmente buenas. A veces "Emilia..." es contradictoria o quizás se la interpreta con juicios de valor que su director no ha realizado.

Pero no voy a entrar en eso, bebe de distintos géneros y creo que el resultado es bueno. Toda la polémica que la precede y la persigue no es cine, es política.
Karla es una presencia única, Zoe Saldaña es perfecta y Selena insoportable.

Pese a que sus actrices protagonistas le ponen ganas y esfuerzo... la serie no consigue convencerme... de nada (desaprovechadísima Fiona Shaw). Hay tantos agujeros que parece un colador y llega a su sexto capítulo a solucionar el tema de la forma más tonta posible... es como si pensaran que ya no merecía esforzarse ni en lo fantástico ni en lo real y le dieran manga ancha al ridículo.

Por otro lado, y desde el inicio, encuentro demasiadas similitudes con Fortitude, una serie inglesa de 2015 que con una primera temporada brillante, sabe llevarnos hacia el abismo de lo absurdo con maestría televisiva indudable. Muy recomendable.

Un apunte más. Jodie Foster no me ha gustado en esta serie, tampoco es mi actriz favorita ni mucho menos, pero desde luego tienen poco que ver con los comentarios vertidos sobre su aspecto envejecido. Aquí no hay tías buenas ni tíos buenos y no es el problema de Noche polar... otra cosa es que, para muchos, la presencia de un rostro bello/operado en pantalla sea imprescindible para mantener el interés.