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Críticas ordenadas por utilidad
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6,5
7.442
8
23 de agosto de 2018
23 de agosto de 2018
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Lady Macbeth" es la cinta debut del cineasta británico William Oldroyd, basada en la novela corta del escritor ruso Nikolai Leskov. La misma ya cuenta con una versión anterior magistral, realizada en la vieja Yugoslavia y dirigida por el maestro polaco Andrzej Wajda en 1961, llamada "Lady Macbeth en Siberia", con Olivera Markovic en el rol principal.
Para establecer diferencias, Oldroyd traslada la historia de "Lady Macbeth" a la Inglaterra de 1865, y nos cuenta la instancia por la que pasa la joven Katherine (Florence Pugh), quien es obligada a casarse con un hombre que poco tiene que ver con ella, y que es mucho mayor en cuanto a edad. Se percibe una marcada crítica al sistema patriarcal, concepto que tanto se repite en nuestros días. Ella es esclava en algún sentido del sistema, de la forma de vida que otros eligieron por ella, y le toca esperar, mientras tolera las ocurrencias y aventuras de su marido, que se demuestra más interesado en otros asuntos. No tardará mucho en desviar su atención en Sebastian (Cosmo Jarvis), un joven que trabaja en la finca de su esposo, y que tras un enfrentamiento inicial, termina encendiendo un fuego que Katherine tenía reprimido en su interior. Conllevar una relación amorosa con un empleado a escondidas, mientras su esposo está ausente, será motivo suficiente para generar una serie de conflictos que la joven Katherine parece dispuesta a resolver de la manera que sea, dejando en claro que posee un carácter fuerte, y que no se asusta a la hora de asumir uno o varios riesgos.
"Lady Macbeth" se nos presenta en un comienzo como un drama de época, dotado de todos los elementos característicos de dicho género, con una ambientación y puesta de escena a la altura, y una fotografía atractiva. No obstante, el realizador británico coquetea con otros géneros, logrando entremezclar pequeñas dosis humorísticas, y conforme avance la película, y la trama vaya variando su perspectiva inicial, se va impregnando de dosis más vinculadas al cine de suspenso, logrando articular certeramente las variaciones genéricas. La actuación de Florence Pugh es más que acertada, y logra darle las matices pertinentes al personaje, cargándolo de una sentida doble personalidad, más pasional por un lado, mientras que en otros momentos muta a una tonalidad más fría y especuladora. Como suele pasar con muchas producciones de actualidad, se percibe algún que otro exceso en el desenlace, pero por suerte, no llega a manchar una cinta netamente recomendable. También es un punto a favor la capacidad de resumen, pudiendo Oldroyd realizar en poco menos de media hora de película una obra redonda, que logra dejar una huella y un mensaje en el imaginario del espectador.
Para establecer diferencias, Oldroyd traslada la historia de "Lady Macbeth" a la Inglaterra de 1865, y nos cuenta la instancia por la que pasa la joven Katherine (Florence Pugh), quien es obligada a casarse con un hombre que poco tiene que ver con ella, y que es mucho mayor en cuanto a edad. Se percibe una marcada crítica al sistema patriarcal, concepto que tanto se repite en nuestros días. Ella es esclava en algún sentido del sistema, de la forma de vida que otros eligieron por ella, y le toca esperar, mientras tolera las ocurrencias y aventuras de su marido, que se demuestra más interesado en otros asuntos. No tardará mucho en desviar su atención en Sebastian (Cosmo Jarvis), un joven que trabaja en la finca de su esposo, y que tras un enfrentamiento inicial, termina encendiendo un fuego que Katherine tenía reprimido en su interior. Conllevar una relación amorosa con un empleado a escondidas, mientras su esposo está ausente, será motivo suficiente para generar una serie de conflictos que la joven Katherine parece dispuesta a resolver de la manera que sea, dejando en claro que posee un carácter fuerte, y que no se asusta a la hora de asumir uno o varios riesgos.
"Lady Macbeth" se nos presenta en un comienzo como un drama de época, dotado de todos los elementos característicos de dicho género, con una ambientación y puesta de escena a la altura, y una fotografía atractiva. No obstante, el realizador británico coquetea con otros géneros, logrando entremezclar pequeñas dosis humorísticas, y conforme avance la película, y la trama vaya variando su perspectiva inicial, se va impregnando de dosis más vinculadas al cine de suspenso, logrando articular certeramente las variaciones genéricas. La actuación de Florence Pugh es más que acertada, y logra darle las matices pertinentes al personaje, cargándolo de una sentida doble personalidad, más pasional por un lado, mientras que en otros momentos muta a una tonalidad más fría y especuladora. Como suele pasar con muchas producciones de actualidad, se percibe algún que otro exceso en el desenlace, pero por suerte, no llega a manchar una cinta netamente recomendable. También es un punto a favor la capacidad de resumen, pudiendo Oldroyd realizar en poco menos de media hora de película una obra redonda, que logra dejar una huella y un mensaje en el imaginario del espectador.

5,5
2.753
7
23 de agosto de 2018
23 de agosto de 2018
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El amante doble" es la nueva película del singular cineasta francés Francois Ozon, recordado por la realización de películas como "Bajo la arena", "La piscina" (ambas con la actuación de Charlotte Rampling), "8 mujeres", "En la casa", y la más reciente "Frantz". Basándose en la novela "Vidas gemelas" de la escritora Joyce Carol Oates, Ozon contó con la colaboración de Philippe Piazzo para la adaptación del guión, con quien trabajó justamente en la citada "Frantz".
"El amante doble" comienza con la historia de Chloe (Marine Vacth), una joven de 25 años que siente fuertes dolores en el vientre. Tras la realización de los estudios pertinentes, le recomiendan que inicie terapia, que quizás mediante la misma encuentre el foco de su problema, y quizás pueda ayudarla a poder solventar su tan extraña situación, y poder seguir adelante. Será en ese momento en que conocerá a Paul Meyer (Jeremie Renier), su terapeuta. Tras varias sesiones, en donde Chloe expone parte de sus problemáticas, sensaciones y temores, se terminan sintiendo atraídos el uno al otro, y posteriormente se van a vivir juntos, dando por cerrado el ciclo de la terapia. Una vez instalados, comienzan los problemas, o mejor dicho, se reanudan. Tras descubrir un secreto de su nueva pareja, en torno a su apellido original, la joven empieza a sospechar, y termina topándose con un hermano de Paul, del cual este jamás le había hablado. La curiosidad, y las ansias de llegar al origen de todo este misterio, representará un sinfín de situaciones traumáticas, y un viaje interno que en todo momento jugará con la estabilidad emocional de Chloe, quien continúa en constante conflicto con los fantasmas del pasado, mientras afronta como puede la realidad en que le toca vivir.
La nueva película de Francois Ozon demuestra un poco la capacidad del cineasta francés de oscilar entre géneros, iniciando su nueva propuesta como una cinta de índole dramático, con destellos de género romántico, para luego ir desviando el foco en una historia de suspenso, con fuertes toques psicológicos y hasta de tinte erótico. Esta marcada convergencia, nos traerá a la mente el clásico de David Cronenberg "Dead Ringers", con cierta cruza del cine de Alfred Hitchcock, "El Inquilino" de Roman Polanski y elementos sueltos de otras películas de género. Todo esto no significa que Ozon no sea original, si bien termina siendo una historia con componentes en algún sentido bastante reiterados en los últimos años (lo cual es uno de los puntos débiles), el realizador francés logra dotarla de cierta originalidad, intentando esquivar determinados lugares en la historia, tratando de darle un destello personal, y jugando con una serie de enfoques y tomas sumamente sugerentes, reflejo de un trabajo enorme de montaje y fotografía. Quizás haya que hacer alguna aclaración en lo referido a la importancia de la interpretación de los sueños, ya que representan una parte considerable en la conformación del significado de la historia, del problema a resolver de Chloe, quien por momentos se ve presa de ellos y sus simbolismos. La interpretación de la joven Marine Vacth es destacada, al igual que la actuación de Jeremie Renier, un actor que suele cumplir con creces sus roles, conocido por ser el actor fetiche de los hermanos Dardenne. Probablemente la mayor crítica que se le puede hacer el film, es cierto exceso y abuso en algunos puntos, donde a Ozon un poco se le va la mano, ya que algunos elementos presentes no eran del todo necesarios, más teniendo en cuenta que el objetivo de brindarle cierto trasfondo lúgubre, siniestro, y retorcido a la historia está claramente logrado.
"El amante doble" comienza con la historia de Chloe (Marine Vacth), una joven de 25 años que siente fuertes dolores en el vientre. Tras la realización de los estudios pertinentes, le recomiendan que inicie terapia, que quizás mediante la misma encuentre el foco de su problema, y quizás pueda ayudarla a poder solventar su tan extraña situación, y poder seguir adelante. Será en ese momento en que conocerá a Paul Meyer (Jeremie Renier), su terapeuta. Tras varias sesiones, en donde Chloe expone parte de sus problemáticas, sensaciones y temores, se terminan sintiendo atraídos el uno al otro, y posteriormente se van a vivir juntos, dando por cerrado el ciclo de la terapia. Una vez instalados, comienzan los problemas, o mejor dicho, se reanudan. Tras descubrir un secreto de su nueva pareja, en torno a su apellido original, la joven empieza a sospechar, y termina topándose con un hermano de Paul, del cual este jamás le había hablado. La curiosidad, y las ansias de llegar al origen de todo este misterio, representará un sinfín de situaciones traumáticas, y un viaje interno que en todo momento jugará con la estabilidad emocional de Chloe, quien continúa en constante conflicto con los fantasmas del pasado, mientras afronta como puede la realidad en que le toca vivir.
La nueva película de Francois Ozon demuestra un poco la capacidad del cineasta francés de oscilar entre géneros, iniciando su nueva propuesta como una cinta de índole dramático, con destellos de género romántico, para luego ir desviando el foco en una historia de suspenso, con fuertes toques psicológicos y hasta de tinte erótico. Esta marcada convergencia, nos traerá a la mente el clásico de David Cronenberg "Dead Ringers", con cierta cruza del cine de Alfred Hitchcock, "El Inquilino" de Roman Polanski y elementos sueltos de otras películas de género. Todo esto no significa que Ozon no sea original, si bien termina siendo una historia con componentes en algún sentido bastante reiterados en los últimos años (lo cual es uno de los puntos débiles), el realizador francés logra dotarla de cierta originalidad, intentando esquivar determinados lugares en la historia, tratando de darle un destello personal, y jugando con una serie de enfoques y tomas sumamente sugerentes, reflejo de un trabajo enorme de montaje y fotografía. Quizás haya que hacer alguna aclaración en lo referido a la importancia de la interpretación de los sueños, ya que representan una parte considerable en la conformación del significado de la historia, del problema a resolver de Chloe, quien por momentos se ve presa de ellos y sus simbolismos. La interpretación de la joven Marine Vacth es destacada, al igual que la actuación de Jeremie Renier, un actor que suele cumplir con creces sus roles, conocido por ser el actor fetiche de los hermanos Dardenne. Probablemente la mayor crítica que se le puede hacer el film, es cierto exceso y abuso en algunos puntos, donde a Ozon un poco se le va la mano, ya que algunos elementos presentes no eran del todo necesarios, más teniendo en cuenta que el objetivo de brindarle cierto trasfondo lúgubre, siniestro, y retorcido a la historia está claramente logrado.

6,8
17.779
7
12 de mayo de 2018
12 de mayo de 2018
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El hilo fantasma" es la nueva película del cineasta estadounidense Paul Thomas Anderson, recordado por la dirección de cintas como "Magnolia" o "Petróleo sangriento", con el curioso dato de que, diez años después de la realización de esta última, Anderson vuelve a tener al enorme actor británico Daniel Day-Lewis ("Mi pie izquierdo", "En el nombre del padre", "The Boxer", "Pandillas de Nueva York"), como protagonista de su filme.
La historia de "El hilo fantasma" nos lleva al Londres de 1950, en la era de la posguerra, y a la forma de vida del famoso modista Reynolds Woodcock, llevado a cabo por el citado Daniel Day-Lewis, que como habitualmente suele suceder, se sabe poner en la piel de los personajes que interpreta. Su hermana Cyril (Lesley Manville), es su consejera y ayudante en el negocio de la moda británica, la cual entre ambos sostienen a fuerza de trabajo, profesionalismo y consistencia, enmarcados en una estructura rutinaria férrea. La aparición de la joven Alma (Vicky Krieps) en la vida de Woodcock, se presentará como un posible cambio en lo que refiere a las estructuras de esa vida rutinaria y planificada, en donde todo está previamente estipulado. En un comienzo el espíritu de Alma parece adaptarse a los mecanismos de funcionamiento del modista y su entorno, hasta siendo parte del engranaje mismo de operación, pero conforme se van dando los acontecimientos, ella parece sofocada por un ritmo de vida que le resulta monótono, excesivamente mecánico y hasta incluso falso, y que la termina agobiando. Por el contrario, Reynolds está demasiado acostumbrado, es un hombre grande y no quiere modificar su estilo de vida; su carácter no ayuda, por momentos obstinado, sumamente obsesivo, meticuloso, y netamente afianzado a una idea, una sola forma de hacer las cosas, y una especie de pasión/amor por su trabajo, rozando por momentos el fetichismo.
Evidentemente el enfoque de Paul Anderson en "El hilo fantasma" recae más sobre los perfiles de los protagonistas, que en la historia en sí, que podemos decir sirve más de excusa que como relato. Hay un interesante desarrollo en lo referido a los matices de cada personaje, trabajados en forma minuciosa; sin dudas uno de los puntos fuertes de esta película son las actuaciones, no solo la de Daniel Day-Lewis, de quien no se espera menos, sino tanto de la categórica Lesley Manville, como de la joven Vicky Krieps. Hay una historia de amor, pero no se presenta en la forma convencional, y eso también vale resaltarlo. Es cierto que podemos entrever cierta influencia de algunos filmes de Alfred Hitchcock y Max Ophuls, dos cineastas de gran desarrollo en las décadas del 30′, 40′ y 50′. El despliegue del director estadounidense es impecable, y mantiene muchos de los elementos presentes en su cine, con una puesta en escena a la altura, una gran fotografía, más sus detalles varios, tomas y tiempos. Quizás haya un exceso en lo referido esto último, puesto que Anderson tiende a extender siempre la duración de sus películas, lo que hace que a veces recaiga la atención y la narración un tanto se diluya, notándose que el relato fílmico pedía un metraje algo más corto, más la presencia de escenas que no terminan de darle fuerza a la historia central, o que quizás se dilatan un poco más de lo correspondido. Por todo lo demás, podemos decir que "El hilo fantasma" es una cinta digna de verse.
La historia de "El hilo fantasma" nos lleva al Londres de 1950, en la era de la posguerra, y a la forma de vida del famoso modista Reynolds Woodcock, llevado a cabo por el citado Daniel Day-Lewis, que como habitualmente suele suceder, se sabe poner en la piel de los personajes que interpreta. Su hermana Cyril (Lesley Manville), es su consejera y ayudante en el negocio de la moda británica, la cual entre ambos sostienen a fuerza de trabajo, profesionalismo y consistencia, enmarcados en una estructura rutinaria férrea. La aparición de la joven Alma (Vicky Krieps) en la vida de Woodcock, se presentará como un posible cambio en lo que refiere a las estructuras de esa vida rutinaria y planificada, en donde todo está previamente estipulado. En un comienzo el espíritu de Alma parece adaptarse a los mecanismos de funcionamiento del modista y su entorno, hasta siendo parte del engranaje mismo de operación, pero conforme se van dando los acontecimientos, ella parece sofocada por un ritmo de vida que le resulta monótono, excesivamente mecánico y hasta incluso falso, y que la termina agobiando. Por el contrario, Reynolds está demasiado acostumbrado, es un hombre grande y no quiere modificar su estilo de vida; su carácter no ayuda, por momentos obstinado, sumamente obsesivo, meticuloso, y netamente afianzado a una idea, una sola forma de hacer las cosas, y una especie de pasión/amor por su trabajo, rozando por momentos el fetichismo.
Evidentemente el enfoque de Paul Anderson en "El hilo fantasma" recae más sobre los perfiles de los protagonistas, que en la historia en sí, que podemos decir sirve más de excusa que como relato. Hay un interesante desarrollo en lo referido a los matices de cada personaje, trabajados en forma minuciosa; sin dudas uno de los puntos fuertes de esta película son las actuaciones, no solo la de Daniel Day-Lewis, de quien no se espera menos, sino tanto de la categórica Lesley Manville, como de la joven Vicky Krieps. Hay una historia de amor, pero no se presenta en la forma convencional, y eso también vale resaltarlo. Es cierto que podemos entrever cierta influencia de algunos filmes de Alfred Hitchcock y Max Ophuls, dos cineastas de gran desarrollo en las décadas del 30′, 40′ y 50′. El despliegue del director estadounidense es impecable, y mantiene muchos de los elementos presentes en su cine, con una puesta en escena a la altura, una gran fotografía, más sus detalles varios, tomas y tiempos. Quizás haya un exceso en lo referido esto último, puesto que Anderson tiende a extender siempre la duración de sus películas, lo que hace que a veces recaiga la atención y la narración un tanto se diluya, notándose que el relato fílmico pedía un metraje algo más corto, más la presencia de escenas que no terminan de darle fuerza a la historia central, o que quizás se dilatan un poco más de lo correspondido. Por todo lo demás, podemos decir que "El hilo fantasma" es una cinta digna de verse.
12 de mayo de 2018
12 de mayo de 2018
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Los buscadores" es la nueva película de Juan Carlos Maneglia y Tana Schémbori, la dupla de directores paraguaya que realizó la recordada "7 cajas", una de las producciones más relevantes en la historia cinematográfica de su país, que gozó de un éxito y repercusión considerable, logrando poner en foco al cine de Paraguay en diferentes partes del mundo, un dato nada menor, ya que el cine paraguayo no ha tenido tanta historia como otros en el continente.
Este segundo largometraje de Maneglia y Schémbori trata sobre la historia de Manu (Tomás Arredondo), un joven canillita que está sumamente interesado en la búsqueda de un tesoro de plata yvyguy que data de 1870, en la época de la Guerra de la Triple Alianza, y que hasta la actualidad sigue siendo un misterio sin resolver que despierta un montón de preguntas y bosquejos indescifrables. Nuestro protagonista empezará a visibilizar la posibilidad de encontrar dicho tesoro, tomando como fuente de información la aparición de un libro y un mapa; será también de ayuda su abuelo, quien en su momento estuvo relacionado con el tema de las búsquedas y excavaciones. Para proseguir con la citada búsqueda, motivará a su amigo Fito (Christian Ferreira), intentando convencerlo de que hay grandes posibilidades, y de que el valor del mismo es considerable. Posteriormente se sumarán a la aventura otros personajes; primero Don Elio (Mario Toñanez), un hombre de mayor edad, pero con experiencia y útiles conocimientos sobre el tema, y posteriormente Ilu (María Cecilia Torres) y Lili (Sandra Sanabria), dos empleadas que trabajan en el domicilio donde supuestamente habrá que excavar para poder encontrar el mencionado tesoro.
Dotada de una producción vistosa, y con una suerte de cruza de cine de aventuras, toques de comedia y algún elemento propio del cine de Intriga (sin pasar por alto sus pasajes históricos), "Los buscadores" resulta una película sumamente interesante y entretenida. Si bien tiene un enfoque inicial que promete un poco más, desvariando la historia sobre la media hora final, llevando algunas instancias al borde de delirio y con salidas quizás algo destartaladas, es una cinta que vale la pena ver. Maneglia y Schémbori tienen la virtud de mantener un ritmo preciso durante los 95 minutos de duración, logrando cumplir con un cometido más cercano al cine de entretenimiento, pero en el que podemos encontrar algún que otro elemento que la hace destacarse. Si bien su desenlace es algo tosco, el final de la película invita a una interesante reflexión final, y eso también es valorable, retomando quizás a su primera parte, donde el filme se movía en un terreno más serio y con referencias históricas.
Este segundo largometraje de Maneglia y Schémbori trata sobre la historia de Manu (Tomás Arredondo), un joven canillita que está sumamente interesado en la búsqueda de un tesoro de plata yvyguy que data de 1870, en la época de la Guerra de la Triple Alianza, y que hasta la actualidad sigue siendo un misterio sin resolver que despierta un montón de preguntas y bosquejos indescifrables. Nuestro protagonista empezará a visibilizar la posibilidad de encontrar dicho tesoro, tomando como fuente de información la aparición de un libro y un mapa; será también de ayuda su abuelo, quien en su momento estuvo relacionado con el tema de las búsquedas y excavaciones. Para proseguir con la citada búsqueda, motivará a su amigo Fito (Christian Ferreira), intentando convencerlo de que hay grandes posibilidades, y de que el valor del mismo es considerable. Posteriormente se sumarán a la aventura otros personajes; primero Don Elio (Mario Toñanez), un hombre de mayor edad, pero con experiencia y útiles conocimientos sobre el tema, y posteriormente Ilu (María Cecilia Torres) y Lili (Sandra Sanabria), dos empleadas que trabajan en el domicilio donde supuestamente habrá que excavar para poder encontrar el mencionado tesoro.
Dotada de una producción vistosa, y con una suerte de cruza de cine de aventuras, toques de comedia y algún elemento propio del cine de Intriga (sin pasar por alto sus pasajes históricos), "Los buscadores" resulta una película sumamente interesante y entretenida. Si bien tiene un enfoque inicial que promete un poco más, desvariando la historia sobre la media hora final, llevando algunas instancias al borde de delirio y con salidas quizás algo destartaladas, es una cinta que vale la pena ver. Maneglia y Schémbori tienen la virtud de mantener un ritmo preciso durante los 95 minutos de duración, logrando cumplir con un cometido más cercano al cine de entretenimiento, pero en el que podemos encontrar algún que otro elemento que la hace destacarse. Si bien su desenlace es algo tosco, el final de la película invita a una interesante reflexión final, y eso también es valorable, retomando quizás a su primera parte, donde el filme se movía en un terreno más serio y con referencias históricas.
22 de septiembre de 2023
22 de septiembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En "Nosotros no envejeceremos juntos", película francesa de 1972, Maurice Pialat realiza una crónica amarga de la degradación de una pareja, mediante discursos y sucesos puntuales que detallan los momentos donde merma esa construcción amorosa a lo largo de sus seis años de duración. Los diálogos son tan eficaces como las acciones, porque el cine de Pialat siempre se apoya un poco en eso, dándole una funcionalidad clave a lo discursivo, y porque como dice John Austin, hablar, decir, es un acto en si mismo también. Los personajes que conforman la pareja van y vienen, pero parece que el mensaje de trasfondo siempre es claro: "Esto ha llegado a su fin", aunque lo intenten una y otra vez, el desenlace ha de ser inevitable, el desgaste corroe desde el epicentro mismo de la relación. Película tan necesaria como profunda y dolorosa, con el aporte de dos actores extraordinarios como lo supieron ser Jean Yanne y Marlene Jobert.
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