A veces en los Oscars aciertan, aunque bien es cierto que no recuerdo quienes optaban a las estatuillas que se llevo esta película. Vestuario fiel y buena fotografía (quizá el colorido de las imágenes nos engañe un poco con respecto al verdadero valor de la fotografía); de la dirección artística pues no es que controle, la verdad.

Por lo demás, enorme decepción. Por un lado te dirán que ser una geisha era lo mejor para una mujer de la época; por otro lado, lo criticarán, aunque más por las formas y los medios en los que se pasa a ser una geisha, que por el hecho en sí: explotación, servidumbre, abusos, desigualdad... Todo esto prácticamente omitido.

Y por supuesto en toda la película no encontrarás referencias culturales alguna, ni en el presente ni hacia el pasado. ¿Para qué, si podemos poner una historia de amor como medio conductor para no contar nada? Mierda de Hollywood.

Más o menos el título de mi crítica define a este documental. Tenemos un producto de no sólo información, sino también para el trabajo. Se nos dan las claves con objetividad, realizando un notable análisis de los hechos y la historia de Argentina.

Lo que nos da trabajo es la pega del documental, y es que una vez más nos encontramos con un producto cargado de verdades como puños y denuncias en el que no se ofrece ninguna solución o propuesta concreta. Esto no es tanto una pega, pues es un elemento que nos da para trabajar, para debatir, para pensar y opinar. Incluso se muestra un fino camino para conducir el debate, pero quizá demasiado tenue. Lo que considero "pega", y además importante, es hacernos creer que Argentina seguirá resistiendo gracias a la iniciativa individual y espontánea, desorganizada y sin dirección. No digo que la resistencia haya sido así, sino que se nos hace ver así las cosas y, no sólo eso, sino que se nos dice que debe seguir todo así.

No nos engañemos. La victoria se consigue a través de la formación política de las masas y de la organización de los movimientos antiimperialistas y anticapitalistas que se deban dar. Y esa victoria tiene un nombre: Socialismo.

De todas formas merece mucho la pena ver este documental, es realmente bueno.

Película que defrauda por lo que podría haber sido y no fue. Una vez más, ahora tratando una historia real (el menos en el diario de la tal Melissa), se nos quiere mostrar el mundo de la adolescencia a través de las experiencias de la protagonista. Experiencias sexuales para que el film, junto con la actriz protagonista, tenga cartel. Y una vez más nos quedamos con una película vacía, que busca más provocar y excitar que contar una historia contextualizando la situación. Pero para esto es necesario conocer la realidad que nos rodea, algo poco frecuente. Flojita.

Película confusa quizá por su corta duración y, por tanto, por la falta de tiempo para desarrollar el mundo futuro que se nos muestra. Pero no sólo eso, sino que la historia en sí se explica poco y te acabas perdiendo unas cuantas veces.

Aislando escenas por un lado y analizando el global por otro lado, se llega a entender la visión, el concepto que se nos quiere mostrar. Pero esto se consigue en los primeros 45 minutos de la película. Durante el resto no se avanza, salvo por ver la huida.

Final de golpe y sin desarrollar, pareciendo que tiene poca importancia el concepto que se nos ofrece sobre la falta de libertad, el control de las ideas y, en definitiva, el futuro que presumiblemente puede llegar (y que en menor medida estamos ya padeciendo).

Efectos visuales muy buenos, en más de una ocasión la peli resulta un espectáculo en ese sentido.

Así pues, la idea y el concepto se llega a transmitir, pero la historia está mal desarrollada, siendo muy compleja en algunos momentos y sin avanzar casi nada en otros tantos.

En muchas pelis de Miyazaki he salido con la sensación de que le faltaban minutos al film, que pedía más. En ésta, sin embargo, no. La trama comienza pronto y a partir de ahí la película te engancha perfectamente, envuelta como siempre en una fantasía maravillosa, encantadora.

Es entretenida, con unos personajes muy simpáticos (en especial el gato) y con unos momentos de incertidumbre que te enganchan aún más al film (en especial cuando la joven bruja comienza a perder su magia).

Como todas las de Miyazaki, no hay que perdérsela.