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Críticas ordenadas por utilidad
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7
31 de agosto de 2016
31 de agosto de 2016
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RESUMEN
Alain Moreau (Gérard Depardieu) es un cantante de bailes de salón y discotecas. Ha alcanzado un cierto renombre en su región. Conoce a Marion (Cécile De France), quien trabaja en una agencia inmobiliaria. Ella es una madre soltera de un niño de seis años. Sus respectivas vidas son un tanto desastradas. Pero entre los dos surge una chispa. Aparentemente.
COMENTARIOS
Podría parecer una de estas películas francesas en las que poco o nada pasa. Y, sin embargo, los personajes son muy entrañables. Alain (Gérard Depardieu) tiene aires de hortera, se mueve en salas de conciertos algo cutres. Pero es su vida. Marion (Cécile De France), deambula por la vida, sin saber cómo reconquistar el amor de su hijo de seis años.
Es un recorrido por la Francia de provincias, lejos del boato de París, de las grandes salas de concierto, del éxito. Es la vida misma. Depardieu actúa con una naturalidad pasmosa. Como el personaje, carece de atractivo físico, que se ve compensado con un enorme y discreto carisma. De France, con sus aires delicados posee una fuerza natural que llena la pantalla.
Las idas y venidas del amor, de la emoción y los sentimientos crean un entorno delicado y cercano. Sin pretensiones, pero hecho con mimo. Y Depardieu pone su voz (real) a las canciones que interpreta y que repasa muchos de los grandes temas de la canción pop francesa. Como ejemplo, este éxito de los años 60 de Sylvie Vartan, “Comme un garçon”: https://www.youtube.com/watch?v=z4VfUsARgeM . En la película, cantada por Alain Moreau / Depardieu.
Recomendable para pasar un rato agradable, triste, alegre. Es decir, auténtico.
P.S. ¿Por qué han traducido el título francés poniéndole un título… en francés? Habría tenido más sentido traducir el título original “Cuando era cantante”. En fin…
Alain Moreau (Gérard Depardieu) es un cantante de bailes de salón y discotecas. Ha alcanzado un cierto renombre en su región. Conoce a Marion (Cécile De France), quien trabaja en una agencia inmobiliaria. Ella es una madre soltera de un niño de seis años. Sus respectivas vidas son un tanto desastradas. Pero entre los dos surge una chispa. Aparentemente.
COMENTARIOS
Podría parecer una de estas películas francesas en las que poco o nada pasa. Y, sin embargo, los personajes son muy entrañables. Alain (Gérard Depardieu) tiene aires de hortera, se mueve en salas de conciertos algo cutres. Pero es su vida. Marion (Cécile De France), deambula por la vida, sin saber cómo reconquistar el amor de su hijo de seis años.
Es un recorrido por la Francia de provincias, lejos del boato de París, de las grandes salas de concierto, del éxito. Es la vida misma. Depardieu actúa con una naturalidad pasmosa. Como el personaje, carece de atractivo físico, que se ve compensado con un enorme y discreto carisma. De France, con sus aires delicados posee una fuerza natural que llena la pantalla.
Las idas y venidas del amor, de la emoción y los sentimientos crean un entorno delicado y cercano. Sin pretensiones, pero hecho con mimo. Y Depardieu pone su voz (real) a las canciones que interpreta y que repasa muchos de los grandes temas de la canción pop francesa. Como ejemplo, este éxito de los años 60 de Sylvie Vartan, “Comme un garçon”: https://www.youtube.com/watch?v=z4VfUsARgeM . En la película, cantada por Alain Moreau / Depardieu.
Recomendable para pasar un rato agradable, triste, alegre. Es decir, auténtico.
P.S. ¿Por qué han traducido el título francés poniéndole un título… en francés? Habría tenido más sentido traducir el título original “Cuando era cantante”. En fin…

6,5
2.414
7
16 de junio de 2014
16 de junio de 2014
Sé el primero en valorar esta crítica
¿Cómo explicar a tu hija que no has podido salvar a la madre porque estabas salvando a otra mujer que se ahogaba?
Es el recorrido de un hombre que deriva, se aleja de la orilla, de la sociedad. Como si la primera imagen fuera una metáfora del resto de la historia, las personas de su entorno intentan rescatarle. En vano. Pietro está en otra realidad y no se sabe muy bien cuál.
Trama leve, hecha de retazos de pensamientos de Pietro, imágenes con la hija, de la oficina, en el parque, frente a la escuela… Y sin embargo, tiene la potencia del dolor, de una reflexión sobre los valores que adoptamos (¿importa de veras la fusión que está preparando la empresa de Pietro? ¿No es más importante la lista de las compañías con las cuales ha viajado Pietro o las casas donde ha vivido?).
El seguimiento más cercano de la hija le hace descubrir otra realidad, la de las madres, la de la escuela; es un lado “femenino” al que antes no se había acercado.
Hay detalles simpatiquísimos, las escenas en el parque, la relación que establece con el dueño del bar, los encuentros con los colegas en el banco, la relación con el hermano y con la hermana de la mujer… Un humor muy italiano, ligero, amable, basado en los personajes, sus gestos, sus expresiones…
El banco en el parque frente a la escuela de la hija se convierte en el lugar de encuentro, donde los distintos personajes van a verle, consultarle, regañarle…
Es una historia de estoicismo. Los estoicos (Séneca, Cicerón, Zenón, etc.) partían del presupuesto de que un logos, un fuego, guía el universo. De este orden nada podemos cambiar, pero sí hay cosas en nuestras manos: cómo sentimos, cómo encaramos las cosas, por ejemplo. En la película, Claudia, la hija, ha aprendido en clase lo que es un palíndroma, una frase que se puede leer en un sentido o en otro; hay frases que son reversibles y otras que no, al igual que las cosas en la vida. Solo podemos cambiar lo que está en nuestras manos. La madre ha muerto, pero Pietro puede adoptar otro tipo de actitud y es lo que hará Pietro al final.
O es la historia de un hombre que vivido ciego; no se ha enterado de quién era su mujer, ni sus amigos, ni sus colaboradores… Demasiado honesto, no ve el mal a su alrededor.
Es el recorrido de un hombre que deriva, se aleja de la orilla, de la sociedad. Como si la primera imagen fuera una metáfora del resto de la historia, las personas de su entorno intentan rescatarle. En vano. Pietro está en otra realidad y no se sabe muy bien cuál.
Trama leve, hecha de retazos de pensamientos de Pietro, imágenes con la hija, de la oficina, en el parque, frente a la escuela… Y sin embargo, tiene la potencia del dolor, de una reflexión sobre los valores que adoptamos (¿importa de veras la fusión que está preparando la empresa de Pietro? ¿No es más importante la lista de las compañías con las cuales ha viajado Pietro o las casas donde ha vivido?).
El seguimiento más cercano de la hija le hace descubrir otra realidad, la de las madres, la de la escuela; es un lado “femenino” al que antes no se había acercado.
Hay detalles simpatiquísimos, las escenas en el parque, la relación que establece con el dueño del bar, los encuentros con los colegas en el banco, la relación con el hermano y con la hermana de la mujer… Un humor muy italiano, ligero, amable, basado en los personajes, sus gestos, sus expresiones…
El banco en el parque frente a la escuela de la hija se convierte en el lugar de encuentro, donde los distintos personajes van a verle, consultarle, regañarle…
Es una historia de estoicismo. Los estoicos (Séneca, Cicerón, Zenón, etc.) partían del presupuesto de que un logos, un fuego, guía el universo. De este orden nada podemos cambiar, pero sí hay cosas en nuestras manos: cómo sentimos, cómo encaramos las cosas, por ejemplo. En la película, Claudia, la hija, ha aprendido en clase lo que es un palíndroma, una frase que se puede leer en un sentido o en otro; hay frases que son reversibles y otras que no, al igual que las cosas en la vida. Solo podemos cambiar lo que está en nuestras manos. La madre ha muerto, pero Pietro puede adoptar otro tipo de actitud y es lo que hará Pietro al final.
O es la historia de un hombre que vivido ciego; no se ha enterado de quién era su mujer, ni sus amigos, ni sus colaboradores… Demasiado honesto, no ve el mal a su alrededor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Lo mejor:
- Nanni Moretti
- El tono amable, cotidiano, cercano. La intimidad de la historia.
- ¡La aparición de Roman Polanski!
- Carlo (Alessandro Gassman), el hermano de Pietro. ¡Esta buenísimo!
Lo menos:
- Un final algo previsible (cuando a Claudia le enseñan en clases lo que son los palíndromas, imaginamos que los tiros van por ahí).
- La escena de sexo entre Pietro y Eleonora. ¿Para qué?
- Nanni Moretti
- El tono amable, cotidiano, cercano. La intimidad de la historia.
- ¡La aparición de Roman Polanski!
- Carlo (Alessandro Gassman), el hermano de Pietro. ¡Esta buenísimo!
Lo menos:
- Un final algo previsible (cuando a Claudia le enseñan en clases lo que son los palíndromas, imaginamos que los tiros van por ahí).
- La escena de sexo entre Pietro y Eleonora. ¿Para qué?
5
23 de marzo de 2014
23 de marzo de 2014
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Un cruce entre Amor (Michael Haneke, 2012), por el tema (la vejez) y El exótico hotel Marigold (John Madden, 2011), por el aspecto coral, por el tono de comedia. Veteranos de la pantalla narran una historia de la decadencia de septuagenarios. Alzheimer, cáncer, afecciones cardiacas son algunas de los achaques. La enfermedad se ve, sin embargo, atenuada por una situación económica holgada. Desde luego, el dinero ayuda a hacer la vida más fácil. Otro componente que suaviza esta época crepuscular es la amistad. Otro más: los animales. El cariño que Albert siente por el perro es un elemento fundamental. En la zona de sombras: los hijos que no quieren ocuparse de los padres (la hija de Albert/Pierre Richard y Jeanne/Jane Fonda o el hijo del personaje de Claude Rich).
Daniel Brühl, Dirk, es el joven antropólogo que empieza haciendo una tesis sobre la vejez entre los aborígenes australianos para después reorientarse en un estudio sobre los ancianos en Europa. Este conjunto de amigos será el grupo de estudio ideal. Así, esta presencia que une el aspecto “científico” y el lado humano (se va encariñando con los miembros ) permite recorrer los aspectos más delicados, en particular, el sexo.
La película muestra que ni los sentimientos ni las ganas de sexo cambian con el tiempo. Nos ayuda a entender, a ver, que esto es lo que nos espera. Quizás, lo más triste, el Alzheimer, ese enemigo que nos corta de la realidad por falta de memoria y, por ejemplo, nos hace buscar los muertos pensando que están a nuestro lado.
Lo mejor:
- El grupo de actores veteranos: Jane Fonda, Pierre Richard, Guy Bedos, Chapling
- Jane Fonda, espectacular físicamente y encantadora con su acento al hablar al francés.
- Geraldine Chapling de una agilidad impresionante.
- El planteamiento sobre un tema tabú: la vejez.
Lo menos:
- Un tono forzado. Los elementos de comedia no surgen de manera orgánica, sino porque están marcados en el guion.
- Una visión idealizada, en el sentido de que estos amigos viven en una situación privilegiada y que es más fácil vivir la vejez en estas condiciones que como la viven el resto de la población, de manera mucho más precaria. Desde luego, la película no tiene por qué ser un documental, pero a la vez sí que nos quiere mostrar una realidad que, sin embargo, aquí está presentada de manera poco realista.
Daniel Brühl, Dirk, es el joven antropólogo que empieza haciendo una tesis sobre la vejez entre los aborígenes australianos para después reorientarse en un estudio sobre los ancianos en Europa. Este conjunto de amigos será el grupo de estudio ideal. Así, esta presencia que une el aspecto “científico” y el lado humano (se va encariñando con los miembros ) permite recorrer los aspectos más delicados, en particular, el sexo.
La película muestra que ni los sentimientos ni las ganas de sexo cambian con el tiempo. Nos ayuda a entender, a ver, que esto es lo que nos espera. Quizás, lo más triste, el Alzheimer, ese enemigo que nos corta de la realidad por falta de memoria y, por ejemplo, nos hace buscar los muertos pensando que están a nuestro lado.
Lo mejor:
- El grupo de actores veteranos: Jane Fonda, Pierre Richard, Guy Bedos, Chapling
- Jane Fonda, espectacular físicamente y encantadora con su acento al hablar al francés.
- Geraldine Chapling de una agilidad impresionante.
- El planteamiento sobre un tema tabú: la vejez.
Lo menos:
- Un tono forzado. Los elementos de comedia no surgen de manera orgánica, sino porque están marcados en el guion.
- Una visión idealizada, en el sentido de que estos amigos viven en una situación privilegiada y que es más fácil vivir la vejez en estas condiciones que como la viven el resto de la población, de manera mucho más precaria. Desde luego, la película no tiene por qué ser un documental, pero a la vez sí que nos quiere mostrar una realidad que, sin embargo, aquí está presentada de manera poco realista.

7,0
4.647
7
4 de marzo de 2014
4 de marzo de 2014
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Qué buena la escena entre Cécile y Antoine hacia el principio, en la cocina. Y la fiesta con los amigos, donde la tensión sube poco a poco. En cambio, la escena de los dibujos de los niños, quizás un poco forzada aunque por otro lado, ese es el propósito: mostrarse odioso.
Un hombre que descubre el cinismo. ¿Vivimos en lo políticamente correcto? ¿Tenemos derecho de herir a los demás sin más, por el placer de ser cruel, porque no nos sentimos bien con nosotros mismos? Después se va sabiendo por qué reaccione así.
Lo bueno que tiene es el personaje de Antoine (Albert Dupontel). A través de él sentimos esa voz que a veces nos resuena dentro: el poder decir las cosas desagradables, el dejar plantado a los socios, interrumpir una reunión, hacer lo que nos viene en gana.
Becker sabe construir personajes, que después deja que se desarrollen en el tapiz de una historia. El soldado que llega a la cabaña cerca del lago en La fortuna de vivir, 1999 o el jardinero y el pintor en Conversaciones con el jardinero, 2007…
Es una historia de amor, de gente que prefiere destruir antes que confesar la verdad. Es una historia sobre el final: ¿cuál es la mejor manera de terminar una historia? Nos podemos quejar, pero al final lo que muchas veces echamos en falta son los pequeños detalles, ¡esa ensalada de aguacates, por ejemplo!
El título en español es muy bueno “Dejad de quererme”, pues es justo lo que Antoine quiere, nada de compasión ni de ternura.
El autor consigue recrear ese ambiente de gauche divine (izquierda fantástica), formada por los amigos de Antoine; gentes de profesiones liberales, que han “triunfado” en su ámbito, pero que no olvidan la solidaridad.
Emotivo, sencillo, complejo por lo que plantea, muy bien interpretado.
Y para terminar, la canción que Antoine canta en el coche, de Johnny Hallyday, J’ai oublié de vivre
https://www.youtube.com/watch?v=b8yLsxVxkXQ
https://www.youtube.com/watch?v=b8yLsxVxkXQ
http://www.francescaprince.es/blog/
Un hombre que descubre el cinismo. ¿Vivimos en lo políticamente correcto? ¿Tenemos derecho de herir a los demás sin más, por el placer de ser cruel, porque no nos sentimos bien con nosotros mismos? Después se va sabiendo por qué reaccione así.
Lo bueno que tiene es el personaje de Antoine (Albert Dupontel). A través de él sentimos esa voz que a veces nos resuena dentro: el poder decir las cosas desagradables, el dejar plantado a los socios, interrumpir una reunión, hacer lo que nos viene en gana.
Becker sabe construir personajes, que después deja que se desarrollen en el tapiz de una historia. El soldado que llega a la cabaña cerca del lago en La fortuna de vivir, 1999 o el jardinero y el pintor en Conversaciones con el jardinero, 2007…
Es una historia de amor, de gente que prefiere destruir antes que confesar la verdad. Es una historia sobre el final: ¿cuál es la mejor manera de terminar una historia? Nos podemos quejar, pero al final lo que muchas veces echamos en falta son los pequeños detalles, ¡esa ensalada de aguacates, por ejemplo!
El título en español es muy bueno “Dejad de quererme”, pues es justo lo que Antoine quiere, nada de compasión ni de ternura.
El autor consigue recrear ese ambiente de gauche divine (izquierda fantástica), formada por los amigos de Antoine; gentes de profesiones liberales, que han “triunfado” en su ámbito, pero que no olvidan la solidaridad.
Emotivo, sencillo, complejo por lo que plantea, muy bien interpretado.
Y para terminar, la canción que Antoine canta en el coche, de Johnny Hallyday, J’ai oublié de vivre
https://www.youtube.com/watch?v=b8yLsxVxkXQ
https://www.youtube.com/watch?v=b8yLsxVxkXQ
http://www.francescaprince.es/blog/
8
2 de marzo de 2014
2 de marzo de 2014
Sé el primero en valorar esta crítica
Dos elementos: un hombre y el mar. Cuatro líneas de diálogo, cuatro frases musicales. No hay más. No se sabe el nombre del protagonista ni de dónde viene ni adónde iba. Solo se ve a este hombre en tiempo presente luchando contra la adversidad. Porque esta quizá el gran logro de la película: conseguir meternos a la fuerza en el presente. Pero no ese presente espiritual alabado por los sacerdotes de la Nueva Era, sino un presente real, crudo y duro. Si tienes una vía de agua hay que repararla, si hay que achicar, es lo que toca; si hay que arriar la vela, se hace. Cada momento es único y el navegante, y nosotros con él, no sabemos lo que va ocurrir en el instante siguiente.
Planos cortos la mayor parte del tiempo que marcan el contraste entre el pequeño punto que forma el barco en medio del vasto océano. El contraste también queda palpable cuando la embarcación de “Nuestro hombre” (así se denomina en los títulos de crédito), literalmente roza los cargos mastodónticos. Frente a esas moles que desafían la gravedad la barquita es una mota de polvo en el espacio.
Impresionante el retrato por parte de Redford de la lucha, de la impotencia y de ladegradación paulatina. Imposible preguntarse, ¿en qué momento me habría hundido (en todos los sentidos) yo? Es tal la cantidad de agua, que hasta te extrañas de estar seco en tu sillón.
Una pena que no queden plasmados el frío provocados por los vientos en latitudes donde nada detiene el aire. Y la humedad. Nada se seca en el mar. En cambio, aquí vemos al protagonista en mangas de camiseta y muchas veces con la ropa seca. Pero esto no quita en el fondo fuerza a un relato grande en horizontes y en interpretación. Mantiene la angustiay la emoción en todo momento.
P.S. Impresiona ver al final el desfile de los nombres que aparecen en los títulos de créditos. Son listas que desfilan durante cinco buenos minutos.
http://www.francescaprince.es/blog/
Planos cortos la mayor parte del tiempo que marcan el contraste entre el pequeño punto que forma el barco en medio del vasto océano. El contraste también queda palpable cuando la embarcación de “Nuestro hombre” (así se denomina en los títulos de crédito), literalmente roza los cargos mastodónticos. Frente a esas moles que desafían la gravedad la barquita es una mota de polvo en el espacio.
Impresionante el retrato por parte de Redford de la lucha, de la impotencia y de ladegradación paulatina. Imposible preguntarse, ¿en qué momento me habría hundido (en todos los sentidos) yo? Es tal la cantidad de agua, que hasta te extrañas de estar seco en tu sillón.
Una pena que no queden plasmados el frío provocados por los vientos en latitudes donde nada detiene el aire. Y la humedad. Nada se seca en el mar. En cambio, aquí vemos al protagonista en mangas de camiseta y muchas veces con la ropa seca. Pero esto no quita en el fondo fuerza a un relato grande en horizontes y en interpretación. Mantiene la angustiay la emoción en todo momento.
P.S. Impresiona ver al final el desfile de los nombres que aparecen en los títulos de créditos. Son listas que desfilan durante cinco buenos minutos.
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