Técnicamente la nota es alta, pero con un montaje demasiado trepidante a penas da tiempo a saborear las escenas. Impacta por violenta no por guión. Sobrecoge por la violencia gratuita que envuelve a todo el film, no por la psicología de los personajes.
Es una imitación a menor nivel de Uno de los nuestros de Scorsese, pero sin la conexión entre emisor y receptor.
La valoración final es de vacio total.

Tontuna, sin un guión consistente. Tanta parodia se vuelve ridícula. ¿Violenta? No. Aburrida.
¿Fascinación por lo cutre?. No. Apta sólo para los poco exigentes, o a los que sea su primera película.
Cuándo chiquito se ponga a hacer una de superhéroes, esa sí que será de culto.
Con el semáforo viviamos mejor.

¿Cómo?, ¿John Landis?, ¿el mismo que filmó Thriller?.
No, no puede ser. ¿Había huelga de guionistas?, ¿Alguien le manipuló la cinta a escondidas?
¿Quizás es un complot?, ¿Sabotaje?.
La fiscalía tiene que investigarlo con carácter de urgencia.

Mala con mayúsculas, guión absurdo, pesonajes patéticos, gags sin gracia, humor sin chispa. En resumen, un derroche de mediocridad profunda. Un chasco importante. Se salva del cero por la escena del entierro inicial, que aunque no és nada original, reune algo de humor negro. Evidentemente no apta para menores, que a nadie se le ocurra perder el tiempo visionándola.

Supongo señor Signorelli que aún a estas alturas de 2008 sigue sintiendo vergüenza. Quiero decirle que todos tenemos derecho a equivocarnos, por grande que sea el error. Me solidarizo con usted. Que Dios lo tenga en su seno.