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Críticas ordenadas por utilidad
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7,2
39.201
6
20 de diciembre de 2019
20 de diciembre de 2019
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El irlandés" es la nueva película del afamado cineasta estadounidense Martin Scorsese, considerado uno de los más grandes surgidos de su país, gracias a filmes como "Taxi Driver", "Buenos muchachos (Goodfellas)", "Gangs of New York" o "Después de hora". La expectativa alrededor de su nueva realización también gira en torno a su reparto, encabezado por Robert De Niro y Joe Pesci, dos emblemas de la filmografía de Scorsese, y con figuras como Al Pacino, Harvey Keitel o Anna Paquin. El encargado del guión es Steven Zaillian, quien tomó de referencia el libro de Charles Brandt I Heard You Paint Houses.
La historia de "El irlandés" se centra en la vida de Frank Sheeran (personificado por De Niro), un veterano de la Segunda Guerra Mundial, devenido en sicario, que estuvo relacionado con algunos de los personajes más reconocidos de la época, involucrado en múltiples asuntos del crimen organizado, de los cuales el más memorable es la misteriosa desaparición del sindicalista Jimmy Hoffa (Pacino). Para la reconstrucción de la vida del personaje en cuestión, Scorsese nos coloca frente a un Sheeran ya anciano, quien rememora diversos acontecimientos y sucesos, así como la forma en que se irá aproximando y contactando con figuras de peso de aquellos años, y mediante esto plasmará como progresivamente adquiere respeto y poder. Primero logrará un fuerte vínculo con Russell Bufalino (Pesci), quien le permitirá el mayor crecimiento, y posteriormente con Hoffa. A la par, abocado arduamente a sus labores, Sheeran con el paso de los años sufrirá un alejamiento/rechazo de su familia, principalmente de su hija mayor Peggy (Paquin), por lo cual sus últimos años de vida no serán los mejores.
Si bien en "El irlandés" la labor de Martin Scorsese es puntillosa, está en todos sus detalles, y se sirve de la tecnología y todos sus avances para lograr su cometido, lo cierto es que el filme cinematográficamente aporta poco y nada; se trata de un homenaje a su cine, haciendo referencias a algunos de sus clásicos más celebrados, como "Buenos muchachos" o "Casino", jugando con la nostalgia que abruma al espectador, haciéndole creer que está ante algo majestuoso, y tan solo se trata de evocar «glorias pasadas». Hay grandes momentos, pero también hay escenas ya vistas, lugares comunes, tópicos; algunas forman parte del mundo del cine de este género, y son necesarias, otras son simplemente reiterativas. El trabajo del reparto es acertado en general también, destacándose en su rol protagónico la figura de De Niro, al margen de que todos contribuyen a la construcción de ese imaginario. Entre otro de los puntos flojos está la excesiva duración, casi tres horas y media, capricho del director que no se justifica, puesto que en varios momentos el filme cae en baches evidentes y pierde fuerza narrativa. Quizás lo mejor se presenta durante la última hora de metraje, donde repunta después de algunas caídas. "El irlandés" es válida de ver, pero más que nada apuntada a fanáticos de Scorsese y el cine de gángsters: prescindible.
La historia de "El irlandés" se centra en la vida de Frank Sheeran (personificado por De Niro), un veterano de la Segunda Guerra Mundial, devenido en sicario, que estuvo relacionado con algunos de los personajes más reconocidos de la época, involucrado en múltiples asuntos del crimen organizado, de los cuales el más memorable es la misteriosa desaparición del sindicalista Jimmy Hoffa (Pacino). Para la reconstrucción de la vida del personaje en cuestión, Scorsese nos coloca frente a un Sheeran ya anciano, quien rememora diversos acontecimientos y sucesos, así como la forma en que se irá aproximando y contactando con figuras de peso de aquellos años, y mediante esto plasmará como progresivamente adquiere respeto y poder. Primero logrará un fuerte vínculo con Russell Bufalino (Pesci), quien le permitirá el mayor crecimiento, y posteriormente con Hoffa. A la par, abocado arduamente a sus labores, Sheeran con el paso de los años sufrirá un alejamiento/rechazo de su familia, principalmente de su hija mayor Peggy (Paquin), por lo cual sus últimos años de vida no serán los mejores.
Si bien en "El irlandés" la labor de Martin Scorsese es puntillosa, está en todos sus detalles, y se sirve de la tecnología y todos sus avances para lograr su cometido, lo cierto es que el filme cinematográficamente aporta poco y nada; se trata de un homenaje a su cine, haciendo referencias a algunos de sus clásicos más celebrados, como "Buenos muchachos" o "Casino", jugando con la nostalgia que abruma al espectador, haciéndole creer que está ante algo majestuoso, y tan solo se trata de evocar «glorias pasadas». Hay grandes momentos, pero también hay escenas ya vistas, lugares comunes, tópicos; algunas forman parte del mundo del cine de este género, y son necesarias, otras son simplemente reiterativas. El trabajo del reparto es acertado en general también, destacándose en su rol protagónico la figura de De Niro, al margen de que todos contribuyen a la construcción de ese imaginario. Entre otro de los puntos flojos está la excesiva duración, casi tres horas y media, capricho del director que no se justifica, puesto que en varios momentos el filme cae en baches evidentes y pierde fuerza narrativa. Quizás lo mejor se presenta durante la última hora de metraje, donde repunta después de algunas caídas. "El irlandés" es válida de ver, pero más que nada apuntada a fanáticos de Scorsese y el cine de gángsters: prescindible.

7,0
28.041
7
11 de junio de 2019
11 de junio de 2019
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Roma" es la nueva película del aclamado cineasta mexicano Alfonso Cuarón, realizador de filmes un tanto dispares como "Children of men", "Y tu mamá también", "Solo con tu pareja" o "Gravedad", entre otros. En esta oportunidad, Cuarón también se encargó del trabajo de guión y fotografía de esta cinta, filmada en blanco y negro, y que cuenta con una serie de premios, de los cuales se destaca un León de Oro en el pasado Festival de Venecia.
"Roma" nos traslada al México de comienzos de la década del 70′, mostrándonos la forma de vida que lleva una familia de clase media-alta, que vive en una Colonia llamada como la película en cuestión. Allí trabajan dos sirvientas, Cleo (Yalitza Aparicio) y Adela (Nancy García); ellas se encargan tanto de la comida y limpieza de la casa, como del cuidado de los cuatro hijos, con los que llevan un vínculo amigable y con cierto tinte familiar. Un viaje a Canadá alejará temporalmente al padre de sus hijos, que quedan al cuidado total de su madre y las dos empleadas. A partir de allí, se dan una serie de eventos que giran en torno a Cleo, que toma el rol de protagonista, pero sin perder de foco todo lo referido tanto al entorno familiar que forma parte de su vida, como a la situación socio política que atravesaba México en aquellos años. Vale añadir a este punto, que Cuarón se inspiró en su propia infancia para el armado de la historia de Roma, lo que le permitió una mejor reconstrucción de época.
El mayor logro de Cuarón en "Roma" es sin dudas todo lo referido a fotografía, la elección de cada plano, la puesta en escena, edición de sonido y la mencionada reconstrucción de época, demostrando un trabajo impecable y milimétrico desde la concepción misma, invitando al espectador a sentarse, viajar en el tiempo y formar parte de la historia. Una serie de escenas resultantes de esta labor de gran factura probablemente sean las que dejen huella en el imaginario de quien se aventure a visualizar "Roma". Otros puntos a destacar son; por un lado, un claro mensaje que se deja entrever referido a las diferencias entre clases y estratos sociales, un fuerte machismo presente, y ciertas reminiscencias al cine de Roberto Rossellini; y por el otro, un claro acierto en lo que concierne a las actuaciones, muy acordes a lo que la historia pide. Sin embargo se percibe demasiado la intención del realizador mexicano de estirar escenas, de jugar con los tiempos, y de amplificar lo minucioso y cotidiano, siendo por momentos ameno, y de clara utilidad para reforzar el eje del relato, y por otros un tanto excesivo, llevando al límite la capacidad de concentración del espectador, algo no siempre aconsejable. Al margen, el nuevo filme del cineasta Alfonso Cuarón, es de esos en que cada uno debe vivir su propia experiencia, dejarse llevar y sacar sus propias conclusiones, siempre y cuando se entienda de base el concepto de cine como arte, claro está.
"Roma" nos traslada al México de comienzos de la década del 70′, mostrándonos la forma de vida que lleva una familia de clase media-alta, que vive en una Colonia llamada como la película en cuestión. Allí trabajan dos sirvientas, Cleo (Yalitza Aparicio) y Adela (Nancy García); ellas se encargan tanto de la comida y limpieza de la casa, como del cuidado de los cuatro hijos, con los que llevan un vínculo amigable y con cierto tinte familiar. Un viaje a Canadá alejará temporalmente al padre de sus hijos, que quedan al cuidado total de su madre y las dos empleadas. A partir de allí, se dan una serie de eventos que giran en torno a Cleo, que toma el rol de protagonista, pero sin perder de foco todo lo referido tanto al entorno familiar que forma parte de su vida, como a la situación socio política que atravesaba México en aquellos años. Vale añadir a este punto, que Cuarón se inspiró en su propia infancia para el armado de la historia de Roma, lo que le permitió una mejor reconstrucción de época.
El mayor logro de Cuarón en "Roma" es sin dudas todo lo referido a fotografía, la elección de cada plano, la puesta en escena, edición de sonido y la mencionada reconstrucción de época, demostrando un trabajo impecable y milimétrico desde la concepción misma, invitando al espectador a sentarse, viajar en el tiempo y formar parte de la historia. Una serie de escenas resultantes de esta labor de gran factura probablemente sean las que dejen huella en el imaginario de quien se aventure a visualizar "Roma". Otros puntos a destacar son; por un lado, un claro mensaje que se deja entrever referido a las diferencias entre clases y estratos sociales, un fuerte machismo presente, y ciertas reminiscencias al cine de Roberto Rossellini; y por el otro, un claro acierto en lo que concierne a las actuaciones, muy acordes a lo que la historia pide. Sin embargo se percibe demasiado la intención del realizador mexicano de estirar escenas, de jugar con los tiempos, y de amplificar lo minucioso y cotidiano, siendo por momentos ameno, y de clara utilidad para reforzar el eje del relato, y por otros un tanto excesivo, llevando al límite la capacidad de concentración del espectador, algo no siempre aconsejable. Al margen, el nuevo filme del cineasta Alfonso Cuarón, es de esos en que cada uno debe vivir su propia experiencia, dejarse llevar y sacar sus propias conclusiones, siempre y cuando se entienda de base el concepto de cine como arte, claro está.
11 de junio de 2019
11 de junio de 2019
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Enamorado de mi mujer" es la cuarta película realizada por el actor, guionista y director de cine francés Daniel Auteuil, quien además interpreta al personaje principal de dicha cinta. Completan el resto del elenco Gerard Depardieu, Adriana Ugarte, Sandrine Kiberlain y Brigitte Audry, resultando un reparto nada despreciable.
"Enamorado de mi mujer" trata sobre el reencuentro de dos viejos amigos; por un lado Daniel (intepretado por Auteuil), quien es editor y convive con su esposa Isabelle (Kiberlain), y por el otro Patrick (Depardieu), que por el contrario recientemente se separó de su pareja, y en la actualidad sale con Emma (Ugarte), una mujer mucho más joven que él. La sugerencia por parte de Patrick de realizar una cena en casa de Daniel para que conozcan a su nueva novia no parece ser una idea muy conveniente ni amigable, principalmente por ser Isabelle la mejor amiga de Laurence, la ex pareja de Patrick, y estar indignada por el hecho en cuestión. Pese a la negación inicial, y de buscar Daniel la forma de evitar la realización de dicho evento sin ofender a su amigo, Isabelle termine accediendo, de forma inesperada. Una vez presentados, Daniel no tardará en sentir deseos sobre Emma, replanteándose en algún modo su forma de vida, dispersándose con demasiada facilidad, y quedando expuesto en más de una ocasión.
Pese a tener dos de los más grandes actores de su generación, ni Auteuil ni Depardieu (a quienes siempre podremos recordar por protagonizar cintas imborrables como "Jean de Florette" de Claude Berri, o "El placard" de Francis Veber), logran sacar a flote está comedia francesa con cruces dramáticos, que a la larga no cumple ni funciona como una cosa, ni la otra, quedando a mitad de camino en todo sentido. Y es que el problema no son las actuaciones, ni las elecciones de cada personaje, sino el entramado mismo del relato. Si bien en un comienzo algunas ocurrencias invitan a la risa,y la historia tiene de por sí un enfoque interesante, que podría llevarse a otro plano, a medida que avance la película, los chistes van perdiendo efecto, algunos muy simples, otros muy insulsos, las situaciones terminan hasta sintiéndose forzadas, y la propuesta cae al vacío. Quizás uno de los mayores méritos de Auteuil es lograr que "Enamorado de mi mujer" no se estire más de la cuenta, durando menos de una hora y media, y evitando al menos el aburrimiento del espectador, aunque ciertamente tal filme no merecía durar ni un minuto más.
"Enamorado de mi mujer" trata sobre el reencuentro de dos viejos amigos; por un lado Daniel (intepretado por Auteuil), quien es editor y convive con su esposa Isabelle (Kiberlain), y por el otro Patrick (Depardieu), que por el contrario recientemente se separó de su pareja, y en la actualidad sale con Emma (Ugarte), una mujer mucho más joven que él. La sugerencia por parte de Patrick de realizar una cena en casa de Daniel para que conozcan a su nueva novia no parece ser una idea muy conveniente ni amigable, principalmente por ser Isabelle la mejor amiga de Laurence, la ex pareja de Patrick, y estar indignada por el hecho en cuestión. Pese a la negación inicial, y de buscar Daniel la forma de evitar la realización de dicho evento sin ofender a su amigo, Isabelle termine accediendo, de forma inesperada. Una vez presentados, Daniel no tardará en sentir deseos sobre Emma, replanteándose en algún modo su forma de vida, dispersándose con demasiada facilidad, y quedando expuesto en más de una ocasión.
Pese a tener dos de los más grandes actores de su generación, ni Auteuil ni Depardieu (a quienes siempre podremos recordar por protagonizar cintas imborrables como "Jean de Florette" de Claude Berri, o "El placard" de Francis Veber), logran sacar a flote está comedia francesa con cruces dramáticos, que a la larga no cumple ni funciona como una cosa, ni la otra, quedando a mitad de camino en todo sentido. Y es que el problema no son las actuaciones, ni las elecciones de cada personaje, sino el entramado mismo del relato. Si bien en un comienzo algunas ocurrencias invitan a la risa,y la historia tiene de por sí un enfoque interesante, que podría llevarse a otro plano, a medida que avance la película, los chistes van perdiendo efecto, algunos muy simples, otros muy insulsos, las situaciones terminan hasta sintiéndose forzadas, y la propuesta cae al vacío. Quizás uno de los mayores méritos de Auteuil es lograr que "Enamorado de mi mujer" no se estire más de la cuenta, durando menos de una hora y media, y evitando al menos el aburrimiento del espectador, aunque ciertamente tal filme no merecía durar ni un minuto más.

6,5
18.461
8
23 de septiembre de 2018
23 de septiembre de 2018
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entre las películas más esperadas del año, sin duda alguna "Todos lo saben", la nueva del celebrado cineasta iraní Asghar Farhadi, se posiciona en los primeros lugares, y no es para menos considerando la repercusión que han obtenido sus últimos filmes y la cantidad de galardones que Farhadi viene sumando, de los cuales la mayoría recuerda los dos Oscar por Mejor Película de Habla no Inglesa por "La separación" (2011) y "El viajante" (2016), también conocida como "El cliente". Como si esto fuera poco, en esta primera producción del realizador iraní en España (segunda fuera de Irán desde "El pasado", filmada en Francia en 2013), Todos lo saben cuenta con un reparto nada despreciable, desde Penélope Cruz a Javier Bardem, de Ricardo Darín a Bárbara Lennie , sin pasar por alto nombres como el de Eduard Fernández, Ramón Barea, Elvira Minguez, o Sara Sálamo.
La historia comienza con Laura (Cruz) quien realiza un viaje con sus dos hijos desde Argentina a España para asistir a la boda de su hermana menor. Su marido Alejandro (Darín) no ha podido acompañarlos por cuestiones de índole laboral. Una vez llegados al pueblo, en el reencuentro con viejos familiares, el clima festivo emerge, así como los recuerdos, conformando el trasfondo adecuado que merece la citada celebración que está al caer. No obstante, en medio de los festejos, y la alegría que impera en el ambiente, un corte de luz de improvisto será suficiente para dar a pie a un breve descuido, y permitir la posterior desaparición de Irene (Carla Campra), la hija más grande de Laura. El clima tenso no tardará en hacerse presente y el horror pasará al primer plano en materia narrativa; la desesperación natural de la madre, la llevará a pedir de inmediato la ayuda necesaria para poder re encontrar a su hija, más atormentada aún tras encontrar unos recortes que evocan a un secuestro express acontecido en el pasado.
Posteriormente llegará un mensaje por parte de los secuestradores que dicen tener a la joven, haciendo saber que acto siguiente pedirán una suma de dinero por la devolución de la misma, y que no se informe a la policía de tal acción. Todo este contexto hará resurgir hechos y conflictos del pasado, algunos poco esclarecidos, y hará emerger en torno al problema central, acciones que entorpecerán la misma resolución del conflicto. Una de las personas más involucradas a la hora de solucionar tan complejo inconveniente será Paco (Bardem), algo aturdido por una historia de su pasado que lo involucra con Laura y que parece haber olvidado, pero con la problemática tan latente se irá acortando esa distancia que parecía tan lejana.
Asghar Farhadi ha encontrado una formula, y eso puede molestar a más de uno, porque es cierto que el cineasta iraní escoge cierta comodidad y ciertos lugares habituales, por encima de algunos riesgos, pero no podemos renegar de sus capacidades de crear historias que ciertamente funcionan. Tampoco podemos juzgarlo por no seguir la tradición de directores oriundos de su país como Abbas Kiarostami o Mohsen Makhmalbaf, porque esto no sería más que un capricho. Pese a la extensión de esta cinta, como en las anteriores, logra durante más de dos horas sostener la tensión y el suspenso en forma milimétrica. También vale resaltar su capacidad innata de transpolar su estilo tan personal de un país a otro, de la lengua persa a la española, y en un escenario o contexto social que le es ajeno. En cuanto a la temática, su filme más cercano es "About Elly", realizada por Farhadi en 2009, y en donde también la problemática gira en torno a una desaparición, pero en esta ocasión logra dirigir la historia en otra dirección, aunque ciertos planteos morales, así como la construcción y entramado de los personajes y la generación de suspenso tengan similitud, no solo con la mencionada, sino con la misma impronta del universo Farhadi. Las actuaciones están más que acordes, quizás dando la sensación de que el realizador los escogió porque tenía en claro lo que podía pedir de ellos; gran labor de Penelope Cruz, muy correcto Ricardo Darín, así como Javier Bardem, y siempre interesante los aportes que puede dar Eduard Fernández, Barbara Lennie, e incluso la joven Carla Campra.
La historia comienza con Laura (Cruz) quien realiza un viaje con sus dos hijos desde Argentina a España para asistir a la boda de su hermana menor. Su marido Alejandro (Darín) no ha podido acompañarlos por cuestiones de índole laboral. Una vez llegados al pueblo, en el reencuentro con viejos familiares, el clima festivo emerge, así como los recuerdos, conformando el trasfondo adecuado que merece la citada celebración que está al caer. No obstante, en medio de los festejos, y la alegría que impera en el ambiente, un corte de luz de improvisto será suficiente para dar a pie a un breve descuido, y permitir la posterior desaparición de Irene (Carla Campra), la hija más grande de Laura. El clima tenso no tardará en hacerse presente y el horror pasará al primer plano en materia narrativa; la desesperación natural de la madre, la llevará a pedir de inmediato la ayuda necesaria para poder re encontrar a su hija, más atormentada aún tras encontrar unos recortes que evocan a un secuestro express acontecido en el pasado.
Posteriormente llegará un mensaje por parte de los secuestradores que dicen tener a la joven, haciendo saber que acto siguiente pedirán una suma de dinero por la devolución de la misma, y que no se informe a la policía de tal acción. Todo este contexto hará resurgir hechos y conflictos del pasado, algunos poco esclarecidos, y hará emerger en torno al problema central, acciones que entorpecerán la misma resolución del conflicto. Una de las personas más involucradas a la hora de solucionar tan complejo inconveniente será Paco (Bardem), algo aturdido por una historia de su pasado que lo involucra con Laura y que parece haber olvidado, pero con la problemática tan latente se irá acortando esa distancia que parecía tan lejana.
Asghar Farhadi ha encontrado una formula, y eso puede molestar a más de uno, porque es cierto que el cineasta iraní escoge cierta comodidad y ciertos lugares habituales, por encima de algunos riesgos, pero no podemos renegar de sus capacidades de crear historias que ciertamente funcionan. Tampoco podemos juzgarlo por no seguir la tradición de directores oriundos de su país como Abbas Kiarostami o Mohsen Makhmalbaf, porque esto no sería más que un capricho. Pese a la extensión de esta cinta, como en las anteriores, logra durante más de dos horas sostener la tensión y el suspenso en forma milimétrica. También vale resaltar su capacidad innata de transpolar su estilo tan personal de un país a otro, de la lengua persa a la española, y en un escenario o contexto social que le es ajeno. En cuanto a la temática, su filme más cercano es "About Elly", realizada por Farhadi en 2009, y en donde también la problemática gira en torno a una desaparición, pero en esta ocasión logra dirigir la historia en otra dirección, aunque ciertos planteos morales, así como la construcción y entramado de los personajes y la generación de suspenso tengan similitud, no solo con la mencionada, sino con la misma impronta del universo Farhadi. Las actuaciones están más que acordes, quizás dando la sensación de que el realizador los escogió porque tenía en claro lo que podía pedir de ellos; gran labor de Penelope Cruz, muy correcto Ricardo Darín, así como Javier Bardem, y siempre interesante los aportes que puede dar Eduard Fernández, Barbara Lennie, e incluso la joven Carla Campra.

6,5
1.138
5
23 de agosto de 2018
23 de agosto de 2018
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Western" es el tercer largometraje de la directora alemana Valeska Grisebach, gracias al cual el año pasado obtuvo premios destacados como Un Certain Regard en Cannes, el Premio Especial del Jurado en el Festival de Sevilla y el Premio a Mejor Director en el Festival de Mar del Plata. Grisebach además de dirigir dicha cinta, estuvo a cargo del guión.
La historia de "Western" trata sobre un grupo de obreros alemanes que deciden ir a trabajar a una central hidráulica establecida en un pequeño pueblo de Bulgaria. El personaje perteneciente de esta cuadrilla en el que se enfoca Grisebach es Meihnard (interpretado por Meinhard Neumann), un hombre de unos 50 años, de apariencia tranquila y pocas palabras. Una vez establecidos en tierra búlgara, el choque contracultural con la gente del pueblo no tardará en manifestarse, siendo el eje de esto tanto la historia heredada entre ambos países, como la diferencia palpable de algunas costumbres. No obstante, mediante la aparición de un caballo perdido, Meinhard progresivamente se aproximará a los pueblerinos, y pese a las dificultades de comunicación a causa de la incomprensión entre idiomas, se intentará comunicar con ellos, logrando así una aproximación, y posteriormente cierto vínculo próximo a la amistad. Esto no caerá en gracia al supuesto jefe de la cuadrilla, que por el contrario chocará en reiteradas veces con la gente del pueblo, quienes tampoco tienen una buena imagen de él, sosteniendo de esta forma la brecha inicial.
Sin duda la historia que nos trae Valeska Grisebach en "Western" tiene una clara validez, presentado otro relato más de choques culturales, confrontaciones, y la posibilidad de generar un vínculo amistoso frente a las múltiples barreras que pueden aparecer. Los escenarios y fotografía cooperan en poner en sintonía al espectador, con una fuerte carga de escenarios naturales y paisajes amenos, que por momentos rememoran a algunas cintas de Werner Herzog. Grisebach se toma su tiempo a la hora de narrar las diferentes situaciones y de presentar en su totalidad a los personajes que conforman su relato. Sin embargo, como claro contrapunto, la duración del filme termina siendo demasiado extensa e innecesaria, dando la sensación de que la película por momentos está dilatada, generando baches y tornándose densa en algunos pasajes. Hay escenas que carecen de sentido, que dan la idea de estar de relleno, ya que su presencia no coopera a reforzar el entramado de la historia, sino que por el contrario provocan aburrimiento y la natural dispersión del espectador. Esto acorta la posibilidad de sentir empatía tanto con la narración, como con los protagonistas, pese a que la actuación de Neumann está a tono, siendo de lo más rescatable de esta cinta, que a fin de cuentas solo queda en buenas intenciones. Una verdadera lástima.
La historia de "Western" trata sobre un grupo de obreros alemanes que deciden ir a trabajar a una central hidráulica establecida en un pequeño pueblo de Bulgaria. El personaje perteneciente de esta cuadrilla en el que se enfoca Grisebach es Meihnard (interpretado por Meinhard Neumann), un hombre de unos 50 años, de apariencia tranquila y pocas palabras. Una vez establecidos en tierra búlgara, el choque contracultural con la gente del pueblo no tardará en manifestarse, siendo el eje de esto tanto la historia heredada entre ambos países, como la diferencia palpable de algunas costumbres. No obstante, mediante la aparición de un caballo perdido, Meinhard progresivamente se aproximará a los pueblerinos, y pese a las dificultades de comunicación a causa de la incomprensión entre idiomas, se intentará comunicar con ellos, logrando así una aproximación, y posteriormente cierto vínculo próximo a la amistad. Esto no caerá en gracia al supuesto jefe de la cuadrilla, que por el contrario chocará en reiteradas veces con la gente del pueblo, quienes tampoco tienen una buena imagen de él, sosteniendo de esta forma la brecha inicial.
Sin duda la historia que nos trae Valeska Grisebach en "Western" tiene una clara validez, presentado otro relato más de choques culturales, confrontaciones, y la posibilidad de generar un vínculo amistoso frente a las múltiples barreras que pueden aparecer. Los escenarios y fotografía cooperan en poner en sintonía al espectador, con una fuerte carga de escenarios naturales y paisajes amenos, que por momentos rememoran a algunas cintas de Werner Herzog. Grisebach se toma su tiempo a la hora de narrar las diferentes situaciones y de presentar en su totalidad a los personajes que conforman su relato. Sin embargo, como claro contrapunto, la duración del filme termina siendo demasiado extensa e innecesaria, dando la sensación de que la película por momentos está dilatada, generando baches y tornándose densa en algunos pasajes. Hay escenas que carecen de sentido, que dan la idea de estar de relleno, ya que su presencia no coopera a reforzar el entramado de la historia, sino que por el contrario provocan aburrimiento y la natural dispersión del espectador. Esto acorta la posibilidad de sentir empatía tanto con la narración, como con los protagonistas, pese a que la actuación de Neumann está a tono, siendo de lo más rescatable de esta cinta, que a fin de cuentas solo queda en buenas intenciones. Una verdadera lástima.
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