Me gusta. Sencilla, loca, divertida y con mensaje de lo que significa ser trans que muchas no se enteran. La Ozores está que se sale. Para pasar un buen rato y aprender de modo agradable una realidad que se impone en nuestra evolución social y que hay que reconocer como una diversidad de las muchas que tenemos. Si algunos creen que peca de buenismo, se equivoca. Ya sabemos que bajo el humor siempre se esconden las lágrimas que muchas veces vienen de las mentes cerradas de que nos rodean siempre. Buena.

El simple hecho de coger un Taxi bajo el dominio de Israel puede ser una tragedia. De un modo suave, sin sangre ni horrores, el director sabe exponer la profunda humillación vital a la que en cada movimiento se puede ver sometido un palestino. Y así día tras día, año tras año. Un infierno a los que solo sobreviven los fuertes. Una tragedia que se puede endulzar compartiendo una simple naranja. Una leccióin magistral en unos pocos minutos.

En cualquier guerra pocas son las víctimas que no sean inocentes, puesto que son millones de personas convertidas en carne de cañón de quienes las maquinan. Hoy vemos cómo los señores de la guerra se burlan de los muertos ajenos en Gaza o en Ucrania o ya especulan con los terrenos que se van a apropiar cuando retiren la basura. ¿Cuántas personas mueren en estas guerras por el simple hecho de ayudar a otras a soportar tales horrores? Esta película (2019) ya nos contaba cómo después de muchos años se reconocen los méritos de alguien que murió así. Pero no hay película que nos cuente los millones de personas que mueren sin sentido y cuya tesis final sea el fin de las guerras al precio que sea. Por eso es bueno ver estas cosas, que a muchos no gustan por sensibleras y porque nos amargan las fiestas, pues eso es lo que pasa al ser conscientes de lo real: hay que sobrevivir por encima de estas monstruidades a las que nadie pone remedio. Siempre nos quedará el turrón y toda la parafernalia navideña para no pensar. Movistar+

A raíz de un hecho violento sin mayor importancia para sus actores, pero de importancia vital para la persona agredida, se desencadena una serie de mentiras que intentan tapar la realidad y que van provocando nuevas y mayores violencias, hasta llegar a un desenlace que nadie hubiese tenido que soportar si, desde un principio, se hubiese confesado la verdad. Una importante alegoría de nuestra época desbordada por la mentira y la violencia mutua entrelazadas y que hace de la cotidianidad un infierno sin sentido. Lo que parece una pelicula de segunda fila resulta ser muy esclarecedora y con un mensaje positivo que vale la pena escuchar. Tiene también un trasfondo humanista de amor a los animales, pues en el origen de todo está un perro llamado Red, que da nombre a esla película de 2008 que ya nos previene sobre un tema vital para la convivencia humana. Buena interpretación que nos atrapa desde el principio a modo de trhiller y que la hace más atractiva al mantener el suspense del desenlace.

Magnífica película dentro del cine social francés que no pierde su frescura con el paso del tiempo. Una gran crtica social, salpicada de humor y buenos sentimientos que te dejan un sabor a ganas de vivir. Aire fresco en medio de problemas tan importantes como la migración y la brecha social que nos acompaña. Buenas actuaciones sencillas y directas, pero cargadas de humanidad que no dejan lugar a la indiferencia. Bravo por ellos.