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5,7
6.107
6
11 de octubre de 2023
11 de octubre de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante thriller español que nos lleva por las tan cacareadas "cloacas del estado", un viaje a través de tramas criminales perpetradas por altas esferas para influir en todos los aspectos de un país: política, económica y hasta socialmente. Con un estilo visual riguroso y frío, Jorge Coira (Hierro, serie de TV) se adentra en una trama que no deja títere con cabeza mostrando los tejemanejes más siniestros que puede alcanzar a la sociedad más vanguardista que se precie, demostrando que el fuerte, aunque vista de traje, sigue dominando con puño de hierro al resto de la sociedad. Con habilidad, la historia se va desarrollando desde un hecho aparentemente causal y nimio hasta desembocar en algo de consecuencias mayores. Aquí radica el punto fuerte de esta producción, rasgando centímetro a centímetro una tela hasta descubrir todo lo que tapa.
Con una intriga contenida, de lenta cocción, los personajes van reuniéndose alrededor de un círculo que se estrecha cada vez más hasta que los hace confluir en unos minutos finales que mejoran un comienzo dubitativo. Así, descubrimos el ambiguo personaje de Luis Tosar (Los Lunes al Sol), que como siempre establece un rol sólido de protagonista y que va evolucionando según acaecen los hechos a su alrededor. Le secundan las buenas interpretaciones de Alexandra Masangkay (El Hoyo), Denis Gómez (Néboa), Georgina Amorós (Élite) o Miguel Rellán (Amanece que no Es Poco). Esta confluencia de personas e intereses provoca que el desenlace se vaya desbrozando como ramajos donde los favores y los chantajes son parte primordial de un juego poco limpio.
Jorge Coira entrega un thriller aseado que no necesita de demasiada acción y ruido para mantener al espectador entretenido en su sofá. Quizás se le achaque falta de potencia y un inicio dubitativo en la trama que va mejorando según pasan los minutos, con actuaciones convincentes (Georgina Amorós estupenda) y un mensaje poco alentador.
Con una intriga contenida, de lenta cocción, los personajes van reuniéndose alrededor de un círculo que se estrecha cada vez más hasta que los hace confluir en unos minutos finales que mejoran un comienzo dubitativo. Así, descubrimos el ambiguo personaje de Luis Tosar (Los Lunes al Sol), que como siempre establece un rol sólido de protagonista y que va evolucionando según acaecen los hechos a su alrededor. Le secundan las buenas interpretaciones de Alexandra Masangkay (El Hoyo), Denis Gómez (Néboa), Georgina Amorós (Élite) o Miguel Rellán (Amanece que no Es Poco). Esta confluencia de personas e intereses provoca que el desenlace se vaya desbrozando como ramajos donde los favores y los chantajes son parte primordial de un juego poco limpio.
Jorge Coira entrega un thriller aseado que no necesita de demasiada acción y ruido para mantener al espectador entretenido en su sofá. Quizás se le achaque falta de potencia y un inicio dubitativo en la trama que va mejorando según pasan los minutos, con actuaciones convincentes (Georgina Amorós estupenda) y un mensaje poco alentador.

6,5
19.593
7
26 de mayo de 2023
26 de mayo de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una adaptación del videojuego que venía para hacernos olvidar la nefasta película de acción real que se pergeñó en los 90, aquel engendro que ni siquiera Nintendo supo como salió adelante. Pero con esta nueva incursión en el cine del fontanero más famoso de todos los tiempos, la compañía de Kioto se resarce del enorme error del pasado y nos entrega una película de animación ideal para los pequeños y bastante cumplidora para los adultos y más si estos han sido consumidores de los juegos del mostachudo protagonista.
Dado el caso y la situación, en términos generales la película ofrece lo que los chavales quieren y la historia no es un dechado de originalidad. Sin embargo, esa simpleza del guión se ve contrarrestada por una animación muy buena y por sus altas cotas de diversión, lo que provoca que la cinta se vea en un pispás. Además, es puro fanservice, que es lo que la gran audiencia y conocedora del medio esperaba, con guiños a los videojuegos de manera constante, homenajeando a la consola NES (donde se dio a conocer el amigo Mario) y a otros personajes de la franquicia. A pesar de que un sector de la crítica especializada se ha cebado con ella, la película es lo que los productores querían que fuera: un sencillo y directo homenaje al mundo del fontanero, los juegos de plataformas, de coches y hasta de lucha. Porque tiene la virtud de introducir esos juegos donde Mario ha ido evolucionando a lo largo de los años y te los expone como cabría esperar. Además, es inteligente el uso en la película de los famosos ítems potenciadores de los juegos. También cuenta con un humor bien calibrado, ideal para todo tipo de público, pero que va muy bien dirigido a la chavalería. Y qué decir que sabe jugar con la nostalgia del veterano en estas lides, lo que provoca que para todos los que hemos crecido viendo saltar a Mario, Luigi, Peach o Donkey las prestaciones de esta producción suban más.
Ideal parece ser la elección de las voces en el elenco internacional, con Chrsi Pratt (Guardianes de la Galaxia), Jack Black (Tropic Thunder) “estupendoso” Bowser, Charlie Day (Cómo Acabar con tu Jefe), Anya Taylor Joy (Gambito de Dama) o Seth Rogen (Malditos Vecinos). Buen trabajo de ellos, e incluso muy involucrados como es el caso de Pratt o Black, que ya de antemano se pidieron participar en el proyecto. Tras las cámaras tenemos a dos directores poco conocidos como son Aaron Horvath (Teen Titans Go: La Película) y Michael Jelenic (Teen Titans Go) que aportan frescura y acción sin pausa para crear un producto de calidad y con un éxito tremendo. Esperemos que las secuelas sean así de acertadas, porque seguro que las va a haber.
Dado el caso y la situación, en términos generales la película ofrece lo que los chavales quieren y la historia no es un dechado de originalidad. Sin embargo, esa simpleza del guión se ve contrarrestada por una animación muy buena y por sus altas cotas de diversión, lo que provoca que la cinta se vea en un pispás. Además, es puro fanservice, que es lo que la gran audiencia y conocedora del medio esperaba, con guiños a los videojuegos de manera constante, homenajeando a la consola NES (donde se dio a conocer el amigo Mario) y a otros personajes de la franquicia. A pesar de que un sector de la crítica especializada se ha cebado con ella, la película es lo que los productores querían que fuera: un sencillo y directo homenaje al mundo del fontanero, los juegos de plataformas, de coches y hasta de lucha. Porque tiene la virtud de introducir esos juegos donde Mario ha ido evolucionando a lo largo de los años y te los expone como cabría esperar. Además, es inteligente el uso en la película de los famosos ítems potenciadores de los juegos. También cuenta con un humor bien calibrado, ideal para todo tipo de público, pero que va muy bien dirigido a la chavalería. Y qué decir que sabe jugar con la nostalgia del veterano en estas lides, lo que provoca que para todos los que hemos crecido viendo saltar a Mario, Luigi, Peach o Donkey las prestaciones de esta producción suban más.
Ideal parece ser la elección de las voces en el elenco internacional, con Chrsi Pratt (Guardianes de la Galaxia), Jack Black (Tropic Thunder) “estupendoso” Bowser, Charlie Day (Cómo Acabar con tu Jefe), Anya Taylor Joy (Gambito de Dama) o Seth Rogen (Malditos Vecinos). Buen trabajo de ellos, e incluso muy involucrados como es el caso de Pratt o Black, que ya de antemano se pidieron participar en el proyecto. Tras las cámaras tenemos a dos directores poco conocidos como son Aaron Horvath (Teen Titans Go: La Película) y Michael Jelenic (Teen Titans Go) que aportan frescura y acción sin pausa para crear un producto de calidad y con un éxito tremendo. Esperemos que las secuelas sean así de acertadas, porque seguro que las va a haber.
26 de abril de 2023
26 de abril de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine francés suele entregar diferentes tipos de comedias, entre las que hallamos las meramente comerciales y aptas para todo tipo de público y después salen productos como el que nos acontece en este caso, y que se dirige hacia la comedia de género surrealista. Así, y con buenas críticas internacionales, se presenta la nueva producción del dúo de directores Benoît Delépine y Gustave Kervern (Mammuth), habituales del género y con éxitos dispares debido a su forma especial de afrontar el género cómico. Con esta cinta, la pareja realizadora vuelve a dar que hablar con ese humor que implementa en la trama y aunque la idea es interesante, el desarrollo de la historia es muy irregular, amén de utilizar un registro de comedia algo singular y con poco impacto por estos lares. Esa manera de afrontar la comedia lastra el conjunto final de un producto que cuenta con intérpretes con tablas como Corinne Masiero (Inspectora Marleau) y Denis Podalydes (El Buen Maestro) y la algo más novata Blanche Gardin (France). Con este trío moviendo la trama central de la película, pero dando mayor peso de protagonismo a Blanche Gardin, Borrar el Historial se mueve entre altibajos, y la comicidad a veces es puesta en dudas por su calidad o ausencia de gracia. Además, el sino de cada uno de los personajes es bastante triste como para tomarlo a la ligera, y el guión de los directores parece que los hace aún más miserables de cara a un drama que no es para tomarlo a la ligera. Esta forma de afrontar la historia de estas personas comunes no parece la más acertada y a veces los trata como si fueran unos ineptos e inadaptados sociales, además de ser unos torpes de cara a las redes sociales tan en boga.
Las interpretaciones parecen correctas, aunque destaca la naturalidad de Corinne Masiero. Sus otros compañeros se desdibujan en las marañas de sus historias y la Blanche Gardin flaquea entre la lucha del drama y la comedia en que se mueve su extraño y aún más surreal personaje. Podalydès cumple, pero tampoco encuentra el punto perfecto de otro personaje triste y desdibujado. Pero todo esto es culpa de un guión extraño, a veces inconexo, que no sabe donde dirigir la trama que nos cuenta, y se pierde más en demostrar la mala suerte y penuria de sus protagonistas que darle un desarrollo eficaz y un final acorde con lo que nos quieren mostrar. En fin, una película que promete por su trama, pero que falla en su humor surrealista, a veces zafio, y que no logra llevar la historia a buen puerto porque lo que realmente quiere narrar es la mala suerte de sus personajes.
Las interpretaciones parecen correctas, aunque destaca la naturalidad de Corinne Masiero. Sus otros compañeros se desdibujan en las marañas de sus historias y la Blanche Gardin flaquea entre la lucha del drama y la comedia en que se mueve su extraño y aún más surreal personaje. Podalydès cumple, pero tampoco encuentra el punto perfecto de otro personaje triste y desdibujado. Pero todo esto es culpa de un guión extraño, a veces inconexo, que no sabe donde dirigir la trama que nos cuenta, y se pierde más en demostrar la mala suerte y penuria de sus protagonistas que darle un desarrollo eficaz y un final acorde con lo que nos quieren mostrar. En fin, una película que promete por su trama, pero que falla en su humor surrealista, a veces zafio, y que no logra llevar la historia a buen puerto porque lo que realmente quiere narrar es la mala suerte de sus personajes.

6,7
25.829
7
18 de abril de 2023
18 de abril de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película igual de transcendente como intranscendente. Tan llena de matices, pero a la vez llena de un vacío que no toca lo que cuenta, si no lo que nos quiere dar a entender. Es tan conclusa como inconclusa, porque termina, pero al mismo tiempo es una rueda infinita, como ese 8 horizontal de las clases de matemáticas, y de esto saben mucho los protagonistas de esta producción de bellas imágenes alrededor de esos Estados Unidos que no aparecen en las glamurosas cintas de Hollywood. Se aleja tanto de la fórmula preestablecida, que termina siendo una película de culto y de amplio espectro recomendable, porque versa sobre la sociedad americana y nos detalla la vida de un grupo de personas que por avatares de la vida (o por propio deseo) se lanzan a la vida de nómadas. No esos nómadas de caballos y rebaños que nos vienen a la cabeza, no. Si no unos nómadas motorizados que se cruzan el país en caravanas o furgonetas adaptadas buscando trabajos temporales para ir tirando, y oiga, algunos son felices siendo del mundo y no de una ciudad (o pueblo o aldea).
El protagonismo de esta película tan personal recae en la casi siempre perfecta Frances McDorman (Fargo) que de nuevo se mete un papel áspero y nos regala una interpretación sobria pero muy convincente y realista, tanto como los nómadas con los que comparte reparto. Así es, porque salvo el veterano David Strathairn (Lincoln) el resto de actores que aparecen en pantalla son nóveles y tienen su mayor mérito en que logran hacer bien su propio rol, dotando de naturalidad su interpretación. Con este curioso punto a su favor, tras las cámaras se sitúa Chloé Zhao (Eternals) que demuestra manejar la cámara en exteriores, dotando a su imaginería de grandeza pero a la vez de soledad, algo que logra captar con facilidad y trasladarlo al público. Aunque esa magnificencia y levedad nos conduzcan por momentos de aburrimiento, el hilo de la trama no se pierde y logra mantener al espectador atento a lo que ocurre en pantalla. Y realmente, si uno lo piensa bien, no ocurre mucho, pero de tan intranscendente que es, se convierte en algo vital: es la vida de una persona normal que trata de buscarse la vida en la carretera con trabajos de aquí para allá y ganando un sueldo exiguo, pero también es un viaje al interior del alma de cada persona y sus circunstancias.
Esta cinta es sencilla, que nos muestra una actriz en estado de gracia y una producción que sabe tratar bien lo que tiene, aprovechando la naturaleza con la que se rodea y lanzando al espectador unas imágenes grandilocuentes con un trasfondo sencillo como la vida de una persona sencilla, tan mundana como este humilde escritor, que vive la vida al día, con el miedo del paro, pero mirando siempre adelante. Es una película de personas, héroes del día a día en tierras agrestes.
El protagonismo de esta película tan personal recae en la casi siempre perfecta Frances McDorman (Fargo) que de nuevo se mete un papel áspero y nos regala una interpretación sobria pero muy convincente y realista, tanto como los nómadas con los que comparte reparto. Así es, porque salvo el veterano David Strathairn (Lincoln) el resto de actores que aparecen en pantalla son nóveles y tienen su mayor mérito en que logran hacer bien su propio rol, dotando de naturalidad su interpretación. Con este curioso punto a su favor, tras las cámaras se sitúa Chloé Zhao (Eternals) que demuestra manejar la cámara en exteriores, dotando a su imaginería de grandeza pero a la vez de soledad, algo que logra captar con facilidad y trasladarlo al público. Aunque esa magnificencia y levedad nos conduzcan por momentos de aburrimiento, el hilo de la trama no se pierde y logra mantener al espectador atento a lo que ocurre en pantalla. Y realmente, si uno lo piensa bien, no ocurre mucho, pero de tan intranscendente que es, se convierte en algo vital: es la vida de una persona normal que trata de buscarse la vida en la carretera con trabajos de aquí para allá y ganando un sueldo exiguo, pero también es un viaje al interior del alma de cada persona y sus circunstancias.
Esta cinta es sencilla, que nos muestra una actriz en estado de gracia y una producción que sabe tratar bien lo que tiene, aprovechando la naturaleza con la que se rodea y lanzando al espectador unas imágenes grandilocuentes con un trasfondo sencillo como la vida de una persona sencilla, tan mundana como este humilde escritor, que vive la vida al día, con el miedo del paro, pero mirando siempre adelante. Es una película de personas, héroes del día a día en tierras agrestes.

5,6
897
8
18 de diciembre de 2022
18 de diciembre de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es arriesgado poner una nota tan alta a esta producción (y quizás me haya pasado), pero una vez se pone la película el espectador se da cuenta que está frente a una parodia muy acertada del cine de superhéroes, donde no deja títere con cabeza y se lanza con valentía a dejar en cueros el (casi) siempre bien intencionado camino de la mayoría de películas de este género. Así, Super... ¿Quién? se convierte en una producción con aparentes pocos mimbres, pero que es capaz de explotar al máximo el nivel cómico de sus actores, la mordacidad de algunas de sus escenas y sobre todo la irreverencia se hacen hueco en una propuesta desinhibida y fresca dentro de las comedias que últimamente se emiten en el cine y TV.
Pero no es de extrañar el éxito en cuanto a comicidad que alcanza la película, pues detrás de las cámaras (y delante también) se encuentra el mismo equipo que sorprendió con la más que interesante y divertida Se nos Fue de las Manos. Así, esta misma cuadrilla vuelve a cosechar el éxito con esta producción llena de gags tremendos donde no deja títere con cabeza. Tras las cámaras está el mismo Philippe Lacheau, a la sazón actor protagonista de este despropósito bien construido en torno a un personaje fracasado que a su vez se rodea de amigos inadaptados. Con esta mezcla más que conocida, comienzan a sucederse las situaciones más inopinadas que podemos hallar en el cine actual y el nivel cómico de sus protagonistas es realmente bueno. Junto a Lacheau encontramos a los amigos fijos de todas las películas que produce el grupo: Tarek Boudali (Alibi.com), Julien Arruti (¡Cásate Conmigo! Por Favor) o Élodie Fontan (City Hunter: El Perfume de Cupido). Además, tiene la capacidad de sazonar todo el picante que ponen sus escenas más bárbaras con un toque de ternura que termina de completar una comedia singular, con un guión sencillo pero a la par sorprendente por como finaliza, que es, por extraño que parezca, un gran punto a su favor a pesar de todo el despropósito que lo conlleva. Y cierto que es una película con errores (no hay nada perfecto), pero cuando se pone en faena (desde casi el minuto uno), el espectador que sabe a lo que va se reirá sin parar en sus escasos 80 minutos de metraje, lo que posibilita que la función se pase volando.
Esta es, sin dudas, una de las comedias sorpresas del año 2022, aunque no es de sorprender por las personas que están detrás y delante de ella. Si buscan una producción donde pasar un buen rato, Super... ¿Quién? es la película ideal para olvidar el mundanal ruido y soltar algunas carcajadas.
Pero no es de extrañar el éxito en cuanto a comicidad que alcanza la película, pues detrás de las cámaras (y delante también) se encuentra el mismo equipo que sorprendió con la más que interesante y divertida Se nos Fue de las Manos. Así, esta misma cuadrilla vuelve a cosechar el éxito con esta producción llena de gags tremendos donde no deja títere con cabeza. Tras las cámaras está el mismo Philippe Lacheau, a la sazón actor protagonista de este despropósito bien construido en torno a un personaje fracasado que a su vez se rodea de amigos inadaptados. Con esta mezcla más que conocida, comienzan a sucederse las situaciones más inopinadas que podemos hallar en el cine actual y el nivel cómico de sus protagonistas es realmente bueno. Junto a Lacheau encontramos a los amigos fijos de todas las películas que produce el grupo: Tarek Boudali (Alibi.com), Julien Arruti (¡Cásate Conmigo! Por Favor) o Élodie Fontan (City Hunter: El Perfume de Cupido). Además, tiene la capacidad de sazonar todo el picante que ponen sus escenas más bárbaras con un toque de ternura que termina de completar una comedia singular, con un guión sencillo pero a la par sorprendente por como finaliza, que es, por extraño que parezca, un gran punto a su favor a pesar de todo el despropósito que lo conlleva. Y cierto que es una película con errores (no hay nada perfecto), pero cuando se pone en faena (desde casi el minuto uno), el espectador que sabe a lo que va se reirá sin parar en sus escasos 80 minutos de metraje, lo que posibilita que la función se pase volando.
Esta es, sin dudas, una de las comedias sorpresas del año 2022, aunque no es de sorprender por las personas que están detrás y delante de ella. Si buscan una producción donde pasar un buen rato, Super... ¿Quién? es la película ideal para olvidar el mundanal ruido y soltar algunas carcajadas.
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