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Críticas 1.364
Críticas ordenadas por utilidad
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14 de febrero de 2022 1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace un par de años se estrenó ‘Tall Girl’, comedia romántica destinada al público adolescente, y que versaba sobre una chica alta que recibía acoso por ello. La película era incapaz de ofrecer algo más, siendo un producto tan insustancial como olvidable. Por supuesto, fue un éxito, y aquí estamos, con una segunda parte que no tengo muy claro quién había pedido (entiendo que los que aplaudieron la primera). Hecha la introducción, cabe preguntarse, ¿era necesaria una segunda parte? La respuesta es un rotundo no, y más teniendo en cuenta el final cerrado de la anterior entrega. Pero no merece la pena perder el tiempo en una reflexión sobre cómo funciona el negocio del cine (y las plataformas), por lo que es mejor entrar en materia, ya que debo admitir que esta secuela no está tan mal como me esperaba, aunque vuelva a ser más de lo mismo.

No conviene pararse demasiado en los apartados técnicos y de reparto, ya que ambos cumplen, el primero con una dirección que es la esperada en un producto de estas características, por lo que ni tan mal, y el segundo porque parece que todos los actores del film se lo pasan en grande, creyéndose sus papeles. Incluso la protagonista está mucho mejor que en la anterior entrega, donde ofrecía una interpretación más plana.

Y vamos al punto importante: el guion. La verdad es que el guionista (el mismo de la primera parte) no se ha estrujado demasiado el seso, recorriendo lugares comunes (con todos los clichés que os podáis imaginar) y forzando conflictos (que ya me dirás, cuando todos sabemos cómo acabará la película desde el minuto uno…) para justificar una secuela en la que los personajes secundarios parecen evolucionar más que sus protagonistas, por no hablar de que son más interesantes. Suele ocurrir.

Y es que se agradece que a algunos de ellos se les de más protagonismo (incluso me convence el rol de alivio cómico que adopta uno de ellos), ya que la protagonista no tiene mucho más que decir, más allá de sustituir el complejo de la altura por uno de los males que tanto afectan a la sociedad hoy en día (no lo revelaré por no destripar la trama a nadie…). Ahí la película está un poco más inspirada, lanzando un positivo mensaje que quizás sirva a la audiencia más joven, que es quien más lo padece. Eso sí, los personajes nuevos no aportan nada, hasta el punto de que los podrías quitar de la película que no pasaría absolutamente nada.

Y bueno, el film es simplón y bobalicón hasta decir basta, pero se agradecen las buenas intenciones, siendo una cinta que no molesta ni aburre, cumpliendo su cometido de entretener mientras intenta transmitir valores a la audiencia. Mucho mejor que las bobadas eróticas que tenemos que padecer cada año, siendo ésta una producción simpática que encantará a los fans de la primera entrega, y que quizás convenza a algunos espectadores que no estén en el target al que se ha enfocado el film (juvenil, para los despistados). No voy a engañar tampoco a nadie, ya que seguramente mañana la habré olvidado, al igual que la primera entrega, pero se deja ver y no ha supuesto un suplicio, por lo que conforme. Mejor cine sencillo y sin mayores complicaciones que algunas atrocidades que se ven últimamente… ¿Habrá ‘Tall Girl 3’? Ya sería el colmo, pero en fin, This is Netflix.

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29 de enero de 2022 1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
‘El método Williams (King Richard)’ es un biopic sobre Venus y Serena Williams, dos de las tenistas más importantes de la historia. Bueno, en realidad es sobre su padre, aunque cueste creerlo. Recuerdo con estupefacción cuando saltó la noticia de que el fichaje de Will Smith no había gustado a cierto sector porque su color de piel era más claro que el de Richard Williams. Lo recuerdo por si a alguien se le había olvidado. Polémicas aparte, es posible que este aplaudido drama (la crítica ha quedado bastante satisfecha) suponga el primer Oscar para Will Smith. ¿Lo merece? ¿La película está a la altura de tanto elogio? Por fin he podido verla, por lo que intentaré responder a dichas preguntas.

Antes de desmenuzar los distintos apartados del film, prefiero abordar un asunto que me ha impedido disfrutar de la película, entre otras cosas porque me he puesto nervioso cada cinco minutos. Y es que es imposible empatizar con el insufrible protagonista, un padre con afán de protagonismo y que no se calla ni debajo del agua. Si el objetivo de los responsables del film es retratar al padre de las hermanas Williams como un gilipollas, misión cumplida. Hasta me creo que hayan suavizado al personaje, pero jamás entenderé la decisión de centrar la atención en él, cuando las Williams merecían su propia película.

¿Cuál es el objetivo real de la película? ¿Mostrarnos que el (sobre)esfuerzo da sus frutos? ¿Que los padres metomentodo no entorpecen a sus hijos/as? ¿Que nadie sabe más que un padre? Ni idea, pero el cliché del padre pesado que está en la grada diciéndole al entrenador cómo debe hacer su trabajo, se ha hecho película, y su título es ‘El método Williams (King Richard)’. Hacía tiempo que una película no me ponía tan nervioso, viendo cómo le dejan salirse con la suya a tamaño personaje. Que sí, que hay una evolución y un mensaje sobre su comportamiento, pero no lo compro cuando más de media película hemos tenido que asistir a su catálogo de desprecios y ambición.

Dicho esto, y dejando ya de lado que el protagonista no me transmite ninguna simpatía, la película cumple como entretenimiento y como historia basada en hechos reales, pero las entusiastas críticas cosechadas me parecen desorbitadas, porque estamos ante otro drama deportivo del montón, el cual peca de convencional al no ofrecer nada que no hayamos visto con anterioridad en otras producciones similares. La dirección cumple, sin más, notándose la poca experiencia del director. No luce mal, pero tampoco sorprende su labor tras las cámaras, ni más ni menos. Respecto al guion, ya he dicho casi todo lo que tenía que decir, aunque añadiré que las dos horas y media me parecen exageradas (y bastante interminables…), por mucho que la película no aburra, cosa que se agradece, y más teniendo en cuenta que es un biopic, subgénero propenso a ello.

Y vamos con el premio gordo: la actuación de Will Smith. ¿De verdad se merece todos los premios habidos y por haber? Adoro a Smith, siendo uno de mis intérpretes favoritos (forma parte de mi infancia) y una de las personalidades más carismáticas del firmamento, pero creo que Andrew Garfield lo ha hecho mucho mejor en ‘tick, tick… Boom!’. Lo digo por el (predecible) momento en el que Smith alce la estatuilla, cuando hay que reconocer que su actuación no es tan memorable ni está entre las mejores de su carrera. Sí, hay instantes en los que se entrega al máximo, pero no me ha maravillado, y este actor suele hacerlo. Tampoco negaré que no es nada sencillo manejar el personaje que le ha tocado. A pesar de todo, si le dan el gran premio me alegraré por él, porque son muchos años intentándolo y ya es hora de que se le recompense por su fascinante carrera. Las cosas como son.

Respecto al resto del reparto, destacar a las jóvenes actrices que interpretan a las Williams, cargadas de jovialidad y buen hacer, aunque sean más secundarias de lo esperado, en especial Serena, cuando es la que más éxitos acabó cosechando. Sinceramente, no me parece justo que su padre las eclipse en su propio biopic, cuando el gran logro es de ellas, no de él y sus métodos. Si no lo digo reviento, y nadie me va a convencer de lo contrario, aunque dudo que las Williams compartan mi opinión, ya que producen el film. Mención especial para un fabuloso Jon Bernthal (da igual lo que le des, que te lo saca con nota), un convincente Tony Godlwyn o una fabulosa Aunjanue Ellis, con una interpretación que nada tiene que envidiar a la de Smith.

En conclusión, creo que estamos ante un buen drama, que da lo que promete, pero que ha recibido más elogios de los que merecía, interpretación de Smith incluida, y lo dice alguien a quien le encanta el actor. No sé si algún día veremos el biopic que las hermanas Williams se merecen, pero algo me dice que no, siendo bastante cuestionable que su padre les haya robado el protagonismo. ¿Merecía un hombre así tal reconocimiento? Si lo que se cuenta en la película es cierto, la respuesta es un rotundo no. Temible mensaje el que lanza la película. Ahí lo dejo.

P.D: Dudo que la película sea del agrado de Arantxa Sánchez Vicario.

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5 de diciembre de 2021 1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aardman Animations es un estudio de animación que vivió tiempos mejores (ya sabéis, ahora sólo vende la animación 3D). Suyos son clásicos como Chicken Run o la película de Wallace & Gromit (además de la serie, se entiende), la reciente ‘Peti Roja’ o la infravalorada ‘Arthur Christmas‘, aunque sus últimas propuestas no hayan estado demasiado inspiradas (me vienen a la cabeza ‘¡Piratas!’ o ‘Cavernícola’). En los últimos años han apostado por un nuevo personaje, la oveja Shaun, a la que reconozco que no tengo demasiado ubicada. Eso no me ha impedido aventurarme con este especial navideño de Netflix (parece que es el nuevo refugio del estudio) de apenas media hora de duración, y con el estilo animado de siempre.

Y hablando del mismo, nada que reprochar a la animación, con una maravillosa técnica que, lamentablemente, ya no está a la orden del día, y que evoca tiempos mejores. Es ese estilo clásico el que dota de mayor nostalgia y ternura al corto (o mediometraje, como prefiráis), recordando a producciones pasadas. Es una pena que cada vez se utilice menos la técnica de ‘stop motion’, porque no deja de ser tan sorprendente como fascinante. Hacen falta más producciones como la que nos ocupa.

En cuanto a la historia, sus responsables no han venido a reinventar la rueda, con una trama simple y que tarda en arrancar. Soy consciente de que chirría decir algo así en un film de apenas media hora, pero es en sus últimos quince minutos cuando la propuesta genera más interés, con ecos de la estupenda ‘Solo en casa’, y con un final cargado de emotividad. Pura magia navideña, por lo recomiendo este corto para ver en familia en dichas fechas.

Sobre si es recomendable haber visto otras producciones de la entrañable oveja Shaun, pues seguramente no, ya que yo la he disfrutado igual, aunque al principio cuesta un poco introducirse en la historia, quizás por ese nulo conocimiento de los personajes. Aviso: no hay diálogos, siendo una película muda y que juega mucho con el gag visual, aunque la mayoría de veces da en la diana.

En conclusión, una cinta navideña simpática, entretenida y llena de ternura, perfecta para los fans del estudio y sus personajes, o simplemente para los que aprecien el género animado o navideño. Y si no estás en ninguno de estos grupos, tampoco creo que pierdas nada dándole una oportunidad, ya que su corta duración invita al visionado. Al igual que su hermana ‘Peti Roja’, otra propuesta que deja buen sabor de boca. Se agradece, y más en Navidad.

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5 de julio de 2021 1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Atraído por su tétrico tráiler (han sabido jugar bien esa baza), he decidido darle una oportunidad a este film de terror coreano, cortesía de Netflix y que acaba de estrenarse en la plataforma. Las pocas críticas que han habido (no es de extrañar, ya que es otro estreno que llega por la puerta de atrás) no han sido demasiado entusiastas, por lo que no sabía qué me iba a encontrar. La verdad es que no tenía demasiadas expectativas, habiéndome conformado con una propuesta que me entretuviese, no pidiendo mucho más (ya me conformo con poco…). Pues ni eso, ya que estamos ante un thriller (que no cinta de terror) demoníaco, que desaprovecha sus elementos y que acaba siendo un producto tan insípido como carente de garra.

La dirección cumple, aunque jamás llega a infundir terror, abusándose de unos efectos digitales bastante mejorables. ¿Cuándo se darán cuenta de que siempre es mejor usar maquillaje que no artificios visuales? Y más si hablamos del género del terror, siendo la película tétrica (que no terrorífica) cuando se depende del efectismo de los actores (esas sonrisas…) y quedándose en tierra de nadie cuando se abusa de los efectos. Ellos verán. No obstante, y a pesar de una labor correcta (sin más), el director no se libra, ya que también es el responsable de un guion que hace aguas por todos lados.

La película comienza con interés, al presentarse un punto de partida que llama la atención. El problema es que la cinta jamás despega, conformándose con lo justo y necesario, en dos exageradas horas de duración en las que pasan cosas, pero sin que ninguna de ellas tenga el suficiente atractivo como para justificar el visionado. Yo he mantenido la esperanza de que esto remontase en algún momento, llegando finalmente hasta un insustancial clímax que confirma que sus responsables han puesto el piloto automático, tirando por tierra un argumento (thriller de posesiones) que daba para más, mucho más.

Y es que el problema de la película es que quiere ser muchas cosas y contar demasiadas otras, con unos personajes sin chispa. Que nadie espere grandes diálogos, ya que éstos brillan por su ausencia durante casi toda la película, al presentar a unos protagonistas silenciosos y parcos en palabras aunque, en honor a la verdad, hay que reconocer que uno de ellos mantiene un voto de silencio durante la mitad del metraje, pero siguen siendo unos personajes sin alma y que nos importan más bien poco.

Tampoco ayuda una ridícula subtrama detectivesca que no va a ninguna parte y que no aporta absolutamente nada al film, ralentizando el ritmo y el devenir de los acontecimientos. Creo que si se hubiesen recortado ciertos elementos habríamos salido ganando todos, en especial los espectadores. Por último, y para redondear el desaguisado, hay un giro tramposo que supone la guinda de un pastel con sabor amargo. Y bueno, respecto al reparto, hacen lo que pueden con los personajes que les han tocado, destacando a los protagonistas, uno con la misma cara casi todo el film, y el otro esforzándose por caernos bien, cosa que logra en parte. Al menos la banda sonora es estupenda, siendo el único elemento (junto a la dirección, aunque tampoco nos volvamos locos) que funciona en un conjunto que decepciona y se olvida bien rápido.

En conclusión, estamos ante una película que es mejor olvidar cuánto antes, sorprendiendo que sea tan floja siendo una película de Corea del Sur, ya que suelen ofrecer producciones más que competentes. Lo de que sea de Netflix ya no me chirría tanto… Una oportunidad perdida de ofrecer algo mínimamente terrorífico y entretenido, siendo una de las propuestas con menos garra e interés de los últimos años. Lo que podría haber sido y lo que ha acabado siendo… Prescindible.

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8 de diciembre de 2020 1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hay que tener prejuicios en esta vida, y La nochebuena es mi condena es un buen ejemplo de ello. Cinta brasileña y de Netflix, la verdad es que no esperaba gran cosa de ella, ya que lo visto hasta el momento no pintaba demasiado bien, acercándome a su peculiar premisa por el marco navideño, y poco más. Y es que estamos ante una comedia navideña en la que su protagonista tiene que sufrir la nochebuena, con la particularidad de que los años van pasando, sin que el padre de familia se acuerde del año anterior. Se notan la referencias a Que bello es vivir (la clásica y pionera), Click o Atrapado en el tiempo, pero la película tiene los suficientes elementos para que acabe siendo una comedia tan simpática como emotiva, además de una pequeña sorpresa navideña.

La película tiene una buena dirección, por encima de la media para un producto de estas características. Estoy seguro que otro hubiese puesto el piloto automático, ofreciendo un producto televisivo de los de toda la vida, aunque afortunadamente, no es el caso. Se agradece su corta y perfecta duración, notándose que sus responsables saben perfectamente lo que quieren contarnos, sin necesidad de subtramas innecesarias.

En cuanto al guion, no se han relajado apostando por la idea de siempre, que es repetir el mismo día sin más, ya que aquí nos presentan el mismo día pero en diferentes años, con una aproximación a la comedia mencionada de Adam Sandler más que a la de Bill Murray. Por otro lado, la propuesta navideña tiene su propia identidad, sin renunciar a las risas, pero tampoco olvidándose de la emotividad, en especial en sus veinte minutos finales, con algunas sorpresas.

Que la experiencia sea tan satisfactoria es también gracias a la labor de su protagonista (un sorprendente Leandro Hassum), histriónico y cascarrabias al inicio del film, pero cada vez más entrañable a medida que avanza la película, siendo un personaje al que se le coge cariño, al igual que al resto de secundarios, en especial a su mujer (con otra gran actuación por parte de la actriz).

Y poco más se puede decir de una comedia tan redonda, que deja un sabor dulce y que es una de las sorpresas de este año, siendo una película navideña perfecta para ver en familia. Han tenido que venir lo brasileños (con apenas producciones en la plataforma, al menos internacionalmente) para que Netflix ofrezca un producto de calidad y que supere las expectativas con creces. Ya era hora. Imprescindible si te gustan las películas navideñas que dejen buen sabor de boca.

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