"Mr. Brooks" es una película sobre asesinos en serie. Pero sin lo que las suele rodear normalmente: no ahonda prácticamente nada en investigaciones policiales, apenas hay hueco para buscar móviles de crímenes y ni mucho menos interesa el pasado turbulento del asesino. De entrada esto puede parecer extraño, porque como es lógico suelen ser elementos comunes en este tipo de producciones. Aquí no, no es lo importante. La clave es la psicología del asesino, literalmente todo se basa en su relación con "la voz en su cabeza" y en menor medida con los demás.

Va directa al grano desde el principio, sin artificios. Ya desde prácticamente la primera secuencia te das cuenta de que no será una película convencional en cuanto al tratamiento de crímenes/investigaciones. No habrá factor sorpresa ni intriga por saber quién es el asesino, porque lo sabes desde los primeros cinco minutos. Con esto no quiero decir que no haya ningún interés en la trama o que no haya giros impactantes. Sí que lo hay, pero van por otros derroteros que, obviamente, no tienen nada que ver con "el asesino es el mayordomo".

La idea es original desde la base. Que los instintos asesinos tomen forma física (para él) como hombre da pie a escenas en las que el director aprovecha muy bien el potencial de esos diálogos (monólogos, más bien) entre el protagonista y su conciencia. Diría que ése es su punto fuerte, el tratamiento detallado y la forma de plasmar la enfermedad, los deseos de matar, esa lucha interna que finalmente siempre acaba de la misma forma.

Con todo, dos horas dan para mucho y aparte de esto hay toda una trama detrás que se va hilando poco a poco, diversos frentes que se unen para acabar en un mismo punto. Creo que aquí es donde "Mr. Brooks" se pierde un poco. Quiero decir, hay una cantidad importante de subtramas (la adicción del protagonista a matar, su relación con el aprendiz, su relación con su hija y su interés por "salvarla", la inspectora con su caso antiguo, la inspectora con su divorcio...) y esto no tiene por qué ser malo, de hecho ofrece una variedad que se agradece. Pero en mi opinión el director no las une de forma limpia, de forma natural. Las va incrustando a saltos hasta el punto de que en ocasiones parecen incluso películas diferentes, si me apuras. Al final todo queda perfectamente empastado (con alguna licencia algo tramposilla) y eso lo arregla de alguna manera, pero no quita del todo la sensación de que el desarrollo podría haber quedado algo más compacto.

Kevin Costner no es que sea mi actor predilecto precisamente, pero no defiende mal su papel, además uno al que no suele estar acostumbrado. En general las actuaciones cumplen sin mucho más alarde, Demi Moore incluida. Tampoco es que exceptuando al protagonista y su conciencia (gran papel también de William Hurt) necesiten mucho más. Lo que sí podría haber dado mucho más de sí es la banda sonora, horrorosa y completamente olvidable.

Vaya por delante que "Blitz" intenta ser sincera desde la primera escena dejando claro que sus armas no van a ir más allá de acción, violencia, socarronería y música machacona acompañando el cocktail. Bien, nada diferente a lo que uno podía esperar de una película protagonizada por Jason Statham, que parece que está abonado irremediablemente a este tipo de producciones y a dar vida a personajes chulos y políticamente incorrectos, un tipo duro de manual.

No es que vaya a pasar a la historia del cine, pero puede quedar una película entretenida y frenética al estilo "Crank" o "Transporter" (los títulos cortos y concisos también son tendencia en sus elecciones, por lo visto). Éste fue mi pensamiento al inicio de la película y la verdad es que todo hacía indicar que se cumpliría, pero... no. No, porque la verdad es que "Blitz" se queda muy corta en todos los aspectos y no llega ni a cumplir correctamente en el estándar de "película sin pretensiones para pasar el rato".

Como película de acción no da la talla. Cuatro o cinco secuencias a lo sumo durante todo el metraje, teniendo en cuenta que la más destacable se podría considerar la del inicio, es un bagaje muy pobre. Y como thriller... ¿de verdad alguien puede considerar esto un thriller? Tuve que comprobar dos veces al leerlo que efectivamente está catalogada como tal en Filmaffinity, porque no daba crédito cuando lo vi. ¿Dónde está la intriga? ¿Algo de misterio? ¿Tensión? Por favor... si se conoce la identidad del asesino desde el primer cuarto de hora prácticamente y lo que viene después es una sucesión de piques entre él y el protagonista por ver quién la tiene más grande. Si esto es un thriller, "Seven" debe ser una comedia romántica (por poner un ejemplo), porque es inconcebible que se pudieran considerar del mismo género.

La historia no está demasiado bien presentada, es algo confusa al principio y luego va dando saltos, no hay un ritmo real. Tampoco ayuda que en medio de todo ese guirigay metan un drama de un personaje secundario que no aporta absolutamente nada y con el que la posibilidad de empatizar es poco tirando a cero. Ya de por sí al director le cuesta conseguir mantener el interés en la trama principal, así que si además mete este tipo de historias insulsas y prescindibles el resultado es aún peor.

Los personajes tampoco es que sean muy allá, desde el típico personaje de Statham, que es un policía brusco e insultante con cierta tendencia a la bebida y a la gresca (e irlandés, ¿sorprendente, eh?). También tenemos al poli bueno, en este caso un gay que cocina bien y escucha música clásica en el desayuno. Ambos forman alianza y hacen un dúo de extremos, que a pesar de ser un topicazo tras otro, no funciona mal. También andan por ahí la novata de barrios bajos con un pasado turbio y malas compañías, pero con buen corazón o el periodista sin escrúpulos en busca de fama.

El tema de los personajes se salva porque la mayoría de actores, a pesar de tener que lidiar con papeles bastante mediocres, salvan de forma más que correcta la actuación. Mención especial para Aidan Gillen como el asesino de policías, pero sin olvidar a Considine o el propio Statham, que no hacen para nada un mal trabajo. Como se suele decir, bastante hacen con lo que tienen (en este caso con lo que le dan). De hecho, si me apuras es de lo poco bueno que se puede extraer de "Blitz" y lo que me ha impedido darle aún una peor valoración.

No todo es lo que parece. Este thriller que nos presenta un semidesconocido Roskam es un buen ejemplo de ello, siendo esa idea una de las bases de la cinta, casi piedra angular de la historia. No solo en el argumento se pone de manifiesto esto, porque ya de por sí mirando un reparto con actores como Hardy o el fallecido Gandolfini (fue su última actuación) y dado su género, es lógico esperar una película trepidante, potente, rozando la grandilocuencia. Y la verdad es que desde el primer minuto de metraje, "La entrega" está bastante alejada de esas características.

El ritmo al que transcurre la acción es muy pausado, lento, con grandes pausas y diálogos largos (si me apuras a veces con poca trascendencia). El argumento se va mostrando a retales, esbozándose poco a poco de forma bastante inconexa y jugando con la capacidad del espectador para ir dándole forma. En la mayoría de escenas se insinúa mucho más de lo que se muestra realmente, salvo contadas excepciones. Se recrea en crear una atmósfera entre la tensión y el desconcierto y la verdad es que no funciona del todo mal.

Al contrario de lo que cabría pensar, la temática criminal y mafiosa no es que sea precisamente clave. No voy a afirmar categóricamente que es un simple escenario para presentar la historia, pero se queda cerca. Lo importante aquí son los personajes, su personalidad y sus motivaciones. Esto gana mucho contando con un plantel de actores de tanta calidad, empezando por Hardy (aunque a algunos no les haya gustado por marcar la personalidad distante, rozando el autismo, del protagonista) y siguiendo con Gandolfini, que nos deja un último papel muy digno. Mención también para Noomi Rapace como Nadia, que hace un trabajo convincente y para Matthias Schoenaerts, que personalmente pienso que está soberbio metiéndose en la piel de Eric.

He visto por ahí a mucha gente decepcionada porque creían que "Déjame salir" era una película de terror y para ellos no ha habido ningún "susto". Bueno, obviando el asunto de que el miedo para cada persona se puede manifestar de forma distinta, está claro que si la ves pensando en el terror convencional y de masas de hoy en día (sangre, gritos y subidas de volumen por doquier) te vas a llevar un chasco enorme.

Esto es otra cosa muy diferente, realmente no sé en qué momento alguien la calificó como "película de terror", pero más bien es un thriller, una historia de intriga. Su punto fuerte bajo en mi opinión es que el director es capaz de crear un ambiente de tensión constante, una atmósfera opresiva que te envuelve sin remedio y que va aumentando con cada escena desconcertante que vemos aparecer en pantalla. Conforme pasan los minutos cada detalle nos indica que algo no va bien, intentas atar cabos, pero realmente sin saber qué pasa exactamente, contagiándote de la tensión y la incertidumbre del propio Chris, el protagonista.

Me vais a perdonar, pero esta va a ser la primera crítica sobre una película que escribo en FilmAffinity en la que me voy a guiar solo y exclusivamente por mi parte totalmente emocional y subjetiva. No me entendáis mal, considero que esto de las críticas debe ser siempre, efectivamente, algo subjetivo y personal. El objetivismo absoluto y el analizar el cine de forma aséptica prefiero dejárselo a los “críticos profesionales”. Así que si esperáis leer “la boyerada”™ de turno, podéis pasar por completo a la siguiente crítica, porque aquí solo vais a encontrar el texto de un simple aficionado a Nintendo con más de 25 años de videojuegos a sus espaldas.

Si has decidido seguir leyendo es porque imagino tienes un perfil parecido al mío, o como mínimo te interesa la opinión de alguien familiarizado con la saga. En ese caso la recomendación es muy simple: ve a ver la película, te va a encantar. Te va a encantar porque “Super Mario Bros.” está tratada con el mismo mimo y cariño que Nintendo pone a sus videojuegos. Porque está repleta de ese aura mágica que envuelve cada entrega de la saga. Porque es un auténtico homenaje a sus personajes, sus juegos y sus historias, y por supuesto a sus jugadores. Porque detrás de cada guiño, de cada referencia y de cada detalle que seas capaz de reconocer, podrás entender la enorme magnitud de esta inmersión de Nintendo en el mundo del cine. Porque Illumination ha sabido captar a la perfección el espíritu de la compañía nipona. Sobre todo y resumiendo, te va a encantar porque la emoción te invadirá durante todo el tiempo que dure la película, y eso es impagable.

No me voy a explayar más porque no quiero hacer spoiler, pero me pegaría horas concretando referencias y cameos. Solo diré que tenía mucho miedo a cómo pudiera salir esto, pero sin embargo ha pulverizado para bien todas mis expectativas. Ojalá Nintendo decida continuar por este camino (incluso con otras de sus sagas), aunque viendo el enorme éxito cosechado (y la escena postcréditos) estoy casi seguro de que continuarán con ello. Y yo estaré ahí para verlo, por supuesto. Con la emoción a flor de piel.