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Críticas ordenadas por utilidad
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7,5
4.769
8
3 de marzo de 2015
3 de marzo de 2015
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nada menos que cinco films estrenó Wellman en este 1931 donde la implantación del sonoro se daba la mano con una depresión social galopante. El cine apostó por dos caras, dar al público cuentos de hadas de evasión alejados de la realidad y reflejar lo mal que estaban las calles, el auge de la delincuencia a la que contribuía en buena medida la ley seca y unos anti héroes que se las buscaban a costa de lo que fuera. El código Hays aún no estaba vigente y a pesar de la propia autocensura películas como esta podían ver, afortunadamente, la luz.
El guión basado en el libro "Cerveza y sangre" llamó la atención de Wellman que convenció a Zanuck que en aquel momento llevaba la Warner para que diera luz verde al tercer proyecto en el mismo año sobre un tema de gansterismo y además se lo dejase dirigir. No muy convencido Zanuck aceptó. Wellman siguió "incordiando" e invirtió los papeles de Edward Woods y James Cagney como los amigos de la infancia que hacen carrera en el mudo del hampa. El resultado fue crear un mito del género (Cagney) y prácticamente truncar la carrera de Woods. El pequeño pero matón Cagney esta esplendido en ese manojo de nervios, frustrado por ser el hermano menor, menos apuesto y listo de la familia que adora a su mama y busca el reconocimiento a base la vía "fácil" del gatillo.
Es capaz de ligarse a la primera chica con la que se cruza pero le cuesta encontrar aquella que comprenda que sigue siendo el pequeño, tímido e inestable Tommy: La Harlow, que se lleva los títulos de crédito por su sensual palmito. Personalmente me seduce más la pobre Mae Clark que pasó de novia de Frankensteín a recibir en su rostro un pomelazo histórico. Sin olvidar a la excelente actriz Joan Blondell.
A todos se los merienda Cagney, mamá y hermano incluido hasta en la magistral escena final cual Cid Campeador.
Wellman se emplea a fondo, arranca con originalidad y rotundidad, saca petroleo del movimiento de cámara en los exiguos espacios interiores, se luce con el fuera de campo poniendo la violencia en la imaginación del espectador y aún le queda tiempo para algunos primeros planos de gran fuerza expresiva y el susodicho final que remata la faena con una estocada hasta la bola (pobres toros dicho sea de paso).
Junto con "Little Caesar" y "Scarface" el año siguiente, forman la santísima trinidad de un género inagotable.
El guión basado en el libro "Cerveza y sangre" llamó la atención de Wellman que convenció a Zanuck que en aquel momento llevaba la Warner para que diera luz verde al tercer proyecto en el mismo año sobre un tema de gansterismo y además se lo dejase dirigir. No muy convencido Zanuck aceptó. Wellman siguió "incordiando" e invirtió los papeles de Edward Woods y James Cagney como los amigos de la infancia que hacen carrera en el mudo del hampa. El resultado fue crear un mito del género (Cagney) y prácticamente truncar la carrera de Woods. El pequeño pero matón Cagney esta esplendido en ese manojo de nervios, frustrado por ser el hermano menor, menos apuesto y listo de la familia que adora a su mama y busca el reconocimiento a base la vía "fácil" del gatillo.
Es capaz de ligarse a la primera chica con la que se cruza pero le cuesta encontrar aquella que comprenda que sigue siendo el pequeño, tímido e inestable Tommy: La Harlow, que se lleva los títulos de crédito por su sensual palmito. Personalmente me seduce más la pobre Mae Clark que pasó de novia de Frankensteín a recibir en su rostro un pomelazo histórico. Sin olvidar a la excelente actriz Joan Blondell.
A todos se los merienda Cagney, mamá y hermano incluido hasta en la magistral escena final cual Cid Campeador.
Wellman se emplea a fondo, arranca con originalidad y rotundidad, saca petroleo del movimiento de cámara en los exiguos espacios interiores, se luce con el fuera de campo poniendo la violencia en la imaginación del espectador y aún le queda tiempo para algunos primeros planos de gran fuerza expresiva y el susodicho final que remata la faena con una estocada hasta la bola (pobres toros dicho sea de paso).
Junto con "Little Caesar" y "Scarface" el año siguiente, forman la santísima trinidad de un género inagotable.
22 de octubre de 2014
22 de octubre de 2014
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si uno se acercase sin ningún tipo de referencias a esta cinta, probablemente la consideraría una más del montón de comedietas con protagonista patético con traumas infantiles. Quizá alguna de las situaciones provocará alguna sonrisa (lo dudo) y se olvidaría nada más levantarse de la butaca. Aún reconociendo cierta originalidad en el planteamiento, valorando el mensaje de respeto a las diferencias de cada cual y la habilidad actoral del protagonista para desdoblar su personaje en madre e hijo.
Después el estupor es mayúsculo cuando alguna reseña la tilda de obra maestra y descubre que la Academía Francesa le ha convertido en su particular Benigni otorgándole nada menos que cinco Césares en su última edición.
Ya la obra del propio Guilleueme del mismo título que la cinta en 2008 se llevó, varios premios Moliere. Y el curriculum de este actor, guionista y director, irrelevante para un servidor hasta la fecha, no es nada desdeñable como actor.
Aquí se estrena con el éxito pleno antes citado con un ajuste de cuentas psicológico consigo mismo y sus traumas de infancia para desnudarse en todos los sentidos delante del espectador y decirnos que lo que nos cuenta es verdad. Que lo jura por su mama a la que quiere en igual medida que culpa de sus males.
Vale, te creemos Guillaume. Otra cosa es que no hayas conseguido hacerme reír ni emocionarme.
Después el estupor es mayúsculo cuando alguna reseña la tilda de obra maestra y descubre que la Academía Francesa le ha convertido en su particular Benigni otorgándole nada menos que cinco Césares en su última edición.
Ya la obra del propio Guilleueme del mismo título que la cinta en 2008 se llevó, varios premios Moliere. Y el curriculum de este actor, guionista y director, irrelevante para un servidor hasta la fecha, no es nada desdeñable como actor.
Aquí se estrena con el éxito pleno antes citado con un ajuste de cuentas psicológico consigo mismo y sus traumas de infancia para desnudarse en todos los sentidos delante del espectador y decirnos que lo que nos cuenta es verdad. Que lo jura por su mama a la que quiere en igual medida que culpa de sus males.
Vale, te creemos Guillaume. Otra cosa es que no hayas conseguido hacerme reír ni emocionarme.
8
7 de enero de 2012
7 de enero de 2012
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Única, personal e intransferible "stravaganzza", cuyo mayor merito es que parece estar concebida por un niño/a de 6 años, en el mejor de los sentidos. Todo es imaginación desbordante e incontrolada con una colección de personajes sacada de esa caja o cesta que algunos conservamos donde duermen en paz indios y vaqueros, caballos, cerditos y demás compañeros con los que vivimos mil y una aventuras y que gracias a Aubier y Patar siguen vivitos y coleando. Es el Toy Story europeo, muchísimo más real que los geniales personajes de Pixar, a pesar y por ello, de su delirante aventura por "todo lo largo y ancho de este mundo" que diría el Capitan Tan. Una gozada del siempre sorprendente stop-motion para disfrute de niños y mayores cuyo ritmo incansable puede llegar a agotarnos en algunos momentos a los que ya peinamos canas. Surgida de una serie de 20 episodios estrenada en USA como "Una ciudad llamada Pánico", pasa a la gran pantalla con premio en Sitges, nominación en Cannes y la consabida tardanza de 2 años a nuestro país y cortisima distribución. Tambien ha generado cómics. Imprescindible en cualquier videoteca que se precie.
7
18 de diciembre de 2020
18 de diciembre de 2020
14 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al final Disney ha tenido que recurrir a los nuevos tiempos televisivos para redimirse en buena parte del desaguisado que viene realizando en la gran pantalla desde que se hizo con la franquicia star wars. Para ello ha acertado dándole las riendas del asunto a un Jon Favreau que viene demostrando que entiende las claves del cine de entretenimiento, ya sea superheroico o asumiendo los remakes de títulos clásicos de la casa.
Básicamente Favreau captura el espíritu de la saga consiguiendo el equilibrio entre la nostalgia de los fans más talluditos y las nuevas generaciones y aprovecha con acierto el músculo en la producción de Disney con un envoltorio cuidado donde cada episodio es como los bombones de la caja roja pequeña de Nestlé de los que vas obteniendo un pequeño placer culpable sin que sean nada de la otra galaxia dado el caso, que te endulzan el momento sin llegar a empalagar. Siempre y cuando espacies los capítulos y no te des un atracón en el que la repetición de la fórmula se hace más evidente. Y esta no es otra que el viejo western de serie B donde la acción deja poco espacio a unos personajes de trazo esquemático pero reconocibles con los que podemos empatizar.
Las temporadas no obstantes necesitan un capítulo inicial con más metraje para dar impulso al resto, donde hay de todo como en botica. Algunos pequeñas perlas y otros de una simpleza sonrojante. En cualquier caso la cosa funciona más que razonablemente acompañado de una bso con personalidad y la coda final de los dibujos que resumen el episodio. Tiene por otro lado un cierto aire vintage que no siempre funciona y nos retrotrae a series de ciencia ficción de los 60 que huelen a naftalina.
Lo que peor llevo son esos guardias de asalto, carne de cañón infinita, que ejercen de muñecos del pin pan pun y que parece evidente que el Imperio no gasta un crédito en darles clases de tiro con blaster, al igual que a sus sufridos pilotos. Los buenos nunca fallan.
cineziete.wordpress.com
Básicamente Favreau captura el espíritu de la saga consiguiendo el equilibrio entre la nostalgia de los fans más talluditos y las nuevas generaciones y aprovecha con acierto el músculo en la producción de Disney con un envoltorio cuidado donde cada episodio es como los bombones de la caja roja pequeña de Nestlé de los que vas obteniendo un pequeño placer culpable sin que sean nada de la otra galaxia dado el caso, que te endulzan el momento sin llegar a empalagar. Siempre y cuando espacies los capítulos y no te des un atracón en el que la repetición de la fórmula se hace más evidente. Y esta no es otra que el viejo western de serie B donde la acción deja poco espacio a unos personajes de trazo esquemático pero reconocibles con los que podemos empatizar.
Las temporadas no obstantes necesitan un capítulo inicial con más metraje para dar impulso al resto, donde hay de todo como en botica. Algunos pequeñas perlas y otros de una simpleza sonrojante. En cualquier caso la cosa funciona más que razonablemente acompañado de una bso con personalidad y la coda final de los dibujos que resumen el episodio. Tiene por otro lado un cierto aire vintage que no siempre funciona y nos retrotrae a series de ciencia ficción de los 60 que huelen a naftalina.
Lo que peor llevo son esos guardias de asalto, carne de cañón infinita, que ejercen de muñecos del pin pan pun y que parece evidente que el Imperio no gasta un crédito en darles clases de tiro con blaster, al igual que a sus sufridos pilotos. Los buenos nunca fallan.
cineziete.wordpress.com

6,2
8.617
5
30 de agosto de 2011
30 de agosto de 2011
13 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Discreto debut de Tomnay en una cinta que escasa de recursos apuesta todo a un guión del propio Tomnay que corre como pollo sin cabeza de un lado a otro tratando de sorprender a un espectador no muy exigente. No se molesta en sustentar la buena labor de sus actores protagonistas con una minima base de credibilidad y desarrollo de los diferentes caminos que transita abandonándolos a su suerte en busca de atajos efectistas que sustenten el aparatoso y endeble entramado.
Los flashbacks de la subtrama son bastante anodinos y en ningún momento el terror o la comedia asoman lo suficiente para que los tomemos en serio.
A la mente acuden por poner dos ejemplos "Hard Candy" o "La huella" de Mankiewicz y las comparaciones una vez más se hacen odiosas.
Los flashbacks de la subtrama son bastante anodinos y en ningún momento el terror o la comedia asoman lo suficiente para que los tomemos en serio.
A la mente acuden por poner dos ejemplos "Hard Candy" o "La huella" de Mankiewicz y las comparaciones una vez más se hacen odiosas.
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