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2
24 de julio de 2018
24 de julio de 2018
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Tiene todos los tópicos que uno puede preveer leyendo su puntuación y su prometedor (ironía obvia) argumento: jóvenes rematadamente imbéciles, un bosque enorme y con neblina, muertes que nos dejan impasibles, sexo (con ropa e interruptus), situaciones y diálogos de vergüenza ajena, y sensación de saber como se resolverá todo a los 10 minutos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Una auténtica bazofia de las tantas que atentan contra el Cine y especialmente al género de Terror. Despreciable. Nunca debió ver la luz

4,7
6.753
3
15 de septiembre de 2021
15 de septiembre de 2021
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra peli de terror adolescente, de jovenzuelos yanquis que se creen capaces de comerse el mundo porque son los reyes del mambo. Van de farra fuera de sus fronteras y les dan por todos lados, hablando mal y pronto.
Pero vamos, tampoco es que sea hipergore, no hay monstruos, ni serial killers escapados de algún centro psiquiátrico, tampoco se ve tanta ruina arquitectónica como el título nos puede inducir a imaginar. Realmente la torpeza de los protagonistas y sus malas decisiones hacen el resto.
Es aburrida rayando lo soporífero y no aporta ni una pizca de novedad al género, es otra más de esas miles de películas con tramas casi idénticas, siendo esta muy timorata ya que como mencioné antes, no rebosa gore, adolece de ritmo lento y tampoco muestra ni un mínimo desnudo que pueda alegrar algo al personal que se enfrente a su visionado.
Siento haber echado por tierra las esperanzas de quién tuviera interés en verla pero, no merece la pena. Es bastante deficiente.
A modo personal. Odio que las cabezas pensantes yanquis siempre tiren dardos envenenados hacia los países que como diría cierto ex-presidente, showman y millonetis, son "shithole countries". Los autóctonos son siempre salvajes sedientos de sangre y las condiciones para la población son tercermundistas (no se os ocurra tomaros unos mojitos con hielos por esas latitudes, a lo mejor os cae hasta una maldición xD).
Pero vamos, tampoco es que sea hipergore, no hay monstruos, ni serial killers escapados de algún centro psiquiátrico, tampoco se ve tanta ruina arquitectónica como el título nos puede inducir a imaginar. Realmente la torpeza de los protagonistas y sus malas decisiones hacen el resto.
Es aburrida rayando lo soporífero y no aporta ni una pizca de novedad al género, es otra más de esas miles de películas con tramas casi idénticas, siendo esta muy timorata ya que como mencioné antes, no rebosa gore, adolece de ritmo lento y tampoco muestra ni un mínimo desnudo que pueda alegrar algo al personal que se enfrente a su visionado.
Siento haber echado por tierra las esperanzas de quién tuviera interés en verla pero, no merece la pena. Es bastante deficiente.
A modo personal. Odio que las cabezas pensantes yanquis siempre tiren dardos envenenados hacia los países que como diría cierto ex-presidente, showman y millonetis, son "shithole countries". Los autóctonos son siempre salvajes sedientos de sangre y las condiciones para la población son tercermundistas (no se os ocurra tomaros unos mojitos con hielos por esas latitudes, a lo mejor os cae hasta una maldición xD).

4,2
2.176
2
13 de mayo de 2019
13 de mayo de 2019
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un horror de esperpento, que no una película de horror. Cómo es posible que llegara a perpetrarse semejante bodrio, más aún siendo la misma directora del notable film original.
La sensación tan malsana y por momentos escalofriante que rebosaba la primera parte, se pierde intencionadamene aquí, apostando por un toque de humor que cae en el ridículo más bochornoso.
Pocas veces me he sentido burlado y cabreado viendo una película. Esta ha sido la última y creo que la voy a recordar por mucho tiempo.
La sensación tan malsana y por momentos escalofriante que rebosaba la primera parte, se pierde intencionadamene aquí, apostando por un toque de humor que cae en el ridículo más bochornoso.
Pocas veces me he sentido burlado y cabreado viendo una película. Esta ha sido la última y creo que la voy a recordar por mucho tiempo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Ese zombi comiendo como un auténtico puerco frente a su hijo me pareció tan patético como surrealista. Lo dicho, de vergüenza ajena.

7,3
60.278
6
13 de mayo de 2019
13 de mayo de 2019
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El caso Slevin" es un intento, más que evidente, de rodar un nuevo "Snatch, cerdos y diamantes" pero lo cierto es que a mi modo de ver, el film, sin ser desdeñable, queda muy por debajo de la célebre película de Guy Ritchie. La elección de Josh Hartnett, un actor por lo general muy poco creíble y altamente insípido, acaba echando por tierra cualquier posibilidad de dotar de esa mala leche que tan bien sienta a esta clase de películas.
Aburre considerablemente y por momentos resulta confusa, haciendo que perdamos el interés pasado el primer tramo de historia.
Una lástima que contando con actores de la talla de Bruce Willis, Ben Kingsley, Stanley Tucci o una Lucy Liu, cuya actuación sorprendentemente para mí fue de lo poco rescatable del conjunto, se llegue a un producto pasable tirando a olvidable. Como prueba palpable el hecho que aún se hable a pie de calle de las primeras obras de Guy Ritchie, veinte años después de realizarse, mientras que nunca antes de encontrarla por casualidad tirando de filmografías, hubiera tenido constancia de la existencia de Slevin y su círculo de contactos peligrosos.
Aburre considerablemente y por momentos resulta confusa, haciendo que perdamos el interés pasado el primer tramo de historia.
Una lástima que contando con actores de la talla de Bruce Willis, Ben Kingsley, Stanley Tucci o una Lucy Liu, cuya actuación sorprendentemente para mí fue de lo poco rescatable del conjunto, se llegue a un producto pasable tirando a olvidable. Como prueba palpable el hecho que aún se hable a pie de calle de las primeras obras de Guy Ritchie, veinte años después de realizarse, mientras que nunca antes de encontrarla por casualidad tirando de filmografías, hubiera tenido constancia de la existencia de Slevin y su círculo de contactos peligrosos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Al final todo los cabos se atan apresuradamente y se intenta dar la sensación de obra redonda, pero no, lo siento, no cuela.

7,3
12.447
4
18 de diciembre de 2024
18 de diciembre de 2024
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra muestra más del cine de Takeshi Kitano y otra decepción que sumo a mi lista con este singular realizador. Que recuerde, todavía no he visto una película de este cineasta que merezca darle una puntuación más alta de aprobado raspado en el mejor de los casos. Seguiré indagando más, ya que rendirse no va conmigo.
La presente, peca de un ritmo lento y titubeante al mismo tiempo, algo habitual en el cine japonés pero que aquí juega muy en su contra. Con todo, eso es lo de menos. Se nota la mano de Kitano por todas partes, no se puede negar que es un cine personalísimo el suyo, pero que desde luego no va conmigo.
Si me aventurara a realizar un perfil psicológico del individuo (algo así como tildar a Woody Allen de hipocondríaco o a Vin Diesel de macarra) lo catalogaría como un niño grande enamorado de la violencia. Algo así como lo que era su personaje en la también sobrevalorada "El verano de Kikujiro".
Lo de la violencia sobra explicarlo. Lo de niño grande más allá de por su apariencia iría más en sus ideas, en su manera de trasladarlas a la pantalla, quizás hasta en como comprende él la realidad o los sentimientos. Quién sabe.
El caso es que en sus películas veo constantemente los fallos de credibilidad en lo que intenta contarnos y en sus personajes, su escasa profundidad, sus incomprensibles reacciones ante situaciones o momentos de la vida cruciales, su caos narrativo generalizado, su obsesión en mostrarnos con todo detalle hechos banales para el conjunto pero que se entiende que a él en algún feliz momento de su vida le parecieron ideas brillantísimas, innovadoras, artísticas, rompedoras, yo qué sé...
En esta ocasión me refiero a los largos planos de la playa o especialmente a los cinco minutos aproximadamente que nos obsequia de arte floral. Y es que, caramba todo lo que se puede representar con pétalos, señor Kitano.
Para kitanadas más detalladas continúo en zona spoiler
La presente, peca de un ritmo lento y titubeante al mismo tiempo, algo habitual en el cine japonés pero que aquí juega muy en su contra. Con todo, eso es lo de menos. Se nota la mano de Kitano por todas partes, no se puede negar que es un cine personalísimo el suyo, pero que desde luego no va conmigo.
Si me aventurara a realizar un perfil psicológico del individuo (algo así como tildar a Woody Allen de hipocondríaco o a Vin Diesel de macarra) lo catalogaría como un niño grande enamorado de la violencia. Algo así como lo que era su personaje en la también sobrevalorada "El verano de Kikujiro".
Lo de la violencia sobra explicarlo. Lo de niño grande más allá de por su apariencia iría más en sus ideas, en su manera de trasladarlas a la pantalla, quizás hasta en como comprende él la realidad o los sentimientos. Quién sabe.
El caso es que en sus películas veo constantemente los fallos de credibilidad en lo que intenta contarnos y en sus personajes, su escasa profundidad, sus incomprensibles reacciones ante situaciones o momentos de la vida cruciales, su caos narrativo generalizado, su obsesión en mostrarnos con todo detalle hechos banales para el conjunto pero que se entiende que a él en algún feliz momento de su vida le parecieron ideas brillantísimas, innovadoras, artísticas, rompedoras, yo qué sé...
En esta ocasión me refiero a los largos planos de la playa o especialmente a los cinco minutos aproximadamente que nos obsequia de arte floral. Y es que, caramba todo lo que se puede representar con pétalos, señor Kitano.
Para kitanadas más detalladas continúo en zona spoiler
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Un policía metido en rollos mafiosos (le sonaría de algo a Kitano en 1997 el film de culto "Teniente corrupto" (1992) de Abel Ferrara) con una hija muerta a pronta edad y una mujer enferma terminal de cáncer que parece a cada rato más bella y fresca que una rosa. Para los que hemos vivido de cerca esta terrible enfermedad podemos garantizarle a Kitano el inmisericorde aspecto que se sufre cuando tu vida está en la cuenta atrás por este motivo, tal como quedarte en los huesos, perder tu pelo y tener que recibir quimioterápias o radioterapias. Aquí todo eso brilla por su ausencia y la susodicha mujercita está guapísima. Hasta parece una turista disfrutando de la playa en su última aparición en pantalla. Con dos disparos más, esta vez fuera de cámara, cómo no.
Retomando lo de la mafia. Al poli no se le ocurre otra cosa que atracar un banco para saldar cuentas con los gangsters. Pero es que se lo anuncia a un chatarrero adicto a pegar collejas que obviamente, se lo toma a mofa lo mismo que me lo tomé yo como espectador hasta ver en pantalla que realmente sucedía tal cual.
Lo hace a rostro descubierto, con su uniforme policial gorra incluida y hasta puede que en su propia ciudad, y nadie lo incrimina ni lo reconoce con los rasgos tan reconocibles que tiene Kitano. ¡Ancho es Kyoto!
Un mequetrefe del tres al cuarto armado con pistola se carga a la vez a dos policías que se le han echado encima en el suelo. ¿Tenían ganas de jugar al Twister? Por suerte al lado estaba Kitano, que no estaba para juegos y cual niño que se encuentra a solas con el bote de golosinas le vacía todo el cargador en la cabeza, no fuera a ser que...
Kitano poli-mafioso es tan seguro de si mismo y tan omnipotente que cerrado en un coche rodeado de yakuzas hasta los dientes va cargandose a todos a un solo disparo por barba como si de una ordenadita secuencia de luces se tratara. Por supuesto tanto su traje como sus oídos y sus pulsaciones salen impolutos del auto.
Tengo la impresión que me dejo muchos momentos risibles, no tan clamorosos como estos pero creo que los que elegí son bastante ilustrativos.
Sayonara babies
Retomando lo de la mafia. Al poli no se le ocurre otra cosa que atracar un banco para saldar cuentas con los gangsters. Pero es que se lo anuncia a un chatarrero adicto a pegar collejas que obviamente, se lo toma a mofa lo mismo que me lo tomé yo como espectador hasta ver en pantalla que realmente sucedía tal cual.
Lo hace a rostro descubierto, con su uniforme policial gorra incluida y hasta puede que en su propia ciudad, y nadie lo incrimina ni lo reconoce con los rasgos tan reconocibles que tiene Kitano. ¡Ancho es Kyoto!
Un mequetrefe del tres al cuarto armado con pistola se carga a la vez a dos policías que se le han echado encima en el suelo. ¿Tenían ganas de jugar al Twister? Por suerte al lado estaba Kitano, que no estaba para juegos y cual niño que se encuentra a solas con el bote de golosinas le vacía todo el cargador en la cabeza, no fuera a ser que...
Kitano poli-mafioso es tan seguro de si mismo y tan omnipotente que cerrado en un coche rodeado de yakuzas hasta los dientes va cargandose a todos a un solo disparo por barba como si de una ordenadita secuencia de luces se tratara. Por supuesto tanto su traje como sus oídos y sus pulsaciones salen impolutos del auto.
Tengo la impresión que me dejo muchos momentos risibles, no tan clamorosos como estos pero creo que los que elegí son bastante ilustrativos.
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