Funny Games.

La cinta es como una mosca cojonera del "cine que explora las conductas violentas" (tan de moda últimamente), es decir, rebusca entre la mierda de otras y se la queda para ella. El film de Bryan Bertino copia descaradamente las intenciones de Haneke en su ya célebre/s film/es. Lo que sucede es que le falta el talento, la frescura, la atmósfera, las interpretaciones y la sangrante crítica del controvertido director austríaco.

Esta secuela sigue la línea de tantas otras que intentan llenar de basura un buen nombre. No me voy a poner aquí ahora a decirlas, pero os las podéis imaginar.
La verdad es que esta película es tan mala que ni siquiera me acuerdo bien del argumento, era más o menos lo mismo que en el primer Cube, es decir, unos tíos aparecen en un cubo y...bueno, dejémoslo en que tienen que escapar.
La diferencia, es que para hacerla un poquillo diferente, al guionista se le ocurrió la brillantísima idea de rizar un poco el rizo e ideó habitáculos con una cuarta dimensión, la temporal. Vamos que en algunos cubos se ralentiza o acelera el tiempo...Y esas son las novedades que ofrece. Además la dirección y la producción es mucho más pobre y serie b y el guión bastante más simple.
La típica secuela con menos pasta, menos talento y peores actores que pasa directamente al videoclub

Sin duda Murnau es uno de los mejores cinesastas de todos los tiempos, simple y llanamente. Desde luego, no sé si Amanecer es una de las mejores películas, pero lo que está claro es que es una obra maestra, una reliquia, una pieza en la que el cine traspasa la frontera de los sentimientos para hablarnos del amor, del perdón, del honor y deshonor...de la vida al fin y al cabo. El amor acaba siendo el elemento redentor de ese hombre que hace caso a la bruja de ciudad para asesinar a su humilde esposa, a la que pedirá perdón en una de las escenas más mágicas que he visto en mi vida. Los sentimientos tan profundos que alberga hace difícil hablar de ella de una forma objetiva y acertada. Mejor que la vea aquel que ame el cine y aún no la haya visto, y descubrirá en esa barca y en esa tormenta una expresión cineástica que traspasa los sentidos para convertirse en verdad bondadosa y redentora.

De la Iglesia no me termina de convencer, y a pesar de que sus inicios fueron prometedores ha ido cayendo en una mediocridad que va creciendo película tras película. El humor negro y la originalidad parece que se le han agotado por completo es este pretendido homenaje al spaguetti western que se queda en chorrada pedante. La verdad es que la película no interesa en ningún momento y el personaje de Sancho Gracia es el antihéroe menos carismático del mundo.
También se ve claramente las ganas de De la Iglesia de ser algo así como un Quentin Tarantino español y se ven claras influencias estéticas y de guión (como unir situaciones y diálogos en principio contrapuestos o situaciones impensables en el contexto de la acción).
Puede que la película hubiera dado para más pero se hace muy aburrida y no interesa en ningún momento, aparte de que el supuesto talento de De la Iglesia apenas se deja ver.

Y no me cansaré de repetirlo. Otra vez son los críticos españoles los que ensalzan una españolada de tomo y lomo. Una película sin gracia sin más, del estilo de "El penalti más largo del mundo" , llena de clichés y humor bobo y chabacano. No se dónde ven el trasfondo agrio porque no lo hay y sólo se podría rescatar alguna escena de Ernesto Alterio intentando controlar sus nervios. Lo demás, humor tópico y sin gracia (como cuando Fernando Tejero se pone a hablar por el móvil durante el partido...). Al menos no es tan mala como "Los dos lados de la cama", pero del estilo.