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Críticas ordenadas por utilidad
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5,4
30.565
6
8 de abril de 2019
8 de abril de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No cabe duda de que "Hostel" junto con "Saw" marcaron historia en el cine de terror, al ser de las primeras películas con gran cantidad de violencia que se convirtieron en éxitos comerciales, aún recordados.
"Hostel" es, sin embargo, un viaje a los límites de la crueldad humana que progresivamente deja de ser creíble, por lo mal ambientada que está y esa visión casi apocalíptica que deja de Eslovaquia, algo de lo que muchos se quejan.
Es cierto que los sucesos siniestros en la ciudad en la que se alojan los protagonistas sobran en su mayoría. Policía corrupta, grupos de niños delictivos, gente tosca y de pocos amigos, pobreza y vida de bajos fondos...Es todo lo que se muestra, incluso antes de que empiece lo atroz, la carnicería, y ya era suficiente con eso. Hubiera quedado mucho mejor que Eli Roth se ahorrara esas escenas de violencia gratuita sin cabida en la historia. No me irrita la exhibición de violencia, sino la violencia que simplemente está metida con calzador sin tener nada que ver con el hilo que sigue la película (también los detalles de la japonesa y el tren sobraban).
Con respecto a su nivel de violencia, es normal y inteligible que sea un filme tan polémico y considerado insoportable por muchos, debido a que la inmundicia que muestra, la verdad repugnante que revela, es algo difícil de asimilar. Las muertes y las escenas de mutilaciones, cortes y torturas son en general bastante buenas. Aquí no hay puñaladas, ni hachazos, ni estrangulamientos, y el juego de atrocidades e imaginaciones que deja "Hostel" (a veces prefiere sugerir la violencia en vez de ponerla en la pantalla sin más) es propiamente plausible,
Hay momentos en los que cuesta mirar y se levantan escalofríos cuando se piensa en el trasfondo de la película, que lo tiene.
Muchos hacen queja también de que está muy sexualizada, y que aparecen demasiados desnudos, erotismo y prostitutas, pero es que todo eso encaja precisamente en ese trasfondo mezquino y vil, del que se explica la película y lo que nos quiere decir, además de que los tres protagonistas están haciendo turismo sexual por Europa, en busca de emociones y vivencias intensas (y las encontrarán, aunque sean las últimas de sus vidas).
Por otro lado, tenemos la banda sonora, que no acompaña a las escenas y tampoco al argumento de la película, al ser una música anempática, que por si no fuera poco, suena durante casi toda la mitad final.
Es una música que encajaría si se tratase de una película de acción, pero en ese edificio decadente, con el personaje torturado, rodeado de miseria y dolor, por brutales que sean algunas escenas, hubiera quedado mejor el silencio, cual causaría incomodidad, más de la que ya nos causa la película por su crudeza.
Es obvio que deja mal sabor de boca, y que estamos ante una película desagradable, pero ese es su propósito, y lo consigue, y de añadido, con un argumento y unas imágenes que se quedan grabados en la mente, con escenas tan difíciles de olvidar como la del ojo, sin duda.
Cuando se acerca al final empieza a declinar un poco, aunque lo curioso es que sabe mantener la tensión hasta que acaba, aunque ya "estemos a salvo".
"Hostel" es, sin embargo, un viaje a los límites de la crueldad humana que progresivamente deja de ser creíble, por lo mal ambientada que está y esa visión casi apocalíptica que deja de Eslovaquia, algo de lo que muchos se quejan.
Es cierto que los sucesos siniestros en la ciudad en la que se alojan los protagonistas sobran en su mayoría. Policía corrupta, grupos de niños delictivos, gente tosca y de pocos amigos, pobreza y vida de bajos fondos...Es todo lo que se muestra, incluso antes de que empiece lo atroz, la carnicería, y ya era suficiente con eso. Hubiera quedado mucho mejor que Eli Roth se ahorrara esas escenas de violencia gratuita sin cabida en la historia. No me irrita la exhibición de violencia, sino la violencia que simplemente está metida con calzador sin tener nada que ver con el hilo que sigue la película (también los detalles de la japonesa y el tren sobraban).
Con respecto a su nivel de violencia, es normal y inteligible que sea un filme tan polémico y considerado insoportable por muchos, debido a que la inmundicia que muestra, la verdad repugnante que revela, es algo difícil de asimilar. Las muertes y las escenas de mutilaciones, cortes y torturas son en general bastante buenas. Aquí no hay puñaladas, ni hachazos, ni estrangulamientos, y el juego de atrocidades e imaginaciones que deja "Hostel" (a veces prefiere sugerir la violencia en vez de ponerla en la pantalla sin más) es propiamente plausible,
Hay momentos en los que cuesta mirar y se levantan escalofríos cuando se piensa en el trasfondo de la película, que lo tiene.
Muchos hacen queja también de que está muy sexualizada, y que aparecen demasiados desnudos, erotismo y prostitutas, pero es que todo eso encaja precisamente en ese trasfondo mezquino y vil, del que se explica la película y lo que nos quiere decir, además de que los tres protagonistas están haciendo turismo sexual por Europa, en busca de emociones y vivencias intensas (y las encontrarán, aunque sean las últimas de sus vidas).
Por otro lado, tenemos la banda sonora, que no acompaña a las escenas y tampoco al argumento de la película, al ser una música anempática, que por si no fuera poco, suena durante casi toda la mitad final.
Es una música que encajaría si se tratase de una película de acción, pero en ese edificio decadente, con el personaje torturado, rodeado de miseria y dolor, por brutales que sean algunas escenas, hubiera quedado mejor el silencio, cual causaría incomodidad, más de la que ya nos causa la película por su crudeza.
Es obvio que deja mal sabor de boca, y que estamos ante una película desagradable, pero ese es su propósito, y lo consigue, y de añadido, con un argumento y unas imágenes que se quedan grabados en la mente, con escenas tan difíciles de olvidar como la del ojo, sin duda.
Cuando se acerca al final empieza a declinar un poco, aunque lo curioso es que sabe mantener la tensión hasta que acaba, aunque ya "estemos a salvo".

5,5
7.372
4
7 de abril de 2019
7 de abril de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tal y como reza el título, la temática que toca la película ya ha sido explorada y experimentada hasta la saciedad desde que Tobe Hooper aterrorizó a medio mundo con "La matanza de Texas". El gore y la crueldad explícita no son novedad desde los setenta, en los que las atrocidades filmadas empezaron a fraguar, si bien es cierto que fue a principios de nuestro siglo que el género vivió cambios, a veces con películas que hacen parecer a otras consideradas violentas en su momento, cosa de niños, y hablo de "Hostel", "Saw", "La casa de los 1000 cadáveres", y otras producciones que pretendían ser novedosas, en el sentido de convertirse en comerciales, al alcance de todo el mundo, de fama mundial, cosa que no pasaba antes, ya que las películas donde la violencia exacerbada y donde la sangre teñía la pantalla de rojo sufrían importantes censuras, y muy rara vez llegaban a ser éxitos de ventas (no sin una estela de polémica detrás). Este cine pasó de ser polémico a aceptable al comenzar nuestro siglo, de manera que el terror sangriento ya está más que consolidad hoy en día.
"Wolf Creek" es una de esas películas conocidas dentro de ese slasher cruel, con regustillo a violencia gratuita y sangre que tanto gusta, pero en realidad no ofrece nada.
Dejando de lado que el argumento de un psicópata sanguinario masacrando jóvenes de vacaciones en el desierto está más manoseado que un billete de cinco euros, la película tarda mucho en arrancar y prácticamente comienza cuando ya lleva una hora. Esa hora está casi perdida, puesto que se puedo aprovechar mejor, sin necesidad de que los asesinatos, y por tanto el núcleo de todo, empezara a presentarse. En esa hora derrochada poco o nada sabemos de nuestros protagonistas, y sus actuaciones son insípidas tirando a malas. A "Wolf Creek" no se le reprocha que se desarrolle finalmente de forma tardía, sino que en todos esos minutos anteriores al calvario por el que desde el principio sabemos que van a pasar los tres jóvenes, el guión es prácticamente inexistente y lo único disfrutable es la desperanzadora imagen del interior australiano, que parece un actor más en la película, ese desierto donde los jóvenes son asesinados que nos grita desde el silencio que no hay escapatoria posible para ellos. Los escenarios son perfectos, y personalmente me recuerdan a la sensación inquietante que me dejaron los de "Lake Mungo", también película australiana.
Paradójicamente, aunque la primera hora de la película sea endeble, las incoherencias en el guión y en la interpretación de los pocos actores presentes empiezan a aparecer. En contraste, tenemos a John Jarratt, que hace una interpretación sublime, aterradora y casi perfecta dentro de sus límites, del repugnante asesino.
Otra cosa que me agrada es que no se abusa de la violencia, y se muestra lo suficiente, imágenes igualmente fuertes y no aptas para público sensible, pero sin excederse, y todo a pesar de que las dos actrices que hacen de víctimas se desenvuelven muy mal en su papel, en ocasiones causando vergüenza ajena (personas normales en una situación así no actuarían como ellas, en su sano juicio). Poco creíble que la rubia se ría a carcajadas justo después de llorar aterrorizada y llena de golpes y magulladuras por dar esquinazo al asesino (aún sabiendo que por haber conseguido ganar un poco de tiempo no significa que vaya a salir con vida).
Muy floja.
"Wolf Creek" es una de esas películas conocidas dentro de ese slasher cruel, con regustillo a violencia gratuita y sangre que tanto gusta, pero en realidad no ofrece nada.
Dejando de lado que el argumento de un psicópata sanguinario masacrando jóvenes de vacaciones en el desierto está más manoseado que un billete de cinco euros, la película tarda mucho en arrancar y prácticamente comienza cuando ya lleva una hora. Esa hora está casi perdida, puesto que se puedo aprovechar mejor, sin necesidad de que los asesinatos, y por tanto el núcleo de todo, empezara a presentarse. En esa hora derrochada poco o nada sabemos de nuestros protagonistas, y sus actuaciones son insípidas tirando a malas. A "Wolf Creek" no se le reprocha que se desarrolle finalmente de forma tardía, sino que en todos esos minutos anteriores al calvario por el que desde el principio sabemos que van a pasar los tres jóvenes, el guión es prácticamente inexistente y lo único disfrutable es la desperanzadora imagen del interior australiano, que parece un actor más en la película, ese desierto donde los jóvenes son asesinados que nos grita desde el silencio que no hay escapatoria posible para ellos. Los escenarios son perfectos, y personalmente me recuerdan a la sensación inquietante que me dejaron los de "Lake Mungo", también película australiana.
Paradójicamente, aunque la primera hora de la película sea endeble, las incoherencias en el guión y en la interpretación de los pocos actores presentes empiezan a aparecer. En contraste, tenemos a John Jarratt, que hace una interpretación sublime, aterradora y casi perfecta dentro de sus límites, del repugnante asesino.
Otra cosa que me agrada es que no se abusa de la violencia, y se muestra lo suficiente, imágenes igualmente fuertes y no aptas para público sensible, pero sin excederse, y todo a pesar de que las dos actrices que hacen de víctimas se desenvuelven muy mal en su papel, en ocasiones causando vergüenza ajena (personas normales en una situación así no actuarían como ellas, en su sano juicio). Poco creíble que la rubia se ría a carcajadas justo después de llorar aterrorizada y llena de golpes y magulladuras por dar esquinazo al asesino (aún sabiendo que por haber conseguido ganar un poco de tiempo no significa que vaya a salir con vida).
Muy floja.

3,9
875
6
20 de abril de 2019
20 de abril de 2019
6 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llevan siniestras tocas cubren su pelo y crucifijos sobre el pecho, se visten de devoción y benevolencia ocultando su crueldad, predican sobre la Palabra de Dios y al mismo tiempo conspiran contra él, se refugian en su reconocida santidad para que nadie sospeche de ellas, su fe parece inquebrantable menos cuando hay dinero y ansias de poder de por medio, todas sonríen y engañan hasta que ya no hay escapatoria para sus jóvenes reclusas,...son las monjas de "St. Agatha".
Todo se desarrolla en 1954, en Georgia, contexto en el que una joven embarazada llamada Mary se encuentra perdida y sin medios para cuidar, alimentar y proteger a su futuro bebé, y por ello ingresará en un convento donde las monjas, amables y atentas, cuidarán de ella y de su bebé, ¿conmovedor, no? Leyendo la breve sinopsis, sabiendo que es una película de terror y por el póster, es fácil adivinar el argumento de la película, y ya sabemos desde el principio que estas monjas no son muy buenas personas que digamos, y que la cosa se va a poner fea. Sin haber empezado a ver "St. Agatha" ya hemos desvelado el 90% de la película sin habernos dado cuenta, y algo muy similar lo experimentamos los que vimos la película de terror española "La monja" de 2005, y ya se ha jugado con el terror que pueden causar como la monja de la polémica película "The devils", o el rostro de la que aparece en "The conjuring 2", etc.
Pero posiblemente tras ver "St. Agatha" nos demos cuenta de que estamos ante una aspirante a aparecer en un top 100 de mejores antagonistas femeninas de la historia del cine, la madre superiora interpretada por Carolyn Hennesy, tan repulsiva como odiosa, tan cruel como perspicaz y asombrosamente inteligente, va a ser probablemente la monja que más vas a odiar de todas las que has visto en el cine.
Y como escribí en el título, esta madre superiora inevitablemente me remite a "An American Crime" y a la antagonista Gertrude interpretada por una Catherine Keener que se introduce tan bien en el papel de psicópata cruel y temible que cuesta pensar que sea una persona distinta en la vida real.
La mayor parte de la película es tensa y desagradable, porque la crueldad de estas monjas no tiene límites, y que abusen tanto de mujeres embarazadas y desamparadas sin que estas no puedan hacer nada, deja un sensación de rabia y pena al mismo tiempo. Rabia porque te gustaría ver lo antes posible a esas monjas sufrir por lo que hacen y pena por las jóvenes sometidas.
Se trata de una historia dura, con muchos tintes y homenajes a otras películas, como esa banda sonora y esas voces sonando por el convento inspiradas por "Suspiria", película que junto a "An American Crime" tiene una fuerte conexión con esta.
Seremos testigos de la brutalidad con la que las monjas oprimen y castigan a sus reclusas y de la más pura hipocresía religiosa, y poco a poco conoceremos la historia de Mary.
Todos los actores están bien elegidos de manera que no imaginaría a una Chloë Grace Moretz haciendo de una de las reclusas o a Julianne Moore como la ama de llaves, y con eso quiero decir que los rostros, la decoración del convento y la disposición de las habitaciones y el vestuario, todo, está perfecto y no me hubiese gustado más verlo de otra forma, con otros actores, y eso le suma muchos puntos. Lo más débil sería el final, que es demasiado "light" para lo dura y tenebrosa que es la historia.
Los diálogos en los que aparece la madre superiora son exquisitos, y sus gestos, sus actos...Simplemente no podía ser más malvada.
Todo se desarrolla en 1954, en Georgia, contexto en el que una joven embarazada llamada Mary se encuentra perdida y sin medios para cuidar, alimentar y proteger a su futuro bebé, y por ello ingresará en un convento donde las monjas, amables y atentas, cuidarán de ella y de su bebé, ¿conmovedor, no? Leyendo la breve sinopsis, sabiendo que es una película de terror y por el póster, es fácil adivinar el argumento de la película, y ya sabemos desde el principio que estas monjas no son muy buenas personas que digamos, y que la cosa se va a poner fea. Sin haber empezado a ver "St. Agatha" ya hemos desvelado el 90% de la película sin habernos dado cuenta, y algo muy similar lo experimentamos los que vimos la película de terror española "La monja" de 2005, y ya se ha jugado con el terror que pueden causar como la monja de la polémica película "The devils", o el rostro de la que aparece en "The conjuring 2", etc.
Pero posiblemente tras ver "St. Agatha" nos demos cuenta de que estamos ante una aspirante a aparecer en un top 100 de mejores antagonistas femeninas de la historia del cine, la madre superiora interpretada por Carolyn Hennesy, tan repulsiva como odiosa, tan cruel como perspicaz y asombrosamente inteligente, va a ser probablemente la monja que más vas a odiar de todas las que has visto en el cine.
Y como escribí en el título, esta madre superiora inevitablemente me remite a "An American Crime" y a la antagonista Gertrude interpretada por una Catherine Keener que se introduce tan bien en el papel de psicópata cruel y temible que cuesta pensar que sea una persona distinta en la vida real.
La mayor parte de la película es tensa y desagradable, porque la crueldad de estas monjas no tiene límites, y que abusen tanto de mujeres embarazadas y desamparadas sin que estas no puedan hacer nada, deja un sensación de rabia y pena al mismo tiempo. Rabia porque te gustaría ver lo antes posible a esas monjas sufrir por lo que hacen y pena por las jóvenes sometidas.
Se trata de una historia dura, con muchos tintes y homenajes a otras películas, como esa banda sonora y esas voces sonando por el convento inspiradas por "Suspiria", película que junto a "An American Crime" tiene una fuerte conexión con esta.
Seremos testigos de la brutalidad con la que las monjas oprimen y castigan a sus reclusas y de la más pura hipocresía religiosa, y poco a poco conoceremos la historia de Mary.
Todos los actores están bien elegidos de manera que no imaginaría a una Chloë Grace Moretz haciendo de una de las reclusas o a Julianne Moore como la ama de llaves, y con eso quiero decir que los rostros, la decoración del convento y la disposición de las habitaciones y el vestuario, todo, está perfecto y no me hubiese gustado más verlo de otra forma, con otros actores, y eso le suma muchos puntos. Lo más débil sería el final, que es demasiado "light" para lo dura y tenebrosa que es la historia.
Los diálogos en los que aparece la madre superiora son exquisitos, y sus gestos, sus actos...Simplemente no podía ser más malvada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Todos los castigos y torturas de las monjas son desagradables pero nada impacta más que el encuentro inicial con la diabólica naturaleza de las monjas, el momento exacto en el que Mary se da cuenta de que la madre superiora es un auténtico monstruo, y es la escena en la que una de las chicas vomita sobre su plato mientras todas comen en la mesa. La madre superiora se acerca y le dice mientras la mira con una ligera sonrisa llena de maldad: "en este convento no tiramos la comida". Obligando a la joven a comerse lo que vomitó. Impagable.

5,8
19.947
2
20 de mayo de 2019
20 de mayo de 2019
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera vez que la vi me horrorizó como remake, y ahora que la vuelvo a ver, la he analizado con más atención y valoro más algunos aspectos que se me pasaron desapercibidos durante el primer encuentro, pero sigue decepcionándome mucho como remake de la película de Sam Raimi.
Para empezar, pierde toda la esencia de la original y está repleta de efectismos innecesarios....Los aspectos que hacían de "Posesión infernal" una película espeluznante no aparecen y ni siquiera se sustituyen por otros que den la talla, y me refiero al columpio, al reloj de péndulo, al super 8, los árboles, el reproductor de cintas...Todos aquellos elementos que en la película original no aportaban nada en el argumento pero que ayudaban a crear una atmósfera gélida, incómoda y aterradora. Raimi sorprendió precisamente porque durante toda su película nos hizo sentir esa presencia maligna sin necesidad de mostrarla, y este remake desde el minuto uno cojea porque muestra las presencias malignas, apenas juega con los travellings que hicieron tan peculiar a la original y los poseídos, por cierto, no dan nada de miedo, ni una pizca de grima.
Y resulta impactante que un remake del 2013, con más recursos y un presupuesto mucho mayor (17 millones de dólares frente a los 375.000 que costó la primera) no consiga que sus escenas, que sus efectos den miedo.
Es más, vi tanto el remake como la película original en una sesión doble, y la película original me dejó la misma sensación que la primera vez que la vi, mucho más miedo, mucha más tensión y mucho más impacto que este vulgar remake.
Lo que más me irrita es que se diga que esta versión es más sangrienta, cuando realmente no es así...El gore, la violencia y los desmembramientos de la original me parecieron mejor logrados y también tiene escenas truculentas...
También se elogian en exceso los diez minutos finales del remake, y aunque sí es verdad que son mejores que lo poco que ofrece el resto de la película, tampoco es para tanto...
Es cierto que este remake no pretende ser un calco, que incluye novedades, como el cambio de tipo de protagonista, esta vez femenino, pero a excepción de algunos guiños y escenas sueltas como la del cúter, las novedades no le favorecen y quizás lo más lamentable sea la elección de la protagonista, una mala actriz que encarna un personaje que no merece protagonismo, con quien es imposible empatizar, a diferencia del Ash de la película original, protagonista legítimo de "Posesión infernal"...Entiendo perfectamente que no sea Bruce Campbell el protagonista en este remake, pero al menos pudieron dignarse en escoger uno en condiciones...
Me sorprende que Raimi y su productora Ghost House apoyaran el proyecto, este remake tan malo...Ni siquiera las escenas sangrientas son memorables y esa musiquilla épica de fondo no pega con una situación que debería ser representada como aterradora...
Para empezar, pierde toda la esencia de la original y está repleta de efectismos innecesarios....Los aspectos que hacían de "Posesión infernal" una película espeluznante no aparecen y ni siquiera se sustituyen por otros que den la talla, y me refiero al columpio, al reloj de péndulo, al super 8, los árboles, el reproductor de cintas...Todos aquellos elementos que en la película original no aportaban nada en el argumento pero que ayudaban a crear una atmósfera gélida, incómoda y aterradora. Raimi sorprendió precisamente porque durante toda su película nos hizo sentir esa presencia maligna sin necesidad de mostrarla, y este remake desde el minuto uno cojea porque muestra las presencias malignas, apenas juega con los travellings que hicieron tan peculiar a la original y los poseídos, por cierto, no dan nada de miedo, ni una pizca de grima.
Y resulta impactante que un remake del 2013, con más recursos y un presupuesto mucho mayor (17 millones de dólares frente a los 375.000 que costó la primera) no consiga que sus escenas, que sus efectos den miedo.
Es más, vi tanto el remake como la película original en una sesión doble, y la película original me dejó la misma sensación que la primera vez que la vi, mucho más miedo, mucha más tensión y mucho más impacto que este vulgar remake.
Lo que más me irrita es que se diga que esta versión es más sangrienta, cuando realmente no es así...El gore, la violencia y los desmembramientos de la original me parecieron mejor logrados y también tiene escenas truculentas...
También se elogian en exceso los diez minutos finales del remake, y aunque sí es verdad que son mejores que lo poco que ofrece el resto de la película, tampoco es para tanto...
Es cierto que este remake no pretende ser un calco, que incluye novedades, como el cambio de tipo de protagonista, esta vez femenino, pero a excepción de algunos guiños y escenas sueltas como la del cúter, las novedades no le favorecen y quizás lo más lamentable sea la elección de la protagonista, una mala actriz que encarna un personaje que no merece protagonismo, con quien es imposible empatizar, a diferencia del Ash de la película original, protagonista legítimo de "Posesión infernal"...Entiendo perfectamente que no sea Bruce Campbell el protagonista en este remake, pero al menos pudieron dignarse en escoger uno en condiciones...
Me sorprende que Raimi y su productora Ghost House apoyaran el proyecto, este remake tan malo...Ni siquiera las escenas sangrientas son memorables y esa musiquilla épica de fondo no pega con una situación que debería ser representada como aterradora...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
¿Una drogadicta que se pasa media película gritando porque tiene el mono y la otra mitad poseída y dando por saco, es al final la que salva el día, vuelve a ser normal y resulta ser la verdadera protagonista?
Venga ya.
Venga ya.
13 de mayo de 2019
13 de mayo de 2019
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras la decepcionante "Guinea Pig 6: Android of Notre-Dame", que llegó en 1989, no se hizo ninguna más y parecía ser que la saga ya había terminado. De la peor de las formas, pero ya cerrada definitivamente...
Y no fue así. En 2014 desde Estados Unidos, Stephen Biro reinició la saga, dispuesto a recuperar la esencia de las dos primeras "Guinea Pig", y el objetivo original de la saga, que es simplemente el de mostrar una serie de torturas y experimentos grabados y hacernos creer que son reales y que son parte de una película snuff de verdad.
La verdad es que a pesar de que en la década de los ochenta ya se hicieron nada más y nada menos que seis entregas, "Guinea Pig" merecía una continuación, una mejora, un cambio y nuevos episodios que hicieran bien lo que se hizo mal en las anteriores, y afortunadamente así fue.
"American Guinea Pig: Bouquets of Guts and Gore" ("Ramos de tripas y gore" en inglés) es un homenaje a las dos primeras "Guinea Pig" y es obvio si prestamos atención al propio título de la película y a su póster.
El título es una clara referencia a la segunda de la saga japonesa, "Guinea Pig 2: Flowers of Flesh and Blood ("Flores de carne y sangre" en inglés) y el póster es una mirada nostálgica a los de las películas de la saga, que como la mayor parte de las películas de la década, eran dibujos en vez de fotografías.
También se puede percibir esa intención de homenaje en la propia calidad de la grabación e incluso en cómo visten sus dos víctimas. La calidad de la imagen es bastante mala pero se hace a propósito para recuperar también ese "aire" de video casero que al menos la primer a"Guinea Pig" supo mantener.
Además no sólo tendremos a alguien grabándolo todo e interactuando con el resto de asesinos, sino que dos personas grabando, por lo que veremos todo a través de estas dos cámaras.
Empieza de la misma manera que "Guinea Pig 2", con unas personas cuya identidad nunca conocemos que persiguen y secuestran a dos chicas mientras uno de ellos lo graba. Las similitudes con "Guinea Pig 2" no acaban ahí, ya que más o menos siguen los mismos procedimientos que vimos en esa segunda parte de la saga japonesa. Su propósito no es torturar a las chicas y que lo sientas, que se retuerzan en la cama y griten de dolor, sino que las sedan para que no sientan nada, dejándolas medio despiertas e incapaces de moverse.
Por otro lado, la intencionalidad artística de estos asesinatos no está muy clara, y dista mucho de ser esa poesía sangrienta de "Guinea Pig 2", simplemente vemos que este grupo de asesinos se lo pasa bien y más que encontrar placer en el acto, manifiestan mucho interés en grabarlo, como si fuera algo primordial, por encima de su propio disfrute y de lo que quieren hacer con ambas chicas.
A destacar también los sonidos, muy perturbadores y que ayudan a crear atmósfera, particularmente ese sonido de fondo de herramienta u objeto afilado siendo arrastrado por el suelo o lo que suena cuando la pantalla se queda en rojo.
Con respecto al gore, lo cierto es que no encontré la película tan incómoda como "Guinea Pig 2", que sí que consiguió darme grima y náuseas con el desmembramiento. Lo que le hacen aquí a las dos chicas es brutal y me gustó que la película no se dedicara tan sólo a homenajear las dos primeras "Guinea Pig", pero la escena de las muñecas no la vi tan impactante como en esa segunda parte de 1985 que tan bien recuerdo, ni siquiera más realista.
No es gore poco creíble, hay escenas bien logradas y las vísceras, la sangre, la escena de la boca y lo del ojo se ven bastante reales, cosa que tiene bastante mérito simplemente si tenemos en cuenta la distancia temporal existente entre la última "Guinea Pig" japonesa y este reinicio de la saga. Son veinticinco años y lo que impactaba en los ochenta ya en la actualidad no impresionaría tanto, pero esta versión americana se esfuerza en conseguir que nos creamos que es una película snuff y en ciertas imágenes (que no en todo) lo consigue.
No me ha gustado tanto como "Guinea Pig 2: Flowers of Flesh and Blood", pero me ha parecido un buen reinicio de la saga, una continuidad que se merecía y totalmente dispuesto a ver los siguientes capítulos.
Y no fue así. En 2014 desde Estados Unidos, Stephen Biro reinició la saga, dispuesto a recuperar la esencia de las dos primeras "Guinea Pig", y el objetivo original de la saga, que es simplemente el de mostrar una serie de torturas y experimentos grabados y hacernos creer que son reales y que son parte de una película snuff de verdad.
La verdad es que a pesar de que en la década de los ochenta ya se hicieron nada más y nada menos que seis entregas, "Guinea Pig" merecía una continuación, una mejora, un cambio y nuevos episodios que hicieran bien lo que se hizo mal en las anteriores, y afortunadamente así fue.
"American Guinea Pig: Bouquets of Guts and Gore" ("Ramos de tripas y gore" en inglés) es un homenaje a las dos primeras "Guinea Pig" y es obvio si prestamos atención al propio título de la película y a su póster.
El título es una clara referencia a la segunda de la saga japonesa, "Guinea Pig 2: Flowers of Flesh and Blood ("Flores de carne y sangre" en inglés) y el póster es una mirada nostálgica a los de las películas de la saga, que como la mayor parte de las películas de la década, eran dibujos en vez de fotografías.
También se puede percibir esa intención de homenaje en la propia calidad de la grabación e incluso en cómo visten sus dos víctimas. La calidad de la imagen es bastante mala pero se hace a propósito para recuperar también ese "aire" de video casero que al menos la primer a"Guinea Pig" supo mantener.
Además no sólo tendremos a alguien grabándolo todo e interactuando con el resto de asesinos, sino que dos personas grabando, por lo que veremos todo a través de estas dos cámaras.
Empieza de la misma manera que "Guinea Pig 2", con unas personas cuya identidad nunca conocemos que persiguen y secuestran a dos chicas mientras uno de ellos lo graba. Las similitudes con "Guinea Pig 2" no acaban ahí, ya que más o menos siguen los mismos procedimientos que vimos en esa segunda parte de la saga japonesa. Su propósito no es torturar a las chicas y que lo sientas, que se retuerzan en la cama y griten de dolor, sino que las sedan para que no sientan nada, dejándolas medio despiertas e incapaces de moverse.
Por otro lado, la intencionalidad artística de estos asesinatos no está muy clara, y dista mucho de ser esa poesía sangrienta de "Guinea Pig 2", simplemente vemos que este grupo de asesinos se lo pasa bien y más que encontrar placer en el acto, manifiestan mucho interés en grabarlo, como si fuera algo primordial, por encima de su propio disfrute y de lo que quieren hacer con ambas chicas.
A destacar también los sonidos, muy perturbadores y que ayudan a crear atmósfera, particularmente ese sonido de fondo de herramienta u objeto afilado siendo arrastrado por el suelo o lo que suena cuando la pantalla se queda en rojo.
Con respecto al gore, lo cierto es que no encontré la película tan incómoda como "Guinea Pig 2", que sí que consiguió darme grima y náuseas con el desmembramiento. Lo que le hacen aquí a las dos chicas es brutal y me gustó que la película no se dedicara tan sólo a homenajear las dos primeras "Guinea Pig", pero la escena de las muñecas no la vi tan impactante como en esa segunda parte de 1985 que tan bien recuerdo, ni siquiera más realista.
No es gore poco creíble, hay escenas bien logradas y las vísceras, la sangre, la escena de la boca y lo del ojo se ven bastante reales, cosa que tiene bastante mérito simplemente si tenemos en cuenta la distancia temporal existente entre la última "Guinea Pig" japonesa y este reinicio de la saga. Son veinticinco años y lo que impactaba en los ochenta ya en la actualidad no impresionaría tanto, pero esta versión americana se esfuerza en conseguir que nos creamos que es una película snuff y en ciertas imágenes (que no en todo) lo consigue.
No me ha gustado tanto como "Guinea Pig 2: Flowers of Flesh and Blood", pero me ha parecido un buen reinicio de la saga, una continuidad que se merecía y totalmente dispuesto a ver los siguientes capítulos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
No me gustó la escena en la que desollan a la segunda chica, la vi muy irreal. No es tan fácil separar la piel de la carne, y en la película lo hacen como quien quita el mantel de una mesa.
Mi escena favorita: Cuando sierran la boca de la primera chica para hacerle una sonrisa macabra y sólo se le ve la lengua colgando sin la mandíbula inferiores, y cómo la chica sigue viva y moviendo ligeramente la lengua. La mejor escena de la película, la más perturbadora.
Mi escena favorita: Cuando sierran la boca de la primera chica para hacerle una sonrisa macabra y sólo se le ve la lengua colgando sin la mandíbula inferiores, y cómo la chica sigue viva y moviendo ligeramente la lengua. La mejor escena de la película, la más perturbadora.
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