¿Los monstruos se crean o nacen? No es una historia que hable de un solo monstruo. Habla de muchos monstruos, incluso a veces somos nosotros mismos. Si no tienes nada que perder o puedes ganarlo todo, entonces los monstruos se hacen explícitos.

La interpretación es increíble. No porque mucha gente lo diga deja de serlo. Es magnífica. La dirección, la elección de los tonos de color, los personajes, el ritmo... me parece una obra de arte. No será una película de culto porque parece que para serlo debe de ser aplaudida fuera del público corriente, pero bajo mi punto de vista, lo es. Por lo que transmite y por bien hecha que está.

No entiendo las críticas negativas a esta película. Te puede aburrir la historia o resultar redundante e incluso socialmente censurable. Pero eso le pasa a muchas otras que se alaban sin cuartel, siendo de mucha peor calidad. En definitiva, es comercial pero es fantástica, logrando que coincidan opiniones entre la bancada snob y la del populacho.

Icíar es una directora comprometida y valiente. No solamente provoca películas de lo social, además les da una visión propia sin dejarse seducir por lo fácil y sí por lo que quiere contar y cómo lo quiere hacer. A mí me ha merecido siempre respeto por ello. Pero algunas pelis suyas no acaban de hacerme "tilín". Como me pasa con La Boda de Rosa.

La elección de los actores es estupenda y lo hacen muy bien. Una Candela Peña que hasta la serie Hierro había estado un tanto oculta para el público de calle, se presenta como lo que es, pura energía y eso hace que te olvides de Candela y solo veas a Rosa.

Sí me gusta la apuesta de hacer la tristeza obvia entre situaciones de cierta comedia. No me convenció el ritmo, aunque reconozco que no es nada fácil cuando todos los personajes tienen algo interesante que contar pero no son todos igual de interesantes para todo el mundo.

En un año con películas de Almodóvar y Amenábar puede llegar a olvidarse la que, para mí, es la mejor película nominada a los Goya.

Con actuaciones inconmensurables, un buen guión y una forma de contar las cosas entretenida, Intemperie ofrece un sobresaliente ejercicio cinematográfico. Caso aparte es Jaime López que me hizo pensar en si había visto a un niño mejor sobre una pantalla.

Es una peli que te hace sufrir, con personajes ya habituales en este tipo de historias pero muy bien encajados que hacen que te la creas de cabo a rabo. Una prueba más de que los premios no siempre se los llevan los mejores. Una pena no reconocer más trabajos de este tipo.

Por fin veo una peli de Almodóvar que me gusta en el siglo XXI. Harto de ver como cineastas de prestigio realizan sus últimas obras haciendo un refrito de éxitos pasados, o apuestan por hacer algo nuevo que ni entiendo ni me entretiene, me disponía a ver Dolor y Gloria. Y el caso es que me gustó.

Como suele suceder en todos los campos, siempre se hinchan las virtudes de obras creadas por un autor ya reconocido. Una de estas virtudes es la interpretación de Antonio Banderas. Aunque a mí me pareció una virtud correctamente halagada. Lo borda.

Bajo mi punto de vista, Almodóvar es un experto en hacer hincapié (hasta el esperpento) en ciertos aspectos de la trama que yo no veo tan atractivos. Eso es lo que me suele alejar de sus películas. Pero en este caso me parece que cuenta muy bien la historia.

Estas pelis hay que verlas para creerlas. Solo puedo decir que es un coñazo. Bastante lenta.

Te puede gustar o no, solo faltaba que no se pudiese opinar. Pero esta película está más lejos de ser buena que mala. La interpretación, siendo buena, lo es en una película de suspenso. Los planos, siendo buenos, no hacen a la peli más atractiva. Porque esta película pretende ser intimista pero lo cuenta mal. Se lía, se recrea en un personaje que pierde atractivo minuto a minuto y se hace sórdida. Con malos actores secundarios y con una trama que pretende no contarlo todo y no lo logra.