La película está llena de aspectos positivos. La música es buena, los actores lo hacen bien. La producción está cuidada y algunas imágenes (sobre todo delante de espejos) son realmente buenas.

Las dos protagonistas femeninas son dos bellezas pero ...

Un 8. Y no le pongo más porque es un poco irregular.

Algunos chistes son buenísimos y hay otros bastante sosos. Pero es que los buenísimos merecen la pena. Es puro humor absurdo. Del que se suele ver en algunas películas americanas pero muy poco en películas europeas.

Gerard Depardieu está realmente bien, creo que es un papel en el que puede encajar fácilmente

Lo que es curioso pero casi negativamente es el título. ¿Cómo se puede llamar RRRrrrr!!! ? En versión original porque en España se renombró a Caverrrrnícola perdiendo las RRR mayúsculas.
Con ese título hace muy difícil su búsqueda. ¿cuantas r's tiene el título? ¿3? ¿4? ¿mayúsculas?, ¿minúsculas?
Quizás la razón del título es seguir con el humor absurdo del resto de la cinta y poner uno de los pocos "nombres" de la época original.

Borat tiene un 50% con un humor incluso sano. Para acabar con todo el buenismo y todo lo políticamente correcto de nuestros días. De hecho ese humor es más necesario ahora en 2020 que en 2006.
Recuerda a veces a los Simpsons o a Padre de Familia porque no deja títere con cabeza y reparte a diestro y siniestro. Y lo hace desde el protagonista más impresentable y más burro que se puede imaginar. Aquí se dará otra vez la paradoja que para hacer humor de un tío tonto hay que ser muy listo. Véase también Mr Bean.

Para partirse como dice las siglas de EEUU, EEU Y U, U S Y EI , o como sea. Y lo dice constantemente.

Pero el otro 50% es humor caca, culo, pis. No creo que sea necesaria mucha inteligencia para eso y sinceramente estropea toda la película. Puede ser que no sea el 50% pero como si lo fuese.

Por tanto la media del 50-50 es un 4, por haber fastidiado una película que podía ser muy buena. Algo parecido a La vida de Brian, Aterriza como puedas, los hermanos Marx, ... pero en el siglo XXI