Goldeneye es una buena película de Bond, James Bond.
Además está marcada por muchos cambios y una gran modernización de la trama en comparación con las originales.
La acción está presente y mucho y aunque hay bastante diálogo, la película no aburre. Todo lo contrario. Interesa e incluso más. Aunque no llegue a un nivel sobresaliente.
Pierce Brosnan haría su mejor Bond, gracias a su genial interpretación en este debut ganaría muchísimos fans. Lo único malo es que su carrera como el agente secreto sería bastante irregular. Pero bueno.

De las mejores.

La primera entrega de Saw, no hace falta decir que es la mejor sin duda alguna, es una impresionante película, llena de suspense, que engancha a la primera y muy cercana a la perfección. Se aprecia el esfuerzo puesto en la película y la gran fuerza opresiva que la domina hasta en las escenas de exterior. Todos los personajes son muy atractivos y muy bien definidos. El guión es muy inteligente y sabe usar todos sus ases cuando debe. La música es acertadísima. Y el final es impresionante. Uno de los desenlaces más sorprendentes y mejor realizados. Sin dudas, un título a reivindicar.

La franquicia nos decepciona y terriblemente con esta insalvable cuarta entrega, que es una auténtica estafa, no hay por dónde cogerla, es ultra comercial, muy tramposa y sobra definitivamente de la saga. No ofrece respuesta, sólo más preguntas y encima la mayoría sin sentido. La pondría un 2, ó hasta un 3, pero me cabreó tanto esta ensaladilla rusa de vueltas y revueltas que se queda con el 1 más merecido en mucho tiempo.

Esta entrega es, junto con la sexta, de las mejores secuelas de la saga. Y desde luego, la entrega más fiel y la que más aclara cosas, sin cambiar absolutamente nada de la idea original. Eric Matthews es un personaje muy bueno, que pasaría a ser uno de los más importantes de la saga y aquí el asesino nos desvela su verdadera cara y también es el otro plato fuerte de la película. Y aquí, el sorprendente final logra dejarte en vilo, sorprendido y pegado a la butaca. Muy buena secuela.

James Bond ha ido degenerando con el paso de los años, hay que admitirlo.
Empezó muy bien, con un idóneo Sean Connery que dió en el clavo y firmó tres primeras películas geniales y dos más bastante buenas.
Durante la era Connery, hubo un atrevido George Lazenby, que fué capaz de destrozar una gran película como: "Al Servicio Secreto de Su Majestad" debido a su infumable Bond.
Luego llegó el, por aquel entonces, "santo" Roger Moore y protagonizó inexplicablemente siete entregas de la saga. Y digo inexplicablemente porque hizo un Bond paródico y bufón. Casi peor que el propio Lazenby.
Luego llegó un buen Timothy Dalton que sería un Bond más duro y creíble, muchísimo mejor que Moore y Lazenby. Pero no recibió el tratamiento necesario y sólo hizo dos entregas.
Pero luego aparecería Pierce Brosnan para resucitar la saga tras el fracaso comercial de la última de Dalton y para interpretar a un Bond más moderno y elegante, con presencia y fuerte carisma que fué sin dudas el mejor Bond detrás sólo de Connery. De hecho, tuvo un debut dorado (Goldeneye), aunque luego, sus sucesivas entregas fueron bajando de calidad.

Y ahora, nos reinventan el personaje de pies a cabeza, sin tener en cuenta nada del pasado. A partir de ahora, borrón y cuenta nueva. Y la verdad, les ha salido una reinvención magistral, a todos los niveles.
La acción no necesita tener efectos especiales abrumadores para ser apasionante y emocionante y en esta entrega se nos demuestra ese hecho.
El argumento es creíble 100% y eso satisface al espectador.
La dirección se nota y es increíble.
Y el nuevo Bond, llamado Daniel Craig, no es sólo mejor que Brosnan. Es definitivamente, y sin rival alguno, el mejor James Bond desde Sean Connery. Craig está justamente a su mismísima altura, incluso superándolo a veces.

Por tanto, Casino Royale supone un soplo de aire muy fresco a la saga, que constituye ser una de las grandes películas de la saga (si no es la mejor de todas) y que nos presenta a un nuevo actor haciendo de Bond, que definitivamente está aquí para quedarse.