No estoy muy familiarizado con la filmografía de ese aclamado director llamado Asghar Farhadi, de hecho esta es la primera película suya que veo.
"Todos lo saben" narra la angustiosa desaparición de una adolescente durante una boda en un pueblo madrileño. El evento reúne a familia y conocidos que deberán desenterrar su pasado más problemático para salvar la vida de la joven.
La película se basa primordialmente en una intriga que fluye más hacia el porqué en lugar de hacia el quien al tratar el director de centrar toda la carga narrativa en las complicadas relaciones sentimentales que unen a los tres protagonistas, Cruz, Bardem y Darín, quienes son los verdaderos pilares de una trama sostenida estupendamente por todo el reparto donde pueden encontrarse las caras más relevantes del panorama cinematográfico español.
Realmente eso es lo mejor de la película, sus actores, ya que la trama que si logra despistar y hacer dudar al espectador, termina resultando algo insulsa y pobre permaneciendo muy poco tiempo en mi memoria. Nada resulta realmente memorable o perturbador en este oscuro viaje a la España rural, bien ambientada aunque sin ir mucho más allá.
Diría que se trata de un film menor en donde no sucede nada realmente cautivador ni sorprendente al tratase de una mediocre mezcla de suspense y drama, éste último mucho más trabajado y el primero demasiado desmerecido y anticlimático.

Todos los años de ese gastado y generalmente lánguido poco sorprendente generó cinematográfico llamado terror suele destacarse un par de películas a las que se les otorga el título de "Película de Terror del Año". Ha pasado con The Conjuring, con It Follows, con The Babadook, con la aclamadísima Get Me Out.
Juraría que este año hay dos cintas que van a la cabeza de coronarse y son "Hereditary" y "Un Lugar Tranquilo". Solo el tiempo lo dirá.
Pero ahora centrémonos en la aplaudida y taquillera "Un Lugar Tranquilo" cinta que no auguraba el brutal éxito del que ha gozado debido a sus peculiaridades.
La película nos cuenta como una familia sobrevive en absoluto silencio en un mundo donde los humanos son las presas de unos monstruosos y horripilantes depredadores que cazan guiados por cualquier sonido. Todo esto se explica en cinco minutos con un comienzo brutal y muy inquietante que resulta lo mejor de la película.
La familia protagonista está compuesta por un magnífico grupo de actores, a destacar los padres. La bella Emily Blunt y el propio director de la película John Krasinski conforman un matrimonio fuerte pero vulnerable, condenados a sobrevivir para proteger a toda costa a sus hijos. Las escenas que comparten ellos dos son las más válidas de una película cuyo manejo del sonido es magistral. No hace faltan palabras para entender, sentir y transmitir lo que la Familia Abbot vive en su maltrecho día a día.
Pero... ¿Cual es el principal lastre de el film? Su irracionalidad, su guión que busca las situaciones de peligro nacidas de la estupidez de unos protagonistas colocados en una situación cuyo planteamiento es plasmado de forma tan brutal, tan de vida o muerte, que resulta injustificable ciertos comportamientos, llevados a cabo principalmente por los hijos.
Una idea tan potente, tan bien dirigida e interpretada goza de una escritura muy burda, muy poco meditada debido a una contextualización tan brutal que no deja hueco a giros irracionales que crispan pero no tensan, siendo esto último la verdadera consecuencia pretendida por ese incómodo y angustioso silencio.

Considero que desde hace tiempo Woody Allen ha puesto el piloto automático y ofrece películas por ofrecer, por seguir trabajando. Ninguna de sus últimas obras ha obtenido cierta relevancia y es posible que desde la pretenciosa Medianoche en Paris, el director no haya realizado ningún trabajo que valga la pena. Creo que falta pasión en sus películas, entrega. Su discurso es rutinario, sigue siendo poderoso, pero es el mismo de siempre e incluso antes de entrar a la sala de cine puedes llegar a saber que es lo que te van a contar.
Café Society, su anterior trabajo, me gustó, porque relataba una historia de amor predecible y sencilla pero sin cursilerías ni artificios. Allen cuenta siempre lo mismo pero al menos lo sigue contando bien.
En Wonder Wheel nos muestra como un affair con un socorrisa, trastoca la triste vida de una camarera residente en Coney Island, infelizmente casada y con un hijo pirómano. La película es muy simple y solo vale la pena por la lucidez de sus reflexiones sobre la vida vivida o deseada plasmadas brillantemente por una Kate Winslet que aguanta sola la película. Me gustan sus personajes y lo que representan pero la historia no exprime nada de jugo y se vuelve aburrida y hasta pesada. Es una película donde solo se puede destacar una actuación y una fotografía impecable, poco más. No hay cariño ni pasión. Wonder Wheel es tan predecible como los giros lentos y continuos de la noria que se alza sobre la existencia de los tristes protagonistas.

El personaje de la monja se incluyó en el último momento en el guión de Expediente Warren: El Caso Enfield. Su papel, a parte de servir para aterrorizar al público, tenía la misión de poner prueba la poderosa fe que esgrime el personaje protagonista de la película, Lorraine Warren, interpretada por Vera Farmiga la hermana mayor de la protagonista del film del que vamos a hablar.
La Monja es el nuevo spin-off de la serie de películas protagonizadas por los Warren. Hasta ahora Annabelle había acaparado todo el protagonismo más allá de las películas principales pero el éxito del secundario de lujo llamado Valak, ha tomado fuerza, derivando en su propia película.
La Monja nos cuenta como el misterioso suicidio de una monja en un convento de Rumanía lleva a un cura y a una novicia a investigar semejante suceso. Este terrible evento que menciono transcurre al principio de la película en una escena que dura menos de cinco minutos, luego hay una introducción, una sucesión de escenas cuyo objetivo es asustar, otros cinco minutos de trama y el acto final que son más sustos sucesivos. La historia es tan escasa, está tan pobremente desarrollada que no contribuye a que la película inquiete y consiga construir un personaje que provoque pavor más allá de su aspecto físico.
También hay que destacar el pestazo a cutre de los decorados y de algunos detalles (amanece y anochece en dos minutos, el trailer destripa muchísimos sustos, los protagonistas son imbéciles y los decorados son muy chapuceros, sobretodo cuando en un convento rumano aislado en las montañas tiene una puerta que pone "Delivery", sí en inglés).
Lo único que puede alabarse es el carisma de Taissa Farmiga que ensombrece a un Demian Bichir histriónico. Ojalá suceda como con Anabelle Creation, que consiguió superar con creces a su pésima predecesora.

Últimamente gracias, en su mayoría, a las plataformas streaming parece que el género adolescente está resucitando poquito a poquito. Estos últimos meses se ha podido escuchar hablar de series y películas como la polémica Insaciable, la popular Élite, la romanticona Love, Simon o incluso del venidero reboot protagonizado por Sabrina Spellman.
En este mejunje podemos contemplar las distintas formas de tratar la adolescencia. Algunas deciden hacerlo de forma disparatada y cómica, otras en tono de thriller, últimamente el más de moda, y otras prefieren darle un giro más terrorífico. Personalmente a mi, este ultimo es el que más me gusta.
Déjame Entrar, Teeth e incluso Crudo, son películas que plasman sobre la pantalla una versión de la adolescencia lejos de esos institutos plagados de sexo y físicos de portada de revista. Aquí la adolescencia es una etapa tenebrosa, incomprensible de la cual se desea escapar. Suele escenificarse en pueblos remotos donde los viernes por la noche no puede hacerse otra cosa que beber en el destartalado sótano de tus padres.
Los ligeros pasos que Slender Man encamina hacia esa exposición de la adolescencia me gustan, lástima que no se hagan notar mucho más, sobre todo porque el misticismo creado en torno a la criatura que da nombre a la película ni interesa, ni asusta. Con una impecable estética que bebe directamente de clásicos del horror como The Ring o The Babadook, la película muestra los encuentros paranormales de un grupo de adolescentes acosadas por el trajeado Slender Man, que lejos de aterrar, lo único que consigue es aburrir. Una pena que la simpleza de este mito de Internet sea convertida en un inconveniente que permite dejar hueco al aburrimiento en lugar de a una buena y turbia versión de nuestros años mozos.