Es el futuro del futuro que se imaginaron en el pasado, el futuro del 2049 es viejo y sucio, mas viejo y sucio que en su supuesto 2019, y esto es genial, primera pauta, Villenueve entendió a la perfección el universo de Blade Runner y lo ha llevado a 30 años en su futuro, y todo a cambiado, y la cinta entiende eso en cada uno de sus apartados, la música, la escenografía, la tecnología, los replicantes y las aspiraciones de los personajes no son las mismas que en la cinta original, y eso es lo que define a una secuela excelente, es una historia que no sucede apenas al terminar la primer cinta, sino 30 años después.
Visualmente es bellisima, el trabajo de fotografía es hermoso, (a veces demasiado, llevándose la atención).
Las actuaciones y personajes son sólidos, tal vez el punto mas bajo sea Leto, pero bajo para una vara bastante alta.
El ritmo de la película (que es larga en comparación de lo que estamos viendo últimamente en salas comerciales) es detenido y pausado, se toma su tiempo en detalles que en un principio parecen innecesarios pero no se engañen, nada sobra en esta película (solo un elemento que va a los spoilers)
Lo malo; se puede leer entre lineas un rotundo LO VAMOS A CONVERTIR EN UNA SAGA YA MISMO, y eso rara vez termina bien.

Cuando en 1996 estrenaron la Scream original, su estilo meta narrativo fue un viento fresco para el Slasher, un género que venía en decadencia y al que ya poco se le podía explotar, y todos sabemos lo que sucedió; secuelas, sagas nuevas cada cual peor que la anterior, el terror adolescente y slasher había resurgido, para bien o para mal pero con muchas horas de entretenimiento para los que gustamos de este género. Pero Scream, la original se quedó en nuestros corazones como esa película muy superior a lo que se estaba haciendo entonces y lo que se haría luego, y cada año en retrospectiva se hace mejor.
Pero bueno, este es un comentario sobre la Scream de 2022, que para hacerla corta, es una película divertida que sabe a lo que está jugando; esta vez la meta-narrativa explota y se burla lo que ella misma es, de hecho se enfoca mucho más en eso que en dar miedo, toda la cinta se esfuerza en recordarte que es una película, lo que hace que la inmersión en ella no sea la misma, hay poco suspenso, poca violencia, casi nada de terror, pero no creo que los treintañeros como yo estemos buscando eso si vamos a ver Scream.
No van a poder otra vez, no va a traer una nueva era del genero, Scream 5 es demasiado espiritualmente conclusiva como para sacarle algo más que valga la pena. En esta entrega creo que lograron entender que era lo que hizo especial a la del 96, lograron un buen producto y un homenaje digno, pero ya no hay mucho mas que eso.
En fin, es disfrutable, divertida, entretenida, la mejor de las secuelas y los vástagos de otras sagas.

Para empezar hay que decir que Adam Sandler parece haber encontrado un registro actoral cómodo, sin necesariamente ser destacable al nivel de Uncut Gems este Adam apto y correcto para una drama ligero es algo que al menos a mi me hace un poco más feliz.
Hustle no deja de ser un drama ligero, con un mensaje moralizador que roza la autoayuda más naif, podría haber sido más, si, pero claramente no fué la intención, no se mueve de la comodidad de un simplón "todos tus sueños son posibles", pero si eso molesta es mas bien un problema mío, la película sabe llevar esa idea sin ser absurda, ni aburrida, más bien todo lo contrario.
Sin sobresalir en nada, tampoco en nada desentona, todo es correcto, la música, la fotografía, las actuaciones, el ritmo, todo está dentro de lo esperable de una película de hazañas deportivas, talvez es el carisma de Sandler y la gigantesca pero enternecedora presentación de Hernangomez lo que la hacen realmente disfrutable.

Un sermón de 90 minutos, ofensivamente superficial. Debe sentirse tonta hasta para los creyentes. Se tienta a ser filosófica o existencialista pero poco aporta de eso a un dialogo que es prácticamente unilateral, donde el personaje de Jackson propone y el de T. L Jones solo responde impávido. Un tema que dá para mucho más pero se desaprovecha, o mejor dicho se ignora en virtud de su intención "predicadora".
Igualmente se deja ver, la apuesta por la escenografía minimalista de una sola locación le dá el toque teatral en respeto y homenaje a la fuente original de su guion.
Más allá de eso se apoya totalmente, y de muy buena manera en la interpretación de Tommy Lee Jones y Samuel L. Jackson, sobre todo en la brillantez del segundo que se come el guion y te arrastra a verte toda la película sin que se sienta aburrida o pesada en ningún momento.