Estupenda película con unos actores maravillosos de los que destacaría a un genial John Gielgud en el personaje de Julio César. Muy bien también Charlton Heston quien demuestra por enésima vez su altura para los personajes de gran profundidad.
Tras verla me quedé con una impresión agradable: había visto una buena película.

“La hija de Dios” es la peor película que he visto en mucho tiempo. Un auténtico embrollo deslavazado, sin pies ni cabeza, que para colmo de males pretende alcanzar el ámbito de lo sobrenatural. La aparición de una especie de monigote que va hablando a Ana de Armas es para especialistas en análisis freudiano. A mí me sobrepasa. Keanu Reeves y Mira Sorvino deben de tener muchas facturas que pagar para aceptar meterse en un bodrio de este nivel.

Los humanos somos capaces de las mayores atrocidades mientras que los animales siguen su instinto natural. Lo mejor de esta digna película italiana es, de largo, Mimsy Farmer, que aquí interpreta al personaje de Jill Travers, una fotógrafa norteamericana. La primera aparición de la Farmer, cámara en ristre, es deliciosa. Por cierto, hay alguna escena que recuerda a "Los pájaros", de Hitchcock. Lo mejor de la película es la parte final. Sólo por gozar de la presencia de Mimsy Farmer vale la pena ver la película.

Entretenida película inspirada en los tiempos del Imperio Romano. En la película se ilustran valores cristianos como en otras películas de la misma época como Quo Vadis? (1951) o Ben-Hur (1959). Aquí tenemos la ocasión de ver a Jorge Mistral, lo cual siempre es un placer por lo buen actor que era, junto con la bella Gianna Maria Canale. Se trata de una película sin grandes pretensiones pero que cumple perfectamente con su cometido de entretener.
Por cierto, para disfrutar de una película que defienda los valores cristianos no hace falta ser una vieja con rosario. El mismo respeto que uno pide para sí lo tiene que tener con los demás.
En suma, que la pueden ver todos, incluso los ateos, al igual que los cristianos también ven mucho cine ateo y anticristiano que se hace hoy en día.

La película tiene un magnífico ritmo, está muy bien interpretada, tiene unos paisajes espectaculares y, lo más importante de todo, cuenta una historia totalmente absorbente. Además, las escenas de montañismo están estupendamente rodadas. En fin, decir que he disfrutado viéndola.