Es que eso es lo único que se saca en claro con esta película, que a Coronado le gusta mucho conducir, y por eso pasa tanto tiempo en su coche. Y ahora va para aquí. Y ahora va para allá...

... y ahora para aquí...

... y, ahora... para allá...

Ah, y además le han pegado una marimba a su hijo que lo han dejado de verano. Pero bueno, mira, eso ya sí tal...
Es indignante, indignante, que haya dinero para financiar películas tan malas, tan pero que tan malas...

Hay películas que son un verdadero despropósito. También hay comedias que, teniendo en cuenta que el humor es una cuestión muy personal, tal vez no sean las indicadas para todos y cada uno de nosotros. Hay guiones iniciales que están mal construidos, y por supuesto también malísimas ideas presentadas en las reuniones de nuevos proyectos.

Y luego está esta... "cosa" (¿?), en la que, sorprendetemente, se dan todas las circunstancias al mismo tiempo.

Sinceramente, esta propuesta ya no es que sea una estupidez como un piano. De hecho, la historia da absolutamente igual, porque si algo sabemos los que nos dedicamos a contar historias es que lo que importa no es el "qué", sino el "cómo". No importa que se trate de una historia mil veces contada (supuestamente, la del conflicto generado entre amantes de distintos estratos sociales, aunque después, y para sorpresa de nadie, demarre en una especie de alegato sobre la reinvención y el empoderamiento), no importa ni siquiera que llegue un poco tarde, si al final la historia tiene un "cómo" original, fresco, diferente... O al menos entretenido. El problema está en que, por desgracia (por desgracia para la cinematografía española y, sobre todo, para los incautos que, como yo, tengan la mala suerte de cruzarse en el camino de esta memez), en esta propuesta no hay absolutamente nada de eso. Y ojo, que si me refiero a este engendro como "propuesta" es por llamarle de alguna manera no excesivamente agresiva, cuando, en realidad, la irritación que provoca es tanta que bien se merecería llamarla de mil maneras mucho peores...

Porque en realidad la película es eso, todo lo malo que a uno se le pueda ocurrir. Comenzando por la propia idea propuesta, de un nivel de planteamiento, desarrollo y resolución absolutamente bochornoso (con total sinceridad, estoy seguro de que en los colegios de primaria habrá redacciones con mayor interés y credibilidad narrativa que esta estupidez), y siguiendo, muy especialmente por el guion. Cuando tu trabajo es precisamente este, diseñar y contar historias de ficción, resulta absolutamente indignante contemplar semejante nivel de incompetencia, de zafiedad y de torpeza en un guion como el que se muestra en esta película. ¡¿Pero qué despropósito es este?! Una comedia de brocha ya no gorda, sino inmensa, torpe, llena de prejuicios y estereotipos absolutamente desfasados, construidos desde la superioridad que solo da la ignorancia (hombre, por dios, ¡que en el pueblo solo faltaba Marianico el Corto! ¿Cuánto hace que la guionista no se da un paseo por cualquier pueblo actual?), pero, eso sí, con la cuota de corrección política ajustada, el mensaje de superación personal, comprensión e integración metido con calzador, e incluso con su momentito de autoayuda... ¡Por favor, tremenda estupidez!

Al final, lo más triste de todo es la sensación que te deja en el ánimo: por muy mala que sea en su totalidad (algo que, sin duda, cualquier profesional habría visto ya desde su planteamiento inicial), para que este guion se convirtiese en película pasó por varios procesos de propuesta, selección, producción... Y en todos ellos hubo alguien que dijo "¡Adelante!" Y eso es algo muy preocupante... Porque no hay más que echarle un vistazo (uno rápido llega y sobra) al tipo de producciones que nos están ofreciendo, muy especialmente desde A3Media, para sacar conclusiones: si este es el nivel medio de la oferta, tal vez sea porque el de la demanda no ande muy lejos. E, insisto, eso es muy preocupante. Porque o bien es lo que pedimos como sociedad (lo cual dice muy poco bueno de nosotros), o bien es en lo que nos quieren convertir, público zafio, burdo y estúpido, al nivel de lo propuesto en este guion (lo cual dice muy poco bueno de hacia dónde vamos...).

Pocas veces una (pretendida) comedia me había dejado una sensación tan triste en el cuerpo...

Es absolutamente indecente, una auténtica tomadura de pelo al espectador. Todo en esta serie es insostenible. El desarrollo de la trama, las reacciones, los diálogos... Absolutamente todo. No hay por dónde cogerla, y, de hecho, es tan mala que ni siquiera se merece malgastar ni un kb más para comentar semejante despropósito. Tan solo un pequeño detalle más:

Cuando uno comete el error de asomarse a semejante desecho narrativo, del final apenas espera mucho. Tan solo que, del mismo modo que se ha venido desarrollando la trama (o sea, lamentablemente), el final sea... Pues eso, un final lamentable. Pero esta serie es tan mala, tan rematadamente mala, y tan indecente para con el espectador, que, cuando por fin llega el final...

Un despropósito gigantesco, construido de una manera tosca, con la sutileza que solo cabría esperar de un macaco borracho empuñando una brocha, donde todos todos todos los personajes son puro arquetipo. Vamos, por no decir que son imbéciles perdidos, diseñados nada más que para buscar la más fácil reacción por parte de los espectadores. Purísima basura, una auténtica estafa...

Desde luego, con lo grande que es Alaska, y éstos dos van a caer justo en el jardín del único oso que no estaba hibernando... ¡Ya es mala leche! El amigo Baldwin que haga lo que quiera. Pero hombre, Hannibal, con lo que tú has sido... (Bueno, oye, un pretexto como otro cualquiera para volver a ver "El silencio de los corderos", no hay mal que por bien no venga!).