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9
20 de agosto de 2011
20 de agosto de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
"No hay peor ciego, que el que no quiere ver".
Dirigida por Milton Katselas y escrita por Leonard Gershe, basada en su propia obra de teatro homónima, "Butterflies Are Free" es una expresión a la libertad en todos los sentidos.
Don Baker (Edward Albert) es un joven ciego de unos 22 años (edad real del actor al filmar la cinta), que acaba de independizarse y vive en un viejo apartamento en la ciudad de San Francisco, California (Estados Unidos). En la habitación contigua se muda Jill Tanner, una joven de 19 años, alegre y despreocuoada (Goldie Hawn), que anteriormente había sido hippie y había estado casada. Ambos empienzan a conocerse y a aprender el uno del otro, sin mencionar el mundo que descubren a través del punto de vista del otro.
El tercer personaje clave es la madre de Don, la señora Baker (Eileen Heckart), una mujer sobreprotectora, amorosa y autoritaria, que está totalmente en contra con la relación que han entablado Don y Jill.
La película fue candidata a la Mejor en Comedia o Musical en los Golden Globe y a 3 premios Oscar, ganando uno de ellos. Las actuaciones de los tres personajes es extraordinaria, todos cumplen a cabalidad con su objetivo de transmitir todas las emociones de sus personajes. Edward Albert fue candidato a dos Golden Globe, como Mejor Actor en Comedia o Musical y como "El Recién Llegado Más Prometedor" (Mejor Nueva Estrella), ganado este premio; Goldie Hawn en la categoría homónima femenina y Eileen Heckart, aunque no fue candidata a un Golden Globe, ganó el Oscar a la Mejor Actriz de Reparto que en mi opinión fue merecidísimo, pues su interpretación, desde cualquier punto de vista, fue inmaculada: cada disgusto, cada ironía, cada expresión de amor y preocupación hacia su hijo... ¡Excelente!
La película es preciosa, llena de sabiduría y de mensajes de autosuperación y aceptación. Aunque muy sencilla, es toda una joya. Recomendable para pasar un buen rato con los ánimos están por los suelos.
Dirigida por Milton Katselas y escrita por Leonard Gershe, basada en su propia obra de teatro homónima, "Butterflies Are Free" es una expresión a la libertad en todos los sentidos.
Don Baker (Edward Albert) es un joven ciego de unos 22 años (edad real del actor al filmar la cinta), que acaba de independizarse y vive en un viejo apartamento en la ciudad de San Francisco, California (Estados Unidos). En la habitación contigua se muda Jill Tanner, una joven de 19 años, alegre y despreocuoada (Goldie Hawn), que anteriormente había sido hippie y había estado casada. Ambos empienzan a conocerse y a aprender el uno del otro, sin mencionar el mundo que descubren a través del punto de vista del otro.
El tercer personaje clave es la madre de Don, la señora Baker (Eileen Heckart), una mujer sobreprotectora, amorosa y autoritaria, que está totalmente en contra con la relación que han entablado Don y Jill.
La película fue candidata a la Mejor en Comedia o Musical en los Golden Globe y a 3 premios Oscar, ganando uno de ellos. Las actuaciones de los tres personajes es extraordinaria, todos cumplen a cabalidad con su objetivo de transmitir todas las emociones de sus personajes. Edward Albert fue candidato a dos Golden Globe, como Mejor Actor en Comedia o Musical y como "El Recién Llegado Más Prometedor" (Mejor Nueva Estrella), ganado este premio; Goldie Hawn en la categoría homónima femenina y Eileen Heckart, aunque no fue candidata a un Golden Globe, ganó el Oscar a la Mejor Actriz de Reparto que en mi opinión fue merecidísimo, pues su interpretación, desde cualquier punto de vista, fue inmaculada: cada disgusto, cada ironía, cada expresión de amor y preocupación hacia su hijo... ¡Excelente!
La película es preciosa, llena de sabiduría y de mensajes de autosuperación y aceptación. Aunque muy sencilla, es toda una joya. Recomendable para pasar un buen rato con los ánimos están por los suelos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La parte en la que la señora Baker (Eileen Heckart) le da la manzana a Jill (Goldie Hawn) es una de las más graciosas e incluso originales (desde esa perspectiva) que he visto en un largometraje.

6,8
1.260
8
18 de agosto de 2011
18 de agosto de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me motivó ver el filme por el Oscar que obtuvo Richard Dreyfuss como Mejor Actor; me esperaba encontrar con un buen largometraje y he conseguido uno notable.
La trama se centra en Paula McFaden (Marsha Mason) y su hija de 10 años, Lucy (Quinn Cummings) al ser abandonadas por Oliver, el novio casado de esta, por irse a Los Ángeles a trabajar como actor. Paula queda devastada con otra relación que no ha funcionado y se siente terrible no solo como mujer, sino como madre por el terrible ejemplo que cree que le da a su hija. Resulta que antes de marcharse, Oliver subarrendó el apartamento a un antiguo colega y amigo, Oliver Garfield (Richard Dreyfuss), que acude a New York para interpretar a Enrique III en una obra teatral, sin consultárselo a Paula.
De ahí, el filme pasa a desarrollar la convivencia entre los tres habitantes del lugar, ya que ninguno de los dos decide marcharse, así que llegan a un acuerdo para vivir juntos.
La película tiene aire de comedia romántica de antaño, es preciosísima y espectacularmente interpretada. Richard Dreyfuss defiende bien su papel, en especial al interpretar una versión moderna de Enrique III, realmente le resulta y le sale fantástico. Por otro lado la sensacional Marsha Mason, que tiene más tiempo en pantalla que nadie más, esto le da oportunidad de desarrollar su papel de manera estupenda. Al contemplarla, de inmediato me cautivó; me volví un fiel admirador, y de verdad que estaba de Oscar, pero precisamente ese año las cinco candidatas estaban inmaculadas, y la actuación de Mason fue quizá la más simple y "natural" (aunque no fue excusa para la de Diane keaton en "Annie Hall" (1977), la ganadora ese año, que iba por la misma vía, aunque su enorme carisma, ingenio y novedad pudieron rescatarla). Me consuela que ella y Keaton hayan empatado en los Golden Globe como mejor Actriz en una Comedia o Musical.
Quinn Cummings, que hace de la hija de Mason, tiene un buen papel: su sabiduría sorprende mucho al igual que sus expresiones, y es totalmente adorable. Pero creo que es una de las actuaciones infantiles más débiles que han optado a un Oscar, comparándola con otros infantes que junto a ella han compartido el honor de ser candidatos (díganse la fantástica Mary Badham de "To Kill a Mockingbird" (1962), el sorprendente Justin Henry de "Kramer vs. Kramer" (1979) o el maravilloso Haley Joel Osment de "The Sixth Sense" (1999)), pues no tiene ningún momento especialmente suyo, que te haga recordarla concretamente al final del filme, aunque destaco que hizo un trabajo formidable.
Definitavemente, un buen filme que les hará pasar un rato muy agradable. Una de las comedias románticas más hermosas y dulces de todos los tiempos. Recomendada para un buen San Valentín o aniversario.
La trama se centra en Paula McFaden (Marsha Mason) y su hija de 10 años, Lucy (Quinn Cummings) al ser abandonadas por Oliver, el novio casado de esta, por irse a Los Ángeles a trabajar como actor. Paula queda devastada con otra relación que no ha funcionado y se siente terrible no solo como mujer, sino como madre por el terrible ejemplo que cree que le da a su hija. Resulta que antes de marcharse, Oliver subarrendó el apartamento a un antiguo colega y amigo, Oliver Garfield (Richard Dreyfuss), que acude a New York para interpretar a Enrique III en una obra teatral, sin consultárselo a Paula.
De ahí, el filme pasa a desarrollar la convivencia entre los tres habitantes del lugar, ya que ninguno de los dos decide marcharse, así que llegan a un acuerdo para vivir juntos.
La película tiene aire de comedia romántica de antaño, es preciosísima y espectacularmente interpretada. Richard Dreyfuss defiende bien su papel, en especial al interpretar una versión moderna de Enrique III, realmente le resulta y le sale fantástico. Por otro lado la sensacional Marsha Mason, que tiene más tiempo en pantalla que nadie más, esto le da oportunidad de desarrollar su papel de manera estupenda. Al contemplarla, de inmediato me cautivó; me volví un fiel admirador, y de verdad que estaba de Oscar, pero precisamente ese año las cinco candidatas estaban inmaculadas, y la actuación de Mason fue quizá la más simple y "natural" (aunque no fue excusa para la de Diane keaton en "Annie Hall" (1977), la ganadora ese año, que iba por la misma vía, aunque su enorme carisma, ingenio y novedad pudieron rescatarla). Me consuela que ella y Keaton hayan empatado en los Golden Globe como mejor Actriz en una Comedia o Musical.
Quinn Cummings, que hace de la hija de Mason, tiene un buen papel: su sabiduría sorprende mucho al igual que sus expresiones, y es totalmente adorable. Pero creo que es una de las actuaciones infantiles más débiles que han optado a un Oscar, comparándola con otros infantes que junto a ella han compartido el honor de ser candidatos (díganse la fantástica Mary Badham de "To Kill a Mockingbird" (1962), el sorprendente Justin Henry de "Kramer vs. Kramer" (1979) o el maravilloso Haley Joel Osment de "The Sixth Sense" (1999)), pues no tiene ningún momento especialmente suyo, que te haga recordarla concretamente al final del filme, aunque destaco que hizo un trabajo formidable.
Definitavemente, un buen filme que les hará pasar un rato muy agradable. Una de las comedias románticas más hermosas y dulces de todos los tiempos. Recomendada para un buen San Valentín o aniversario.

6,8
21.888
10
28 de marzo de 2013
28 de marzo de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace unos 6 años tuve una inmensa curiosidad, mientras hacía una reseña sobre los premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, por ver este largometraje, pues fue galardonado con 5 de los más importantes. No pude hacerlo hasta 4 años más tarde. La anticipación era más o menos inconmensurable. Me encontré ante una de las películas más hermosas y sencillas que he visto jamás. El tema de la rebuscada relación madre-e-hija, toma matices distintos en esta emotiva cinta.
Aurora Greenway (Shirley MacLaine) y su hija, Emma Horton (Debra Winger) nos llevan por poco más de dos horas por un camino lleno de sentimientos que abarca aproximadamente 30 años. Me sentí plenamente parte de la cinta, como el hijo abandonado de Aurora u otro amigo confidente de Emma.
La película es un despertar del espíritu: es aprender a seguir tu corazón; a tomar tus propias decisiones y atenerte a las consecuencias que estas puedan traer. Sentir que es tu vida, que la vives una sola vez, y que harás lo que creas que es conveniente para ti, aunque eso signifique alejarte de tu madre y, a lo mejor, del ideal o persona que estabas destinado a ser.
Un sendero donde, por evitar la soledad, eres capaz de abrirte a nuevas experiencias para intentar sentir latir tu corazón o una sonrisa en tu rostro.
Cómo eres capaz de defender tus ideas, tu matrimonio, tus hijos, aunque eso signifique ignorar lo que va mal y pretender que esa elección que hiciste, sigue siendo la mejor.
Quedarte con la sensación de que, a pesar de tus errores, valió la pena ir por esa vía, pues fue lo que soñaste. Aunque no salió como lo deseaste, estuvo allí, lo tuviste, lo tocaste, fue real y eso... no te lo quita nadie.
Impresionante Shirley MacLaine (Oscar a la Mejor Actriz y Golden Globe a la Mejor Actriz Dramática), y una más soberbia Debra Winger (en mi opinión ella debió ganar el Oscar y el Golden Globe, pues es mucho más natural y tiene las mejores escenas, les saca el mejor partido). Jack Nicholson se alzó con el Oscar al Mejor Actor de Reparto. Sentí, de alguna manera, que había visto su personaje con anterioridad en varias películas, algo así como el típico personaje que hace Robert De Niro, Al Pacino o Sylvester Stallone... Mención especial para Jeff Daniels (Flap Horton, el esposo de Emma) y los hijos de la pareja. John Lithgow tiene un pequeño papel que optó al Oscar al Mejor Actor de Reparto, aunque de verdad que no entiendo por qué lo nominaron. Debieron haber nominado a Daniels, en su lugar.
La película ganó otros tres Oscars: nada menos que Mejor Película, Mejor Director y Mejor Guion Adaptado, todos para el genial James L. Brooks.
Recuerdo haberla visto con mi madre y haber pasado un momento maravilloso: nos reímos y lloramos mucho juntos.
Totalmente recomendable, ¡no van a arrepentirse!
Aurora Greenway (Shirley MacLaine) y su hija, Emma Horton (Debra Winger) nos llevan por poco más de dos horas por un camino lleno de sentimientos que abarca aproximadamente 30 años. Me sentí plenamente parte de la cinta, como el hijo abandonado de Aurora u otro amigo confidente de Emma.
La película es un despertar del espíritu: es aprender a seguir tu corazón; a tomar tus propias decisiones y atenerte a las consecuencias que estas puedan traer. Sentir que es tu vida, que la vives una sola vez, y que harás lo que creas que es conveniente para ti, aunque eso signifique alejarte de tu madre y, a lo mejor, del ideal o persona que estabas destinado a ser.
Un sendero donde, por evitar la soledad, eres capaz de abrirte a nuevas experiencias para intentar sentir latir tu corazón o una sonrisa en tu rostro.
Cómo eres capaz de defender tus ideas, tu matrimonio, tus hijos, aunque eso signifique ignorar lo que va mal y pretender que esa elección que hiciste, sigue siendo la mejor.
Quedarte con la sensación de que, a pesar de tus errores, valió la pena ir por esa vía, pues fue lo que soñaste. Aunque no salió como lo deseaste, estuvo allí, lo tuviste, lo tocaste, fue real y eso... no te lo quita nadie.
Impresionante Shirley MacLaine (Oscar a la Mejor Actriz y Golden Globe a la Mejor Actriz Dramática), y una más soberbia Debra Winger (en mi opinión ella debió ganar el Oscar y el Golden Globe, pues es mucho más natural y tiene las mejores escenas, les saca el mejor partido). Jack Nicholson se alzó con el Oscar al Mejor Actor de Reparto. Sentí, de alguna manera, que había visto su personaje con anterioridad en varias películas, algo así como el típico personaje que hace Robert De Niro, Al Pacino o Sylvester Stallone... Mención especial para Jeff Daniels (Flap Horton, el esposo de Emma) y los hijos de la pareja. John Lithgow tiene un pequeño papel que optó al Oscar al Mejor Actor de Reparto, aunque de verdad que no entiendo por qué lo nominaron. Debieron haber nominado a Daniels, en su lugar.
La película ganó otros tres Oscars: nada menos que Mejor Película, Mejor Director y Mejor Guion Adaptado, todos para el genial James L. Brooks.
Recuerdo haberla visto con mi madre y haber pasado un momento maravilloso: nos reímos y lloramos mucho juntos.
Totalmente recomendable, ¡no van a arrepentirse!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La escena de despedida de Debra Winger, en la sala de hospital, es de las más conmovedoras que he visto jamás. Mi madre y yo lloramos a cántaros. He visto las película unas cuatro veces y siempre, esa escena y cuando se despide de sus hijos, conmueven lo más profundo de mi ser.
10
2 de julio de 2011
2 de julio de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de la muerte de su marido a causa de un infarto, su vida, Nancy Botwin (Mary-Louise Parker), decide vender yerba para mantener su estilo de vida. Ella tiene dos hijos: Silas (Hunter Parrish), en ocasiones irresponsable, perezoso y obsesionado con el sexo; y Shane (Michael Gould), a quien se le puede colocar en la misma posición de su hermano mayor, aunque es más inseguro y hará lo que sea por encajar, además de ser protagonista de situaciones que provocarán las más resonantes carcajadas.
Dentro de la familia encontramos al tío bueno-para-nada, Andy (Justin Kirk), cuñado de Nancy, bastante holgazán, brusco, sincero y obsesionado con el sexo (¿será genético?).
Un personaje destacadísimo es el de Celia Hodes (Elizabeth Perkins), vecina de Nancy, bastante recta, cruel con su esposo, Andy Miller (Dean Hodes) y su hija, Isabelle (Allie Grant), a quien presiona mucho porque baje de peso y sea una típica "chica plástica estadounidense" obsesionada con su cara y cuerpo. Su personaje padece de cáncer y se hace una importante figura política distrital.
Conrad Shepard (Romany Malco), antiguo amigo de Andy y futuro socio de Nancy, Heylia James (Tonye Patano), quien inicialmente le vende la droga a Nancy, así como Doug Wilson (Kevin Nealon), contador y amigo de Nancy, sobresalen bastante.
La serie es muy "Showtime", eso de mezclar situaciones bastante dramáticas y darles ligeros toques de humor (en ocasiones muy negro) funcionando con creces. El guión es excepcional y las actuaciones inmaculadas: Mary-Louise Parker brillante, parece que nació para interpretar ese rol (ganó un Golden Globe por la primera temporada), Elizabeth Perkins le roba cámara en muchas ocasiones, su cinismo es impresionante (ha sido candidata a tres Emmys y dos Golden Globes), y el siempre espectacular Justin Kirk (candidato al Golden Globe por la segunda temporada) tiene para mí el mejor personaje, que aunque parezca repetido, de esos que ya se han visto, lo hace todo tan fuera de lo normal que es simplemente genial.
Las situaciones se harán complicando de manera descomunal a medida que pasen las temporadas, desde enfrentamientos con bandas, abortos, encarcelamientos, judaísmo y persecuciones policiales hasta típicas situaciones cotidianas como que la criada inmigrante busque yerba por la casa para chantajear a su jefa...
Excelente, es de lo mejor que he visto. 100% recomendable.
Dentro de la familia encontramos al tío bueno-para-nada, Andy (Justin Kirk), cuñado de Nancy, bastante holgazán, brusco, sincero y obsesionado con el sexo (¿será genético?).
Un personaje destacadísimo es el de Celia Hodes (Elizabeth Perkins), vecina de Nancy, bastante recta, cruel con su esposo, Andy Miller (Dean Hodes) y su hija, Isabelle (Allie Grant), a quien presiona mucho porque baje de peso y sea una típica "chica plástica estadounidense" obsesionada con su cara y cuerpo. Su personaje padece de cáncer y se hace una importante figura política distrital.
Conrad Shepard (Romany Malco), antiguo amigo de Andy y futuro socio de Nancy, Heylia James (Tonye Patano), quien inicialmente le vende la droga a Nancy, así como Doug Wilson (Kevin Nealon), contador y amigo de Nancy, sobresalen bastante.
La serie es muy "Showtime", eso de mezclar situaciones bastante dramáticas y darles ligeros toques de humor (en ocasiones muy negro) funcionando con creces. El guión es excepcional y las actuaciones inmaculadas: Mary-Louise Parker brillante, parece que nació para interpretar ese rol (ganó un Golden Globe por la primera temporada), Elizabeth Perkins le roba cámara en muchas ocasiones, su cinismo es impresionante (ha sido candidata a tres Emmys y dos Golden Globes), y el siempre espectacular Justin Kirk (candidato al Golden Globe por la segunda temporada) tiene para mí el mejor personaje, que aunque parezca repetido, de esos que ya se han visto, lo hace todo tan fuera de lo normal que es simplemente genial.
Las situaciones se harán complicando de manera descomunal a medida que pasen las temporadas, desde enfrentamientos con bandas, abortos, encarcelamientos, judaísmo y persecuciones policiales hasta típicas situaciones cotidianas como que la criada inmigrante busque yerba por la casa para chantajear a su jefa...
Excelente, es de lo mejor que he visto. 100% recomendable.
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