Pixar, esa compañía que un día volvió a poner a Disney en el mercado de la animación, que había dado cinco pasos hacia delante en los filmes de animación, ahora no retrocede pasos, si no kilómetros.

Una animación perfecta, un acabado de lujo, y un buen planteamiento inicial... lastima que todo eso, sea la antesala a una película llena de tópicos, totalmente previsible manteniendo al espectador en un constante deja-vu
¿Se habrán quedado sin ideas? ¿no les da la sensación de haber visto esta película antes?.

Un repaso por todos los tópicos, de los que solo se echa en falta uno: los dos amigos que se enfadan y la consiguiente cancioncilla triste con imágenes de cada uno de ellos sufriendo la falta del otro... una pena que no lo tuvieran en cuenta.

Y que decir del doblaje... pésimo, chistes forzados y absurdos, como el de Fernando Alonso o el de Michael Schumacher, que solo esbozaran una sonrisa a los individuos infectados con el virus de la Alonso-manía