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España España · Zaragoza
Críticas de Peliculero2
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Críticas 9
Críticas ordenadas por utilidad
5
31 de agosto de 2011
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace ya algunos años que sigo con interés la obra cinematográfica de Ken Loach, a lo cual hay que sumar que siempre he pensado de él que es un director al que se le da mucho mejor el cine social de trama contemporánea que el histórico. Películas como Lloviendo Piedras, Riff Raff, Mi nombre es Joe, La Cuadrilla o sobre todo Agenda Oculta creo que son muy meritorias, muchas de ellas sencillas pero entretenidas al tiempo que incitantes a la reflexión, bien construidas y con una puesta en escena más que creíble.

De ahí el chasco que fue para mí Pan y Rosas; la sinopsis inicialmente me hizo pensar que vería algo en la línea de los títulos citados, y desde luego la historia que se cuenta daba para algo así. Sin embargo, por una u otra razón, quizás la osadía de pretender aplicar un estilo tan sumamente realista como el de Loach a un contexto que a diferencia de las demás obras mencionadas en esta ocasión no era el que él vive día a día, o quizás simplemente por culpa de un guión y unas actuaciones poco esmeradas, el caso es que en mi opinión esta película no pasa del aprobado raspadito. Y gracias, porque cuenta una historia que tiene su correlato en la vida real y vale la pena conocer: eso es lo único que la salva. Todo lo demás, especialmente las actuaciones de los protagonistas, me resultan poco o nada creíbles. En fin, pequeña decepción con la faceta más prolífica y de mejor calidad del cine de Loach, la del cine social contemporáneo, afortunadamente corregida en lances posteriores. En cualquier caso un consejo: quienes deseen ver historias del mundo sindical llevadas al cine tienen auténticas joyas por las que empezar, encabezadas por La Sal de la Tierra, que con menos medios logra meter al espectador de lleno en la trama, sin permitirle salir hasta el desenlace. Y es más creíble en todos los aspectos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Peliculero2
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8
4 de noviembre de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quienes dicen que esta película es en realidad un conjunto mal ensamblado de sus partes...

Quienes dicen que no es una película sino un videoclip alargado...

Quienes la consideran un complemento del disco que la originó...

Sí, tenéis todos razón.

Y precisamente por eso:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Peliculero2
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9
4 de noviembre de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin lugar a dudas, la mejor película de Woody Allen y por extensión la obra cumbre de la comedia moderna (al menos de cuanto yo he visto), no sólo por tener un guión sólido, una buena cuota de personajes con gracia y una serie de gags sencillamente memorables, sino por integrar en ella de la mano de una dirección magistral toda una serie de elementos poco convencionales de la sintaxis cinematográfica con el mérito añadido de no hacerlo para exhibir esas rarezas sintácticas como fines en sí mismas, sino con la intención de darles un cometido concreto que cumplir en el conjunto general de la película, usándolas como herramientas y no como piezas de museo intelectualoide.

Cierto que parte de estas rarezas no son ni mucho menos invención propia de Allen: el falso raccord (romper la secuencia temporal lógica entre escena y escena) ya había sido alumbrado décadas antes por Godard, aunque de modo insoportablemente cargante, en Al Final de la Escapada.

Lo que no había hecho nadie, o al menos no de manera tan perfectamente integrada como Woody Allen, era coger estos recursos y darles un sentido que entroncase directamente con la parte discursiva de la película, fundiendo así la parte racional con la emocional, y es que, por seguir con el ejemplo de la técnica del falso raccord y el ritmo atropellado que produce, éste cobra todo el sentido que Godard no le supo dar cuando se aplica a una historia cuyo protagonista es un absoluto manojo de nervios.

También la idea de un argumento lineal y sin embargo seccionado y hasta cierto punto desordenado, a lo cual se suma que en cada segmento se nos presentan distintos alter egos de Harry para facilitar que la atención se mantenga bien fija en la pantalla, merece su particular alabanza.

Y si a todo esto le sumamos unos diálogos de una acidez divertidísima, sólo queda una cosa que decir: para quitarse el sombrero.

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-"Lo quiero en el orden correcto, si no no tiene gracia: átame, pégame y hazme un francés".
Peliculero2
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9
26 de agosto de 2011
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una sala de deliberaciones de un jurado. Tabaco, mucho calor y sudor. Doce hombres cabreados (como reza el título original). Y sobre la mesa, la vida de un chaval de dieciocho años que ha sido procesado por asesinato (de su padre, nada menos) y del que saben con certeza, porque así lo avisa el juez, que de hallarlo culpable irá a la silla eléctrica.

Ése es el punto de partida de esta obra de teatro filmada, en cuyo desarrollo vamos descubriendo críticas acendradas a la moral puritana sobre todo, pero también y más en general a la emisión de juicios de valor a la ligera, todas ellas formuladas desde el punto de vista del hombre tranquilo y ponderado que encarna Fonda y que, esforzándose por hacer a un lado sus propias emociones, trata de tomar distancia respecto a los hechos que juzga, observarlos críticamente y obrar desapasionadamente, debiendo fidelidad únicamente a lo que puede y a lo que no puede probarse, sin atender al criterio mayoritario cuando éste no le parece adecuado ni lógico.

Sí, 12 hombres sin piedad es una película contra la pena de muerte, incluso podemos considerarla un ataque duro contra la idiosincrasia del sistema judicial occidental (y más en particular del sistema estadounidense), pero no es un simple panfleto donde se consignan una serie de lemas más o menos justos. Con unos diálogos de verdad elocuentes, esta película constituye en realidad un alegato humanista en favor de la razón sin dogma como más alto valor social: es el perfecto vademecum del pensamiento crítico. No dejes que tus sentimientos intervengan cuando has de objetivar algo, no expongas ninguna idea que no se sustente en razonamientos lógicos o en evidencia consistente, y si pese a verlo claro te encuentras en minoría no te arredres ni pierdas los papeles, trata de hacerte entender con calma y perspicacia, y en último término asume que la Razón Absoluta no existe, ni para tí ni para los demás... Ésa es la moraleja de esta historia. Película de 9,4.
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Peliculero2
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