You must be a loged user to know your affinity with Roderick Usher
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred

7,4
2.903
9
29 de diciembre de 2012
29 de diciembre de 2012
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Especialmente compleja en lo moral, temático y profundidad de personajes, e inusualmente lírica en lo visual sobretodo por el tema tratado (se sitúa dentro del género criminal y de denuncia social) y por la época en que fue rodada: Año 1948, entre la película de época medieval: “El cazador de samuráis” y el melodrama: “Duelo silencioso”.
Kurosawa deja de lado la descripción de posibles acciones delictivas de los gángsters o de visiones sobre el funcionamiento del hampa (sólo vemos sus juergas, borracheras, apuestas de juego,...), en un Japón decadente de posguerra, que todo guionista no habría podido reprimirse en contar, para recrearse únicamente en los personajes y sus relaciones.
Contiene escenas inesperadamente bellas como son: El duelo de guitarras al caer la noche junto al estanque podrido, el beso del enfermo a la mujer fatal que le abandona en una preciosa elipsis visual, el sueño-pesadilla del enfermo en la orilla del mar, la pelea final entre los gángsters protagonistas (genial utilización de espejos e iluminación)llenos de pintura blanca, la muerte del protagonista entre telas de ropa colgadas al viento, la escena final de despedida entre la ayudante y el doctor.
Por poner alguna pega quizá de abusa de la insistente imagen del estanque o ciénaga podrida como metáfora recurrente, por si no te habías dado cuenta a la primera. Quizá dirigida a un público no acostumbrado a este tipo de recursos.
Resumiendo: Una película compleja, poética, valiente y nada complaciente. En definitiva, todo un espectáculo cinematográfico.
Frase: “Las mujeres como tú, hacen que haya hombres como él.”
Kurosawa deja de lado la descripción de posibles acciones delictivas de los gángsters o de visiones sobre el funcionamiento del hampa (sólo vemos sus juergas, borracheras, apuestas de juego,...), en un Japón decadente de posguerra, que todo guionista no habría podido reprimirse en contar, para recrearse únicamente en los personajes y sus relaciones.
Contiene escenas inesperadamente bellas como son: El duelo de guitarras al caer la noche junto al estanque podrido, el beso del enfermo a la mujer fatal que le abandona en una preciosa elipsis visual, el sueño-pesadilla del enfermo en la orilla del mar, la pelea final entre los gángsters protagonistas (genial utilización de espejos e iluminación)llenos de pintura blanca, la muerte del protagonista entre telas de ropa colgadas al viento, la escena final de despedida entre la ayudante y el doctor.
Por poner alguna pega quizá de abusa de la insistente imagen del estanque o ciénaga podrida como metáfora recurrente, por si no te habías dado cuenta a la primera. Quizá dirigida a un público no acostumbrado a este tipo de recursos.
Resumiendo: Una película compleja, poética, valiente y nada complaciente. En definitiva, todo un espectáculo cinematográfico.
Frase: “Las mujeres como tú, hacen que haya hombres como él.”

5,8
138
7
9 de septiembre de 2012
9 de septiembre de 2012
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Correcta, completa y ejemplar película negra de los años 40 que podríamos denominar de serie B. Ambientada en el negocio de las compañías proveedoras de fianzas a presos. Con la bella y fría Ella Raines y con nada menos que el pétreo rostro de George Raft que, en este caso, no hace del gangster que nos tenía acostumbrados, sino de un policía retirado que se dedica a sacar a la gente de la prisión a cambio de un pequeño porcentaje (en un papel que nos recuerda mucho a Bogart).
Buenos diálogos, buen ritmo y buena realización. Quizá, por decir algo, con poca acción y demasiadas escenas dialogadas que no dan respiro y obligan al espectador a estar permanentemente atento para no perderse en la trama. Algo a lo que no estarán acostumbrados la gran mayoría de los espectadores de hoy en día.
Una película sobre el amor, el honor, la amistad, la traición y la corrupción. En definitiva sobre todo aquello necesario para sobrevivir en un mundo hostil.
A destacar:
La excepcional escena introductoria inicial con voz en off. La magnífica escena en el registro del apartamento al notar la presencia de un antiguo amor en los objetos de la habitación. El plano expresionista de las sombras a través del cristal de una puerta en la identificación de un cadáver.
Buenos diálogos, buen ritmo y buena realización. Quizá, por decir algo, con poca acción y demasiadas escenas dialogadas que no dan respiro y obligan al espectador a estar permanentemente atento para no perderse en la trama. Algo a lo que no estarán acostumbrados la gran mayoría de los espectadores de hoy en día.
Una película sobre el amor, el honor, la amistad, la traición y la corrupción. En definitiva sobre todo aquello necesario para sobrevivir en un mundo hostil.
A destacar:
La excepcional escena introductoria inicial con voz en off. La magnífica escena en el registro del apartamento al notar la presencia de un antiguo amor en los objetos de la habitación. El plano expresionista de las sombras a través del cristal de una puerta en la identificación de un cadáver.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Una curiosidad sobre un dialogo, supongo que censurado en su estreno español, pues en el DVD no está doblado y sólo sale con subtítulos:
Policía: - Soy de la policía
Ella: - No me gustan los policías.
Policía (A George Raft): - ¿Le abofeteas tu o yo?
George Raft (a ella): No le gustan las chicas, su novia le envenenó.
Ella: - Lástima que no se curara.
Policía: - No me curé.
Policía: - Soy de la policía
Ella: - No me gustan los policías.
Policía (A George Raft): - ¿Le abofeteas tu o yo?
George Raft (a ella): No le gustan las chicas, su novia le envenenó.
Ella: - Lástima que no se curara.
Policía: - No me curé.

5,1
857
6
2 de noviembre de 2014
2 de noviembre de 2014
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Visión desmadrada, paranoica y febril a modo de pesadilla de la famosa noche en la Villa Diodati.
Se recomienda su visionado bajo los efectos del alcohol o de alguna droga similar, como el láudano u opio, a la que están puestos hasta las cejas los protagonistas de la película para, así, poder entrar en su atmosfera, disfrutar del surrealismo de algunas de sus imágenes y no quedar decepcionados por la falta de cohesión en sus escenas y argumento.
En definitiva una película creo que un tanto atropellada (ya desde el principio de la cinta) y excesiva a todos los niveles, aunque eso sí: 100% gótica como su propio título indica. Recomendable solo a seguidores, amantes del género y curiosos en general.
Para interesados en profundizar en las consecuencias de aquella noche, vidas e intereses de los personajes (Byron, Shelley y Polidori) y su obra posterior, acudir a la versión de Gonzalo Suárez “Remando al viento” de justo dos años después.
Se recomienda su visionado bajo los efectos del alcohol o de alguna droga similar, como el láudano u opio, a la que están puestos hasta las cejas los protagonistas de la película para, así, poder entrar en su atmosfera, disfrutar del surrealismo de algunas de sus imágenes y no quedar decepcionados por la falta de cohesión en sus escenas y argumento.
En definitiva una película creo que un tanto atropellada (ya desde el principio de la cinta) y excesiva a todos los niveles, aunque eso sí: 100% gótica como su propio título indica. Recomendable solo a seguidores, amantes del género y curiosos en general.
Para interesados en profundizar en las consecuencias de aquella noche, vidas e intereses de los personajes (Byron, Shelley y Polidori) y su obra posterior, acudir a la versión de Gonzalo Suárez “Remando al viento” de justo dos años después.

7,5
8.042
8
1 de mayo de 2012
1 de mayo de 2012
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
De toda la trilogía de la cavallería: “Fort Apache”(1948), “La legión invencible”(1949) y “Rio Grande” (1950) (a la que años más tarde habría que incorporar “Misión de audaces”), és “La legión invencible” la más intimista, nostálgica, evocadora y crepuscular de John Ford; no es extraño, pues, que a veces en diferentes entrevistas la considerara una de sus favoritas.
Esta es la historia de un crepúsculo, de un ocaso: El de una época que está desapareciendo y el de una vida. La vida de un hombre solitario, la del Capitan Brittles (magistralmente interpretado por John Wayne en, sin duda, una de las mejores actuaciones de toda su carrera). Una vida que ha sido consagrada a una misión , una misión que le da sentido a su vida y que está a punto de fracasar. Pero de la que aprovechará hasta el último minuto para remediarlo, aunque ésto pueda costarle un consejo de guerra.
Es una película que trata del tiempo, la soledad y un viaje no deseado “hacia el sol poniente, que es el final del camino de todos los hombres de su edad”: La jubilación. No es casual, por tanto, que Ford a sus 54 años de edad la rodara con una ambientación invernal, llena de humo, polvo, a veces oscura y extremadamente crepuscular: con esas imágenes bellísimas del Monument Valley (Ford Country) espectacularmente fotografiadas por Winton C. Hoch, que recibió el oscar a pesar de sus contínuas disputas con Ford durante el rodaje (sobretodo en la realización de la intensa escena de la tormenta). Especial atención se merecen también las escenas en el pequeño cementerio, el funeral del oficial sudista, la secuencia en la instancia del comandante cuando Brittles la abandona tristemente y la despedida del batallón a su capitán con la entrega del reloj, todas llenas de gran emotividad con la más absoluta sencillez.
Una película de militares, pero no militarista. Decir lo contrario, como siempre se venia haciendo, es quedarse con una primera mirada muy superficial. Ford no exalta, ni glorifica la heroicidad de tales hombres (como si lo hacen otras películas, que pasan incluso por pacifistas, vease “Salvar al soldado Ryan”), sino que se recrea en su cotidianeidad. No hay grandes batallas, solo operaciones tácticas. No mueren indios, solo mueren de manera explícita aquellos que traicionan ambos bandos. Ford se aprovecha del estrecho marco del fuerte para crear su propio mundo, en el que se iran manifestando todas la facetas de la vida. En sus películas no importa tanto el argumento como la relación y los sentimientos de los personajes. El título original “She wore a yellow ribbon” (ella lleva una cinta amarilla), refiriéndose a las cintas que llevaban las damas cuando tenían un amor en el ejército, se aleja bastante del triunfalista título español.
Esta es la historia de un crepúsculo, de un ocaso: El de una época que está desapareciendo y el de una vida. La vida de un hombre solitario, la del Capitan Brittles (magistralmente interpretado por John Wayne en, sin duda, una de las mejores actuaciones de toda su carrera). Una vida que ha sido consagrada a una misión , una misión que le da sentido a su vida y que está a punto de fracasar. Pero de la que aprovechará hasta el último minuto para remediarlo, aunque ésto pueda costarle un consejo de guerra.
Es una película que trata del tiempo, la soledad y un viaje no deseado “hacia el sol poniente, que es el final del camino de todos los hombres de su edad”: La jubilación. No es casual, por tanto, que Ford a sus 54 años de edad la rodara con una ambientación invernal, llena de humo, polvo, a veces oscura y extremadamente crepuscular: con esas imágenes bellísimas del Monument Valley (Ford Country) espectacularmente fotografiadas por Winton C. Hoch, que recibió el oscar a pesar de sus contínuas disputas con Ford durante el rodaje (sobretodo en la realización de la intensa escena de la tormenta). Especial atención se merecen también las escenas en el pequeño cementerio, el funeral del oficial sudista, la secuencia en la instancia del comandante cuando Brittles la abandona tristemente y la despedida del batallón a su capitán con la entrega del reloj, todas llenas de gran emotividad con la más absoluta sencillez.
Una película de militares, pero no militarista. Decir lo contrario, como siempre se venia haciendo, es quedarse con una primera mirada muy superficial. Ford no exalta, ni glorifica la heroicidad de tales hombres (como si lo hacen otras películas, que pasan incluso por pacifistas, vease “Salvar al soldado Ryan”), sino que se recrea en su cotidianeidad. No hay grandes batallas, solo operaciones tácticas. No mueren indios, solo mueren de manera explícita aquellos que traicionan ambos bandos. Ford se aprovecha del estrecho marco del fuerte para crear su propio mundo, en el que se iran manifestando todas la facetas de la vida. En sus películas no importa tanto el argumento como la relación y los sentimientos de los personajes. El título original “She wore a yellow ribbon” (ella lleva una cinta amarilla), refiriéndose a las cintas que llevaban las damas cuando tenían un amor en el ejército, se aleja bastante del triunfalista título español.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En palabras del conocido crítico E. Torres-Dulce a propósito de la película: “Un verdadero poema épico y ético en imágenes… en el que cabe destacar, como al final de la película, en el baile de oficiales (tan característicos de Ford) Brittles, que es recompensado por un acto de honor , abandona el baile, no se queda en él, y va a dar su informe, Pero no será un informe oficial, sino sentimental. Va a la tumba de su mujer y sus hijos. Eso resume perfectamente el cine de Ford: Un heroe solitario que lo da todo por el comienzo de una colectividad, pero que se retira discretamente hacia donde está su corazón. Quizá “La legión invencible” es el corazón de Ford, porque en ella esta su amargura, su soledad, su henorme humor e incluso Irlanda (en el personaje de Victor McLaglen). Están, por tanto, las películas del Oeste, pero también el melodrama, la comedia, la tragedia, está en definitiva: El cine”.

7,0
730
8
27 de mayo de 2014
27 de mayo de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta increíble como los guionistas del Hollywood clásico de los años 30, tanto de la Universal como el caso de la Metro G.M., eran capaces de adaptar y reciclar todo tipo de historias y acomodarlas a unos arquetipos y cánones del género de horror que ellos mismos crearon.
Esta versión, que es una nueva adaptación de un clásico del cine mudo (Las manos de Orlac de Robert Wiene.-1924), es una película en la que podemos encontrar tanto multitud de referencias y reminiscencias anteriores a: Frankenstein, El fantasma de la opera, Garras humanas... como numerosas influencias también en todo el cine de horror posterior: El loco científico, el perturbado sexual, museos de cera, espíritus malignos que vuelven de la tumba para operar su venganza (Rollo), psicópatas esquizofrénicos que ven su imagen en el espejo obligándoles a matar, etc.
Para ello, que mejor director que Karl Freund aquel que nos ofreció sólo tres años antes otro clásico del horror como “La momia” con Boris Karloff (también director de fotografía de títulos como: “El Golem”, “Metrópolis” y “Drácula”).
Creo que, para todo aficionado al cine de terror, será un disfrute visionar esta historia, de acertado titulo, de un extraño-freaky doctor (inolvidable interpretación de Peter Lorre) que sueña con ser Pigmalión y conseguir para siempre a su amada y particular Galatea.
Esta versión, que es una nueva adaptación de un clásico del cine mudo (Las manos de Orlac de Robert Wiene.-1924), es una película en la que podemos encontrar tanto multitud de referencias y reminiscencias anteriores a: Frankenstein, El fantasma de la opera, Garras humanas... como numerosas influencias también en todo el cine de horror posterior: El loco científico, el perturbado sexual, museos de cera, espíritus malignos que vuelven de la tumba para operar su venganza (Rollo), psicópatas esquizofrénicos que ven su imagen en el espejo obligándoles a matar, etc.
Para ello, que mejor director que Karl Freund aquel que nos ofreció sólo tres años antes otro clásico del horror como “La momia” con Boris Karloff (también director de fotografía de títulos como: “El Golem”, “Metrópolis” y “Drácula”).
Creo que, para todo aficionado al cine de terror, será un disfrute visionar esta historia, de acertado titulo, de un extraño-freaky doctor (inolvidable interpretación de Peter Lorre) que sueña con ser Pigmalión y conseguir para siempre a su amada y particular Galatea.
Más sobre Roderick Usher
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here