Es un film duro de tratar y visionar, pues es pura violencia con pinceladas puntuales de amor solo cuando el «enfermo» se dirige a sus hijos en espacios lúdicos, pero por lo demás es agresiva por el tema que trata, una lacra que no cesa y que por lo que me contó, en un debate posterior a mi visionado, Barbara Ronchi, la actriz protagonista, algo que sigue en alza en la Italia, de profundo e implacable patriarcado. La cinta se basa en una historia real, bebiendo del libro que escribió el propio hijo de la familia.

Un trabajo necesario de visionar para concienciar a la sociedad de la necesidad de actuar contra estos elementos tóxicos y peligrosos.

Es una paradoja de amor donde se cruza el valor de una promesa, el sentimiento de amor profundo, la tristeza por lo perdido y la alegría y traspaso de dolor a la tercera persona que, en este caso es Mario, dejándolo abatido en mitad de una copiosa nevada.

La cinta es una adaptación cinematográfica de la novela homónima de Dostoievski.

A destacar el espectacular elenco, la química entre ellos y la forma de Puenzo para expresar la vida de un criminal de guerra con una total calma como si no hubiera tenido un pasado cruel con la humanidad y con una frialdad tratando de demostrar pura bondad cuando en realidad es un monstruo. Un retrato muy bien definido de lo que fue la huida de estos terroríficos elementos de la historia alemana y del mundo.

La trama del film finaliza en un punto, pero la realidad de este personaje es que durante una década vivió en Buenos Aires y alrededores. En 1959 huyó a Paraguay y un año mas tarde a Brasil.

El documental navega por el mundo de los comerciantes de libros antiguos, ediciones escasas, libros extraños como por ejemplo «Amish Love», uno de fósiles reproducidos a tamaño natural totalmente desplegables o uno de expediciones sobre Mamuts con pelo extraído entonces.

Un imprescindible para comprender y dar valor al conocimiento escrito y perdurable y, al verdadero peso del papel.

Este trabajo se considera el primer documental autorreflexivo de Perú, y en toda Latinoamérica. Sus decorados son reales, desde las calles de la ciudad, su antiguo colegio, las minas a ras de cielo (donde trabajaba el padre), el hospital psiquiátrico que comenté anteriormente y el cementerio donde descansa la madre.

Un ensayo duro de digerir por lo que cuenta, pero parece que la mejor opción es contar como uno se siente para poder tener calma interior.