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Críticas ordenadas por utilidad
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6,7
60.750
7
4 de febrero de 2017
4 de febrero de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
He visto esta película con la intención de asomarme a otra manera de contar una historia de superhéroes. Lo que propone Shyamalan no es otra aventura más, como vienen siéndolo el resto de películas de este género. En 'El Protegido' se tira claramente hacia el drama cotidiano, cuando en el resto de producciones de esta índole suele primar, por encima de todo, que las escenas de acción resulten lo más espectaculares y detalladas posible. Pero aquí no: Shyamalan aleja la cámara de los personajes, de la acción; humaniza lo que se nos cuenta y lo que se nos muestra con largas escenas de diálogo rodadas sin fragmentación, logrando que los sentimientos de los protagonistas afloren con gran facilidad en la pantalla, porque están solos. Están solos y tienen problemas terrenales o traumas imposibles de olvidar.
Así construye el guion del cineasta indio una narración eminentemente pausada, con un héroe al que vemos nacer, desperezarse y, por fin, ponerse en marcha. La película no busca contar el enfrentamiento con un gran archienemigo, y menos mal, porque si no habría caído en el olvido tan fácil como rápidamente. Se le da importancia real a lo que rodea la figura del héroe oculto, el que pasa desapercibido porque es uno más, alguien en relación con su mundo y las personas que están cerca de él. El personaje de Bruce Willis es muy especial en ese sentido, y por eso no es necesario embutirle en un traje de licra y ponerle un nombre para poder vender figuras de acción: El poncho impermeable simboliza mucho más.
'El Protegido' es una película interesante, una vuelta de tuerca en la acepción que todos tenemos de "héroe", y también un guantazo al paradigma de película de superhéroes que todos tenemos en la cabeza.
Así construye el guion del cineasta indio una narración eminentemente pausada, con un héroe al que vemos nacer, desperezarse y, por fin, ponerse en marcha. La película no busca contar el enfrentamiento con un gran archienemigo, y menos mal, porque si no habría caído en el olvido tan fácil como rápidamente. Se le da importancia real a lo que rodea la figura del héroe oculto, el que pasa desapercibido porque es uno más, alguien en relación con su mundo y las personas que están cerca de él. El personaje de Bruce Willis es muy especial en ese sentido, y por eso no es necesario embutirle en un traje de licra y ponerle un nombre para poder vender figuras de acción: El poncho impermeable simboliza mucho más.
'El Protegido' es una película interesante, una vuelta de tuerca en la acepción que todos tenemos de "héroe", y también un guantazo al paradigma de película de superhéroes que todos tenemos en la cabeza.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Me gustaría acabar hablando del personaje de Samuel L. Jackson, Elijah Price (o Don Cristal), pues es tanto una crítica al villano convencional (un Don Quijote en toda regla) como un antagonista a la altura del héroe, para lo cual resulta esclarecedora la conversación entre David y la madre de Elijah.

7,5
10.605
8
8 de marzo de 2017
8 de marzo de 2017
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡ESTA RESEÑA CONTIENE SPOILERS!
'Mon Oncle' es una gran crítica a la sociedad de consumo. Y ¿qué mejor que el humor mordaz para llevar a cabo un análisis de la americanización de la Europa occidental en la segunda mitad del s. XX? En un primer momento, el espectador medio ríe. Sólo ríe. Pero si el espectador reflexiona, lo más probable es que acabe dándole la razón a Jacques Tati: ¿Es progreso volverse superficial y artificial? De plástico, como la fábrica de tubos del señor Arpel. ¿Es progreso obcecarse en construir un hogar que más que para vivir sirve para enseñárselo a gente a la que no le importamos? Ahí está el ejemplo de la fuente en el inmaculado jardín, o del coche nuevo, o de la puerta del garaje... ¿Es progreso dividir el mundo entre los que dan el salto a la sociedad moderna y los que no logran hacerlo? El muro destrozado simboliza lo abrupto del cambio.
Al final, nos queda que lo moderno, buscando la sencillez, lo único que hace es complicar las cosas. Ahí nacen la mayoría de las situaciones cómicas de la película, brillantemente ejecutadas (inolvidables la escena de los ojos de la casa que vigilan a Hulot y la del almuerzo con los amigos del señor Arpel en el jardín), pero también encontramos varios mensajes profundos, desgraciadamente vigentes hoy día: Por ejemplo, que la tecnología acabará con la comunicación interpersonal. Tati lo ejemplifica en varias ocasiones en las que los personajes no se oyen los unos a los otros debido al ruido que profieren los aparatos tecnológicos de la casa. Otro ejemplo: la educación está enfocada a generar vulgares insumos para las cadenas de montaje de las fábricas del futuro. Tati lo deja claro mostrando el aspecto de la escuela de Gérard, idéntica a la fábrica de su padre.
Pero, por encima de todo, es una gran cinta de humor respetuosa con el honor del espectador. Las situaciones que viven los personajes, con el grandioso Monsieur Hulot a la cabeza, resultan tan desternillantes como imaginativas. Imprescindible.
'Mon Oncle' es una gran crítica a la sociedad de consumo. Y ¿qué mejor que el humor mordaz para llevar a cabo un análisis de la americanización de la Europa occidental en la segunda mitad del s. XX? En un primer momento, el espectador medio ríe. Sólo ríe. Pero si el espectador reflexiona, lo más probable es que acabe dándole la razón a Jacques Tati: ¿Es progreso volverse superficial y artificial? De plástico, como la fábrica de tubos del señor Arpel. ¿Es progreso obcecarse en construir un hogar que más que para vivir sirve para enseñárselo a gente a la que no le importamos? Ahí está el ejemplo de la fuente en el inmaculado jardín, o del coche nuevo, o de la puerta del garaje... ¿Es progreso dividir el mundo entre los que dan el salto a la sociedad moderna y los que no logran hacerlo? El muro destrozado simboliza lo abrupto del cambio.
Al final, nos queda que lo moderno, buscando la sencillez, lo único que hace es complicar las cosas. Ahí nacen la mayoría de las situaciones cómicas de la película, brillantemente ejecutadas (inolvidables la escena de los ojos de la casa que vigilan a Hulot y la del almuerzo con los amigos del señor Arpel en el jardín), pero también encontramos varios mensajes profundos, desgraciadamente vigentes hoy día: Por ejemplo, que la tecnología acabará con la comunicación interpersonal. Tati lo ejemplifica en varias ocasiones en las que los personajes no se oyen los unos a los otros debido al ruido que profieren los aparatos tecnológicos de la casa. Otro ejemplo: la educación está enfocada a generar vulgares insumos para las cadenas de montaje de las fábricas del futuro. Tati lo deja claro mostrando el aspecto de la escuela de Gérard, idéntica a la fábrica de su padre.
Pero, por encima de todo, es una gran cinta de humor respetuosa con el honor del espectador. Las situaciones que viven los personajes, con el grandioso Monsieur Hulot a la cabeza, resultan tan desternillantes como imaginativas. Imprescindible.
6
6 de febrero de 2017
6 de febrero de 2017
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
He de admitir que me acerqué a esta película con recelo: ¿67 minutos de cine negro precursor de la serie B? No sabía a qué atenerme, pero me he llevado una grata sorpresa con una historia original, sobre todo, en la manera de desarrollar los acontecimientos. Desde esa escena en el bar, en la que Al nos habla de su situación y de su vida con la voz en off y la iluminación de la estancia atenuada para brillar con fuerza solamente a la altura de sus derrotados ojos, nos damos cuenta de que esta historia engancha; hay un personaje del que apetece saber más.
Digno de admirar que esta película se rodase en tan solo seis días y se montase en otros tres, todo con un presupuesto de cerca de 20000 dólares. Y más aún porque la historia, breve y concisa, funciona bien, con los elementos justos frente a la pantalla: un protagonista al que la mala fortuna le acecha incesantemente, una femme fatale de libro, tabaco y alcohol... Sin duda es cine negro.
A 'Detour' tal vez se le vean las cosquillas en cuanto a la calidad de las interpretaciones de los protagonistas, no exentas de sobreactuación en más de una ocasión; y también con los fallos técnicos propios de una producción de tan ajustado presupuesto (que hasta le dan encanto), como esa fallida manera de rodar las escenas con el coche en marcha y virando.
Pero he de admitirlo: He disfrutado de esta película mientras cenaba placenteramente, y el clímax me ha parecido cuanto menos sorprendente (tal vez no haya visto el suficiente cine negro).
Digno de admirar que esta película se rodase en tan solo seis días y se montase en otros tres, todo con un presupuesto de cerca de 20000 dólares. Y más aún porque la historia, breve y concisa, funciona bien, con los elementos justos frente a la pantalla: un protagonista al que la mala fortuna le acecha incesantemente, una femme fatale de libro, tabaco y alcohol... Sin duda es cine negro.
A 'Detour' tal vez se le vean las cosquillas en cuanto a la calidad de las interpretaciones de los protagonistas, no exentas de sobreactuación en más de una ocasión; y también con los fallos técnicos propios de una producción de tan ajustado presupuesto (que hasta le dan encanto), como esa fallida manera de rodar las escenas con el coche en marcha y virando.
Pero he de admitirlo: He disfrutado de esta película mientras cenaba placenteramente, y el clímax me ha parecido cuanto menos sorprendente (tal vez no haya visto el suficiente cine negro).

7,2
39.637
7
26 de marzo de 2017
26 de marzo de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soy un Wesandersoniano neófito. Hasta hoy, de su filmografía sólo había visto 'Academia Rushmore', una película que me atrapó por completo por su tratamiento del amor. Y, en Moonrise Kingdom, me ha vuelto a pasar. La historia de amor entre Sam Shakusky y Suzy Bishop, dos preadolescentes de doce años, me ha resultado entrañable, loca y emotiva a partes iguales.
Lo primero que debo decir es que la manera de rodar de Wes Anderson me fascina. Esa meticulosidad en la puesta en escena, cuidando al milímetro cada uno de los elementos que entran en los planos que rueda, puede resultar redundante en ocasiones, pero es que desprende un encanto que puede conmigo. La simetría constante, la perfección fotográfica, plástica, escénica... Muy remarcables. Además, la paleta de colores, con amarillos, verdes, marrones y azules algo apagados, ofrecen otro nivel de lectura emocional de la película.
En cuanto a la historia en sí, sólo puedo aplaudir hasta que alguien me pegue un grito. Por algún motivo, hasta el último maldito personaje de la película me interesa: La inseguridad del "Master Scout" Randy Ward (genial Edward Norton), la subtrama amorosa entre el Capitán Sharp y Laura Bishop (tratada muy de fondo), el hastío de Walt (qué grande es Bill Murray)... Todos estos pequeños ladrillos los ponen personajes secundarios que enriquecen la trama hasta niveles insospechados, construyendo un camino por el que Sam y Suzy caminan (o, mejor dicho, huyen) agarrados de la mano. Contra todo y contra todos, descubriendo el amor a modo de preludio de la adolescencia, que parece estar a punto de llegar, como esa tormenta tan bien documentada que sacudió New Penzance y las islas de alrededor el 5 de septiembre de 1965.
Lo primero que debo decir es que la manera de rodar de Wes Anderson me fascina. Esa meticulosidad en la puesta en escena, cuidando al milímetro cada uno de los elementos que entran en los planos que rueda, puede resultar redundante en ocasiones, pero es que desprende un encanto que puede conmigo. La simetría constante, la perfección fotográfica, plástica, escénica... Muy remarcables. Además, la paleta de colores, con amarillos, verdes, marrones y azules algo apagados, ofrecen otro nivel de lectura emocional de la película.
En cuanto a la historia en sí, sólo puedo aplaudir hasta que alguien me pegue un grito. Por algún motivo, hasta el último maldito personaje de la película me interesa: La inseguridad del "Master Scout" Randy Ward (genial Edward Norton), la subtrama amorosa entre el Capitán Sharp y Laura Bishop (tratada muy de fondo), el hastío de Walt (qué grande es Bill Murray)... Todos estos pequeños ladrillos los ponen personajes secundarios que enriquecen la trama hasta niveles insospechados, construyendo un camino por el que Sam y Suzy caminan (o, mejor dicho, huyen) agarrados de la mano. Contra todo y contra todos, descubriendo el amor a modo de preludio de la adolescencia, que parece estar a punto de llegar, como esa tormenta tan bien documentada que sacudió New Penzance y las islas de alrededor el 5 de septiembre de 1965.

8,4
57.877
9
7 de marzo de 2017
7 de marzo de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
A cada película que veo de Kubrick me doy cuenta de que no sé por qué demonios he tardado tanto en explorar su excelsa filmografía. Hoy tocaba 'Senderos de gloria', su primera colaboración con el gran Kirk Douglas, y las sensaciones son inmejorables. Lógicamente, un posterior visionado servirá para contrastar, pero por el momento lo único que puedo hacer es levantarme del maldito sofá y ponerme a aplaudir.
La película nos relata, en clave antibelicista, un ataque fallido de una división del ejército francés en la 1ª Guerra Mundial a un punto estratégico en manos de los alemanes y el consiguiente castigo para los culpables (que en realidad no lo son tanto) del fracaso. Como en otras películas de crítica a la guerra, se nos relata una injusticia. George MacReady encarna al general Mireau, que personifica la ambición desmedida; mientras que Kirk Douglas interpreta al coronel Dax, hombre de corazón puro, ideas firmes y sentido de la justicia vigente. El choque entre ellos desata un conflicto que, una vez más, vuelve a demostrar que nosotros somos nuestros propios demonios. Y está magistralmente contado.
En cuanto a la dirección de Kubrick, ¿qué demonios puedo decir que no se haya dicho ya? La secuencia del ataque a los alemanes, con esos travellings, las explosiones, el sonido estremecedor, el polvo y el barro, los cadáveres... Seguramente sean las mejores tomas que se hayan rodado en el cine bélico, o al menos es lo que pienso tras haber visto muchas películas del género. También son dignas de elogio la escena clave de la película, (sigo en spoiler)
La película nos relata, en clave antibelicista, un ataque fallido de una división del ejército francés en la 1ª Guerra Mundial a un punto estratégico en manos de los alemanes y el consiguiente castigo para los culpables (que en realidad no lo son tanto) del fracaso. Como en otras películas de crítica a la guerra, se nos relata una injusticia. George MacReady encarna al general Mireau, que personifica la ambición desmedida; mientras que Kirk Douglas interpreta al coronel Dax, hombre de corazón puro, ideas firmes y sentido de la justicia vigente. El choque entre ellos desata un conflicto que, una vez más, vuelve a demostrar que nosotros somos nuestros propios demonios. Y está magistralmente contado.
En cuanto a la dirección de Kubrick, ¿qué demonios puedo decir que no se haya dicho ya? La secuencia del ataque a los alemanes, con esos travellings, las explosiones, el sonido estremecedor, el polvo y el barro, los cadáveres... Seguramente sean las mejores tomas que se hayan rodado en el cine bélico, o al menos es lo que pienso tras haber visto muchas películas del género. También son dignas de elogio la escena clave de la película, (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
la ejecución de los tres soldados, cargada de significado; y la escena final de los soldados en el bar, tratando de olvidar todo lo que les espera cuando salgan ahí afuera.
Desde ya, entre mis 10 películas favoritas.
Desde ya, entre mis 10 películas favoritas.
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