Haz click aquí para copiar la URL
You must be a loged user to know your affinity with Wanchope
Críticas 236
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
7
12 de noviembre de 2024
211 de 336 usuarios han encontrado esta crítica útil
Partamos de una base: las posibilidades de que 'Gladiator II' fuera tan buena como 'Gladiator' eran prácticamente nulas. Y, de hecho, 'Gladiator II' no es obviamente tan buena como 'Gladiator'... y es más que posible que le cueste adquirir esa especie de aura mágica que como clásico tiene el film de 2000. El mundo ha cambiado, y como suele ocurrir con secuelas como la presente, producidas tantos años después, es muy difícil que sorprenda cuando, a diferencia del ahora primer film, la estamos viendo venir y cuenta con un legado y una memoria ante las que rendir cuentas...

"... lo que hacemos en la primera tiene su eco en las secuelas".

Una secuela por otro lado innecesaria, podemos dar por sentado, como no obstante lo son la mayor parte de las películas; en especial, las concebidas como un espectáculo como sin ir más lejos lo es 'Gladiator II'. Al fin y al cabo se trata, se trataba y se tratará siempre de pan... y sobre todo de circo. De un circo como el que monta un Ridley Scott que parece rodar este tipo de producciones como quien baja a comprar el pan. Grandes producciones históricas, como también lo son, por ejemplo, las por otro lado más sólidas, completas y redondas 'El último duelo' o 'Napoleón' (en su "Director's Cut").

No es que 'Gladiator II' no sea una película también muy sólida, que lo es como lo son todas las de Scott. Pero no se siente ni tan completa ni tan redonda; tampoco apegada a un relato preestablecido o histórico, siquiera a una predecesora cuya herencia retuerce un poco para poder encajar. Es, quizá, esta libertad aparente para antojarse lo que quiera, lo que hace que este nuevo y épico péplum moderno no de la sensación de apretar y encauzarse de manera tan contundente como tal vez lo pueda parecer sobre el papel. De no sentirse tan real y auténtica como película, sino más bien una ficción.

Una ficción puede que algo funcional y mecánica aunque también efectiva, y que en cualquier caso promete lo que ofrece con rigurosa irregularidad: un ágil y muy entretenido espectáculo que vibra sobre todo cuando pisa la arena del Coliseo. Scott rueda con su solvencia habitual aunque, en su conjunto, le falta algo de esa fuerza, ingenio o temeridad que puede imprimirle un cineasta con algo por demostrar, siendo esta, posiblemente, la principal diferencia respecto a la primera película. No hay más que ver cómo en 2020 Scott nos presentaba el Coliseo desde la arena con un emocionante plano circular...

... y aquí aparece sin más, como si fuera otro día en la oficina. Es esto lo que más marca a 'Gladiator II', que a pesar de su solidez incuestionable a todos los niveles, desde lo técnico hasta por supuesto lo interpretativo, y de su eficacia como un gran espectáculo cinematográfico "de la vieja escuela", no se siente especial. No es una secuela como las que hacen James Cameron, Christopher McQuarrie o Chad Stahelski. No es un intento por hacer más y mejor, por superarse. Es tan sólo más servido de manera algo desapasionada, no por ello menos efectivo ni vibrante, pero sí menos emocionante.

Menos completo y redondo. Menos contundente. Y a la sombra siempre de Máximo Décimo Meridio y Cómodo, tanto a nivel espiritual como interpretativo, sin que Paul Mescal ni Denzel Washington alcancen cotas tan... icónicas.

Puede ser en parte por el peso del legado, de ese II de su título al que recurre para llamar nuestra atención pero que también sitúa las expectativas en un exigente nivel mínimo. 'Gladiator II' cumple, de sobra y con solvencia aun sin ese brillo de las mejores ocasiones por más que, salvo por su más que probable inexactitud histórica, no se le pueda poner grandes peros. Si acaso, que como él mismo ha dicho en varias ocasiones, que a Ridley Scott se la suda todo un poco ya. Sólo quiere rodar, rodar y rodar. Bienvenido sea si el resultado sigue siendo como los de 'El último duelo', 'Napoleón: Director's Cut'...

... o esta 'Gladiator II' por encima de la media de este tipo de "panes y circos", por más que habiendo tanto entre donde elegir, no vayan a ser estas las que aparezcan en su epitafio. Por más que sigan contribuyendo a su leyenda.

Por más que sigan contribuyendo a nuestro placer y deleite ni pretenciosos ni históricamente relevantes.
8 de agosto de 2024
105 de 126 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando acudes a un pase de prensa, por ejemplo al de 'Borderlands', y en la puerta te hacen firmar un papel por el cuál te comprometes a no hablar de la película hasta las 21:00 del día anterior a su estreno... uno ya entra a la sala con el ceño fruncido y la mosca detrás de la oreja. No siempre se cumple lo peor aunque por lo general es muy sospechoso. Porque, obviamente, si crees que tienes una gran película entre manos te interesa correr la voz cuanto antes...

No siempre se cumple lo peor aunque por lo general, también, te predispone a lo peor. Algo que por otro lado puede ser de agradecer, como en el caso de esta 'Borderlands' cuyo juego en el que se inspira ni tengo el gusto de conocer, ni la película me ha hecho querer conocer. Una película vamos a decir bastante justita, plana y rutinaria que a bote pronto recuerda un poco a la infame 'Dragonball Evolution' de 2009. La comparación, lo sé, no es alentadora.

Tengo que decir que a mí me parece más decente que aquella, si bien tengo la sospecha (fundamentada) que la recepción de 'Borderlands' será, en líneas generales, la misma. Exagerada, pero no del todo inmerecida. Ahí está por ejemplo la estupenda adaptación de 'Fallout' de Amazon para reflejar las auténticas vergüenzas de la última película de Eli Roth, director al que sigo viendo más como el amigo de Quentin Tarantino que como, ejem, cineasta.

Y 'Borderlands' no me quita la razón, sino que me la da convirtiéndose ya de paso y muy a su pesar en un hermoso ejemplar de buena parte de los males de una industria como Hollywood; el principal, su confianza ciega en marcas cuyo trasfondo e idiosincrasia ni entienden ni se molestan en intentar entender. 'Borderlands' es un hermoso ejemplar de película que parece hecha por alguien como yo, que lo más que sabe del juego es lo que ha leído de él en Wikipedia.

La comparación con la citada 'Fallout' duele, por cuanto todo el suntuoso cariño que se aprecia en ella brilla por su ausencia en 'Borderlands', una producción de mínimos que vista sin pretensiones (y temiéndose lo peor) resulta vagamente entretenida. Aunque duela ver a Cate Blanchett malgastando su presencia en una película tan tonta, ramplona, impersonal y mecánica que parece un cruce barato y a lo pobre de por ejemplo 'Mad Max: Furia en la carretera', 'Valerian y la ciudad de los mil planetas', 'Serenity' y 'Guardianes de la Galaxia'.

Cuatro películas que ya gustarán más o menos, pero que están hechas con cariño, respeto, pasión, vocación... y talento. O al menos lo parecen, siendo que nadie puede dudar del talento de una Cate Blanchett que hasta parece sobresalir en 'Borderlands', en la que aún así no encontramos nada de valor. Nada que reseñar o recordar. Más de 100 millones tirados a la basura en una película que podría haber dirigido Albert Pyun en un fin de semana y por dos duros.

Y hubiera tenido más gracia que la de Jack Black. O algo de gracia.

Creo que más o menos ya queda claro, probablemente desde la mención de 'Dragonball Evolution'. A mí 'Borderlands', previa firma de un embargo 5 minutos antes, me distrajo. No me parece un absoluto desastre (aunque en esencia lo sea), tan sólo uno de tantos filmes cutrepijos dedicados a salvar los muebles de una casa a la que previamente han prendido fuego. Plana y apática rutina orgullosa de no cagarse encima cada vez que da un mero paso...

... aunque por oler, huela a mierda igual.
18 de diciembre de 2024
81 de 85 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quién me iba a decir que una de las películas que más me iban a emocionar y gustar de todo el año, sino la que más, iba a ser un biopic de Robbie Williams...

Un día, paseando por la Gran Vía madrileña, a la altura del número 32, hace ya muchos años, me encontré a una exaltada multitud esperando con impaciencia y excitación. Por descontado, pregunté quién venía. Robin Williams entendí yo, lo que es verdad que no tenía mucho sentido teniendo en cuenta la edad media de las allí presentes... Cuando apareció Robbie Williams y la locura se apoderó de la situación, se me quedó cara de tonto, y volví a preguntar a la misma persona que quién era ese. Obviamente, era Robbie Williams.

Nunca he estado tan cerca de él, y dudo que vuelva a estarlo. Pero después de ver 'Better Man' constato que conozco bastantes más canciones suyas que de, por ejemplo, Taylor Swift, a la que no creo que reconociera si me la encontrase en un ascensor. Aunque a decir verdad 'Better Man' no es ni un musical ni un biopic al uso, sino más bien una creativa y chispeante forma de exorcizar sus demonios por parte del propio Williams. Al final que lo interprete el único mono CGI de toda la película hasta acaba teniendo sentido.

Porque puede. Porque quiere. Porque no es un don nadie. Y porque 'Better Man' ni quiere ni pretende ser o un musical o un biopic tradicional como pueden ser 'Bohemian Rhapsody' o 'Rocketman'. Precisamente, en la crítica de una de ellas escribí que "no se dejaba llevar por la incontenible alegría musical que desprendía ese 'El gran showman' del que debería, podría haber tomado más (y mejores) notas". Williams es obvio que sí lo hizo, hasta el punto de contratar directamente al director de 'El gran showman', Michael Gracey.

'Better Man' posee la misma arrolladora y alegre energía de aquel ya mítico film, siendo un cruce entre biopic y musical sumamente inteligente que evita lo malo de unos y otros; en especial, la tendencia a convertirse en mecánicos, superficiales y modosos "greatest hits" que lo fían todo a los fans y a la música, como por ejemplo 'Back to Black'. 'Better Man' incluso se permite el lujo de que la canción más representativa e importante de la película, la que de hecho da forma a su clímax emocional... no sea siquiera de Williams.

La grandeza de la película reside, precisamente, en que ni está anclada ni tiene por qué ser fiel a la realidad, siendo una constante ensoñación onírica, como por otro lado deja claro que su protagonista sea un simio CGI (tan bien hecho) como los de 'El reino del planeta de los simios'. 'Better Man' está concebida como una suerte de gran, impulsivo, disparatado y vibrante videoclip, manifestándose continuamente con la misma desenfada y desenfrenada libertad y explosividad narrativa, alegórica y conceptual que suele permitir dicho medio.

Más, sin dejar de encajar por ello en las formas de una película, y además de comportarse, también funcionar como tal. Y es que más allá de la música, muy bien implementada y siempre al servicio de la historia, 'Better Man' hace algo que muchos biopics ignoran por costumbre: En vez de repasar la Wikipedia en voz alta como si fuese un dictado para fans aborregados, convierte la historia de un cantante en la de un padre y su hijo que, por cosas de esas de la vida, es lo que siempre había querido ser: Alguien. Alguien y famoso.

Esto es, si le quitas a Williams y sus canciones, incluso si le quitas sus efectos CGI o la exquisita y eléctrica labor de Michael Gracey... te queda una película. Puede que no tan especial y emotiva. Puede que no tan vigorizante y contundente, no tan creativa y vibrante. Pero te queda una película, la que sirve de base a 'Better Man': Una estupenda, con un poderoso componente musical y algunas escenas soberbias -como la de "Rock DJ"- cuyo visionado se siente como un conciertazo narrativo de dos horas tras el cual sales con ganas de vivir.
4 de julio de 2023
75 de 82 usuarios han encontrado esta crítica útil
Doce episodios de 15 minutos, uno por cada mes del año. 'Poquita fe' habla de todo el ruido que les impide a los cuarentones concentrarse en lo importante a través de un año en la vida de Berta y José Ramón, dos cándidos inocentones que viven en su mundo pequeño, hecho de detalles pequeños y pequeños momentos. La rutina del mes a mes envuelta en situaciones cotidianas, cercanas y de a pie de calle, y en un humor sencillo, blanco, atemporal y universal.

Los propios Pepón Montero y Juan Maidagán lo explican a la perfección: Es una serie que surge de mirar y escuchar a tu alrededor. Historias que te pasan, historias que te cuentan, personajes que ves por el barrio... Ese tipo de historias mínimas, sin importancia pero simpáticas que cuentas en forma de chascarrillo a quienes ves semana a semana, porque de un mes a otro ya la has olvidado. O porque otras las han reemplazado en nuestra memoria cortoplacista.

Historias que lo pueden ser todo para quienes llevan una vida poco emocionante, de la que nunca harán una película o de la que nunca escribirán un libro. 'Poquita fe' se toma con picardía y humor una vida normal y corriente. Aburrida. La comedia costumbrista que hay a nuestro alrededor, de barrio de toda la vida, con aroma a un tiempo inmediatamente pasado que vale, no fue necesariamente mejor, pero que sí se siente más puro y genuino.

Que sí se siente más cándido y castizo.

'Poquita fe' son doce episodios de 15 minutos, uno por cada mes del año. A nivel argumental no cuenta nada en especial, ni va de nada en particular. Es un repaso a un año de simpáticas anécdotas de una pareja, y de todos los personajes de una forma u otra han formado parte de su existencia durante ese tiempo. Una suerte de 'Modern Family' muy compacto y condensado, de andar por casa y con un toque Berlanguiano para ver, a ratos o del tirón, de camino a cualquier parte.

Para ver una, o más veces, con la alegría de la incipiente carcajada a la vuelta de la esquina, la intensidad de no dar ni un segundo de tregua, su carácter coral, atemporal y universal o la imposibilidad de memorizar tan alto volumen de gags. Puro "humor" de la mano de los creadores de 'Justo antes de Cristo', con otra nueva comedia costumbrista desarrollada a golpe de gag, cotidianidad y las continuas, breves pero geniales aportaciones de secundarios más o menos inesperados.
8 de junio de 2024
82 de 101 usuarios han encontrado esta crítica útil
Su apellido la delata: 'Los vigilantes' es la primera película como directora de una de las hijas de M. Night Shyamalan, Ishana. Aunque no es la primera experiencia como realizadora de esta joven de poco más de 20 años: Antes ya se hizo cargo de seis episodios de 'Servant', uno más de los que en realidad acabó dirigiendo su padre, el principal responsable creativo de la serie (a pesar de que su auténtico creador fue Tony Basgallop).

En cualquier caso, es evidente que se trata de la hija de Shyamalan, no sólo por el apellido: 'Los vigilantes' podría ser una película de su padre... una de las últimas de no haber hecho este antes otras como 'El sexto sentido' o 'Señales'. Películas mucho más robustas y realizadas en apariencia con más mimo. Mucho más del que se ha puesto en 'Los vigilantes', producción que se parece a la última temporada del Real Zaragoza...

Voy a ir al grano. Su primer acto es muy efectivo y logra resultar atractivo y seductor a partes iguales, mientras que el segundo, aunque se sigue con interés y curiosidad, parece que no termina de explotar... para hundirse finalmente en un tercer acto torpe, poco logrado y muy anticlimático. Lo que se dice "ir de más a menos", con el agravante de que "el más" se queda corto para compensar "un menos" que coquetea el esperpento.

"Un menos" que corta el rollo y nos lleva a pensar en "estafa", "tomadura de pelo" o "estupidez" de manera algo desmedida pero no del todo desacertada: Y es que como todas las ideas, no es tanto la idea como un desarrollo que no ha sabido sacarle partido y ponerla en valor. 'Los vigilantes' podría de alguna manera haber funcionado como, de hecho, lo estaba haciendo antes de descarrilar en su tercio final.

Así, nos queda una película que aún más que por ejemplo 'Llaman a la puerta' no se siente una película, sino un episodio de 'En los límites de la realidad' alargado sin una razón de peso. Un eco lejano del cine "de papá" producido por el propio "papá", lo que nos lleva a pensar más en un padre que consiente a una hija que no se ha ganado la oportunidad, que en un productor que le exige a una cineasta que sí se la ha ganado.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow
    Bienvenido al nuevo buscador de FA: permite buscar incluso con errores ortográficos
    hacer búsquedas múltiples (Ej: De Niro Pacino) y búsquedas coloquiales (Ej: Spiderman de Tom Holland)
    Se muestran resultados para
    Sin resultados para