You must be a loged user to know your affinity with Lawrence
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred
9
15 de abril de 2012
15 de abril de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Vincent" es un cortometraje sobre un niño auténtico que ha creado un mundo propio que solo él entiende a su manera. En el mundo imaginario de Vincent impera lo excéntrico, lo macabro y lo espeluznante. Le gusta creer que es Vincent Price antes que Vincent Malloy; sociabilizar con seres imaginarios interesantes antes que con seres humanos aburridos; hacer una que otra inofensiva perversidad, que en nada alterará el orden del mundo real; de vez en cuando pintar, también leer a Edgar Allan Poe para despertar más su insaciable imaginación.
Vincent Malloy es el típico niño introvertido, solitario, pero muy creativo: no le gusta pensar como un niño normal; quiere ser libre de manipular las situaciones de la vida y hacerlas siempre divertidas; le gusta sentirse víctima de los más "insospechados" acontecimientos, ser el centro del asunto; el juego es lo único que le da sentido a su vida; confunde la ficción con la realidad un poco más que todos los demás. Vincent es un ser que vive preferentemente en la imaginación, ella es su mejor amiga, a ella le debe todo lo que siente que está destinado a ser.
La imaginación de Vincent, sin embargo, le lleva poco a poco a causar desórdenes en su comportamiento, a perturbar la tranquilidad de su casa y, lo que supuestamente es peor, a dejar de aparentar ser un niño normal como cualquier otro. En ese momento, la imaginación del niño sufre una terrible crisis: se le prohíbe controlar los actos del niño, es torturada por la Razón que trata de hacerle ver a Vincent que creer en cosas que no son está mal. Entonces Vincent comienza a sentirse mal, una contradicción empieza en su mente, siente que la voz se le apaga -y con ella su libertad-. Al final, su mundo de diversión se torna en su pesadilla; el mundo real lo llama, lo exige. Apenas y tiene tiempo su amada imaginación para recitar, estando su cuerpo tirado en el piso, este hermoso y fatal verso del maestro Poe:
"... y mi alma lejos de esas sombras,
yace flotando sobre el piso,
para no levantarse nunca más."
Desde ese día, seguramente, Vincent ya no fue tan inocente y tan creativo como antes.
Vincent Malloy es el típico niño introvertido, solitario, pero muy creativo: no le gusta pensar como un niño normal; quiere ser libre de manipular las situaciones de la vida y hacerlas siempre divertidas; le gusta sentirse víctima de los más "insospechados" acontecimientos, ser el centro del asunto; el juego es lo único que le da sentido a su vida; confunde la ficción con la realidad un poco más que todos los demás. Vincent es un ser que vive preferentemente en la imaginación, ella es su mejor amiga, a ella le debe todo lo que siente que está destinado a ser.
La imaginación de Vincent, sin embargo, le lleva poco a poco a causar desórdenes en su comportamiento, a perturbar la tranquilidad de su casa y, lo que supuestamente es peor, a dejar de aparentar ser un niño normal como cualquier otro. En ese momento, la imaginación del niño sufre una terrible crisis: se le prohíbe controlar los actos del niño, es torturada por la Razón que trata de hacerle ver a Vincent que creer en cosas que no son está mal. Entonces Vincent comienza a sentirse mal, una contradicción empieza en su mente, siente que la voz se le apaga -y con ella su libertad-. Al final, su mundo de diversión se torna en su pesadilla; el mundo real lo llama, lo exige. Apenas y tiene tiempo su amada imaginación para recitar, estando su cuerpo tirado en el piso, este hermoso y fatal verso del maestro Poe:
"... y mi alma lejos de esas sombras,
yace flotando sobre el piso,
para no levantarse nunca más."
Desde ese día, seguramente, Vincent ya no fue tan inocente y tan creativo como antes.
Serie

6,0
126
9
9 de febrero de 2012
9 de febrero de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Atrevida, inteligente, violenta, pasional, divertida, trágica, son adjetivos claves tanto para la telenovela como para su bella protagonista de raza negra. Xica da Silva es una deliciosa fruta que vale la pena saborear una, dos, tres, innumerables veces. Es un admirable drama sobre esclavos y nobles, que logra capturar al televidente gracias a su inteligente recreación del contexto histórico en el que se sitúa y, desde luego, por su tratamiento original de los temas principales.
Gracias a un variado catálogo de personalidades se arma una trama entretenida sobre la época colonial de los brasileños, allá por el siglo XVIII. Uno podrá apreciar paulatinamente que no existe una felicidad satisfactoria entre esas dos personas que se aman y que están enfrentadas al mundo (la esclava y su Comendador), que no existe el héroe bueno y justo, o la doncella refinada, inocente y de buenos principios. Aquí se muestra la otra cara de la moneda, la verdadera.
Lo que finalmente Xica da Silva quiere enseñarnos, como golpe final hacia nuestros prejuicios de personajes arquetipos, es que las historias de amor pueden ser agrias (por no decir que en realidad lo son), esto es, que a pesar de su belleza, armonía o esperanza, desgraciadamente los finales (sobre todo) no siempre son color de rosa. Los amantes no siempre permanecen juntos hasta el final, los «buenos» no siempre ganan, etcétera.
Gracias a un variado catálogo de personalidades se arma una trama entretenida sobre la época colonial de los brasileños, allá por el siglo XVIII. Uno podrá apreciar paulatinamente que no existe una felicidad satisfactoria entre esas dos personas que se aman y que están enfrentadas al mundo (la esclava y su Comendador), que no existe el héroe bueno y justo, o la doncella refinada, inocente y de buenos principios. Aquí se muestra la otra cara de la moneda, la verdadera.
Lo que finalmente Xica da Silva quiere enseñarnos, como golpe final hacia nuestros prejuicios de personajes arquetipos, es que las historias de amor pueden ser agrias (por no decir que en realidad lo son), esto es, que a pesar de su belleza, armonía o esperanza, desgraciadamente los finales (sobre todo) no siempre son color de rosa. Los amantes no siempre permanecen juntos hasta el final, los «buenos» no siempre ganan, etcétera.
5 de mayo de 2012
5 de mayo de 2012
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primero: yo no niego que esta película posea imágenes hermosas y reflexivas.
Segundo: a pesar de lo primero, hay una cuestión que no me queda muy clara (que hoy trataré de aclarar con mi crítica): ¿cuál es el mensaje?
Tercero: mi crítica (provisoria, desde luego).
"La sociedad de los poetas muertos" es una película que recomiendo ver con mucha cautela. Comienza como un canto a la libertad, una introducción persuasiva hacia el "Carpe Diem". Parece que quiere enseñarnos a pensar por nosotros mismos, a descubrir la poesía, a cuestionarlo todo y no limitarnos a lo que un sistema autoritario nos impone. Sin embargo, mientras sigue avanzando, de pronto, el destino de sus personajes comienza a tornarse algo oscuro. ¿Por qué ocurre esto? Porque se están dando los resultados de esa actitud rebelde que fue implantada al principio. En ese punto, percibimos que acaso es una negligencia no pensar seriamente en los resultados que se darán si uno decide hacer lo que cree conveniente para su propia vida, yendo en contra de lo que esperan aquellos de quienes depende. Pero los resultados son más trágicos aun: uno de los personajes, al ver que la libertad para hacer lo que uno realmente desea parece un sueño imposible, decide quitarse la vida. En este punto, todo lo que nos había venido enseñando la película parece entrar en cuestionamiento. ¿Entonces sólo podemos ser libres en nuestros propios sueños, solo ese consuelo tenemos?
La escena final nos dará la conclusión (y con ella, a mi parecer, el mensaje de la película): habrá que adaptarse a un sistema, privarse de muchas cosas, mutilar esa libertad que tanto se añora, pero nunca olvidarnos de que las rosas un día se marchitarán, de que un día ya no existiremos y tratar de ser libres al menos en pensamiento; el punto es tratar de vivir dentro del sistema, pero no ser una máquina más del sistema. Pensar y actuar por uno mismo, aunque no siempre se dará la oportunidad de que el sistema acepte o tolere nuestros actos. Personalmente, no me gusta este mensaje: ni es optimista ni pesimista. Pero algo en mí me dice que tiene mucho de cierto.
Segundo: a pesar de lo primero, hay una cuestión que no me queda muy clara (que hoy trataré de aclarar con mi crítica): ¿cuál es el mensaje?
Tercero: mi crítica (provisoria, desde luego).
"La sociedad de los poetas muertos" es una película que recomiendo ver con mucha cautela. Comienza como un canto a la libertad, una introducción persuasiva hacia el "Carpe Diem". Parece que quiere enseñarnos a pensar por nosotros mismos, a descubrir la poesía, a cuestionarlo todo y no limitarnos a lo que un sistema autoritario nos impone. Sin embargo, mientras sigue avanzando, de pronto, el destino de sus personajes comienza a tornarse algo oscuro. ¿Por qué ocurre esto? Porque se están dando los resultados de esa actitud rebelde que fue implantada al principio. En ese punto, percibimos que acaso es una negligencia no pensar seriamente en los resultados que se darán si uno decide hacer lo que cree conveniente para su propia vida, yendo en contra de lo que esperan aquellos de quienes depende. Pero los resultados son más trágicos aun: uno de los personajes, al ver que la libertad para hacer lo que uno realmente desea parece un sueño imposible, decide quitarse la vida. En este punto, todo lo que nos había venido enseñando la película parece entrar en cuestionamiento. ¿Entonces sólo podemos ser libres en nuestros propios sueños, solo ese consuelo tenemos?
La escena final nos dará la conclusión (y con ella, a mi parecer, el mensaje de la película): habrá que adaptarse a un sistema, privarse de muchas cosas, mutilar esa libertad que tanto se añora, pero nunca olvidarnos de que las rosas un día se marchitarán, de que un día ya no existiremos y tratar de ser libres al menos en pensamiento; el punto es tratar de vivir dentro del sistema, pero no ser una máquina más del sistema. Pensar y actuar por uno mismo, aunque no siempre se dará la oportunidad de que el sistema acepte o tolere nuestros actos. Personalmente, no me gusta este mensaje: ni es optimista ni pesimista. Pero algo en mí me dice que tiene mucho de cierto.
9
5 de noviembre de 2012
5 de noviembre de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que nunca he visto una serie animada tan sugerente, inteligente, sarcástica y profunda como Los Simpson, una serie que si bien parece a simple vista bastante sencilla y divertida, realmente oculta en su interior una crítica mordaz hacia el hombre occidental, a la vez que plantea una actitud frente a las situaciones familiares, sociales, psicológicas, políticas, religiosas y hasta filosóficas que enfrenta el hombre de los comienzos del siglo XXI.
Esta es una serie que de un modo u otro interesa a todos; y parece ser que la respuesta a eso está en que Los Simpson es una serie que sufre de megalomanía. Es por eso que siempre busca abarcar todos los temas posibles; es por eso que todas las secuencias iniciales -aunque con un mismo destino- son diferentes; es por eso, también, que ha durado tantas temporadas en el aire, entre otras razones más. Los más de sus capítulos son muy ingeniosos, sutilmente sugerentes (a veces no tan sutilmente), irónicos casi al extremo, mordaces y, sobre todo, profundamente familiares, llenos de situaciones cotidianas.
Es una serie de un eclecticismo exquisito. Puede hablarnos de la existencia de Dios con la misma libertad con la que podría hablarnos de su no existencia. Para ver la serie es necesario saber a priori que esta siempre planteará a la audiencia una nueva idea por cada situación distinta que se presente en las vidas de sus personajes, que son muchos (y arquetípicos), ya sean situaciones trágicas o cómicas, serias o ridículas, sociales o individuales...
Por las razones antes mencionadas, y por muchas más, se entiende que Los Simpson no es algo que deba verse solo con afán recreativo, con puras intenciones de reírse: ver a Homero y reírse, ver a Bard hacer travesuras y reírse… No. Esta serie debe verse con afán didáctico y crítico. Incluso Magie tiene su rol en la serie: ser la imagen de aquellos desprovistos de opinión, cuyo destino dependerá mucho de quienes los preceden en el tiempo.
El mundo que refleja Los Simpson no es utópico, mucho menos distópico, su crítica va dirigida al hombre de hoy, el irresponsable y ajeno a sus semejantes hombre de hoy.
Esta es una serie que de un modo u otro interesa a todos; y parece ser que la respuesta a eso está en que Los Simpson es una serie que sufre de megalomanía. Es por eso que siempre busca abarcar todos los temas posibles; es por eso que todas las secuencias iniciales -aunque con un mismo destino- son diferentes; es por eso, también, que ha durado tantas temporadas en el aire, entre otras razones más. Los más de sus capítulos son muy ingeniosos, sutilmente sugerentes (a veces no tan sutilmente), irónicos casi al extremo, mordaces y, sobre todo, profundamente familiares, llenos de situaciones cotidianas.
Es una serie de un eclecticismo exquisito. Puede hablarnos de la existencia de Dios con la misma libertad con la que podría hablarnos de su no existencia. Para ver la serie es necesario saber a priori que esta siempre planteará a la audiencia una nueva idea por cada situación distinta que se presente en las vidas de sus personajes, que son muchos (y arquetípicos), ya sean situaciones trágicas o cómicas, serias o ridículas, sociales o individuales...
Por las razones antes mencionadas, y por muchas más, se entiende que Los Simpson no es algo que deba verse solo con afán recreativo, con puras intenciones de reírse: ver a Homero y reírse, ver a Bard hacer travesuras y reírse… No. Esta serie debe verse con afán didáctico y crítico. Incluso Magie tiene su rol en la serie: ser la imagen de aquellos desprovistos de opinión, cuyo destino dependerá mucho de quienes los preceden en el tiempo.
El mundo que refleja Los Simpson no es utópico, mucho menos distópico, su crítica va dirigida al hombre de hoy, el irresponsable y ajeno a sus semejantes hombre de hoy.
22 de febrero de 2012
22 de febrero de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los comienzos de este nuevo siglo han traído una variada gama de películas para niños (o adolescentes), desde Harry Potter hasta Las crónicas de Narnia o Alicia en el País de las Maravillas, entre otras muchas, todas ellas protagonizadas por niños que o bien son huérfanos o bien no se sienten parte de este mundo, y que, generalmente gracias a la predestinación, logran encontrar la entrada a otro mundo, lleno de maravillas, donde existen los ideales, un mundo que los lleva más allá de su imaginación. "La invención de Hugo" recoge muchos detalles de este tipo de arte infantil, pero se aleja considerablemente de la intención original de las primeras: porque no le interesa que su personaje, el típico niño solitario e incomprendido, emprenda un viaje de aventuras en un mundo imaginario, ya que prefiere que ese mundo de lo fantástico y mágico sea la caja misma de donde surgen todos los demás sueños y fantasías: el cine, la literatura, el ilusionismo, el arte en general. Las aventuras de Hugo se dan aquí, en este mundo, no en otro.
A la película le sobran agallas, sobre todo al enfrentarse a la tendencia actual del cine infantil, en donde poco o casi nada se muestra una biblioteca, o se habla con tanta pasión del cine dentro del cine (por consiguiente, de muchos de los secretos de este poderoso arte), o en donde todo tiende a tener una explicación mágica. “La invención de Hugo” se caracteriza porque, aunque uno la busque con linternas, la fantasía, entendida como la entienden las películas actuales, no existe. Toda la aventura nace en París, pasa por el cine, la ilusión, los relojes, y termina de nuevo en París.
Puede que "La invención de Hugo" sea un homenaje personal del cinéfilo Scorsese a la génesis de la cinematografía y a la importancia del arte en la gran maquinaria llamada sociedad; pero, sobre todo, aquí tenemos una película de un director de otra época que ha tenido el coraje suficiente para navegar en los océanos del cine actual, y para ello, con gran astucia de su parte, se ha valido del 3D. Cuando hayan pasado veinte o treinta años, los jóvenes cineastas y cinéfilos no se acordarán de Scorsese como un director del siglo pasado, porque con esta última película suya, ya nos dio algo para analizar (y de ese modo recordarlo a él) por mucho tiempo a lo largo de los años venideros.
A la película le sobran agallas, sobre todo al enfrentarse a la tendencia actual del cine infantil, en donde poco o casi nada se muestra una biblioteca, o se habla con tanta pasión del cine dentro del cine (por consiguiente, de muchos de los secretos de este poderoso arte), o en donde todo tiende a tener una explicación mágica. “La invención de Hugo” se caracteriza porque, aunque uno la busque con linternas, la fantasía, entendida como la entienden las películas actuales, no existe. Toda la aventura nace en París, pasa por el cine, la ilusión, los relojes, y termina de nuevo en París.
Puede que "La invención de Hugo" sea un homenaje personal del cinéfilo Scorsese a la génesis de la cinematografía y a la importancia del arte en la gran maquinaria llamada sociedad; pero, sobre todo, aquí tenemos una película de un director de otra época que ha tenido el coraje suficiente para navegar en los océanos del cine actual, y para ello, con gran astucia de su parte, se ha valido del 3D. Cuando hayan pasado veinte o treinta años, los jóvenes cineastas y cinéfilos no se acordarán de Scorsese como un director del siglo pasado, porque con esta última película suya, ya nos dio algo para analizar (y de ese modo recordarlo a él) por mucho tiempo a lo largo de los años venideros.
Más sobre Lawrence
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here