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7,4
1.299
8
12 de noviembre de 2009
12 de noviembre de 2009
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Anteriormente a esta película ya vi "Latcho Drom", una especia de película documental en la que apenas se habla. Es más bien un recorrido a lo largo de parte de Europa y África del Norte a través de la música y cultura gitanas en esas zonas. Me pareció excepcional.
Esta en cuestión es otra cosa, es una película con argumento, actores, diáolgos, etc. Pero sigue conservando el toque genial de la otra, es decir, capta la cultura gitana, en este caso de Rumanía, y se suceden peripecias de todos los tipos en los que vemos de forma clara la actuación de este pueblo nómada, pillo y astuto como ninguno. ¿Que gran parte es producto de la ignorancia? Bueno, eso es muy relativo, tendríamos que definir ignorancia. Los gitanos son únicos. Se les puede acusar de parásitos, de vividores, de incultos, de sucios y de rateros, pero al final, siempre aparecen con su eterna sonrisa, bailando y bebiendo, celebrando que la vida es una fiesta, y no un camino de penurias. Eso se ve en esta genial película, donde no hay un trabajo técnico sofisticado, ni grandes guiones ni nada de eso, sino simplemente un "gadjo dilo" (extranjero loco) enamorado de la música de esa tierra, y un poblado gitano que, aunque al principio recela, finalmente lo toman como a uno más. Gitanos... incomparables.
Esta en cuestión es otra cosa, es una película con argumento, actores, diáolgos, etc. Pero sigue conservando el toque genial de la otra, es decir, capta la cultura gitana, en este caso de Rumanía, y se suceden peripecias de todos los tipos en los que vemos de forma clara la actuación de este pueblo nómada, pillo y astuto como ninguno. ¿Que gran parte es producto de la ignorancia? Bueno, eso es muy relativo, tendríamos que definir ignorancia. Los gitanos son únicos. Se les puede acusar de parásitos, de vividores, de incultos, de sucios y de rateros, pero al final, siempre aparecen con su eterna sonrisa, bailando y bebiendo, celebrando que la vida es una fiesta, y no un camino de penurias. Eso se ve en esta genial película, donde no hay un trabajo técnico sofisticado, ni grandes guiones ni nada de eso, sino simplemente un "gadjo dilo" (extranjero loco) enamorado de la música de esa tierra, y un poblado gitano que, aunque al principio recela, finalmente lo toman como a uno más. Gitanos... incomparables.

7,4
40.676
8
3 de noviembre de 2010
3 de noviembre de 2010
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
No valoro aquí una película. Tampoco actuaciones de mayor o menor calado. Tampoco el recuerdo que, como película, pueda dejar en mi con el tiempo su visionado. ¿Es fiel a la vida del profeta? ¿Fue así realmente la vida de esta bella e incomparable persona? No me importa. Sé que existió. Sé que luchó hasta su muerte. Es la idea en sí lo que me inspira, y ojalá sea motivo de inspiración para el resto de mi vida. ¿Por qué nos matamos en guerras? ¿Por qué las hay? ¿No sería más hermoso luchar simplemente por lo que se cree justo y por, en definitiva, la verdad? ¿Cómo un pueblo tan fabuloso como el indio, después de conseguir la tan esperada y luchada independencia, entra en guerra interna por el hecho de ser musulmán o hindú? Sí, he derramado más de una lágrima con esta película, y me ha venido a la mente eso de que "yo soy musulmán, y cristiano, y judío, y también hindú, al igual que todos vosotros". Gracias Mohatmas Gandhi, gracias por haber existido y luchado por aquello que creíste justo.

6,5
67.002
7
11 de octubre de 2009
11 de octubre de 2009
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ágora no es una película de religión, ni siquiera creo que sea de filosofía. Aquellos que dijeron que Ámenabar era demsiado duro con la Iglesia creo que no han visto o no han entendido la película. En ningún momento se pone de parte de los judíos o de los paganos, él simplemente expone unos hechos igual de un modo algo exagerado (igual no tanto, los cristianos de esa época eran auténticos ignorantes y borregos que se agarraron a algo que les convenía, pero esa es sólo mi opinión) para que queden claros. Para el presupuesto que tiene y el metraje si que la encuentro algo vacía, no dice demasiado. Y si bien es cierto que en este tipo de películas de corte histórico se suele esperar una mayor carga emocional que una al espectador con los personajes, aunque tal situación no llega a darse, la película es limpia y clara, y la filósofa se entrega por completo a la ciencia y sus entresijos. ¿Qué Hypatia es fría como el hielo y no reacciona ante el cariño que le profesan tanto Davo como Orestes? Bueno, es una forma de verlo, pero yo creo que su comportamiento frío y alejado del amor es una metáfora más de la película para resaltar la importancia de su trabajo y quizás, porque no decirlo, de lo avanzada que era ella con respecto al resto, más interesados en disputas fanático-religiosas (esto también es una visión personal).
Por tanto, aunque falta de emoción, la película deja ciertas pinceladas que den pie a la reflexión, y eso es para mí lo más interesante de la misma, y por lo que me ha gustado. No he salido de la sala de cine emocionado, pero si reflexivo, planteándome algunas cuestiones históricas que ayudan a entender lo que hay actualmente. En eso es digno de resaltar el trabajo de Amenábar (en Mar Adentro, mucho mejor película en mi opinión, toca también un tema complejo como es la eutanasia), y admiro profundamente su independencia: le ha llevado a realizar auténticas joyas.
Creo que técnicamente Amenábar hace cosas muy buenas, aunque no originales. Pero lo importante es que los planos en que destaca el planeta y el universo no están ahí porque sí, son para resaltar la importancia de la astronomía en la película (como también el plano final de la elipse o continuas alusiones a las formas circulares).
Creo también que esta película la van a apreciar más los que tengan ciertas inquietudes intelectuales por la historia (e incluso por la estronomía histórica), las religiones, etc. Repito, aunque es más o menos entretenida (si bien lenta y falta de emociones), no es para entretener, sino para dar pie a la reflexión. Los que esperen ver algo así como Troya o un clásico de romanos a la antigua esta no es su película.
Por tanto, aunque falta de emoción, la película deja ciertas pinceladas que den pie a la reflexión, y eso es para mí lo más interesante de la misma, y por lo que me ha gustado. No he salido de la sala de cine emocionado, pero si reflexivo, planteándome algunas cuestiones históricas que ayudan a entender lo que hay actualmente. En eso es digno de resaltar el trabajo de Amenábar (en Mar Adentro, mucho mejor película en mi opinión, toca también un tema complejo como es la eutanasia), y admiro profundamente su independencia: le ha llevado a realizar auténticas joyas.
Creo que técnicamente Amenábar hace cosas muy buenas, aunque no originales. Pero lo importante es que los planos en que destaca el planeta y el universo no están ahí porque sí, son para resaltar la importancia de la astronomía en la película (como también el plano final de la elipse o continuas alusiones a las formas circulares).
Creo también que esta película la van a apreciar más los que tengan ciertas inquietudes intelectuales por la historia (e incluso por la estronomía histórica), las religiones, etc. Repito, aunque es más o menos entretenida (si bien lenta y falta de emociones), no es para entretener, sino para dar pie a la reflexión. Los que esperen ver algo así como Troya o un clásico de romanos a la antigua esta no es su película.

7,2
9.619
9
6 de julio de 2009
6 de julio de 2009
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace poco una amiga me decía: "espabila tío, que la vida pasa, y se trata de buscar la felicidad". Yo, no sé si un poco irónicamente, le contesté: "al menos de evitar la infelicidad, no?"
Hay gente que califica las películas con bases muy de cine, con claro entendimiento de aspectos técnicos, de guión y argumentales. Me parece genial, pero yo no puedo hacer eso, no poseo esos conocimientos. Seguramente con esa base percibo que la película que ahora mismo critíco es más bien normalita. Sin embargo, como reza el título, esto es más que una película. Hay un caudal de sentimientos reprimidos que acaban por explotar como muy pocas veces he visto plasmado en la gran pantalla. Te hace reflexionar muchísimo, sincerarte contigo mismo y con lo que te rodea. No se trata de dramatizar la vida y casi llegar a entender el suicidio como una vía de escape, la peli no va de eso. Es mucho más profunda, la mente de un adolescente (por cierto, soberbia actuación, hacía tiempo que no veía algo tan creíble y bien hecho) enfrentado a sus miedos, a las culpas con las que siempre cargamos (la historia esa de que "si hubiera hecho eso o lo otro seguro que no habría pasado de aquel modo, habría ayudado, lo podía haber resuelto", historia que no va a ningun sitio y con la que nos engañamos una y otra vez), a esa burbuja de la cual no quiere salir porque la realidad es cruel y dura, y de esa necesidad continua de tratar de comprender al otro y justificarlo aun cuando estás totalmente en contra de lo que piensa y de como actúa (la relación con su madre es un claro ejemplo). Y muchas más cosas. El psiquiatra que lo analiza viene a decir algo así como: "el que tiene sentimientos sufre, hay que sufrir para tener sentimientos", que gran verdad.
Como dije antes, no valoro aquí ni el arte ni el argumento ni nada por el estilo, valoro la grandísima lección de vida que nos da esta película, y por eso le pongo tan alta nota, aunque la nota es lo de menos.
Hay gente que califica las películas con bases muy de cine, con claro entendimiento de aspectos técnicos, de guión y argumentales. Me parece genial, pero yo no puedo hacer eso, no poseo esos conocimientos. Seguramente con esa base percibo que la película que ahora mismo critíco es más bien normalita. Sin embargo, como reza el título, esto es más que una película. Hay un caudal de sentimientos reprimidos que acaban por explotar como muy pocas veces he visto plasmado en la gran pantalla. Te hace reflexionar muchísimo, sincerarte contigo mismo y con lo que te rodea. No se trata de dramatizar la vida y casi llegar a entender el suicidio como una vía de escape, la peli no va de eso. Es mucho más profunda, la mente de un adolescente (por cierto, soberbia actuación, hacía tiempo que no veía algo tan creíble y bien hecho) enfrentado a sus miedos, a las culpas con las que siempre cargamos (la historia esa de que "si hubiera hecho eso o lo otro seguro que no habría pasado de aquel modo, habría ayudado, lo podía haber resuelto", historia que no va a ningun sitio y con la que nos engañamos una y otra vez), a esa burbuja de la cual no quiere salir porque la realidad es cruel y dura, y de esa necesidad continua de tratar de comprender al otro y justificarlo aun cuando estás totalmente en contra de lo que piensa y de como actúa (la relación con su madre es un claro ejemplo). Y muchas más cosas. El psiquiatra que lo analiza viene a decir algo así como: "el que tiene sentimientos sufre, hay que sufrir para tener sentimientos", que gran verdad.
Como dije antes, no valoro aquí ni el arte ni el argumento ni nada por el estilo, valoro la grandísima lección de vida que nos da esta película, y por eso le pongo tan alta nota, aunque la nota es lo de menos.

8,1
13.306
10
7 de julio de 2008
7 de julio de 2008
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La poderosa ola antiamericana que corre en estos tiempos ha llegado a afectarme, y ahora me doy cuenta. He juzgado a este director de manera equivocada, porque a base de westerns y películas claramente con tintes patrióticos como la que nos ocupa (o Las uvas de la ira, por citar otra), los prejuicios ya formados me eran casi imposibles de eliminar.
La cuestión es que hay que ver el cine y valorarlo como tal, y después de ver esta maravillosa película me quito el sombrero ante este grandísimo genio del cine llamado John Ford. Aun así, no puedo evitar el seguir criticando ese tono patriótico de "todo el mundo es feliz, América es un gran país" más claramente visto en Las uvas de la ira. En mi opinión, Ciudadano Kane, la película que compitió con esta en los Oscar de aquel año, es mucho mejor película, por crítica, por cine y por todo, pero es normal que en Estados Unidos aclamen y valoren más una película como la de Ford, mucho más familiar y que representa más los valores típicos de las buenas y puritanas familias americanas (sí, ya sé que la película se sitúa en Gales, no en USA, pero el lugar es lo de menos). Aun así, que nadie crea que hablo irónicamente: "Que verde era mi valle" es un peliculón donde también se dejan ver grandes críticas e injusticias sociales, y el trato que le da Ford a los planos, diálogos y demás es, simplemente, perfecto. La que más me gustó de este monstruo del cine, sin embargo, fue El Delator, algo más antigua y con una angustia permanente con el protagonista al que realmente le cogí afecto por la gracia que me hacía y, porque no decirlo, por lo borracho que era jejeje!.
A Orson Welles le preguntaron en una ocasión por sus tres directores favoritos, y el contestó: John Ford, John Ford y John Ford.
La cuestión es que hay que ver el cine y valorarlo como tal, y después de ver esta maravillosa película me quito el sombrero ante este grandísimo genio del cine llamado John Ford. Aun así, no puedo evitar el seguir criticando ese tono patriótico de "todo el mundo es feliz, América es un gran país" más claramente visto en Las uvas de la ira. En mi opinión, Ciudadano Kane, la película que compitió con esta en los Oscar de aquel año, es mucho mejor película, por crítica, por cine y por todo, pero es normal que en Estados Unidos aclamen y valoren más una película como la de Ford, mucho más familiar y que representa más los valores típicos de las buenas y puritanas familias americanas (sí, ya sé que la película se sitúa en Gales, no en USA, pero el lugar es lo de menos). Aun así, que nadie crea que hablo irónicamente: "Que verde era mi valle" es un peliculón donde también se dejan ver grandes críticas e injusticias sociales, y el trato que le da Ford a los planos, diálogos y demás es, simplemente, perfecto. La que más me gustó de este monstruo del cine, sin embargo, fue El Delator, algo más antigua y con una angustia permanente con el protagonista al que realmente le cogí afecto por la gracia que me hacía y, porque no decirlo, por lo borracho que era jejeje!.
A Orson Welles le preguntaron en una ocasión por sus tres directores favoritos, y el contestó: John Ford, John Ford y John Ford.
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