Un intento de reformular la historia de los hermanos que se queda en un quiero y no puedo. Más cercana a The Witch que a un relato más de los Grimm. Un trailer que vende más humo del que sale por la chimenea de la bruja. Una maravillosa película de siesta y sobremesa chusca en la que despertarse para ver los créditos se puede ver como el tiempo mejor invertido.

Si te gustan las pelis de polis, drogas serias y persecuciones a topetín pasarás un buen rato. Si buscas un argumento serio para cerrar Manhattan se te va todo al garete. Un sinsentido de situaciones que a servidor no le valen para cerrar una NYC de madrugada, tampoco se usan recursos para ver una ciudad en caos ante el cierre, bien se podía haber llamado 4 streets and 2 pubs... truño para desconectar hora y media y borrar de tu memoria.

Mira que es complicado elaborar una película mala de ‘superhéroes’ en estos tiempos, pero estos nuevos mutantes aburren hasta la saciedad, hacen frente a un confinamiento con una máscara de malas interpretaciones y de efectos de todo a cien, y revientan cualquier tipo de gana de continuar visionando una historia que por el bien de todos esperemos se quede en este episodio piloto basurero.

Me la habéis vuelto a colar. Un Mad Max en la cúpula del trueno mal ejecutada con acento japonés y diálogos que no sobrepasan el tamaño postit. Si me dan una katana me hago el harakiri tal y como ha vuelto a hacer Nic con otro papel tan troneti como majestuosamente absurdo.

Aún así el poder volver a gozar de un papel del cada vez más omnipresente Nicolas Cage hace que consigamos acabar el visionado y dejar el revisionado para una vida posterior, o como método de tortura para futuras generaciones.

Un chusco de manual, maquillada con estética Indie y criaturas fantásticas de por medio pero inconsistente y aburrida hasta decir basta. Asesinatos y desapariciones y fieras en un mundo real, más dañinas que tanto animal cargado de aquella cruz. Un ejercicio pedante que no destacará ni te dará un mínimo zarpazo de interés.