No tengo especial aprecio por las películas que hacen uso de la shaky camera. Ese vaivén de planos me revuelve el estómago, literalmente.
Dicho esto, The Visit no es una mala película, pero si es una película poco disfrutable, al menos en mi caso fue imposible.
Hubo ocasiones en las que aparte la vista de la pantalla o pensé salir de la sala por el mareo que me estaba creando esa inestabilidad de movimiento.

Una forma distinta de contar una historia. Mostrar sin necesidad de explayarse en la explicación. Utilizando planos elegantes que engrandece, sabiamente, con el recurso del sonido, acompañados de una atmosfera fría y minimalista.
Personalmente me fascina este cine y el director lo ha hecho maravillosamente.

La película demuestra una vez más lo rancio y vacío que es el cine de David O Russell. Sin embargo, la batalla interna es real porque creo que Jennifer Lawrence es maravillosa y su trabajo excelente, por más que Russell se emperre en encasillarla.

Lo voy a decir, decepcionante.
Será cosa mía pero últimamente su cine me abruma y empalaga.
No innova, se queda en su terreno, el mismo moderneo al que nos tiene habituados.
Ay Wes, que lejos quedaron los gloriosos días de The Royal Tenenbaums.